jueves, 27 de mayo de 2021

El Dependiente


Ésta es la mejor película del argentino Leonardo Favio, también una película rara en su filmografía y de cierta originalidad pionera y ecléctica en el cine argentino. Favio hace una película sencilla, con pocos elementos, pero llena de personalidad. Tiene un humor especial. En la trama un hombre llamado por su apellido Fernández (Walter Vidarte) está relegado en la vida, es el eterno ayudante de un hombre de ferretería, trabaja para él por ya 25 años. En una alucinación un niño, él de pequeño, le grita que hasta cuando seguirá así. Fernández no quiere ser mala persona, pero la existencia lo empuja a tener matices, a ser complejo, a tener algo de perversidad en el cuerpo, quiere que su jefe y amigo, el viejo Don Vila, muera, y le deje de herencia la ferretería, para poder ser independiente. Pero no hace nada para que esto suceda, no es esa clase de película, Fernández solo espera que la vida haga las cosas, aguarda paciente y pasivamente que finalmente se haga "justicia", cierta justicia con él. La vida tiene estos rasgos extraños, todo lo bueno tiene algo de malo; todo lo malo puede tener algo de bueno. Fernández conoce a una mujer, a la señorita Plasini (Graciela Borges), y queda completamente enamorado de ella. Plasini suena a placer dígase de paso, también a pecado, a tentación. Lo criminal podría asomar, pero la película se mantiene inocente, solo algo sugerente al respecto. La señorita Plasini tiene una madre particular, medio loca y propensa al alcohol, y un hermano con retardo. La señorita Plasini parece tener en cuenta eso de que el tren se le puede pasar, no parece querer perder la oportunidad de atrapar a Fernández, es astuta; lo provoca y luego lo apaga, juega a la timidez y al recato, se le ve más inteligente de lo que aparenta. Favio arma un escenario similar a un teatro en la sala de la señorita Plasini. Pone a la parejita muy formales a tomar el té, y a ratos suelta pequeños exabruptos como humor. Se exhibe de obra minimalista, pero interesante, sin ser ardua para el espectador. Es curiosa y entretenida. También se presenta maliciosa en cuanto a la idea de libertad, sobre la que gira, con sarcasmo. 

sábado, 22 de mayo de 2021

Masacre ven y mira y La Ascensión

Dos obras maestras bélicas pertenecientes a la URSS y hechas por separado por un matrimonio, Shepitko fue esposa de Elem Klimov, ella murió temprano, a los 41. Ambos hicieron su respectiva obra maestra como su última película y tienen mucho en común. Hablan del ataque brutal de la Alemania nazi sobre los soviéticos; la película de 1985 contextualizada en 1943, la de 1977 sin fecha pero por el mismo tiempo. Se ubican en Bielorrusia, es la lucha de los partisanos soviéticos por sobrevivir y triunfar. 


Masacre ven y mira (1985)

La presente obra la dirige el director Elem Klimov y es una película que puede pasar fácilmente por una película de terror, es una propuesta sobre la locura también, sobre el trauma psicológico de un niño de 13 años, Flyora (Aleksey Kravchenko), al verse tan de cerca ante el horror del ataque nazi que destruyó 600 aldeas bielorrusas y masacró una enorme cantidad de seres humanos. El momento donde Flyora atraviesa el pantano es locura en estado pura, es un momento intenso, como toda la película. El trato con Glasha está también lleno de emociones y de una demencia palpable en medio de una lluvia de bombas y una tormenta infernal, para más tarde mostrar una horrible violación. Es un filme sobre el dolor, sobre el sufrimiento físico, mental, sobre lo más abominable del ser humano. Flyora padece todo, con la vida en un hilo. Vive incluso la traición de algunos compatriotas -traducido en muertes- y cómo los propios partisanos se hacen cargo de la misma manera, de forma atroz. Se da una gran escena cuando las balas, fosforescentes, mismas laser de luz, atraviesan el cielo y muere una vaca. Los bombardeos por doquier también dan la sensación de un poder sobrenatural constantemente acechante, dando a entender que la vida no vale nada. Es un filme un poco machacón con la violencia y super claro en su mensaje, los nazis son el demonio mismo. Pero es notable haciéndote sentir todo el horror de una guerra, el mensaje antibélico también es poderoso. El niño Kravchenko soporta bastante tensión, momentos muy fieros y traumáticos, éste sostenimiento es de principio a fin. Su leva es chocante, aun por su bando llamado patriótico; incluso pisa unos pichones a punto de nacer augurando todo el infierno que vendrá y no lo dejará jamás en paz. Éste filme fue hecho en conmemoración de los 40 años de la gran victoria de la URSS sobre los nazis. El guionista y novelista de la obra que adapta Masacre ven y mira, Alés Adamóvich, vivió esto y convenció a Klimov de seguir con el proyecto cuando él temió estar haciendo una obra demasiado dura, cómo es que se vive, muy intensa, que te mueve, te impacta; es toda una experiencia cinematográfica, una experiencia muy especial, y es cine en estado puro, como cuando Flyora va en busca de su familia y pasa por un lado de su casa y la toma deja ver al espectador -no necesariamente a Flyora- cadáveres desnudos apilados en una esquina. Luego viene un túnel propio de un shock


La ascensión (1977)

Dirigida por Larisa Shepitko. Aquí vemos el horror a través de mucha actuación, incluyendo un poco de melodrama; es un lugar para que los actores nos llenen de emociones, para que se trabaje el miedo y la valentía a fondo, no un registro extremo de presión, sino algo más propio de Shakespeare. Dos partisanos soviéticos van en busca de comida para su gente y son atrapados por los nazis, nazis que no son ilustrados de manera rígida -como se suele hacer-, estos exudan vida, aun siendo crueles. Uno de los partisanos, Sotnikov (Boris Plotnikov), representa la valentía, el sacrificio y la convicción, es el ideal humano, un hombre casi santo, el héroe fantástico soviético, pero lleno de grandes momentos, como cuando es transportado en un carro alemán y su cabeza sobresale sobre el paisaje, sobre esa nieve tan fría y dura, tan simbólica. ¿Qué pasa por su cabeza en ese momento?, en esa propia interpretación de cada espectador yace uno de los momentos más mágicos del cine, ésta actuación es soberbia. El otro partisano es Rybak (Vladimir Gostyukhin), un hombre débil, humano, pero visto como trapo sucio, como una rata de la peor calaña, un judas para la causa soviética, un hombre que tiene demasiado miedo encima, aunque luego muestre consciencia y arrepentimiento. Entre los dos hay una interacción shakesperiana de lujo, lo mejor del filme, y no dejan de haber actuaciones así en ésta propuesta, sobre todo cuando aparece el traidor máximo, un soviético hecho jefe policía nazi, Portnov (uno de los más grandes actores del séptimo arte, Anatoliy Solonitsyn). De esto surge tremendo interrogatorio, una clase de la mejor actuación. Solonitsyn tiene una manera de mirar, de expresar con la mirada, de quedarse pegado en el aire, que es maravillosa, muy natural. El filme articula mucho la toma en las expresiones de los actores, cuando hablan tan potentes, sin caer en la obviedad. Es un filme que puede tener personajes muy marcados, pero aun así hay riqueza en las performances, hay momentos de mucha sensibilidad, de mucho detallismo. Es una película que trabaja con lo que quiere la URSS, pero al mismo tiempo hace un cine memorable, muy humano.

jueves, 20 de mayo de 2021

Tommaso y Siberia


Tommaso (2019) y Siberia (2019), ambas de Abel Ferrara, están interconectadas en notoria manera, son en realidad un díptico. Tommaso es una película bastante autobiográfica, sobre la vida, cotidianidad, y quien es y qué hace, el mismo Abel Ferrara. Tommaso es una buena película. Ferrara es el guionista y revela su vida en Italia casado con una mujer rusa muy bella y muy joven de 29 años; Ferrara durante éstas películas tenía 67 años. Es un hombre viejo, terco, old fashion aunque raro y locuaz, no teme ser quien es ni políticamente incorrecto en total autenticidad, aunque es cierto que es razonablemente discutible. Ferrara hace películas muy personales, es interesante verlo aunque algo relegado por el cine hacer un trabajo tan suyo, tan honesto, aunque no del todo tan propio del nuevo siglo. Willem Dafoe es Abel Ferrara, más cierta ficción. Es también interesante ver a Dafoe haciendo un cine más allá de lo mainstream, refiriéndome incluso del cine arte más popular (que también ahí hay diferencias). Dafoe brilla en la penumbra. Ferrara en Tommaso hace un filme muy vivo, muy intenso. Su centro de gravedad es la familia, cuando no parece que fuera su habitad natural, pero lo hace bien. Quien hace de su esposa en la película es en verdad su mujer, Cristina Chiriac; Ferrara es muy liberal, Cristina sale desnuda y teniendo sexo con Dafoe. La hija de la pareja en el filme también es su verdadera hija, hija de ambos, y sorprende un poco, tiene su pequeño talento. El filme pone a Dafoe/Ferrara infiel y muy sexual. Tommaso (Dafoe) ha sido drogadicto y alcohólico y da tremendas confesiones, muy poderosas. Éstas confesiones son notables y de varios personajes. Tommaso como Ferrara también cree en el budismo, y hay hasta un momento místico con un policía. Hay una escena donde Tommaso le reclama a su joven mujer que no tiene nada de sumisa y se le ve bien despierta -y es como todas las mujeres, difíciles, y más aun joven y europea-, en ésta escena la actriz Cristina Chirac empieza a reír -de manera muy natural- y se percibe que hay mucho vinculo familiar real, se ríe de quejas reales, Ferrara aprovecha para estudiar su matrimonio; ésta escena puede parecer muy pequeña, pero en realidad es maravillosa como se siente que atrapa el alma de las cosas. En Tommaso el protagonista escribe un guion de cine, lo explica un poco, éste guion es la película Siberia, Siberia es una mala película, pero es curioso ver lo que andaba trabajando Tommaso. Siberia en clave simbólica analiza la existencia de Tommaso, de Ferrara, mediante sueños, donde hay violencia y efectismo, pero es más psicología y autorreflexión mezclada con cierta fantasía. Se entiende claramente, aun cuando es un filme propio de la redundancia del cine arte de la actualidad, un filme extraño sin una línea narrativa convencional. Con éstas 2 películas se puede ver claramente cuál cine es mejor, que lo clásico es de lejos superior.

miércoles, 19 de mayo de 2021

El cargador


Éste corto de apenas 7 minutos de duración le pertenece al director cuzqueño Luis Figueroa, ganador del gran premio en el Festival de cortometrajes de Oberhausen (Alemania). Éste corto es de 1974, un año después de Runan Caycu, con el que veo similitudes, aunque también es el sentir de una época, de reivindicaciones sociales. Entre lo que comparten está la ciudad de Cuzco y la defensa del indio. En la película de Figueroa sólo desde el trabajo de cargador. Al indio se le pone como bestia de carga, a cargar grandes pesos que lo ponen jorobado; es pagar por un servicio, donde se paga muy poco. En Runan Caycu salían cargadores. Aquí, claro, es el tema total, aunque breve, en 7 minutitos. No obstante es notable como Luis Figueroa deja ver varias ideas en tan corto tiempo. Al igual que en Runan Caycu en la presente hay un protagonista y guía; en El cargador es Gregorio Condori Mamani. Gregorio abre el corto vistiendo una ropa toda remendada. Luego lo menciona frontalmente, y con ello a su sufrimiento y a su hambre, a su calidad de hombre muy pobre. El corto muestra todo esto de manera muy directa, lo sobreexpone, la idea social es como quedar ciegos con el sol. El mensaje es ineludible, es tremendo llamado de atención, de humanidad. En un momento varios indios cargan una gran cama, un criollo acomodado da ordenes, metido en cierta pinta de superioridad, de vanidad. En otro momento en un pequeño rincón bebe chicha Gregorio, hiper humilde y solitario, mientras gente cualquiera celebra con cerveza, animosos e indiferentes. Gregorio mira un par de zapatos con anhelo notorio, tiene los pies en sandalias viejas de caucho, muestra de su estado, de su condición, de extrema pobreza. Gregorio es el eslabón más bajo de la cadena, ve la necesidad básica casi como una utopía, menciona literalmente -y se entiende como metáfora- que mueren como burros de carga vomitando sangre. Puede sonar a un exceso de su sencillez (o no, un retrato de lo inaudito), pero la pobreza está ahí (como dice nuestro guía, el hospital vale mucho más de lo que ganan como bestias de carga, con un tono de hombre pequeño, de voz no violenta, aunque no queda duda de su impresionante resistencia). Gregorio pasea por un cierto anacronismo colonial, algo maravillado (rasgos de bondad) y empequeñecido; también pasea próximo a empedrados incas -la fuerza y precisión de lo sencillo- tratando de buscar una solución, romper con el devastador pesimismo. En general es un llamado más que a una orientación ideológica a un gobierno con consciencia y ayuda social, con una economía inclusiva -hacia arriba los que están abajo, no de todos hacia abajo-. 

jueves, 13 de mayo de 2021

Machuca


Éste filme no es un filme de cine social propio del cine social que dominó el cine latinoamericano durante buen tiempo, de 1960 a 1990 más o menos, sino es un cine social moderno (el filme es del 2004) o, mejor dicho, nuevamente parte de un nuevo cine latinoamericano o quizá -más allá del arte- un cierto rezago -también nada en el cine muere del todo-; es una propuesta ya inmersa en el eclecticismo reinante en las concepciones artísticas de nuestros cines contemporáneos latinos. No obstante para la actualidad -el año 2021- se le podría llamar a Machuca un clásico moderno chileno, por ende se puede leer hoy en día como un filme old school al fin y al cabo. De todas formas todo arte yace en constante renovación, actualización, y la palabra nuevo deviene en viejo constantemente, más rápido de lo que se piensa, porque el arte nunca se detiene. Machuca no solo es una película social sino también política. También partamos de que es casi imposible defender la dictadura de Pinochet en el cine arte, aun cuando Chile es en realidad hoy un país próspero gracias a su gobierno, pero, claro, una dictadura nunca es un ejemplo ni ideal, teniendo presente las acusaciones hacia ésta dictadura por la violencia y fuerza bruta que se ejerció en el poder, aparte de perennizarse. El socialismo del presidente Salvador Allende, que duró 3 años, hasta 1973, año del golpe militar y año donde se ubica el filme de Andrés Wood, se ve en la trama un poco, se ven largas colas para acceder a víveres de primera necesidad, escasez generalizada de alimentos y marchas de ambos bandos. Se puede apreciar (algo) lo que fue éste gobierno socialista, una debacle en realidad. Pero Allende era amado por un gran sector del pueblo, quedó romantizado e inmortalizado por siempre, y su muerte trágica marcó a Chile y creó cierto resentimiento eterno y anhelo de reivindicación, incluido lo político y social. Partiendo de esto, tenemos el contexto. Por el final aparece el golpe militar de Pinochet y la imagen es atroz, negativa por completo. El filme también muestra las brechas sociales, muestra la pobreza, las diferencias sociales. También exhibe cierta indiferencia, marginación y frialdad de clase, de la gente privilegiada hacia los más pobres, incluso a través de personajes importantes. Wood es un poco manipulador y facilón por ratos, pero también se ve que muestra cierta realidad, las diferencias también son reales, sobre todo en 1973. Machuca se maneja en base a la amistad de 2 niños de 12 años, que estudian en el mismo colegio, el colegio americano Saint Patrick, en Chile, lugar dirigido por el padre McEnroe (Ernesto Malbran). La historia es la amistad entre un niño pobre, Pedro Machuca (Ariel Mateluna), y un niño rico, Gonzalo Infante (Matías Quer). Es una amistad noble y franca, inocente a un punto, si bien las diferencias de clases están presentes en sus mentes. Además, la prima de Pedro, Silvana (Manuela Martelli), agrega picante y sabor en muchas maneras, en lo sensual, en lo político, en lo social. Silvana es más abierta que Pedro en sus ideas políticas, es más frontal y no se guarda nada con Gonzalo haciéndole sentir su condición de pituco, pero al mismo tiempo indirectamente lo ayuda a crecer, igual en varios sentidos. Lo mejor del filme es ésta interacción, entre los niños de diferente origen social, presenciando su cotidianidad, como a sus familias, yendo y viniendo de un lugar al otro, de polo a polo social e ideológico, incluyendo el colegio, el barrio, la calle, que también yacen politizados y enfrentados dentro del gobierno de Allende, porque luego viene la represión y el lógico resentimiento. El filme igualmente tiene un mensaje de que los pobres quedan dejados de lado siempre, es un mensaje melancólico (de origen infantil) y al mismo tiempo pesimista en general. La madre de Gonzalo, María Luisa, es un gran personaje, aunque muy criticable en varios frentes, aun no siendo una imagen muy positiva sino cuadriculada, parametrada (salvo por su afecto hacia Gonzalo), pero sí jugosa aun así; la actriz chilena Aline Kuppenheim es muy bella y muestra erotismo sutil, ella sí es una pituca en toda gloria. La madre de Pedro en cambio es casi una luchadora social o activista, pero mejor Silvana que ella en todo sentido. Ésta madre hasta suelta un discurso de esos graves. Es un filme que tampoco se puede negar que toca cierta fibra, pero mucho más desde los niños y sus aventuras que incluyen el paquete completo de las diferencias sociales -desde la ropa siempre rota de Pedro hasta ver como es el baño de su casa, y queda clarísimo cuando Gonzalo le dice a un militar que mire como viste él para salir de un apuro-. El padre McEnroe así mismo por su parte es una fuente de mucho carisma, es re-simpático, aun cuando a veces luce hiper inocente en su cariz de ser bondadoso. El padre de Gonzalo también está perfecto y el novio de la hermana con unos chacos maneja un momento bastante obvio (ideológicamente, casi populista), pero a la vez de antología. La película de Wood trata de ser equilibrada con ambos bandos -izquierda y derecha-, pero como cuando presenta las dos marchas contrapuestas con los niños vendiendo banderitas, se grita, se fiestea, más la del socialismo. En un momento el borracho y resentido padre de Pedro futuriza como será la relación entre Pedro y Gonzalo, a la pobreza en general le impone una falta de cambio, el pobre eternamente pobre; he ahí el asunto, un gobierno gobierna para todos, busca que todos crezcan económicamente, que todos puedan ser prósperos. 

miércoles, 12 de mayo de 2021

Oxígeno (Oxygène)

 


Producida por Netflix. Dirige el francés Alexandre Aja. Tiene prácticamente a un solo personaje, un sólo ser humano en movimiento, a la francesa Mélanie Laurent, atrapada en una cámara criogénica, en un suceso claustrofóbico que inmediatamente recuerda a la película española, a la muy buena, Buried (2010). Pero el filme aunque va pasando el tiempo, acabándose el oxigeno, y acercándose la muerte, dentro de un lugar pequeño y cerrado, que nos tiene atrapados, tensos, con su ciencia ficción se desliga de toda comparación y hace algo nuevo, novedoso. Apunta el filme a darle una forma fantástica. El filme empieza con una mujer sorprendida que debe usar toda su inteligencia para entender lo que sucede, e incluso con ausencia de memoria la cosa se pone más difícil y lúdica, no sabe ni quien es. Es un filme futurista, con elementos bien formados en la ciencia ficción. La propuesta presenta ingenio, va soltando ideas, jugando con el misterio y el suspenso. Es un filme que atrapa, te tiene atento y curioso, maneja mucha tensión. La trama pronto pone a una máquina en comunicación, a MILO (la voz de Mathieu Amalric), como HAL 9000, y por el final también recuerda a 2001 Odisea en el espacio (1968). La protagonista debe enfrentar la idea de lo real y el delirio, debe también tratar con MILO con audacia para poder acceder a información y a acciones técnicas dentro de la cámara. MILO no tiene emociones, es una máquina, por eso recibe ordenes y necesita de códigos y método. Ésta interacción, desde luego, da mucho jugo. El filme al manipular lo real y lo alucinatorio, la ambigüedad, la conjetura, lo inaccesible y el descubrimiento perpetra un poco de locura, pero pronto se desliga de esto y perpetra algo más limpio y clásico, recurriendo a lo racional y reduciéndolo a lo práctico. Es un filme que entretiene, que mantiene una media muy solvente en lo novedoso, es una obra atractiva.

martes, 11 de mayo de 2021

Esquirlas

 


Premio Especial del Jurado en sección Burning Lights del festival Visions du Réel 2021. Gira alrededor de la explosión de una fábrica de municiones militares en la ciudad de Rio Tercero en la provincia de Córdoba, Argentina, durante el gobierno de Carlos Menem. Éste documental está formado de videos caseros pertenecientes a la directora del presente filme, a Natalia Garayalde. El cúmulo de todos los videos curiosamente presenta uniformidad, no es que haya altibajos o partes malas, las grabaciones son caseras, simples, pero bastante decentes de ver. La familia de Garayalde luce muy común. Los niños juegan libres y felices, Natalia y su hermano, mientras las hermanas mayores andan pensando en salir. Menem es criticado sutilmente. El documental y el incidente de la explosión se resuelve de manera muy clara y humilde. Los videos caseros dan una mirada realmente de privilegio del incidente, hay material que ponen todo el acontecimiento dentro del ideal periodístico. El filme también habla de temas tristes de la familia de Garayalde y se manejan con aplomo impresionante, más que con frialdad. Es un documental sencillo, bien hecho y cautivante, es un buen debut. 

jueves, 6 de mayo de 2021

Cine de terror mexicano


El Vampiro (1957)

Difícil ser original con un personaje como Drácula, tan popular, tan conocido. No obstante el director mexicano Fernando Méndez perdura en el tiempo habiendo logrado algo atractivo y con su cuota de propio y novedoso. El filme por el final se pone incluso algo complejo con el fluir de su narrativa. Éste filme tiene tremendo ritmo, puede que a ratos parezca correr un poco, pero es notable aun así. Es la historia de una familia de hacendados, quizá de expropiadores en clave simbólica, con un Conde Duval (Germán Robles) tratando de recuperar lo que le han quitado o perdido -incluyendo familiares-, sólo que a través de la leyenda y mitología del vampiro frente a la cara naif de los descendientes. También se ve notable la creación y el deambular de las 2 hermanas dueñas de la hacienda, una vampira convertida por Duval, Eloisa (Carmen Montejo), y la otra, una mujer vista como loca y muerta en el pánico, María Teresa (Alicia Montoya). Eloisa es muy astuta, pone la nota interesante en la trama cada vez que su agudeza fija la vista en el descubrimiento. María Teresa también es astuta y es una buena contrincante, más allá de las apariencias, como suele ser. La protagonista o el conducto es Marta (Ariadne Welter), muchacha bella, frágil, sensible, que regresa a la hacienda de su niñez y la halla descompuesta, envejecida, descuidada, pero ama el lugar no obstante. Marta es una damisela en constante peligro, que provoca un romance, un cortejo, simpático, de la mano de la galantería de un viajante de comercio, Enrique (Abel Salazar, gestor, productor del filme también). Enrique es en primera instancia el héroe de la historia, aunque la película por el final coquetea con el feminismo, con un pie en el miedo y otro en las armas de tomar. 


Ladrón de cadáveres (1957)

México ama la lucha libre profesional, es parte de su identidad y cultura. Es a comienzos de los 50s que ésta pasión por el deporte mezclado con el entretenimiento y el espectáculo se transforma en cine, se plasma en la gran pantalla. Para fines de los 50s llega al éxtasis con el luchador El Santo y sus películas, y después con Blue Demon. En 1957 con Ladrón de cadáveres, de Fernando Méndez, se hace una de terror serio con luchadores, si bien es cine B, también un homenaje al mítico Frankenstein, con la creación de una historia bien mexicana, con un Frankenstein a la mexicana; sin duda, toda una curiosidad, y encima es una película no solo entretenida sino una buena película de terror de cine B. Es la historia de un científico loco y criminal que mata luchadores y saquea tumbas para poder crear un superhombre. Finalmente nuestro Frankenstein mexicano lleva la sangre o el cerebro de un gorila. Verlo libre en acción es lo más divertido y cinéfilo que uno espera ver. El científico y genio loco (Carlos Riquelme) se disfraza como los grandes, sus planes son maestros para poder doblegar a estos luchadores tan celebrados, fuertes, y míticos para la gente del pueblo. Hay grandes escenas con estos planes de secuestro, escenas llenas de emoción, suspenso, tensión y audacia. Columba Domínguez es la beldad por la que se muere nuestro protagonista, Guillermo (Wolf Ruvinskis). Columba fue pareja del director de cine mexicano Emilio "El indio" Fernández, años antes de ésta película. Columba es Lucía, una secretaria muy segura de sí, sobrada a un punto, que hace la diferencia en la vida de ese perseguidor de secretarias que es Guillermo, un cowboy seductor, un típico mexicano, un macho man con corazón. El filme tiene por el final hasta cierta recreación a lo King Kong. Las escenas donde los luchadores se ponen a luchar -que son varias y extensas- son un alarde de atletismo, técnica y show


El esqueleto de la señora Morales (1960)

Dirige Rogelio A. González. Guion de Luis Alcoriza. Adapta un cuento del galés Arthur Machen. Lo protagoniza el genial actor mexicano Arturo de Córdova. Ésta es una obra maestra. Es una comedia de humor negro, una comedia de terror. La historia nos muestra a una mujer insoportable torturando día a día a su marido. Gloria (Amparo Rivelles) cojea de una pierna por una rodilla deforme, es una mujer bella a pesar de esto, pero su fe y su hígado hacen que no quiera nada sexual con su marido, a éste lo obliga a lavarse mil veces las manos y a echarse alcohol todo el tiempo, odia su profesión, él es taxidermista; tampoco tuvieron niños, aun cuando Pablo (Arturo de Córdova) los adora, como a los niños del barrio con quienes juega. Pablo es odiado por el cura confesor de Gloria, aquí se señala a la religión católica como enemigo. Pablo es un hombre de ciencias, un tipo muy inteligente. En un momento habla del crimen perfecto, lo tiene muy claro. Pablo en el filme no es perfecto, es propenso ciertamente al alcohol, que se deja ver sutilmente. También ha llegado un momento en donde no soporta estar cerca de su mujer; es bonachón con gente del barrio, pero indiferente a su mujer en general. Gloria es una fémina torturadora, a razón de sus frustraciones y complejos. Tanto uno como la otra tienen su gente que los respalda y su propia versión. Gloria para muchos es un ser maltratado, sufrido, también es una buena mentirosa, puede ser muy cruel a puerta cerrada. El filme tiene una comedia y trama sólida. La propuesta es mucho las tantas caras de Gloria. Lo macabro llega por el final. Es una película muy divertida, Arturo de Córdova está fuera de serie, así mismo Amparo Rivelles, hacen una grandiosa dupla de antagonistas. 


Alucarda, la hija de las tinieblas (1977)

Ésta es la The devils (1971) mexicana en cierta manera, pero mucho más, tiene su propia personalidad. No es tan grandiosa como la de Ken Rusell, pero Juan López Moctezuma ha hecho una película con su atrevimiento personal y una historia con atractivo narrativo, con su curiosidad y novedad en el terror. Alucarda (Tina Romero) es una muchacha huérfana que vive en un convento católico, tiene premoniciones y sueños raros, hay un destino oscuro detrás suyo, que un sátiro jorobado vestido de adivino gitano le confirma, un destino que se cumple con la apertura de un ataúd, que le aflora su lado demoniaco. Alucarda es lesbiana, ama a compañeras desvalidas, pero también las transforma en seres posesos por el mal. El filme pareciera invocar a la inquisición, con el cura y líder autoflagelador, el padre Lázaro (David Silva), y las monjas superiores, pero en realidad figura un extraño exorcismo que parece cámara de tortura y asesinato. La propuesta de Moctezuma se pone del lado de la fe católica, los justifica finalmente -con alguna muerte de por medio-, aun cuando los hace antes ver como fanáticos, como extremistas -también el lugar de contexto es un convento de claustro, ubicado en el campo-. Alucarda tiene una escena de glorioso terror cuando empieza  a quemar a todo el mundo con el simple deseo y llamado del demonio, demonio que en forma de animal llega a aparecérsele. Su compañera, Justine (Susana Kamini), se comporta como vampiro y también brinda buenas escenas de horror. El filme muestra desnudos, pero se sienten parte de la necesidad del terror, se ven naturales. El momento en que Alucarda y Justine empiezan a gritar arengas al demonio frente a una clase de religión llena de monjas y aspirantes a monjas es de antología, tiene tremenda fuerza escénica, también tiene algo de cierto humor involuntario, pero nada excesivo en ese sentido que malogre la idea del momento. Este filme es admirado por varios fans del género, incluidos directores famosos. Los lugares, sobre todo el convento, es puro concreto y minimalismo, implica lo necesario solamente y tiene gran potencia histórica y realismo.


El extraño hijo del sheriff (1982)

México tiene su personalidad, nacionalismo e identidad en el western, con sus películas rancheras y de charros, al western llegaron a conocerlo bien desde temprano y a darle su propio estilo, por ello no es tan sorprendente que lograran hacer westerns de terror ya desde varias décadas atrás del estreno de El extraño hijo del sheriff, del mexicano Fernando Durán. El western de terror no es muy conocido, no ha logrado trascender mucho, quizá por ser visto como cine B o como lo llaman algunos weird western, pero en México se podría llamar un subgénero -que ya no trabajan-, que logra su cumbre con el presente filme. El guion es de dos actores, de Bárbara Gil y de Eric del Castillo; Eric también actúa aquí, como el sheriff de la historia. El filme nos habla de dos niños que nacieron pegados por la columna vertebral, siameses, y que su padre los esconde encadenados, hasta que decide obligar a un doctor a separarlos. El doctor (Mario Almada) le advierte que de hacerlo uno morirá y, cuando sucede, el niño muerto se convierte en un demonio. Es un filme imperfecto, de cine B, pero muy entretenido y curioso, está lleno de giros y sorpresas. Es una obra muy imaginativa, tiene tantas vueltas y novedades que sería injusto llamarlo básico en son despectivo -que lo básico también puede ser gloria-, aun cuando es bastante claro y a ratos imperfecto. Su terror es astuto, un poco irónico, y sublime, como cuando el niño demonio miente para matar a alguien o cuando aparece furioso pareciendo que viene a salvar a su padre. Es una propuesta que critica la pena de muerte, no justificándola ni con asesinos de ancianas. Tiene un juicio y es muy intenso y brillante, no es para nada aburrido, va al asunto y le pone potencia. También el filme trasuda feeling con los niños siameses, tanto con Fred como con Erik, en el asomo de la orfandad o simplemente con ser buen padre; además se puede entender una línea religiosa con el aborto; así mismo involucra la discapacidad en general, como se enfrenta, desde lo llano. El sentimiento lo matiza muy bien con el terror. Al niño -en doble actuación-, a Luis Mario Quiroz, se le exige montón, y lo hace bien, pensando que es un filme de bajo presupuesto, de cine B.