viernes, 7 de noviembre de 2025
El Cambio de Guardia
Éste documental del argentino Martin Farina nos habla de una amistad que ha perdurado por casi 50 años. El germen de ésta amistad fue que estos 7 amigos hicieron juntos el servicio militar obligatorio y de ahí con compartir la guardia de un museo militar nace dicha potente e inquebrantable amistad y el nombre del título, que es justamente hacer un relevo de quienes cuidan un lugar, el cambio de guardia, el cambio de los soldados digamos. También, en una lectura complementaria, puede estar señalando en el título, el cambio de postura de un boxeador. Uno de los amigos vive en EE.UU. y luego veremos que vendrá a visitarlos. Juan, un segundo amigo, pieza especialmente importante del filme, se había distanciado del grupo, producto de sufrir de cierta depresión. Juan después de 2 años se reúne con sus otros amigos. El filme puede estar hablando de cualquier simple amistad, pero bendecida por el tiempo. La escogida se debe a la cercanía con el director, puesto que uno de los amigos es Norberto Farina, padre del director. El documental pasa por muy sencillo, inmerso levemente en el contexto militar, de manera cotidiana/simple, sin grandilocuencia. Hay una cierta declaración de identificación y honra al ejército argentino, puesto que hicieron el servicio militar. Vemos que los amigos que yacen cerca de los 70 años asisten a homenajes y desfiles. El punto curioso o digamos picante o interesante de la película es que se discuten ideologías políticas, algo que se vive muy fuerte en Argentina. Hoy el gobierno de Javier Milei es de derecha. Gobierna desde diciembre del 2023. Pero han habido varios gobiernos de izquierda en Argentina, como el de Cristina Fernández de Kirchner, habiendo sido el anterior gobierno a Milei de izquierda donde la misma Kirchner fue la vicepresidenta. Argentina ha probado con los 2. Esto se refleja en que el país está algo dividido (si bien Milei actualmente tiene mayoría), pero la amistad de los amigos es inquebrantable a pesar de estas diferencias políticas. En el grupo hay un zurdito, como le dice Juan, en plan enojo con risita. La pelea es sobre todo con Juan, que es el carismático del grupo. Discuten fuerte. El zurdito es bravo. Le desea medio en broma la muerte. Pero por ahí se ven palmaditas en la espalda discretas. Son discusiones finalmente superfluas, porque ante todo se quieren o como se llega a decir, Argentina tiene que aprender a convivir, con éstas posiciones distintas. La imagen pequeña plantea reflejar la sociedad argentina, de ahí se pueden sacar lecciones. Se ha dicho muchas veces que no es bueno hablar de política, enoja y distancia a la gente, pero muchos no se pueden resistir. Respiran política. El mundo por una parte es así. Igualmente a mucha gente en realidad le es indiferente. En un país como Argentina la política nunca pasa desapercibida. Las peleas entre Juan y el zurdito dicen lo habitual. No hay declaraciones originales digamos, son gente simple la que habla. Es una película familiar, una película con esencia de casera pero hecha dentro de lo decentemente profesional, austera pero estética al menos en lo básico. Las peleas políticas aparecen pronto, como a los 20 minutos de metraje, salvando un poco el producto de lo anodino. Los amigos son bien argentinos, los observamos preparando embutidos, comiendo abundantes y apetitosas carnes, siempre rodeados de parrilladas, y porqué no, de champagne. Celebran la vida, como llega a decir alguien, muy bien. Algunos dicen que son pobres, pero en realidad son clase media, tienen para la piscina y celebrar tranquilos. Es una película que por un lado honra al ejército argentino (más), pero también se oye la crítica a la dictadura militar. El zurdito realmente parece salido de otra época, y se entiende, es un hombre de casi 70 años, pero muchos siguen pensando como él, aun cuando es cierto, ningún gobierno puro de izquierda ha traído prosperidad, hasta suelen terminar en dictadura. Pero hay cosas que agradecerles como la jubilación o ciertos derechos de los trabajadores, como las universidades públicas o los hospitales públicos. Un gobierno necesita tener consciencia social, dentro de una economía sostenible, real, eficiente. Para ello debe existir libre competencia, libre mercado, empresa privada, negocios independientes, emprendimientos personales, microempresa, pago de impuestos (toda boleta indica un pago de impuesto; por decir, cuando compras una hamburguesa de un fast food estás pagándole al estado). A rescatar está la tolerancia, expresarnos con ideas si se quiere (con inteligencia). Y anteponer/proponer el amor, los afectos, como hacen estos 7 amigos por cerca de 50 años.
jueves, 6 de noviembre de 2025
Three Days of the Condor
Robert Redford falleció el 16 de setiembre de éste año. Fue uno de los grandes actores de la historia del cine americano y uno de los grandes promotores del cine independiente. Tuvo una carrera extensa y varias películas de calidad. De las mejores interpretaciones que diera dentro de su filmografía está Los tres días del cóndor (1975). También posiblemente la mejor película del director americano Sydney Pollack. Adapta la novela más célebre del americano James Grady, Los seis días del cóndor (1974). Éste es un thriller de espionaje. Robert Redford no tiene necesidad de inventar una imagen que no le pertenece. Hace de un tipo que trabaja en una agencia de la CIA donde revisan/analizan textos literarios de alrededor del planeta. Podría adjudicársele que hace de un nerd, y encima amante del cómic, como de la tira del periódico dueña de su investigador favorito Dick Tracy, pero no lleva la figura cliché, porque Turner (Redford) se convertirá en todo un agente de la CIA hecho y derecho, más que un lector de libros. Turner es además un seductor neto, muy confiado en sí mismo y por ello relajado, gestor de la palabra precisa, como llegamos a ver. Las mujeres fácilmente se enamoran de él. Se hace una mención "sutil" de ello con el amigo intermediario. De esa manera hace de muy buena pareja la hermosa Faye Dunaway, la que se muestra de mujer sencilla, pero no tonta, con sus seductores 34 años. Tiene la carrera de fotógrafa, y se le coloca un lado artístico y existencial, aunque básico, funcional. Turner no tiene nada de extraño o extravagante, es siempre muy normal, clásico, encima es muy correcto. Dicen que hasta es un sentimental, pero puede ser rudo, aparte de que es muy inteligente. Se llega a saber que tuvo entrenamiento militar con lo cual justificar su fisicidad y su desenvolvimiento a lo James Bond natural, más pedestre. Ahí lo vemos intervenir teléfonos con cables públicos como seguir las líneas importantes con una computadora. Él logra dar tremendo revés y prácticamente en solitario enfrentarse a la comunidad de espías y asesinos a sueldo, contra un estupendo Max von Sydow como un asesino pagado alemán, un freelance, que da la curiosidad tiene un lado noble o justo (cuando se ganan su respeto), cuando es habitualmente muy frío para cumplir con los mandados. El filme es el descubrimiento de una extraña y silenciada masacre, donde mueren 6 personas, y luego se asesinan más por fuera. Interesante también el personaje del cartero asesino a sueldo (un fornido Hank Garrett). Se da una pelea cuerpo a cuerpo muy buena de paso. Turner empieza muy simple, sorprendido por completo. Se salva por mera casualidad, al salir, producto de la lluvia, por una puerta trasera de su lugar de trabajo. Arranca, lógicamente, muy inquieto, muy preocupado por todo, como cuando lo vemos en la calle sospechando de todo rincón, hasta de que le puedan sacar a lo gánster una ametralladora de un cochecito de bebé, mismo Los Intocables (1987). Pero poco a poco va cogiendo valor, fuerza, mostrando su audacia, y se dispone (entra en consciencia) para su propia investigación, la cual resulta algo increíble, que un hombre en solitario pueda llegar a averiguar unos negocios "sucios" de la CIA. Cosas habituales para la época, a los que se les llama irónicamente juegos, que son de estrategia política y recursos, cosa que cambia del libro original, por una denuncia más frontal. Entonces enfrenta a la CIA, hasta a lo Todos los hombres del presidente (1976), donde no sorprende que lo hayan contratado a Redford para hacer de Bob Woodward. Pero al mismo tiempo está expuesta la obra con verdadera sencillez que uno puede entenderla sin ninguna dificultad. Y en ese trayecto disfrutar de la maestría de su narración popular y sentir la fascinación por un excelente thriller. Es una película de ese ritmo glorioso que maneja el cine americano, donde uno nunca siente el tiempo. Siempre estás atento, entretenido, interesado sin esfuerzo. Es de esos filmes célebres donde abundan las novedades, las sorpresas, los giros, las emociones, justificadas/os porque éste es cine con mayúsculas. Uno entiende porque el cine americano es tan popular. Son éstas obras que cimentan su lugar. No se puede negar su cualidad para contar buenas historias y tener temáticas no solo subyugadoras sino narrativas entretenidas realmente. Acá no tiene nadie que convencerte o que tengamos que convencernos o que uno tenga que hacer un esfuerzo en particular. Es un filme glorioso tal cual, algo palpable. Hace fácil lo difícil. Si a algunos para su época no les gustó se le puede adjudicar a su idealismo que puede chocar con quienes son más ratas. Es una película muy bien contada, completamente solvente desde el arranque hasta el final, una película perfecta. Por ratos parece que será el relato de un típico loco neoyorquino, hasta Kathy (Dunaway) lo suelta muy sutilmente en una conversación, pero el filme cambia de registro y se crea uno de los mejores thrillers de espionaje de la historia. Un filme no tiene que ser inexpugnable para llenar esos zapatos, como Turner ganándose a pulso su sobrenombre de espía, El Cóndor. Muchas veces la subestimación engendra gente mucho más competente.
lunes, 3 de noviembre de 2025
The Day of the Jackal
miércoles, 29 de octubre de 2025
Madre Juana de los Ángeles (Matka Joanna od Aniolów)
Ésta es una película de terror, de estilo clásico, pero que no teme la polémica, que algo hay, pero no busca ser efectista, gratuita, superficial, intrascendente, momentánea, sino por algo es una de las grandes obras de la historia del cine polaco. Remite a un hecho real, una histeria y venganza en un convento francés del siglo XVII, que quedó bien retratada en la excesiva y muy libre, pero al mismo tiempo muy interesante The Devils (1971). La presente película se ubica poco tiempo después de los sucesos que narra el británico Ken Russell, si lo vemos desde el punto de vista histórico, pero la película de Jerzy Kawalerowicz lo ambienta en alguna zona rural o desértica de Polonia en el mismo siglo, y hace lo suyo, se toma sus libertades también. El relato muestra un convento que está dicen poseído por el demonio. La madre superiora del lugar, la madre Juana de los Ángeles (Luzyna Winnicka), confiesa cuando está ecuánime que la poseen 8 demonios, hasta uno llamado Cola de Perro. Es una película donde se luce austeridad en cuanto a los espacios, pero de aquella que se ve lograda, buscada, construida, habiendo un cierto aire de desolación, de abandono, de cierta miseria, incluso moral, de los pobladores algo ignorantes, como la gente que representa el tabernero Wolodkowicz (Zygmunt Zintel), que trasmite cierta perversidad y sarcasmo con lo que viene pasando. La mujer de la posada, Antonisa (Maria Chwalibóg), también tiene ese corte, esa mirada afilada, algo vulgar, algo pérfida, si bien puede ser también a ratos noble. El entorno como que se burla de la situación del convento, parecen divertirse con el padecimiento de la iglesia católica y que no puedan contra los demonios que habitan acá, o que los padres sean proclives a ser incorrectos sexualmente con las mujeres, viendo su voto de abstinencia. Un caballero llega a seducir a la única monja que se ve no está poseída, a la hermana Malgorzata (Anna Ciepielewska). El filme hinca, pero lo hace contando una gran historia, haciendo arte, trascendiendo cualquier banalidad. La película empieza muy de realismo común, las monjas se ven infantiles y danzan, hacen performances de tipo de ballet, aludiendo las posesiones. Todo también pasa porque muchos creen que se trata de un truco, mentira. Pero el filme va evolucionando y mostrando que efectivamente estamos ante una película de terror, de exorcismos y posesiones. Lucyna Winnicka tiene mucha expresividad y emotividad en su rostro. Ella hace una gran interpretación de posesión, a lo natural, con el sudor, con la ansiedad, con la exaltación. Las escenas son sencillas, pero hablan de una puesta en escena conseguida. Es un ejemplo de gran uso de la austeridad, no como carencia, sino como verdadero talento. Así vemos a la Madre Juana tras unos barrotes o en una zona de lavandería. El momento de pasar una posesión es también muy sutil, muy de uso de lo mínimo, sugerente, cuando el padre cae por las escaleras tras un breve e intenso beso. El padre Jozef Suryn (Mieczylaw Voit) igualmente es todo un espectáculo, en el buen sentido de la palabra. Mejor que Diario de un cura rural (1951), sin por ello ser un espectáculo predominantemente visual, de fuegos artificiales, como El Exorcista (1973). Se coloca en el espacio perfecto entre éstas dos célebres películas. Es así que es intelectual y también un gran disfrute del entretenimiento. El padre Jozef desde el inicio yace con muchas dudas, muchas inseguridades, muchos miedos, mucha fragilidad para lo que se le ha encomendado. Es como el Jack Torrance que sabe que va rumbo a lo prácticamente inevitable, sobre todo porque estamos ante una película de terror. El padre Jozef, como las mismas monjas, se echa en el suelo como un ángel, como una paloma. Hay tremenda lectura sobre la idiosincrasia de los ángeles, a los que se les llama de indescifrables, difíciles, en lugar de su consabida bondad y vacuidad natural. Tiene además la obra una extravagante argumentación sobre la maldad, el demonio e incluso el amor a esa vera, lo cual no sólo se piensa o se exhibe de discurso, sino que se llega a ejecutar en la propuesta (con una hacha de leñador). Es algo retorcido, pero de manera sutil, sin por ello tener cierta lógica, como son manifiestas las grandes ideas, con sostenimiento. Esto tiene una excelente puesta en escena, con una duplicación, que se llega a decir, como quien hermana a todas las religiones. El cine por la puerta grande se hace presente con el padre Jozef descubriéndose en un espejo, tras una visita de consulta, oyendo el terror, lo que no ha querido oír desde el inicio, lo que tanto temía, que ya lo veía venir cuando le narran la historia del anterior cura que estuvo en la misma misión antes que él, y fue quemado en la hoguera. ¿Cual es el pecado? Es que el cura se enamore de una mujer, que es como aceptar el demonio, y que rompa sus votos religiosos. Así el filme induce a creer de manera dogmática, que a continuación vendrá la tragedia, el castigo. Como repite Jozef, amor es igual que muerte. El padre Jozef pasa de flagelarse con una fusta en penitencia a hablarse a sí mismo literalmente en el espejo, en otra pequeña formidable puesta en escena como si estuviéramos avanzando y retrocediendo un disco, rayándolo en un tocadiscos de vinilos. El momento de la confesión con el objeto homicida en la mano es de la misma manera glorioso, un poderoso momento de horror. Así el filme cumple perfectamente con el género, sin ser explícito. Lo que pasa también habla de la injusticia existencial, como cuando un peón o un muchacho humilde cuenta de su padre alcohólico y abusivo, y le responden que simplemente debe rezar por la salud/bienestar de éste en lugar de pensar en como detener la maldad que ocasiona tan libremente. Es decir, se juzga la inactividad, pasividad, dejar discurrir, sin por ello aludir una venganza o un ojo por ojo. Menos los falsos romanticismos. Pero sí, para vencer el mal, hay que estar preparado para combatirlo. Se expresa que las mujeres (los ángeles) son en realidad demonios (dicho hoy en día como pop). Así mismo se dice algo machista, un lugar común, déjenlas sufrir, o que se exprese que suelen padecer por malos hombres, como llegamos a ver, si bien buenos hombres se queman también muy simbólicamente. Muchas historias nacen de esto, que es la naturaleza en sí misma, nuestra compleja humanidad. La verdadera historia puede leerse un crimen pasional. Una monja se enamora de un cura célebre y al ser rechazada se enfurece y hace que lo maten, adjudicando que era una fuente de pecado. Aquí, en una segunda parte, se puede ver como otro crimen pasional, un cura se enamora de una monja, accede a su amor y halla de manera similar la muerte (no puede con su consciencia, o cae en la espiral de su premonición; el cura dice mucho que no conoce el mundo ni a las mujeres), donde unos pueden ver el castigo de Dios que para ello, según la película, ha creado al demonio. Puede sonar a simple irreverencia, pero es parte del cine de terror, así como de la literatura, puesto que ésta es la adaptación (1961) de una novela (1946) del polaco Jaroslaw Iwaszkiewicz. Es parte de la libertad creativa, refiriendo a la que busca hacer arte real, la que es seria o deja un pozo con respecto a auscultar el mundo y nuestra humanidad, aun trabajando el cine de género.
lunes, 27 de octubre de 2025
Night train (Pociag)
El autómata tiene más suerte que quien busca picos de entusiasmo, porque el autómata mira un millón de películas igualitas y se mantiene contento, sigue en lo mismo, de cierta manera es como si le fuera igual, no se le mueve un pelo. El que busca picos de entusiasmo busca películas que lo muevan, no quiere ripio, no quiere banalidad, es quien quiere ver siempre algo espectacular, algo especial, algo original, novedoso, algo realmente bueno. El autómata acumula millones de lo mismo. El que busca picos de entusiasmo piensa mucho que ver antes. Busca la gloria. Se toma su tiempo, disfruta el momento, le saca el jugo a cada experiencia, el IGB. El autómata es el cinéfilo eterno, el que no pide mucho, el que se conforma. El que busca picos de entusiasmo es el cinéfilo apasionado que un día puede decir adiós. Muchas veces pensar en películas pasadas quita magia a las presentes que estamos viendo, porque parece que todo fuera imitación, y la copia siempre es la copia, tiene siempre mucho menor valor. El filme presente es original, puedes ver a Hitchcock pero aquí como que le saca la vuelta. Es bueno verlo como un thriller porque eso te engancha, pero en realidad son cosas cotidianas la que veremos, es realismo común lo que vemos, desde un cine clásico, elegante, inteligente. Hay es cierto un asesino en el tren (tras un sugerente asesinato matrimonial, que tiene que ver mucho con el drama familiar y la libertad de pareja que presenciamos de manera muy dinámica, relajada y cautivante), lugar donde se contextualiza el filme, pero el tratamiento es totalmente otro al de una película de acción o suspenso. El filme maneja muy astutamente el misterio, sobre dos personas que suben al tren. Un hombre de lentes de sol que busca desesperadamente un compartimento doble en el transporte. No trae documentos. No pudo comprar el boleto afuera. Parece que escapa de algo. No oímos mucho su nombre pero dice llamarse Jerzy (Leon Niemczyk). La otra persona es una rubia muy hermosa. Lleva falda larga y tacos altos. Se llama Marta (Lucyna Winnicka). Ella anda llorando todo el tiempo, pero se nota que tiene carácter aun así. Le cambió el boleto a otro pasajero y no pasó el chequeo. Parece también que se esconde de algo o alguien. Ambos terminan juntos, en el mismo compartimento del tren. El filme tiene un aire fresco, levemente cómico, con la gente que va en el transporte. Son todos como vecinos curiosos. Muchas de las tomas son con gente que está literal muy pegada entre sí, o que van saliendo con el zoom out puesto muy sutil. Hay una sensación de aglomeración, de poco espacio. En el tren va incluso una peregrinación católica. Puede que hasta un sobreviviente judío. El filme es en mucho sobre relaciones afectivas, sobre romance, buscar al verdadero ser amado. Hay una mujer bella, también, que pretende ser infiel (Teresa Szmigielówna), que está buscando amante. Está casada con un abogado robusto que está muy pendiente de su intelecto, de sí mismo, cuando ella pretende más acción, más aventura, menos narcisismo. El filme va de difícil en hallar o sentirse realizado con alguien. No obstante hasta la boletera o la guardiana tiene su momento romántico. El filme tiene una gran escena de persecución, muy dramática, donde se incluye hasta un cementerio popular. Ésta propuesta tiene sus ratos irónicos, es una historia en mucho de derrota. Es también ansiar aventura romántica, que cotidianidad aburrida. De esto que tener un asesino en el tren sea todo un espectáculo, un circo, una aventura que todos quieren tener curiosamente, más que algo que temer o no querer que pase. Es claramente una ironía, como quien apuesta por la/el amante, que por la esposa/o. El filme es sobre lo común y corriente pero está tratado con cierta novedad, como cuando un joven persigue terco a una mujer columpiándose por fuera del tren a riesgo de lanzarse o caer. Hay un flirteo entre Marta y Jerzy que está muy bien. Ambos son muy seguros de sí y eso lo hace interesante. Hay atracción en el ambiente pero el misterio domina, los tiene ensimismados. Marta es coqueta, pero nunca fácil. Jerzy es algo sobrado. La gente está expectante de que algo pase en el tren. El filme cumple, a su manera, se apoya del periódico, como si fuera algo superficial, y así se trata al homicidio, sin grandilocuencia. Más es el deseo de participación del asunto de la gente común y corriente, como si todos quisieran heroísmo en sus vidas, y asome algo más vulgar al intentarlo. Incluso el abogado improvisa un discurso donde discute que matar puede ser menos de lo que en realidad es, como quien hace alusión a esa ironía que tenía también Hitchcock en sus películas. Las tomas del tren en sí mismo también son bastante buenas. Se siente que no sólo el transporte es un mero adorno o un lugar exótico para contar una historia. En sí es una película bastante curiosa, de las que te sorprenden sin alardes, lo que ves es lo que es, dándote sustancia, qué pensar. Te muestra con sutileza, pero sin dificultad, con delicadeza. Maneja la explosividad del hombre ordinario, no del tipo violento por costumbre. Ésta película es hacer de lo común algo extraordinario. La aventura del hombre promedio. No por nada es un tren que va a la playa, es un tren para tomar vacaciones, esperar lo excepcional, salir de la rutina. La lectura es de un universo donde amar es complicado para todos. Todos quieren que los amen (o los idolatren), no se ponen a pensar que (quizá) es otra la idea, según el filme. Es que tú muestres amor, que tú ames, antes que todo. Como quien dice que lo otro vendrá sólo o un causa-efecto fijo, aunque la vida suele ser más perspicaz o más rata que esto, como un guionista que siempre quiere ser más vivo que todos. Como decía el Nicolas Cage de El ladrón de Orquídeas. Yo soy lo que amo, no lo que me ama. Pero el filme se escapa de un lado y de otro. Vemos mucha desilusión, aunque hay también de la justa. Muy bien escenificado cuando el novio ve al hombre salir por la ventana del cuarto de la amada. Escena con mucha arte, cine puro, a la vena, que capta en pleno muchas ideas y emociones. Un poco de comprensión de un panorama, un poco heroico, un poco ruin, distintas perspectivas. Trasgredir está ahí y es cierto, depende de uno. Aquella mirada solitaria y melancólica rumbo a la playa, donde tampoco faltará pretendiente. La habitación que se descubre nido alegre de amor cuando ya todos se fueron. La mujer inquieta de amante soltando un quizá, quizá, quizá..., como el célebre bolero, y así. La mujer que feliz recibe a su marido, quien no sabe y ha podido perderlo. Éste es tremendo filme, del polaco Jerzy Kawalerowicz, porque esperas un thriller, que algo hay, y finalmente es otra cosa, de la que no esperas mucho, y da cátedra.
jueves, 16 de octubre de 2025
Sirat
Ésta propuesta es una película de aventuras, de entretenimiento, pero con su pequeña sustancia, con su mensaje humanista de unidad, de velar por la gente más humilde, y de paso habla de especies de nuevos hippies, punks modernos, amantes de la música electrónica, pacifistas, aficionados a las drogas laboradas/consumidas con/por hierbas. El ambiente es de raves hechos en el imponente desierto marroquí, en el mismísimo desierto. Hay mucho baile en medio de raves (lo cual se ve muy bien, te genera empatía, y así hay muchos momentos de complicidad de diferente tipo), con gente que recuerda a la contracultura, pero aquí sin mucha política de por medio, o apuntando a la libertad máxima, a la libertad total, en sí misma, en su mirada más pura, sin tanto argumento, sin formular sexualidad (la que muchas personas en la vida la tienen por ubicua) ni corrupción de liberalidad. Es como entrar en el goce de la vida con el baile, inducido por hierbas. El filme habla de europeos con aspecto punk que yacen en el desierto, bailando, viviendo como en medio del campo, fuera de los sistemas muy reglamentados. Ahí vemos aparecer a militares que son el clásico orden contrario a esa libertad que proponen estos (nuevos) hippies, quienes solo quieren vivir tranquilos al margen, en un territorio que como todo tiene un gobierno. Un padre, Luis (Sergi López), está en busca de su hija, una jovencita hippie, que dicen está melancólica, y se ha ido, aunque ya es mayor de edad, pero su padre quiere ver que esté bien, y la va a buscar, con su hijo pequeño, Esteban (Bruno Núñez Arjona). El desierto es peligroso, no es un lugar para cualquiera, y eso quedará claro en el filme, en esa aventura que emprenden Luis, su hijo, y sus nuevos amigos hippies (todos excelentes como interpretes). Hay escenas muy dinámicas, que producen adrenalina, hermosas de paso a la vista, junto a la fotografía de Mauro Herce, que llevan muy buen acompañamiento musical. Se exhiben escenas puras y duras que están excelentes, cine en esencia, que deleitan a la mirada, que son aventura a la vena. Cine, imágenes poderosas. Y no caen en lo innecesario porque son parte de esta película de aventura, de la aventura. Los guionistas son el argentino Santiago Fillol, que ya ha trabajado en varias oportunidades con el director de éste filme, y el mismo director Oliver Laxe. Es como si hubieran tomado por una parte en cuenta los errores y virtudes del filme Sobre todo de noche (2023). Hay momentos de shock, totalmente impredecibles, que se justifican plenamente, que dejan en claro que estamos ante una película de aventura (de entretenimiento, dígale aquí con su toque a lo europeo, si bien se siente universal), un relato de mucho peligros, donde no faltan en éste tipo de películas. El desierto marroquí es como el gran dominio (o "demonio") donde el hombre osadamente trata de atravesarlo, de vivir donde la naturaleza es poderosa, pero también ese peligro es producto del mismo hombre, de lo autodestructivo que es muchas veces. Así el filme remite un poco al mundo de Mad Max, pero en los comienzos de lo apocalíptico. Se llega como a asumirse en un sci-fi de bajo presupuesto, de los a medio camino realistas, o de pocos elementos futuristas. Se deja volar que ha sucedido la tercera guerra mundial, y que el mundo está en el caos, en su etapa de destrucción y estamos viendo a los sobrevivientes (que en sí puede referir actualmente a los que vagan austeramente por el planeta), como en aquel tren como con polizontes. En cierta manera lo que vemos se puede leer como algo postapocalíptico, pero al mismo tiempo identificable contemporáneamente, una dualidad del mismo desierto marroquí, una capacidad para hacernos pensar en ese momento bíblico, bastante utilizado en el cine, en el arte. Es una película sencilla, pero muy competente. Es la búsqueda de alguien, crear una caravana con un tipo de gente especial, una especie de tribu, expuesto en un lugar algo extravagante, y pequeñas aventuras, que recuerdan a la obra maestra del genial Henri Georges Clouzot, El salario del miedo (1953). La música electrónica está muy bien integrada, no solo desde lo más específico, sino como planteamiento de cine de aventuras y sci-fi. La luz tipo holograma de los raves, las cajas de resonancia frente a las minas militares. Es una obra lograda como película de aventuras, con una austeridad que funciona plenamente, estética, de nivel, no sólo audaz. Los que ven una película misteriosa, parece que han visto otra película, es una película de aventuras con pocos elementos, un viaje por el desierto, por lo peligroso que puede ser, sin demasiada grandilocuencia argumental. Lo sencillo puede ser muy potente y eso es justamente éste filme. Tiene una parte que puede hacer de la obra algo espiritual, donde vemos a musulmanes orando/rodeando la sagrada piedra negra en la Meca, como los trances de atravesar la vida, y que puede verse como la búsqueda de un mesías/profeta (o gente que de verdad mejoren a la humanidad), o el desierto (la existencia) como posible trascendencia de la gente común.
domingo, 5 de octubre de 2025
Jota Urondo, un cocinero impertinente
Lo primero que va a llamarle la atención a mucha gente, a muchos argentinos, es que el protagonista, Javier Urondo, es hijo de Paco Urondo, poeta y guerrillero, pero el filme es otra cosa y es una buena película. Javier habla un poco de su padre, es inevitable, pero como él mismo dice, menciona su lado íntimo, no su participación como personaje público. No le importa que habría escogido ser Paco, incluso desmitifica su muerte. Paco Urondo era su padre, y eso es todo lo que le importa. Javier se crio con su abuela y su madre. Cuando su padre fue guerrillero ya estaba separado de su madre. Su hermana mayor si tuvo un acercamiento político con su progenitor. El filme se centra en que Javier es chef y tiene su restaurante, uno que tiene la particularidad de que no lleva afuera cartel de identificación. Javier es un hombre inteligente, tiene sus propias ideas, y los directores, Juan Villegas y Mariana Erijimovich, las exponen muy bien, con total claridad. Es un documental sencillo, pero siempre interesante, así como el mismo Javier. Dentro de sus ideas personales o definición de su labor es que la comida sea rica y honesta; no exótica, industrial o sólo una mercancía. Vemos a Javier cocinando, desde lo humilde, pero a quien se le ve conocedor y apasionado a su modo. Son de aquellos que no pretenden venderte una publicidad para desfalcarte el bolsillo y servirte muy poco de paso. A Javier se le ve un poco cansado. Él mismo lo dice indirectamente. Lo oímos hablar bastante. El filme es sobre él, sobre su cocina. Éste documental se presentó en la sección Culinary Cinema del festival de San Sebastián 2025. Javier es un tipo que está realmente en el asunto, que lo vive desde lo más pragmático, y lo de él es vocación en toda la palabra. El dinero siempre es importante, que nadie te engañe diciendo lo contrario, pero no es lo principal (tampoco para él). Se ve que ama cocinar, sin ponerle demasiado rollo. Es hacer y ser de verdad, sin banda sonora, más allá del papel, aunque es duro muchas veces (como se percibe de Javier), porque es más fácil cuando eres popular (más allá de si eres realmente bueno). Javier conjuga la música, que el produce a computadora por placer, con cocinar, y se puede ver que también exhibe, con sus explicaciones, muchas semejanzas con el séptimo arte, y el arte en general. Javier se expresa de manera simple, amable. A su argumentación sobre saber aprovechar al máximo los alimentos (con las fermentaciones), desde la sabiduría culinaria coreana, se le puede rescatar -aunque no es una intención directa- una esencia social, en valorar más. En Javier se puede leer una cosmovisión espiritual, tampoco dicha literalmente, el de ser agradecido con la vida. Javier deja ver ideales. Pero no es dejarse arrastrar por los tontos romanticismos, los que muchas veces los inventan otros para anclarnos al masoquismo. Lleva una vida tranquila. Tiene lo suyo y no quiere pelear con nadie. Conversa con amigos de vinos, mientras tienen opinión propia, sustentada, inteligente. Se ve su relación con el mundo coreano, que es sinónimo de integración multicultural, y con su barrio. Lo observamos en el clásico ir al mercado por insumos. Su mirada, en muchos sentidos, es la de ser un buen economista. Otra idea suya interesante es su valoración del pan, más que alucinar con algo grandilocuente lo suyo es ver la genialidad en lo minimalista, en las pequeñas variaciones, en los detalles que rechazan la falsa intelectualidad y señala donde encuentra la verdadera sustancia (he ahí su impertinencia). Expuesto sin revoluciones ni alardes. El pan es rico en matices con pocos ingredientes. El sencillo detallismo de Javier se ve por mencionar algo en usar el caldo de las empanadas en la saborización de las papas doradas. Él experimenta también, como observamos en la película, desde su mirada. Lo suyo es igualmente ser bien argentino, servir provoleta y trozos abundantes de carne. Su restaurante se llama como él, Urondo, como está impreso en la carta del menú, como está estampado en los polos que lleva, aunque también lleva uno de Metallica.
martes, 30 de septiembre de 2025
Una película de miedo
El brasileño Sergio Oksman quien vive y enseña cine desde hace muchos años en Madrid hace una película de bajo presupuesto, una película de ficción guionizada por él en solitario, hecha un poco como si fuera un documental, con mucho de su biografía. Oksman actúa de sí mismo, junto con su hijo, Nuno, de 12 años, que hace lo mismo. El pretexto, para intelectualizar un pensamiento (leitmotiv) y un cúmulo de sentimientos, es un viaje padre-hijo a Lisboa, Portugal. Mucho de lo que pasa en pantalla son actividades muy simples, cuando yacen en un hotel que han dicho lo van a remodelar y ahora está cerrado para el público. En el hotel sólo están ellos dos y el dueño, un portugués amigo de Oksman, y la historia de un huésped fantasma que vivió 10 años en el lugar, cuando se creía simplemente de paso. Así se van disparando algunas cosas que ponen el toque de "variedad" pintoresca en ésta sencilla película. Se habla del primer asesino en serie de Portugal y de los primeros de la península ibérica, el gallego Diego Alves (llamado el asesino del Acueducto), del que se conserva/preserva su cabeza embalsamada en un frasco, como estudio/desentrañamiento del mal, y del que se quisieron hacer películas/escenas durante el inicio del cine en el país donde se le ejecutó (Portugal), habiendo la particularidad de que en el segundo intento de filmar un relato suyo sólo se cambió la ubicación de la cámara, por el frente en lugar de por detrás, compartiendo casi la misma puesta en escena pero desde otro ángulo, lo que suena a una variación minúscula, pero que se oye curioso (no solemos dar crédito cuanto puede cambiar, cambia, algo con cosas prácticamente imperceptibles). Oímos de varias extravagancias que rodean la vida de éste asesino. Lo conocemos a través de un paseo semejante al de un museo. Por túneles tenebrosos. Muchas de las tomas de ésta propuesta son con la cámara fija, no obstante no se exceden de tiempo, no molestan. Así mismo Oksman habla de su padre (con quien hizo una película), emparentándolo con le genética de los criminales, en cuanto a repetir patrones, como si estuviéramos condenados por un destino a ser igual que nuestros padres. Se dice que esto sucede por al menos cuatro generaciones. Es un filme que se plantea de narrador de cuentos audaz. No llega a tanto, es algo humilde, pero el resultado es más que decente. Es una pequeña obra llamémosle artesanal, aunque profesional en sentido que no hay que pegarla, como espectador, de perdonavidas, en cuanto a que cumpla con lo básico. Se siente un poco como que padre e hijo juegan a hacer cine. El padre lo hace parte de su universo, cosa que es importante como idea de la propuesta porque Oksman quiere mantenerse de cierta manera cerca de su hijo, cuando yace latente la relación distante con su propio padre. Es querer enmendar los errores de su progenitor, no caer en repetir el molde, romper con la estela de un tipo de destino, de ciertos temores, desilusiones y tristezas. Oksman da a entender que quiere mantener la mesura en su existencia, huir de los egos inflados, del narcisismo, del desinterés por los otros, del sólo velar por uno mismo, o de la derrota (claudicar psicológicamente). Es no dejarse arrastrar por la ausencia de compromisos, por el exceso de libertad. También hay en sí un cierto temor a la soledad, es querer evitar mecanizarnos, o a padecer ser olvidados. Oksman "juega" a hacer cine igualmente con amigos, actores y directores de cine. Genera un poco la sensación de estar improvisando, aunque el desnudo de la lluvia revela claramente al espectador que estamos ante una construcción de ficción, a la consolidación de un guion, pero por todo pasa el mensaje de su preocupación. De todas formas, de antemano, ya nos lo había dicho los ángulos de la cámara, la puesta en escena de los momentos, sobre percibir estar dentro de una ficción, aun cuando se le puede haber dicho al niño que simplemente fluya frente a la cámara, que se divierta. Tal lo expresa Nuno mismo, sin sobreactuar, economizando movimientos, evitando el circo. No obstante se nota una construcción, aun en su sencillez. La película narra que el niño no siente miedo con el cine de terror, quien como aventura quiere sentirlo, que aparezca literalmente la gran película de horror con aquel sentimiento. Para eso surge la cinefilia del padre (y el estudio de un conocimiento que se encuentra en movimiento). Una lectura va de la mano con el uso de varios pasajes e ideas de El Resplandor (1980), la desaparición de los afectos o que surja el anunciado arrebato (la fuga), cuando Oksman quiere sentirse realizado/compenetrado afectivamente con su hijo, que lo tenga presente en su crecimiento (dentro de lo ideal), que cuente con él, que venzan cualquier melancolía, como con aquella imagen de lluvia a lo Fight Club (1999).
lunes, 29 de septiembre de 2025
Bus 174
Éste es el debut de José Padilha, el director de una de las mejores películas de la historia del cine brasileño, Tropa de Élite (2007). El documental lo codirige con Felipe Lacerda. Es una película de cine social. Un muchacho negro de unos 21 años secuestró un ómnibus con 11 rehenes el año 2000. Estuvo plantado en plena calle, del Jardín Botánico, Rio de Janeiro. Lo rodearon los medios de comunicación y lo cercó la policía. El documental de Padilha y Lacerda expone una mirada muy completa sobre el suceso, indagando en cómo este muchacho de color llegó a ésta situación. Hay un momento de sobremanera traumático/dramático en la vida de Sandro Barbosa do Nascimento, el secuestrador. De muy pequeño vio como asaltaban su tienda y mataban a su madre a puñaladas. Esto hizo que temiera y repudiara su barrio y terminara como niño de la calle. De ahí en adelante vinieron las drogas, esnifar pegamento y cocaína, caer en el reformatorio y en la cárcel (la que es parte de éste documental que deja plenamente expuesto lo horrible que son). Robaba para drogarse. Fue participe de un caso muy conocido en Brasil, el de la masacre de Candelaria (cuando tenía unos 13 años) donde murieron asesinados niños de la calle. El filme expone una mirada que desnuda la criminalidad y también analiza de dónde proviene, que está fallando o que debería de enmendarse como sociedad. Se habla de invisibilidad, falta de oportunidad, de mucha violencia y furia como consecuencia de una vida delictiva y una vida infrahumana en prisión. Pero también se ve que no se puede negar -ser tan iluso o inocente, como anuncia el H.G. Wells que prevé el futuro- que el crimen debe combatirse (que muchas veces valga la analogía estos policías son como quienes matan animales para que los comamos, hacen el trabajo que no queremos hacer/ver y se necesita, enfrentan directamente sin falsos romanticismos la brutalidad de los criminales), puesto que existen muchos criminales en exceso crueles, fríos, harto peligrosos para cualquier ciudadano (uno encapuchado habla de quemar gente y de su odio por los policías), que atentan contra la tranquilidad y seguridad del poblador común, de todos. El filme expone que es importante tener una policía competente, bien entrenada, preparada para vencer la inseguridad, la violencia y el crimen. El secuestro duró 5 horas y expuso muchos defectos en como combatirle, dejando en claro lo importante que es estar preparado, tener una buena policía. Cuando piensan porqué hizo esto Sandro, compañeros delincuentes dicen que pudo haber querido robar a alguien, haber seguido a alguien de un banco por decir y terminó desbordándosele la situación. En realidad con éste secuestro marcaba su sentencia de muerte frente a la policía, que se contenía porque estaban los medios de comunicación haciendo show del asunto -dando poder al secuestrador- y había ordenes de no dispararle. No querían que en tv. surjan imágenes de shock, si un francotirador apretaba el gatillo, como se dice detalladamente. Secuestró jovencitas de su misma edad. Algunas entraron en pánico. Sandro se comportaba de manera muy elemental, no sabía que hacer en realidad. Pedía una granada para amedrentar y amenazó con matar rehenes en poco tiempo. Hasta hizo una mímica de ello. Quería escapar, no ir a la cárcel, pero ya tenía la soga en el cuello. No sabia ni que pedir. Decía a voz en cuello, esto no es una película de acción. Lo que se quería es que no matara a nadie, pudo hasta disparar hacia afuera por la ventanilla, había mucho curioso. Se entrevista a secuestrados o a la tía de Sandro. Se ve incluso declarar a un hombre que fue parte, sobrevivió, a la calle y a la masacre de Candelaria, como Sandro, al que se muestra complementado con imágenes de archivo. Sandro tuvo soporte de una especie de madre adoptiva y de una asistenta social, pero él no optó por enmendarse. Se dice que en realidad no quería matar a nadie, pero estaba ya fregado con el asunto. Fue tremendo error haber secuestrado el ómnibus, dicho por amigos criminales de Sandro que lo señalan de loco o porque seguro estuvo drogado. Se deja decir en el aire que fue un grito social, aunque Sandro lo hizo inconsciente. Es una película muy completa, muy honesta, hasta puede verse que se trata de entender al secuestrador. De verdad profundiza en quien es él, desde varios ángulos. Pero igualmente se percibe que es una lucha contra la criminalidad, en ayudar a prevenir y generar soluciones para salvaguardar la sociedad y la convivencia tranquila y pacífica. Oímos hablar a activistas pro derechos humanos de criminales o de los jóvenes de la calle. No todos son ladrones, algunos buscan ser vendedores ambulantes, otros los vemos haciendo malabares. Hay de los que logran reinsertarse en la sociedad como vemos en el caso de la generosidad del profesor de capoeira de la Universidad. Un psicólogo que habla largo y tendido los humaniza, señala la precariedad y estar solo en la vida, como crecer/dormir en las calles, bajo cartones, pasar hambre, verse influenciado por el tráfico y el consumo de drogas. Los niños de la calle llaman niños ricos a los que tienen padre y madre. Varios policías también hablan a la cámara, tipos que se expresan muy bien (todas las declaraciones en general hacen un conjunto sólido, muy competente, muy bueno), conscientes de todo. Se ve el notorio germen de Tropa de Élite, esa adrenalina e inteligencia para luchar el crimen. El desenlace del secuestro muestra la torpeza policial, de la policía común, pero eso justamente lo discuten policías de la BOPE, expertos. Como todo el secuestro fue seguido por montón de medios de comunicación que estuvieron en pleno, en éste documental se pueden ver imágenes de primera mano, privilegiadas, muchas partes del secuestro con pelos y señales. Al mismo Sandro en todo su accionar. Somos participes de un final hiper dramático, milímetro a milímetro, con cámara lenta, puesto que el final fue caótico. La gente misma, presente en masa en el lugar, quería lincharlo, entraron en total estado de furia. Observamos a Sandro cogiendo/jaloneando del cuello a las rehenes, poniéndoles el arma en la cara, en la boca, gritando, cogiéndolas como escudo, por las ventanillas del ómnibus. Se siente la tensión policial de querer dispararle. La vida completa de Sandro, si bien un criminal, es toda una tragedia.
domingo, 28 de septiembre de 2025
Hen
Ésta película de arranque parece algo extravagante. La historia de una gallina, una gallina común y corriente. La dirige el húngaro György Pálfi. Lo curioso del filme es que no son efectos especiales los que vemos en pantalla, sino son ocho gallinas con las que ha trabajado Pálfi para conseguir hacer su película. Es de un gran realismo por ello. La historia no se ve pobre, está muy bien conseguida. Es una película realmente lograda sobre una gallina, sobre su vida ordinaria, o su actuar normal. La vemos rodar por el "mundo" que sería la novedad. Lo difícil que es para ella, si bien no muestra mucha consciencia de su situación. No obstante por ahí se deja volar que un cartoon puede haberle hecho pensar. El contexto principal se da cuando la gallina llega a un restaurante griego donde unos criminales hacen pasar inmigrantes ilegales. Todo ese traslado e introducción es simplemente por dinero. No les importa esas vidas. Así hay un accidente y los criminales se limpian de la manera más fría. Ésta gallina parece condenada a poner un millón de huevos, a copular eternamente, aunque está en su naturaleza, ella incluso lo busca. No obstante si aparece -se vislumbra- un deseo, un pensamiento, en ella es que parece querer una vida familiar que yace vinculada a la extinción de la humanidad. Ésta película es, aunque con momentos trágicos y dramáticos, también una sátira, maneja humor negro. Es un filme hecho con cierta libertad, libertad propia de un cine más europeo que comercial, pero se ve sin dificultad. Es de relato sencillo, pero a ratos un poco duro. Está hecho por alguien más realista que sensible o poético. Ver todo lo que hace la gallina, todo lo que pasa es atractivo, mirar su desenvolvimiento, su andar, como traza recorridos, como desarrolla su memoria. Tiene una escena un poco cruel, cuando le cae encima una caja, la cual parece digna del Oscar o de una comedia slapstick. La cosa es que es una gallina y aquí no habrá ningún símil de palm dog que sindique su ternura o gracia. Eso que sea una simple gallina sin ponerle en sí misma ningún romanticismo de por medio la hace extravagante en cierta dosis. Lo del mundo gángster luce más convencional. Finalmente es una obra llevadera, de poco rollo. La mirada lo dice todo, no se da cuenta de mucho. Mejor así parece decir el filme, porque es un mundo horrible.






