Un hombre formal de mediana edad juega solitario a los dados
(el azar romántico, la vida misma), en medio de una habitación adornada de muchas
bellas y poco explicativas pinturas, como quien le propone un reto al espectador,
luego decide salir de ésta silenciosa casona de campo e internarse sin destino
preconcebido en la naturaleza, atraído por algo, lo que responde a una
aparición fantasmal, medio animal, sensual, cuando de pronto sale una hermosa mujer
de un lago, muestra sus seductores pechos y un enigma, ¿de qué trata todo?, en ello el filme es
bastante misterioso, sin embargo afloran varias lecturas, no solo la lírica de
una danza difuminada por el lente, también como implica el propio título, ahí anidan
las vidas paralelas (ese cambio de posición en el reflejo del lago) y los
dobles (como vemos en el final).
El debut del brasileño Rodrigo Lima, basado en el cuento homónimo
de Joaquim Machado de Assis, tiene su discurso, uno que versa sobre la
complementariedad indisoluble del mundo externo e interno, como que el hombre
se ata a algo opuesto que puede ser cualquier cosa, a grosso modo la relación
fantasmal, pero ¿quién es real en la actualidad del filme?, todo apunta a que
la mujer de aire vampírico y sexual es parte de un viaje espiritual, quizá simplemente
lisérgico, parte de la memoria del lugar, del hombre, quien la despierta, pero también yace el eco de una muerte
violenta (como señala el encuentro de un arma y un disparo, o puede que sea
solo la poética del abandono, tal cual el sombrero mojado), todo es gaseoso, y
es que el surrealismo y la oscuridad dominan el relato, un escenario poético,
pero también salvaje, como la interrelación de esta pareja, que habla de
lujuria, intensidad y exceso, tanto de melancolía, como bien expresa un bote,
un paseo romántico, de la mano de la rotura y la inundación simbólica. No
obstante, aparecen imágenes familiares, de infancia, en el lugar, en formato Super
8, que se pliega a un aire experimental y al extrañamiento general, al juego de
lo semi-narrativo, de lo que sabe a cierto cuento de terror, en un poderoso emerger
del lago y deambular selvático, donde subyacen las sensaciones, los besos, los
encuentros sensuales, la memoria.