martes, 31 de mayo de 2011

Las diabólicas (Les diaboliques)

Realizada en 1955 por el director francés Henri-Georges Clouzot, trae la fina capa de un terror más sutil y paciente que el que se hace hoy en día. La historia nos ubica en una escuela e internado de niños perteneciente a la pareja Delassalle. El principal y esposo, Michel (Paul Meurisse), es un hombre déspota y maltratador, especialmente con su mujer, Christina, la actriz Véra Clouzot de nacionalidad brasilera que estaba casada con el cineasta de éste filme y la que murió a los 46 años de edad producto de un ataque cardíaco dejando sólo tres actuaciones en toda su carrera. Su personaje es la que realmente ostenta el dinero que ha invertido en la unidad escolar en la que labora de maestra siendo muy querida por los pequeños. No obstante su marido es quien lo aprovecha luego de que fuera un pobre diablo que mejoró su condición social desde hace ocho años cuando se unió en matrimonio con Christina a la cual ultraja constantemente y hasta llega a poseerla como si fuera un objeto. También para colmo él tiene una amante a vista y paciencia de su cónyuge hasta sacárselo en la cara frente a ésta, la profesora Nicole Horner (Simone Signoret) que tiene un cariz cínico y descarado.

En el inicio de la película se nos describe la personalidad de Michel que compra vino barato para sus empleados y da comida rancia a los alumnos, suele avergonzar a su esposa en público e incluso no solo abusa de su persona emocional sino físicamente llegando a prodigar su infidelidad por toda la institución. Tanto Christina como Nicole extrañamente son amigas aún compartiendo el mismo hombre y los descaros de su mano que puede ser la razón de esa cercanía. La primera es débil, cándida y dócil; la segunda es enérgica, decidida y osada. Nicole logra convencer a Christina de matar a Michel; para hacerlo idea un plan perfecto que conlleva atraerlo a un apartamento fuera de la ciudad y sedarlo con una bebida para luego eliminarlo. Lo llevan a cabo con algunas dificultades pero lo logran, drogándolo y ahogándolo en la bañera; esto sucede no muy avanzada la película y es alrededor de éste incidente que girará el relato.

Más tarde sucede lo inexplicable. Al lanzar el cuerpo de Michel a la piscina sucia del colegio, al esperar bajo bastante tensión que se encuentren sus restos, incluso cuando los niños juegan cerca del agua hasta sumergirse en ella y terminan pidiéndole a un trabajador que desagüe el estanque en busca de unas llaves, se dan con que ya no está en ese lugar, ha desaparecido sin dejar rastro. Desde aquí empieza el misterio y el desarrollo del concepto de la cinta.

Ésta es una película con mucho dramatismo e histrionismo. Presenciamos la lucha entre Nicole y Christina bajo emociones de culpabilidad y miedo sacándose en cara la presión y participación mayor de la amante como la colaboración de la otra y el mutuo ataque dividiéndose la responsabilidad mientras desatan conjeturas y viven al filo de la navaja. Se da una persecución por saber dónde se halla el cadáver, por parte de Christina que se ve más afectada y más decidida a resolver el caso. Surge la intervención de un viejo sabueso, Alfred Fichet (Charles Vanel), que investiga a costa de recibir un sueldo de tener éxito con el paradero del desaparecido, siendo contratado sin querer por la dama Delassalle.

A la narración se le van agregando elementos que incrementan el enigma como la incertidumbre. Se dejan pequeños rastros como que hay un fantasma rondando o crece la duda de si lo han matado verdaderamente para lo que ellas mismas se convencen de que en efecto lo han hecho y toman las rarezas como sucesos que buscan desentrañar vehementemente.

La carga de preocupación la absorbe gravemente Christina, que cae enferma actuando muy desequilibrada por el asunto que la envuelve. Nicole es más fría y se mantiene al margen apoyando a su compañera que está tan desesperada que hasta quiere confesar el crimen. Para colmo, como para volverse loco, un niño dice haber visto al director recientemente, pero nadie le cree y lo castigan. Sin embargo al tomarse la foto general del alumnado y el profesorado juntos aparece en el reflejo de una ventana el rostro de Michel. Christina se quiebra, sumida en el pánico y en el remordimiento.

La trama se maneja con efectividad durante las casi dos horas de duración, con esa calma y exhibición controlada y metódica propia de los clásicos. La expresividad de ambas mujeres son bien desplegadas, sobre todo por el lado de Christina que lleva todo el peso de la historia. Su sufrimiento y su embrollo la dibujan con un realismo sólido. El desenlace cumple con ser atractivo y cierra el círculo con ingenio. ¿Al final el niño sigue mintiendo o es que continúa diciendo la verdad? ¿Qué es lo que ve o es sólo un invento?

viernes, 27 de mayo de 2011

Scarface

Éste clásico del año 1932 fue dirigido por el famoso director americano Howard Hawks. Cuenta la ascensión de Antonio “Tony” Camonte (Paul Muni) en el mundo del hampa; su método es simple como sale de sus propias palabras, disparar primero antes que los otros lo hagan. Dedicado desde el inicio a seguir su ruda ideología se hace mano derecha del mafioso Johnny Lovo, pero se enamora perdidamente de su amante, Poppy (Karen Morley), que es una mujer frívola y mantenida que será una de tantas razones para más tarde retar a Lovo. Tony Camonte empieza a meterse en todos los negocios del sur que tienen que ver con la venta ilegal de cerveza en la ciudad de Chicago hasta dominar y reemplazar -bajo la batuta de Lovo- al antiguo jefe mafioso de la zona que termina asesinado por Camonte, para eso se presenta como un traidor y desde el principio se nos enseña a éste personaje sin ambigüedades ni sutilezas.

Tony tiene cercanía con su madre la que no se siente muy orgullosa de su hijo porque conoce sus movimientos ilícitos. Éste gánster de origen italiano conocido como Cara Cortada, por tener una enorme cicatriz en un lado del rostro, quiere sobreproteger a su hermana menor de 18 años llamada Francesca “Cesca” Camonte. Francesca es un chiquilla muy coqueta y seductora con los hombres, lo cual le disgusta a su hermano que no quiere verla relacionada con nadie. Él le da dinero pero quiere controlarla; ella lo recibe pero busca ser libre de sus actos.

El mejor amigo y compañero en su pandilla mafiosa Guino Rinaldo (George Raft) delinque fielmente detrás de Tony, suele lanzar una moneda al aire como una costumbre, se le conoce por ser mujeriego pero termina enamorándose de una tenaz Cesca que no quiere oír de rechazo, pero esto traerá más tarde una desgracia producto de una equivocación a manos de una exaltación poco meditada que le costará la vida a más de uno y será el punto de debacle del liderazgo de Camonte.

El lado norte de Chicago también está en la mira de Tony Camonte que contradiciendo a Lovo empieza una guerra que lo enfrenta a un último lugarteniente vivo de ese territorio, se llama Gaffney (Boris Karloff), que reacciona osadamente contra su enemigo pero termina temiéndole. Una vez conquistada la ciudad un vulgar e ignorante Camonte se reviste de lujo y pasatiempos cultos como ir al teatro, logra convertir a Poppy en su pareja y parece que todo va viento en popa cuando comete un gran error que traerá su destrucción.

Antes es víctima de un atentado en una persecución emocionante en coches desde donde disparan metralletas. Al final de un impactante escape la sentencia de su jefe tiene fecha. Como se ve Tony no tiene freno alguno y pronto lo quiere todo bajo su dominio. Ésta es una historia de ambición sin límites. La policía está encabezada por alguien al que sólo se le conoce como el jefe de detectives (Edwin Maxwell) quien es un idealista, y su segundo al mando es el vehemente Inspector Ben Guarino que en un momento llega a golpear a Camonte ya que tampoco teme a nadie. A la prensa se le muestra alabando las acciones de los mafiosos como si fueran hazañas. Howard Hawks crea un panorama general de lo que se vivía para la época.

La película a su vez puede verse como una denuncia ya que nos habla en la introducción de que la mayoría de los hechos son verdaderos, la lucha de bandas y los delitos, haciendo hincapié en que lo que busca la cinta es que los norteamericanos hagan algo contra todo esto o apoyen al gobierno. A la mafia se le muestra tal y cual es, el personaje principal es de una simpleza impresionante, no posee más cualidades que su osadía y su impermeabilidad ante la muerte, no teme morir y no tiene escrúpulos como tampoco miramientos para sus deseos, quiere fama, poder y riqueza, lo que le motiva a seguir hacia adelante con fiereza. Se ve que nada lo intimida y confía mucho en sí mismo. Cuando Poppy le dice de mala gana ¿por qué no te buscas una mujer?, él le responde que ya lo está haciendo en ese momento. Es la primera vez que se ven y la mujer es agresiva siendo la amante de Lovo. Ella representa una parte de sus ambiciones, y enseguida uno de sus logros.

Toda la cinta tiene escenas de acción, muchas matanzas y balaceras, persecuciones en carro y ajusticiamientos, en una muestra de todo lo que hay que hacer para crecer en ese submundo salvaje, y el final a su estilo es épico con un Camonte fiel a su imparable combatividad despertando su propio heroísmo en la ley de uno contra el mundo. El colofón no posee fastuosidad sino sequedad para ambos bandos contrarios, tan solo es justicia, el cierre apropiado de la forma de vivir de un hombre. El filme es limpio, de mayor claridad que el cine presente, de inferior dureza visual comparado a lo contemporáneo y bajo un aire mucho más inocente, más teatral, mucho más pausado y menos potente, pero su aura clásica seduce con un guión elegante, romántico y bastante artístico.

domingo, 22 de mayo de 2011

Balada triste de trompeta

Si uno desea ver a un director al margen de la cordura, alguien trasgresor, alguien original que no teme al estrepitoso fracaso, un cineasta que camina por la imperfección del aventurero no basta más que buscarlo en el realizador español Álex de la Iglesia. En ésta película vemos un cuento de hadas siniestro, una pesadilla contextualizada en el circo, una batalla entre payasos, el triste y el cómico, un vuelo esquizofrénico y radical. La historia es enrevesada, dirigiéndose al ritmo frenético de la espontaneidad más veleidosa, es como una sinfonía que da rienda suelta a los sonidos más elevados y cambiantes.

Dos hombres se disputan el amor de una mujer, una bella contorsionista llamada Natalia que alberga la atracción por el horror y que estando con Sergio (Antonio de la Torre) aprende a aceptar el maltrato y el temor por algo parecido al amor, está en una relación turbulenta, masoquista y apasionada, se deja golpear por éste y tiene sexo desenfrenado más tarde en reconciliación, el asunto se complica cuando logra seducir a un tímido personaje de circo que tiene en su subconsciente las palabras de su padre antes de morir en la guerra civil española disfrazado de su tradición profesional, la de payaso, venganza es el último grito de guerra que más tarde se convierte en un acto reflejo en su vástago.

En esa encrucijada, entre un tipo por naturaleza violento que irónicamente interpreta al artista feliz y gracioso que cambia brutalmente al hallarse alcoholizado muy a menudo, y un introvertido y apocado robusto circense llamado Javier (Carlos Areces), Natalia no sabe por quién optar, su indecisión trae una lucha devastadora que termina enloqueciendo a los dos sujetos desfigurados uno por mano propia y otro por la ajena. Mismo King Kong tratan de arrebatarse por la fuerza a la bella dama en disputa, luego de que en rocambolesca mutación Javier se vuelva tan temible y peligroso como Sergio, queriendo convencer a la par de su contrincante a la extraña mujer que tira y afloja para ambos lados.

La línea del mal y el bien no existe, uno es tan desequilibrado y salvaje como pervertido y agresivo el otro, el sueño surrealista de Javier cobra vida en la realidad ante sus temores y desde ese lugar la película toma tintes desbocados en precipitada carrera. El payaso se convierte en ente del horror, a su vez que su némesis llora el triste hecho de no poder hacer reír a los niños. La locura de la mente del director no tiene pierde ni escatima límites, es de indudable diversión, un juego visual, una guerra interpersonal, una conquista amorosa y por un lado caprichosa que es meta de nuestros aguerridos combatientes en donde uno llega a lucir muchas armas y hasta cometer asesinatos. Las escenas grotescas se suceden una a una, la extravagancia hace presencia de honor, los integrantes del circo son parte de la vorágine y no son más coherentes que los principales responsables de ensamblar una esperpéntica batalla, un motociclista temerario que siempre se descalabra sin misericordia, un presentador que perdió a una mujer al sentársele encima suyo un elefante y en general todos participan de esa pequeña comunidad anárquica tratando de subsistir a toda costa en el espectáculo y apoyando a Javier que aún en las mayores degradaciones y actos demenciales parece ser el “héroe” de nuestra trama, si bien De la Iglesia no duda en sumirlo en las peores condiciones ni difuminar su estatura moral o ideal, para eso no sigue reglas convencionales.

Debo decir que los actores cumplen tan descabellado proyecto dando realismo cuando no existe, comportándose como que se encuentran dentro de un contexto creíble en nuestra mundanidad, lo cual es inverosímil ya que el filme está completamente sumergido en la fantasía y esa sensación hace más llevadera la contemplación de la película. Tratar de no comprender que estamos en un mundo ilusorio y laberintico es llegar a despreciar el concepto y empezar a notar todo los desperfectos que notoriamente ostenta tanto desparpajo que produce vértigo primando el pensamiento de desorganización llegando a clasificarla de fallida. Pero no sucede de esa forma visto con ojos ávidos de absorbernos en la imaginación propia de la irrealidad cayendo en el absurdo más flagrante.

La canción de Raphael presta el nombre al título y su presencia no desentona sino se acomoda precisa e ingeniosamente al entorno. Antonio de la Torre destaca dentro del grupo con una actuación brillante que sustenta cada altercado y persecución metido en su personaje que se enriquece de su mano creando una personalidad amenazante, burlona, malévola y hasta melancólica. Natalia, la joven actriz Carolina Bang, comparte su generosa belleza sin delicadezas y aún siendo novata para el cine despierta mucha sensualidad inherente a su piel, dulzura e inocencia a ratos y ese toque necesario de ambigüedad y rareza que le permite ser la musa de dos locos irrefrenables, es el objeto del deseo, el leitmotiv que desde tiempos inmemorables ha caracterizado a parte de la humanidad.

Éste filme estuvo presente en los Goya 2011 quedando sin ningún galardón en la mencionada gala y que no tiene más que un único reconocimiento a mejor director en el prestigioso Festival Internacional de cine de Venecia, la cinta no es para académicos sino para espectadores ansiosos de diversas expresiones cinematográficas.

martes, 17 de mayo de 2011

Tsotsi

Ganadora del Óscar a mejor película en lengua extranjera en el 2006, está dirigida por el director sudafricano Gavin Hood, la cinta nos narra sobre un personaje en especial que se hace llamar Tsotsi, un chiquillo malvado que vive en la zona pobre de Johannesburgo en un barrio marginal en una pequeña covacha de material endeble, él es el líder de una discreta banda de asaltantes, el muchacho es sumamente cruel y vengativo, no escatima remordimientos ni dudas en su accionar, en el filme se puede ver diferentes actos que lo describen de esa manera, lleva en su mente un trauma familiar producto de haber tenido un padre alcohólico y despiadado, por lo que huyo de su hogar y se crió solitario en la inclemencia del mundo en territorios abandonados próximos a su actual vivienda.

En cierto momento de la película luego de que podemos conocer que sus escrúpulos no existen y que es capaz de matar a quien sea que se interponga en sus planes, incluyendo a sus amigos, roba un auto de una residencia elegante y se topa con que dentro del vehículo hay un bebé, decide llevárselo y esconderlo, lo cuida de forma precaria, la escena del bebé lleno de insectos en la boca al dejarlo sucio de leche es totalmente explícita que me hizo pensar que quien puede prestar a su hijo para que se haga una escena como ésta, que se ve tan real, pero volviendo al filme, Tsotsi cree que le pertenece como si fuera un objeto que arrebatándolo ya es suficiente para hacerlo propio, al que trata como a una mascota, lo transporta en una bolsa de cartón y obliga a una mujer que es madre soltera a darle de lactar la cual hace más de lo requerido pero sin delatarlo.

Mientras tanto la familia del bebé está desesperada, la madre por culpa del pandillero ha quedado invalida, la policía tiene una descripción del rostro del agresor y lo persigue aunque se le hace arduo encontrarlo, muchos sospechan de Tsotsi viendo su cara en el periódico que narra toda la circunstancia que provocó pero nadie lo acusa si bien tiene algún enemigo. La banda de Tsotsi está formada por tres integrantes, un gordo jovial y algo inocente que es su amigo de toda la vida que siente admiración por él, un tipo delgado de apariencia moderna que lleva un punzón para sus atracos y que no duda en usarlo sin lastima alguna, y un hombre joven de lentes que le apodan el profesor y es el que suele reflexionar, tanto que valiente o tontamente suele discutir con gente peligrosa sobre la decencia, lo cual le cuesta una buena paliza.

Tsotsi por naturaleza no quiere a nadie pero parece que desarrolla sentimientos de afecto por el bebé, incluso le pone su nombre verdadero, David. Mientras avanza la película al trato de esa relación algo empieza a transformase dentro suyo pero no como las historias sencillas de redención, no deja de ser una amenaza para la sociedad y alguien de arrebatos violentos que no posee límites para sus reacciones brutales y desprovistas de consciencia, no obstante a su modo salvaje de ser realiza unos cuantos arreglos en su entorno, donde antes se muestra desbordado de rabia y frialdad que lo tenía como un sujeto imposible de reformar, tanto que la pena de muerte para gente como él puede llegar a argumentarse con facilidad dado el caso de no haber una cárcel donde se pague una buena condena, sin ventajas ni adoctrinamientos criminales.

La película está bien dosificada por donde se le vea, a pesar de que la música moderna que se oye en varias oportunidades suele romper un poco con la seriedad del guión. El camino que recorre está completamente dominado por el director que ha decidido muy bien, existe una dirección que sugiere en el lugar que debe y que no se expande mucho en ningún espacio sino se mueve dentro de coordenadas que alimentan de forma impecablemente necesaria a la historia, también el personaje que interpreta el actor sudafricano actualmente de 26 años de edad Presley Chweneyagae que es el principal termina siendo perfecto bajo su fisonomía y sus cualidades artísticas, que por ese entonces tenía 21 años y aunque su cuerpo luce pequeño y parece que no va a ayudarle con su rol, su rostro muestra la dureza indispensable para hacernos creer en su actuación que logra ser sublime. No solo eso sino exhibe mucha naturalidad ya que su semblante se acomoda a muchas emociones, cuando ve que la joven madre soltera de bellos rasgos le da de lactar al bebé robado su mirada es contemplativa y enternecida porque recuerda el afecto maternal que su padre impedía que él tuviera de pequeño, o en otra parte su ira es gigante e implacable al presenciar a un paralítico arisco y malhumorado que le habla con desdén y que llega a insultarlo, y es en ese preciso momento donde la pantalla se paraliza, imaginas lo peor, es una escena magistral de la película en donde vemos a un Tsotsi en toda performance. Su trato con la mujer que le ayuda con el recién nacido, con sus diferentes amigos y conocidos, con el padre del bebé secuestrado, con la policía, con unos niños pobres de la calle lo dibujan con diversas actitudes que son sobrellevadas con basta solvencia.

El resto del reparto no falla en general y ayudan a dar mayor sustento a la realización, por ahí que hay secundarios muy básicos como el caucásico jefe policial o algunas sobreactuaciones producto del drama que tiene que exhibir la madre del niño perdido, lo que siempre resulta un peso complicado de manejar; sin embargo, un jefe mafioso de la zona que quiere a la banda de Tsotsi en sus huestes o la iracunda mujer dueña de un bar realizan sus papeles con mucha gracia encomiable.

Hay que terminar diciendo que es una demostración de un cine de calidad nacido en África, un continente de poca difusión cinematográfica, pero que tiene a Sudáfrica como centro de éste arte, que tranquilamente compite con el resto del mundo y hace filmes que no tienen nada que envidiar a ningún otro. Poseen su propio estilo, aclimatado a lo accesible, representan una cultura y enriquecen nuestra percepción sobre ésta parte del planeta, y por todo ello no queda más que aplaudir su trabajo.

viernes, 13 de mayo de 2011

Carancho

En éste filme se puede ver mucha violencia, los choques automovilísticos y los atropellos son comunes en la historia, la sangre brota con desmesura. Sosa, el actor Ricardo Darín, sufre muchas golpizas y accidentes. Carancho es el tipo que se encarga de ver el pago del seguro a las víctimas de dichos percances pero es una actividad que conlleva mucha corrupción ya que suelen fabricar los incidentes y son los intercesores de una organización que se lleva la mayor parte del dinero cobrado.

En la historia Sosa se enamora de Luján (Martina Gusman) quien es una doctora que trabaja tanto en las calles como en un hospital, su relación está mezclada con los negocios ilícitos propios del Carancho. Sosa tras la muerte de un amigo suyo al fabricar un accidente toma consciencia del mal que ha ocasionado aun habiendo tratado de ayudarle pero de forma turbia y entrega todo el pago que el difunto ha de recibir a su familia, ello le trae problemas con su organización que se pelea con él. En ese trance Sosa quiere trabajar de agente libre pero parte de sus pasados empleadores no se lo quieren permitir; surge una lucha por el control de las actividades delictivas.

En adelante los planes de Sosa se dan de cara con su antiguo jefe que busca hacerlo desistir y que se aleje de su terreno mediante métodos coercitivos de fuerza. Al final todo desemboca en la mencionada violencia que ocasiona palizas, más colisiones preparadas e incluso una muerte, pero la red de mafiosos que trabajan en el mundo del Carancho es amplia que tiene dentro de sus límites a la policía; todo es por las grandes cantidades de dinero que se mueven y que permiten que Sosa siga circulando para seguir sacando provecho para la organización.

Al final Sosa está en una encrucijada en donde quiere astutamente sacarle ventaja al contexto. El camino que sigue el filme termina embrollándose pero continua una ruta llena de adrenalina que por ratos sale de control; la película cae en la exageración pero manteniendo un grado de coherencia necesario. El ritmo aumenta a medida que pasa el tiempo, hay una sensación caótica rondando la realización, se utilizan mucho las inyecciones con calmantes que se hace desmedido.

La película se convierte en una persecución y en quien logra vencer ante tanta competencia brutal y desmedida, Sosa que es un Carancho experto no se queda atrás ni sus rivales mucho menos que son maleantes sin escrúpulos capaces de las mayores bajezas pero eso no intimida a nuestro personaje principal que también llega a extremos impensados. Hay también romance, ya que la relación con Luján toma mucha forma y se convierte en una pieza importante.

Al final parece que estamos más ante una película de acción que de un verdadero drama si bien hay parte de ello en las circunstancias que rodean a Sosa. Es una película de criminales, Sosa aunque nos simpatice es parte de esa banda aunque por momentos trata de redimirse, sin embargo también está tras lo mismo que los demás, el dinero que proporcionan los seguros. Los choques son tantos que algunos parecen irónicos y fuera de lugar, el filme se convierte en una exposición de abruptos encontronazos, heridas sangrantes producto de golpes y jeringas por doquier, que son una constante.

El director argentino Pablo Trapero hace un filme entretenido, con muchos vuelcos y repleto de energía, alberga muchos hechos y para nada es previsible, siempre está sorprendiendo. Está bien armada la trama que despliega muchas aristas pero pervive una línea de entendimiento que sigue a los Caranchos y su entorno, las repercusiones de traicionar a la mafia para ser honestos y en general una suciedad moral a gran escala que alcanza a muchas personas incluso las que parecen ser decentes. Es la necesidad y la ambición trabajando juntas mientras las aseguradoras son las más timadas y no intervienen sino se dedican a abrir sus arcas para los más avispados que hacen infinidad de planes para desfalcarlas. Un auto que espera estrellarse con otro, un tipo que se droga para no sentir un fuerte impacto, abogados listos para intervenir a favor de las víctimas y sacarles la mayor parte de su indemnización, ese es el ambiente reinante. Todo esto hace de ésta película un producto con temática propia; Trapero le ha sacado mucho jugo creando un relato bastante imaginativo.

martes, 10 de mayo de 2011

Abel


El actor Diego Luna con sólo 31 años de edad es uno de los mejores exponentes del cine mexicano contemporáneo. En ésta oportunidad se pone detrás de las cámaras para interpretar un nuevo papel, el de director en éste su primer largometraje de ficción, y debo decir que sale bien parado de ésta incursión con una obra de hábil ejecución aunque con limitaciones inventivas, en gran parte curiosa pero abordada con excesivo sosiego. De buena cinematografía, con mucha calidad y la que tiene el reto de colocar a un niño de personaje principal.

La trama nos remite a un pequeño de 9 años de edad de nombre Abel que tiene problemas psiquiátricos, su madre que lo extraña en casa logra sacarlo del sanatorio mental y llevarlo con sus demás hermanos, uno más pequeño y una hermana adolescente. En el hogar el padre los ha abandonado. Abel que es autista, no se comunica y se ve abstraído del mundo de repente viendo fotografías antiguas nota la carencia en la conformación familiar y extrañamente decide convertirse en el padre que falta, pero lo toma literalmente producto de su mente especial, empieza a adoptar todas las actitudes que le competen al cabeza de la familia, incluso cree tener sexo con su madre y afirma haberla dejado embarazada, por su puesto sin concebir el acto sexual, ella sorprendida por el hecho de que su hijo esté despierto trata de hacer que todos se adapten a su estado a toda costa como prioridad de su salud y de que se mantenga con ellos, pero la situación empieza a desbordarse cuando Abel se mete en la vida de toda su familia dando órdenes y exigiendo respeto. El asunto se pone peor cuando el verdadero padre regresa a su casa luego de 2 años de ausencia y Abel no lo reconoce, sigue jugando a ser el patriarca.

El padre estuvo lejos por estar con otra mujer más joven que está embarazada de él pero miente diciendo que estuvo en Estados Unidos trabajando, es un hombre rústico pero ante la locura que existe en su casa no le queda más que continuar con todo ello ya que su esposa lo quiere de esa manera, para ello dicen que es un tío y conviven igual a como antes, nadie está contento con el retorno del progenitor que no hace más que sospechar de su amigo, el doctor de Abel, de que se acuesta con su mujer pero a la vez le cuenta con desfachatez sobre su amorío cuando estuvo distanciado y al que pretende volver en el futuro. Al final surgen peleas inevitables con Abel que cuando escucha que es únicamente un niño y no lo que cree ser, se altera y se infringe daño físico en total descontrol.

La historia presenta el cambio de Abel y su extraño nuevo comportamiento que lo involucra en el noviazgo de su hermana como protegiéndola de los varones y más cuando su pareja es mucho mayor que ella, en la corrección de las tareas escolares de su hermano menor, en arreglar la casa, en hablarle a su madre como si fuera su esposa. La progenitora tiene que lidiar con un hijo enfermo que tiene problemas de identidad, con un niño rebelde y malcriado, con una hija que quiere independencia y hacer lo que le dé la gana, y para colmo con el retorno de su marido que la abandonó sin motivo alguno por dos largos años y que se siente con poder por ser el dueño de la propiedad en la que viven y por un negocio que sustenta su economía.

Es una película que presenta una familia disfuncional, luego desequilibrada y más tarde totalmente atípica que se encuentran viviendo la fantasía irracional de un menor, inmersa en una gran espiral esquizofrénica producto de que la madre no quiere que su hijo se vaya de su lado, no obstante es una opción que tendrá que repensar cuando Abel ponga en riesgo no solo su vida sino la de su hermano menor.

La trama no presenta mucho conflicto aunque se expone bien, quizás ahí radique el defecto de su concepción, le falta un punto álgido en circulación que en apariencia parece poseer pero que no llega a cumplirse y en ese lugar hubo cierta ausencia de ingenio, aunque el tema del niño y una acción de su mano estén presentes no suceden mayores dificultades que alteren y generen un clímax en orden creciente, todo ello no alcanza a ser suficiente para armar una necesaria tensión o no acaecen en un momento oportuno sino cuando ya se quiere cerrar el telón, debido a que no se explayan sino se utilizan con demasiada mesura, el final es resolutivo pero toda la historia se hace demasiado cotidiana aún en la anormalidad y solo se exhibe con complacencia, como que todo se presenta muy natural y calmado, le falta el toque que manifieste una mayor dificultad aunque no deja de ser un fruto que se trata con cierto dominio, solo que le falta fuerza, una buena idea pero que careció de desarrollo problemático y que termina siendo una agradable realización que pudo ser mejor pero que no deja de ser un material muy digno del cine latinoamericano y mundial que se alcanza a disfrutar y a apreciar.

viernes, 6 de mayo de 2011

12:08 Al este de Bucarest

Película dirigida por una promesa del cine rumano Corneliu Porumboiu, ésta es su primera cinta y ganó la cámara de oro del festival de Cannes que es el premio a las óperas primas, todo un aliciente para seguir mejorando. El filme se presenta como una sátira sobre una pregunta que vuela como contexto ¿hubo o no revolución al este de Bucarest? Para ello el dueño de un canal de televisión invita a dos personajes que supuestamente participaron de dicho levantamiento, el problema es que existen dudas sobre la versión que intentan sostener, al parecer la gente salió al ayuntamiento frente a la plaza principal a celebrar cuando ya habían visto por televisión que el dictador comunista Nicolae Ceausescu huía en helicóptero, es decir salieron después de las 12 y ocho minutos cuando ya toda estaba finiquitado, no antes, queriendo dar a entender que no hubo tal movimiento rebelde en la zona que da cabida al título.

Sin embargo Tiberiu Manescu, profesor de historia que es alcohólico y que dilapida todo su dinero en bebida, dice haber estado antes de la hora mencionada y haber ido a la plaza a gritar arengas contra Ceausescu, incluso haber sido golpeado por un agente de la securitate. El otro invitado es Emanoil Piscoci, un anciano que suele vestirse de papa Noel y que irrisoriamente termina contando detalles que no importan que al final lo descubren como un cobarde, que era el accionar natural en la mayoría de los ciudadanos ya que todos temían al gobierno militar que ejercía mano dura contra sus habitantes.

La primera parte de la película describe el hábitat familiar y la personalidad de tres personas, Manescu, Piscoci y Virgil Jderescu, éste último es el dueño del programa al que los anteriores son llevados uno dubitativo otro queriendo escaparse de la cita, por eso a través del comienzo que nos ofrece la película sabemos claramente quienes realmente son ellos cuando están ante las cámaras de la emisión local y pueblerina al que asisten en la segunda mitad del filme en donde empieza una discusión que ya tenemos resuelta en la mente pero que no deja de ser hilarante ante los ataques a los que se exponen ambos participantes.

El público televidente hace llamadas muy resueltas como contundentes y desenmascaran a Manescu que se defiende enérgico y terco pero que no se hace creer, Piscoci en cambio afloja y cuenta la verdad, encima su ansiedad al ser observado resulta patente y se comporta tontamente. Ante un programa improvisado y torpe que es clara parodia de uno político se da cabida a diálogos cómicos y a una exposición vergonzosa, no solo quedan notoriamente mal uno por franco otro por mentiroso sino que el sufrimiento se alarga en una muestra excesiva de falta de escrúpulos al exhibirse en un tema en que no se han involucrado de ninguna manera y que al querer pasar por lo que no son o sea héroes son desacreditados por gente que los conoce al milímetro. Y eso es lo que busca el director, ridiculizar y hacer mofa de pseudo revolucionarios.

La película se sostiene bien pero no es que rebose de encanto, su manifestación cómica puede no ser tan entretenida porque es algo seca debido más a la temática que a la realización que sale airosa de sobra y más producto de identificarse con las circunstancias, de ponerse en el lugar de un ciudadano rumano para llegar a coger todo el pensamiento desplegado, sin embargo la recreación de la película da cabida a que nos compenetremos con la historia porque es clara y facilita el entendimiento, la burla es tan descarada que no hace falta mucho esfuerzo para asimilarla y seguir el hilo de la narración. Puede que no guste a algunos porque al final es un tema serio aunque visto con un cariz relajado, sin embargo se ve la buena mano de un director que maneja muy bien su lenguaje cinematográfico permitiendo que el espectador más lejano haga suya la trama, no es un filme que uno escuche mucho ser elogiado por el común denominador porque no tiene gancho muy vistoso, pero estoy seguro que a cualquiera que la vea le resultara una buena fórmula de conocer otras realidades y encima con una espontaneidad que se debe al talento de un buen guión que despierta admiración por el ingenio intrínseco que hace de algo complejo y cerrado todo lo contrario, es una buena oferta de un cine pensante que baja al llano a buscar un espacio. El final con la metáfora de las luces justifica el accionar de una población que si hizo la revolución pero a su estilo.

martes, 3 de mayo de 2011

Luces al atardecer

El director finlandés Aki Kaurismaki tiene bien ganado un nombre dentro del cine arte, gracias a un estilo muy propio. En la presente película nos muestra la vida a secas de alguien que se le puede catalogar de fracasado, su nombre es Koistinen, y es un guardia de seguridad solitario que ni siquiera es respetado en su trabajo, como cuando un compañero encargado de las salidas le pregunta por su identidad aun después de 2 años. Koistinen pasa de su trabajo a estar metido en su modesta casa o reparte su tiempo yendo a un bar a mirar a la gente. Un día que va como de costumbre a su pequeño rincón bohemio una mujer rubia y hermosa lo aborda directamente, enseguida él cree conseguir pareja sin hacer demasiadas preguntas ni objetar tanta repentina suerte, ya que Koistinen no se siente un perdedor sino que piensa que está a punto de dar el gran salto a una mejor situación como hace hincapié en sus conversaciones.

La trama es sencilla pero no por ello menos efectiva, también la ambientación es muy descriptiva, parece como si asistiéramos a una puesta de teatro, los personajes se quedan mirando el vacío mientras hablan o comparten momentos de esparcimiento. Koistinen suele visitar también un puesto ambulante para comer hot dog o tomarse un refresco, la dependiente Aila es su amiga pero en ella se trasluce que está enamorada de él aunque no es tomada en cuenta más que como confidente. Koistinen busca ganarse el amor de Mirja, la rubia, pero ella si bien parece corresponderle aceptando ir a comer, bailar, andar juntos y recibir atenciones de un hombre pobre dispuesto a dar lo mejor de sí, en el fondo está tendiéndole una trampa.

Mirja es pareja de un mafioso que quiere robar las joyas que se encuentran en el trabajo que vigila Koistinen. El mafioso lo tiene estudiado, sabe que el agente de seguridad es un romántico, un hombre sensible, alguien fiel, una buena persona, de esas que la realidad muchas veces destruye sin misericordia. Por ello Koistinen es blanco fácil de la maldad ajena y aún siendo víctima de ésta no hace nada para remediarlo salvo el absurdo exabrupto encolerizado de querer atacar al mafioso con un cuchillo.

La película es pesimista con esa vida que nos enseña, parece que no hay salida a algunos contextos, que las circunstancias hacen pedazos a quien no está preparado para defenderse de un mundo omnívoro y despiadado. Koistinen se mantiene en su decisión de no cambiar de personalidad, se somete a la ruina, el rechazo, la frustración, el engaño, la mediocridad, los golpes violentos de la existencia, es decir todas sus implacables desgracias. En su expresión no hay llanto ni pena, al final es un ser humano hecho para seguir adelante en la inercia más desastrosa. Él es una lección de supervivencia pasiva. Lo extraño es que la única mujer que realmente lo ama y lo ayuda no parece ser su válvula de escape, al menos no atina a ver en ella la felicidad, que parece negarse también. Koistinen no hace esfuerzo por salvarse y te enfadas con su inmovilidad porque esperamos que haga algo mejor con su vida, que aunque no hay muchas formas de levantarse vemos que es un hombre trabajador y honesto con lo que se puede esperar mucho más de su persona. En cierto momento ve a un perro que no es alimentado hace días amarrado a un poste entonces entra a buscar a los dueños y les planta la cara buscando resolver el maltrato que le dan a la mascota, lastimosamente es golpeado y no logra revertir nada, pero es elogiable su actitud, el ser tan idealista, en este caso vale su valentía o su entrega a sufrir sin lamentarse, aunque deja la amarga experiencia de que no siempre hay justicia donde es necesario que suceda.

El mensaje del filme es que hay hombres que padecen sin ser notados, como Koistinen, que la derrota existe y que las mejores almas no son las bendecidas sino que pueden estar en el suelo hundidos y aunque estoicamente no se quejen definitivamente alguien tiene que hacerlo por ellos, puede ser que necesiten de los demás para remediar sus problemas, cabe la perspectiva que no pueden solos, también es indudable que ellos mismos deben amoldarse mejor a la sociedad, necesitan crearse esas nuevas oportunidades y tener mayores facilidades, lo que puede ser exigir mucho a un planeta que muchas veces es capaz de destruir hasta las esperanzas. Koistinen pide un préstamo y se le niega porque no tiene garantías, al final se le humilla, le piden que salga por la puerta de atrás, pierde su trabajo por confiar en alguien, incluso se le arrebata su libertad por un incoherente silencio, entendido como parte de su carácter sumiso y soñador. Sin embargo luego de tanta tragedia y ser el festín de los astutos vislumbra lo que siempre ha estado frente a él, un complemento espiritual. Se puede entender que a veces uno busca a la distancia lo que cerca no alcanzas a notar teniendo la alegría gritándote. Un pequeño gesto deja que brille el sol.