jueves, 28 de diciembre de 2023

Los delincuentes

Los delincuentes (2023), del argentino Rodrigo Moreno, parte cogiendo de la trama de Apenas un delincuente (1949), de Hugo Fregonese, película mítica del cine argentino. La primera parte es bastante parecida al filme de Fregonese, pero en ésta película de Moreno el protagonismo se lo reparten Morán (Daniel Elías) y Román (Esteban Bigliardi). Como se puede notar son anagramas. Lo mismo que Norma (Margarita Molfino) y Morna (Cecilia Rainero), aunque esto quizá juegue con las expectativas de con quienes se van a relacionar los protagonistas. En la primera parte hay mucho detallismo partiendo de lo que imaginara Fregonese, por lo que es normal que esto le va a ocasionar diferente ritmo, uno más lento, a éste nueva película. Lo de Fregonese es un buen magma y es por eso que la primera parte de Los delincuentes se hace bastante interesante -aun repitiendo el plato-, que es noir. Esteban Bigliarti hace tremenda performance con su personaje. El filme es la historia del robo de un banco de manera simple, sin violencia, que por lo normal termina siendo una tragedia en la vida real -yendo a parar a la cárcel- y en buena parte del cine, pero la curiosidad de éste nuevo filme es que la segunda parte de la propuesta de Rodrigo Moreno, donde ya es su inventiva en mayoría, es más bien recuperarse del abismo, reemprender el camino, vislumbrar la luz y esperar ir hacia la felicidad, como quien ha accedido o ha comprendido el sufrimiento de existir, materializado como epifanía en robar e ir a la cárcel, o vivir en tensión pensando en ser señalado de cómplice por la autoridad y poder terminar también en la cárcel. Paradójicamente, a lo que se puede esperar, tanto Morán como Román no tienen tantos problemas en lo que se han metido, el peligro a ser maltratado, humillado o vejado en prisión se soluciona, por lo que más bien la cárcel no parece gran cosa como en realidad lo es, y haber robado ese dinero, cambiar un par de décadas de trabajo, de rutina y perder nuestra libertad de cierta manera enfrascado en esa rutina, ha resultado finalmente un gran negocio, un negocio ganador, tal cual lo hacia notar potentemente Fregonese. El filme de Moreno opta por la cotidianidad más que por el espectáculo propio de un robo de bancos, incluso juega con lo bucólico con la provincia de Córdoba. Cómo se enamora Román de Norma tiene de estilo arty y está bien, mientras el enamoramiento de Morán es bastante realista y resulta notable en ese aspecto. Lo de Román con Norma incluso suena a cine francés, un poco a comedia romántica gala. La parte de Morán en el campo es más de relato estilo latino indie y tiene de cinéfilo, primero apocalíptico, luego más de amor esencial. Bigliarti representa muy bien al noir puro y duro y al noir a la vera de lo cotidiano; abiertamente, claro, en el estado de fijarnos al futuro incierto como sospechosos. La música de Astor Piazzolla representa excelentemente a Buenos Aires, donde Moreno actualiza ese especie de culto que maneja Fregonese en su obra como quien se enfrenta a un monstruo a ratos difícil -por la prisión de la rutina que te roba un poco la decisión; y las personales ambiciones- y a otros amable, amable (o llevadero de cierta manera) porque es nuestro, y lo conocemos, aun cuando la única salida a la vista del protagonista es convertirse en criminal, para acabar con el respeto intimidador o la lucha frente a la gran ciudad, de que la pequeñez nos coma, aunque Moreno agrega que el anhelo sea simplemente de una libertad humilde en cierta manera, pero a fin de cuentas, libertad, que se dibuja en la carne y sonrisa de la agradable Molfino, y que viene del campo, de lo poético que se oye la naturaleza, común sueño de identificación, de descanso. Muchos emigran al campo porque la ciudad te exige mayor tensión, mayor esfuerzo, mayor complejidad. Igualmente muchos huyen del campo por las mismas razones, pueblo chico, infierno grande, como por las ambiciones materiales, y en ese pequeño espacio mental se ve por un lapso de tiempo, Norma, pero Moreno plantea/defiende lo pastoral como lo idílico, como la ruta a seguir, la pasividad que le gusta, ahí donde suena el folclore de Violeta Parra y en que se puede ver aunque sutil un cierto romance ideológico, con la idea de pueblo, aunque Moreno como que reniega de la palabra (ser) obrero, así como lo hacia más notoria y potentemente Fregonese. Una idea discutible pero bastante interesante que aporta especialmente Moreno es que no quiere que el hombre indague en el misterio en general, como quien quizá no está preparado para ello y es infructuoso, sino que coloque ahí, donde lo hallas, tus afectos, tus lugares comunes de felicidad, es decir que cambies lo oscuro por lo luminoso, por lo sencillo, nuevamente alumbra lo pastoral. Es entonces que el poema La Gran Salina del argentino Ricardo Zelarayán queda perfecto en la argumentación y exposición de Moreno, y queda además preciso como autodescubrimiento del personaje con la literatura, con el arte. Cuando Morán se va, le dice a los presos y ex amigos, ex compañeros, cultívense, y les deja, entre otros, La gran salina, el camino que remite todo el conjunto y que es un pensamiento simple, pero que vale tener en la mente siempre y se dice sin ser una obra abierta de automotivación cuando se puede leer que señalan lo mismo, pero justamente eso es hacer arte y eso es hacer cine. Cierra con la música de Pappo, figura importante del rock nacional, y no solo es una elección sumamente cool, sino una declaración de principios, la ruta hacia la libertad, como si estuviéramos en el final romántico de un western y ya hemos lanzado los tiros (matado) al enemigo. 

lunes, 25 de diciembre de 2023

Falling leaves (Giorgobistve)

Empieza con un aspecto de tipo documental donde se ve como preparan el vino desde lo autóctono georgiano del campo, mostrando cosas particulares para los foráneos, se ve tradición y técnica. Luego pasamos a ver a un joven con sus padres, en su cotidianidad. Y luego a otro joven con sus padres, abuela y 3 hermanas pequeñas así mismo en su cotidianidad, despertándose a desayunar, a horas tempranas. Después en la calle ambos jóvenes se juntan y se dirigen al parecer a su nuevo trabajo, serán los que aprueben la calidad de los vinos en una fábrica de estos. Uno de ellos es nuestro protagonista, Nico (Ramaz Giorgobiani), quien en éste filme soviético del georgiano Otar Iosseliani, director recientemente muerto el 17 de diciembre a los 89 años, se exhibe como un muchacho digamos que idealista, frente a sus compañeros que suelen simplemente acomodarse y no discutir el (pequeño) poder, esto a razón en la trama de aprobar un lote de vino que el joven Nico halla aun no bien fermentado para darlo en la mejor calidad. En sí es un filme de costumbres, desde la gente típica de una fábrica de vinos y prácticamente la propuesta no posee trama o un relato que no sea su día a día. Hay una chica joven muy bella, Marine (Marina kartsivadze), que hace tours por la fábrica de vinos y todo el mundo busca enamorarla, se sienten todos atraídos por ella, y la fémina inocentemente juega con todos, sin llegar a ningún aspecto sexual o sensual, todo es ligero y simpático, familiar se podría decir. Marine gusta de Nico, quien se presenta como más joven que ella, y asistimos a un flirteo. Ésta propuesta se mueve en esos dos frentes, la fábrica, los trabajadores, haciendo sus cosas habituales, todo muy común, como afuera de la fábrica vemos apuestas chicas y beber, sus rutinas familiares y por ahí buscarse una mujer ocasional; y en otro el imán de la chica bella que también es trabajadora de la fábrica. Todo parece el típico filme soviético mostrando a la gente del pueblo y con la idea de hacer bien las cosas en su humildad. Es una película que estética y formalmente es algo elaborada, no es recurrir a un quehacer técnico plano, aunque la narrativa es básica, pero se ve bastante coqueteo, humor y vivencias con querer quedarse con la chica linda y un poco lejos de nuestra liga. Nico le atrae a Marine, a pesar de la edad, por su personalidad. Marine aun tiene de niña. Iosseliani busca hacer un fresco amable y cálido, a lo sumo asoman picardías, no maldad.  

domingo, 24 de diciembre de 2023

Talk to me y Vinil verde

Talk to me (2022)

Éste es el debut de los hermanos gemelos australianos Danny y Michael Philippou. Es una película que versa sobre la ouija pero tiene la personalidad de hacerlo con un antebrazo embalsamado que es la puerta para que el cuerpo se posesione por los muertos -no sólo entablar simple comunicación- y se hace como juego, rato de juerga, como diversión juvenil, pero -como es común en el terror, la inconsciencia o la torpeza- no saben -o no piensan- que los cuerpos pueden quedar dominados por fuerzas oscuras y homicidas que no se irán hasta cumplir su misión -acabar contigo y tus seres queridos-, donde entra a tallar el buen terror de estos hermanos directores que propician muy buenas secuencias como 2 en particular con el adolescente Riley (Joe Bird) donde se perpetran brutales ataques autoinducidos. La protagonista es la morena Mia (Sophie Wilde), la que tiene la carga que superar de que no sabe si su madre se suicidó o murió por accidente y esto engendrará momentos muy macabros y perversos. Traer a los muertos es jugársela con poder haber llamado a alguien quien murió de manera siniestra y su alma esté podrida por lo que simplemente quiera soltar la furia que carga en su haber. Es un filme que esto lo explica bastante bien a través de su relato. En un rato de visibilidad de lo que esconden las posesiones -en otra dimensión, una velada- se ve una especie de orgía sobre un cuerpo dominado por lo oscuro. También es atractivo ver que el mal es tramposo, se hace pasar por soluciones, como la que genera superar el trauma de Mia, o acabar con el sufrimiento de un ser moribundo que se repite como falsa segunda oportunidad o falsa lección. Aparte de la ouija se puede ver como cierta adicción, a hablar con los muertos, sobre todo si hay algo detrás en especial en ese espacio que queremos conocer, como le pasa a Mia. El mundo terrenal con la mano psíquica abre la puerta a que semejante a un estado de alucinación propia del desequilibrio mental se generen sucesos terribles o los induce a suceder. Como los hermanos Philippou son jóvenes y seguramente divertidos han colocado parte de su esencia en una propuesta que intenta ser cool, generar empatía hacia un público objetivo juvenil, con ellos de protagonistas. Es una obra que no es que invente mucho, sino que sabe manejar lo que bien es conocido y darle una impronta de cierta novedad o buena articulación generando destacar como película de terror. Muchas de las alucinaciones, la interacción con muertos putrefactos, son notables y tiene momentos donde a lo El Exorcista (1973) se trabaja con el impudor, la vergüenza y lo sacrílego. 


Vinil verde (2005)

Éste es el 8vo cortometraje del brasileño Kleber Mendoza Filho y se puede ver como película de terror más fantasía cuando una niña traviesa y curiosa no puede cumplir con una simple promesa, no poner y oír un disco de vinilo verde, cuando la mamá sale y la pequeña se queda sola, y aunque esto trae sorpresas macabras, impactantes y desagradables no puede dejar la niña de seguir oyendo el vinilo verde. Ésta simple premisa genera mucha curiosidad, por saber que va a pasar ahora, pero al filme se le puede atribuir un lado intelectual más bien, aludiendo el día a día, y nuestro comportamiento natural y más tarde nuestra manera de ver el mundo. El corto tiene también un estilo, se exhibe como fotonovela, captura y narración a través de fotografías. Es una propuesta que nos dice que no hay que temerle a la vida y hay que tomar nuestras propias decisiones, como afrontarlas. Cada padre enseña su propia forma de vida, pero uno cuando va creciendo debe redondear su propia mirada. Uno debe escoger su camino, por donde seguir. Es la lección de un padre que no es autoritario, pero tampoco se puede ser tan permisivo, flojo, indiferente o despreocupado, de aquí que nazca el terror en la película y, así, en la vida misma, manifestar un exceso de libertad, o no contener reflexión. Igualmente se trata de dejar vivir, y de entender que los niños son un poco como los gatos, muy curiosos, y les gusta hacer travesuras. Ese final que puede desconcertar, sobre todo ante querer subir la apuesta, es más bien un acto de profundidad, con un detalle que aparentemente rompe con el hilo, como una sutil ironía, de paso, pero lo hace para trascender, aun a riesgo de sacrificar el entretenimiento que viene de atrás perverso y lúdico con el suspenso del ¿y ahora que va a pasar? 

jueves, 21 de diciembre de 2023

Unrest (Unrueh)

La protagonista, Josephine, dice que ella se encarga de poner en funcionamiento la unrest wheel fitter, las ruedas giratorias del mecanismo de un reloj, en una fábrica de relojes, ubicada en un valle dentro del cantón de Berna, en Suiza, en el siglo XIX, siendo muy famosos los relojes suizos, su clásica celebrada precisión. Ésta es la segunda película del suizo Cyril Schaublin, película ganadora de mejor director en la sección Encounters de la Berlinale 2022, y el premio fipresci en la Viennale 2022. Éste filme casi no tiene trama, versa sobre el funcionamiento de los relojes que vemos armar y poner a funcionar múltiples veces como sólo el cine puede hacerlo, con un detallismo y escenificación milimétrico, dando el privilegio de ver como se trabaja con estos desde un lugar bastante interesante para el tema, pero a esto se le suma un quehacer político que va tras el anarquismo y lo histórico en relación importante, aunque no demasiado conocida fuera de Europa, de Suiza. Éste anarquismo vemos que es cercano al socialismo, y se ve en conflicto contra la llamada burguesía y el poder de su tiempo, representado por la municipalidad y el cobro de impuestos, con los que era fácil someter a la gente humilde o la clase obrera, trabajadora, el mundo de Josephine, si bien ella es muy dócil, tan solo se siente atraída por las historias (recurrentes) de los anarquistas que aquí son vistos con curiosidad, como también como parte de cierta extravagancia, y algunos como héroes aunque lejanos a uno. En esos relatos conoceremos a Pyotr, un geógrafo y cartógrafo de origen ruso, que se relacionara con Josephine, si bien todo es mínimo, como ese final harto sutil del reloj colgando en las plantas y es que los relojes finalmente son lo más importante, inmersos en una obra revestida de una lectura política que recorre toda la propuesta. Los enfrentamientos son delicados, elegantes, al tiempo de potentes. El asunto queda bastante expuesto, aun no existiendo mucha acción. Es un filme notoriamente arty, seco y austero, con tomas particulares, como mirar y oír habla de lejos, o ver gente pequeñita lateral dentro de un enorme paisaje. En su aspecto histórico, más allá de una recreación pormenorizada de la época, tenemos la conmemoración de una fecha importante para el nacimiento de la actual Suiza, la batalla de Morat, donde se incluye una fiesta tradicional y una votación electoral. Hay muchos momentos donde se puede observar la fricción entre el anarquismo y el poder, sin llegar a mayores, todo entendible pero también con su cuota elíptica. Se palpa una cierta opresión hacia la clase trabajadora, pero también se ve la belleza de producir algo tan fantástico como un reloj suizo, ver componentes tan pequeños perfectamente ensamblados, con mucha gente destinada a hacer algo muy específico, dentro de un trabajo que habla de comunidad. Se puede pensar el movimiento de las piezas de un reloj como el funcionamiento o la naturaleza de un pueblo. Es una propuesta llena de detalles como la foto que señala un crimen pasional e interracial y luego ver llegar el castigo del colonialismo (frente a la mujer del deseo). Algo simpático es que la productora de Schaublin se llama en honor a una novela del también suizo e interesante escritor Robert Walser y con ésta productora el presente director ha hecho todos sus trabajos. 

The urgency of death

El director de éste filme es el argentino Diego Fernández que antes se ha hecho llamar Rocío Fernández y ahora se hace llamar Lucía Seles. Así, con nombre femenino, y puede que sea homosexual o sólo esté jugando un poco con los nombres, o ambas cosas, no se sabe en profundidad que significado tiene o quiere tomar, aunque puede entenderse como que los límites entre géneros para él no existen, cosa que hay gente que utiliza actualmente. Esto del nombre femenino no solo es eso, hay en todo el filme unos subtítulos laterales que hacen de voz de mujer, suponen la de Lucia Seles que es el narrador autobiográfico de parte del filme. Lo otro lo complementa con lo que llama ocurrencias. Estos subtítulos laterales izquierdos están abajo en ingles, y encima del inglés está la traducción en el spanglish personal de Lucía Seles. Éste especie de monologo habla sobre la cotidianidad de su mirada, una mirada tal cual lo dice al final, ocurrente. Estos subtítulos acompañan en particular el metro, como si Lucía Seles estuviera viajando dentro. Otra curiosidad, una de tantas (ocurrencias), es que Lucía Seles (Diego Fernández) también aparece frente a cámaras como un tipo que se nota algo raro, con algún tipo de desorden o lentitud. Puede que esté actuando o sea él mismo. Si está actuando es una performance notable porque se ve muy creíble, esa lentitud se nota consistente. Si no lo está haciendo también es un atractivo, y el filme entonces no sea solo un cúmulo de ocurrencias sino realmente propio de una personalidad, pero con tantos cambios de origen y cierta notoria buscada artificialidad el filme encaja más bien dentro del humor digamos "sofisticado", o un humor que enfada, que es molesto, que es adrede además un poco tonto y curiosamente esto lo hace especial, atípico y sofisticado a lo Duchamp. Es aquel del que quiere caer mal y así pasar por divertido o como el filme define muy bien, ocurrente. En un momento Lucía Seles es bañado en coca cola y se va agradeciendo el gesto que ha pedido. Diego Fernández como Rocío Fenández hizo varias películas a mediados del 2000. Ahora, como Lucía Seles, éste 2023 ha hecho 2 películas, una es la presente, la última que ha hecho. El año pasado hizo 3, pero quizá fueron 5, no importa. Otra curiosidad es que sus películas han sido premiadas en el festival de Mar del Plata y en el Bafici, es decir que la ocurrencia sí paga. Lucía Seles, el personaje que vemos, tiene un doble que realmente es mujer, se le llama Lujan (madre), y está llena de la personalidad del (la) protagonista, llena de tics y arrebatos, llena de verbosidad atropellada, de un lenguaje nervioso, y que denota que se ha trabajado con mucha espontaneidad y en sí mucha interacción o conversaciones reflejan mucha imperfección natural. Éste filme tiene también una historia, alrededor del real director español Gonzalo García Pelayo, su hermano también verdadero Javier García Pelayo, y el hijo igualmente real de Gonzalo, Iván. Pero ellos se interpretan como dueños de una conocida confitería argentina, Ritz, que se encuentra en la ciudad de La Plata. Hay un Ritz por el terminal de buses de la misma ciudad, otro lugar (el terminal) que le produce placer a Lucía Seles. En una secuencia, Javier pasea simplemente por las casetas comunicando que el Ritz abrirá 24 horas al día. Iván es músico de verdad y también se habla de una banda musical familiar dentro de la trama; en ésta entra a tallar un baterista al que (tal cual) se le despresentará. Todo esto supone humor, humor absurdo, que yo acuño del tipo: sofisticado Duchamp. Es ser el vivo más vivo. Gonzalo García Pelayo hace de productor además de The urgency of death (2023). Se puede ver que hay vasos comunicantes entre ellos como artistas, en la forma de hacer cine. También hay una parodia con un podcast, llamado La Cordobesa, que juega con el cliché de la vanidad del argentino. En un momento se habla con devoción de la muerte, poéticamente, celebrándola, que es marca distintiva de la personalidad de Lucía Seles y supone que La cordobesa tiene mucho de ella/él. Como clímax glorioso Lucía Seles se lanza a correr por la calle, por buen tiempo, por barrios lleno de graffiti y algo de escritura política casual, mientras se oye música clásica de fondo. Pero además se celebra irónicamente el pasodoble (o mejor dicho, es otra ocurrencia). Es una película que juega con el hartazgo, o si quieren verlo, con la paciencia, y esto significa humor y un filme finalmente curioso o de cierta originalidad. 

miércoles, 20 de diciembre de 2023

Las mejores películas del 2023


No tienen orden alguno entre sí.       

  1. Pacifiction (Albert Serra)
  2. Los reyes del mundo (Laura Mora Ortega)
  3. Still (David Guggenheim)
  4. A Thousand and One (A. V. Rockwell)
  5. Saint Omer (Alice Diop)
  6. The Fabelmans (Steven Spielberg)
  7. Everything Everywhere All at Once (Daniel Kwan y Daniel Scheinert)
  8. Tár (Todd Field)
  9. El caso Padilla (Pavel Giroud)
  10. Fairytale (Aleksandr Sokurov)
  11. À vendredi, Robinson (Mitra Farahani)
  12. Air (Ben Affleck)
  13. Animal (Sofia Exarchou)
  14. El auge del humano 3 (Eduardo Williams)
  15. Nuit Obscure - Au revoir ici, N'importe où (Sylvain George)
  16. Do Not Expect Too Much from the End of the World (Radu Jude)
  17. The wonderful story of Henry Sugar (Wes Anderson)
  18. Anatomía de una caída (Justine Triet)
  19. The killer (David Fincher)
  20. El sol del futuro (Nanni Moretti)
  21. Malqueridas (Tana Gilbert)
  22. Unrest (Cyril Schaublin)
  23. Retratos fantasmas (Kleber Mendoza Filho)
  24. Mal vivir (Joao Canijo)
  25. Los delincuentes (Rodrigo Moreno)
  26. Cerrar los ojos (Víctor Erice)
  27. Killers of the flower moon (Martin Scorsese)

Top 8: mejor cine de terror del 2023

  1. No One Will Save You (Brian Duffield)
  2. Cuando acecha la maldad (Demián Rugna)
  3. El Conde (Pablo Larraín)
  4. Infinity Pool (Brandon Cronenberg)
  5. Pearl (Ti West)
  6. Talk to me (Michael Philippou, Danny Philippou)
  7. Huesera (Michelle Garza Cervera)
  8. Humanist Vampire Seeking Consenting Suicidal Person (Ariane Louis Seize) 

lunes, 18 de diciembre de 2023

Trotacalles

Éste filme de la mexicana Matilde Landeta es el tercero de su filmografía y después no haría otro largometraje hasta dentro de 40 años y ese sería el último. Trotacalles (1951) es su obra maestra. Durante ésta obra le surgieron muchos contratiempos y disputas y esto generó que se le dificultara realizar otra película. El presente filme habla sobre la prostitución desde la vida de quien se hace llamar como Azalea (Elda Peralta) y es cero romanticismo, más bien es una historia dura de ver, una historia bastante realista y por ese motivo bastante atípica como arte. La suya como señala su mejor amiga del trabajo -de las calles y bares nocturnos- y una vieja puta, interpretada por la talentosa Isabela Corona, es puro dolor, pura explotación y hasta maltrato. En un momento, uno de miles de desahogo, la experimentada puta ya en su etapa de decadencia, de haber dejado de ser interesante para los cabarets, menciona que hay existencias en la prostitución aun peores que las suyas, finales realmente trágicos, y esto será un augurio. Azalea cree en un hombre, en Rodolfo (Ernesto Alonso), pero éste tipo es despreciable, es un proxeneta frío y calculador, aunque de esos que se disfrazan de cierta elegancia. Rodolfo seduce mujeres para vivir de ellas, y un día pone el ojo en la guapa y sexy esposa de un millonario banquero -puede haber visto algo fácil en ella-, en Elena (Miroslava), y logra -contra el inicial pronóstico- seducirla, pero ambos se enamoran de verdad y terminan siendo honestos a un punto uno con el otro -Elena ve alguien astuto y pobre, no toda la dimensión corrupta de éste sujeto-. Elena señala ser una mujer práctica, se considera a sí misma astuta, al haberse buscado a propósito un hombre viejo con mucho dinero. No obstante cuando hace hincapié el noir en toda esencia, surge el escape, de su matrimonio por conveniencia, y el plan es irse con mucho dinero. Una cosa a tomar en cuenta es que el viejo banquero no tiene un pelo de sonso, suele dar a entender que su dinero le ha comprado una mujer hermosa -una mujer deliciosa, como lo es Miroslava en pantalla, que tiene todo el aire y garbo de la actriz protagonista clásica de la época de oro del cine mexicano- y suele hacer ver que es inteligente que una dama bella se fije primero en el dinero de un hombre y tener una vida cómoda, de lujo, que enamorarse de cualquiera por solamente amor. Éste banquero representa al capitalismo frío, al capitalismo bruto, ese por el cual existe el socialismo. El banquero es un hombre sin profundidad, un tipo práctico. Pero el filme, como buen noir, traerá a la trama la seducción, las pasiones, las emociones, los errores, la aventura, la espontaneidad, lo impredecible, con las decisiones capitales de Elena quien tiene parentesco familiar con Azalea y un pasado de ruptura, aunque la mala suerte siempre ha acompañado a la hoy Azalea, que representa la vida como que tiras al basurero, por creer paradójicamente en los demás, como si los hombres fueran su tragedia y en sí ese parece el fondo de la propuesta, los (malos) hombres arrastrando al abismo a las mujeres hermosas, aun cuando como Elena son un poco femme fatales. Rodolfo es el tipo de la doble moral, de las dos caras, es fácil prever que arrastrará finalmente hacia la prostitución también a Elena, el seductor demoniaco, el riesgo fatal. Es una historia melodramática, pero potente en realismo, con un clímax final poético maldito (con la luz en la calle, en el crimen), si bien las cartas quedan expuestas sobre la mesa, con el abanico de las decisiones a tomar y las consecuencias -donde solamente el amor justo nunca es una opción-. Ahí están las habladurías de las amigas de sociedad y los desahogos existenciales de la vieja puta habiendo pasado por todo lo que habla, como quien advierte, eso que muchas no ven (hasta caer) o por exceso de audacia, creerse más vivas que el propio demonio o, mejor dicho, la propia vida. Elena se jacta de curtida, de no pisar en falso, el camino que toma la otra, el mal del que -contradictoriamente a su pensar- se salvó y sin embargo sólo es puro alarde, exceso de autosuficiencia. Es una película que descree del amor, pero hay que apuntar que es por no hallar el verdadero amor, ese que aunque suene romántico lo encuentras en la sencillez, aunque tampoco son fáciles, ninguno lo es. No se puede justificar al banquero tampoco, aunque suene pan de cada día con muchas mujeres, señoras finalmente. Es un filme que expone decadencia en todo sentido, pero también full realismo. 

sábado, 16 de diciembre de 2023

Otra película maldita

Otra película maldita (2023) es un documental de los argentinos Mario Varela y Alberto Fasce y exhibe la historia del cine de terror argentino. Ésta historia empieza en 1934 con El hombre bestia de Camilo Zaccaria Soprani, la que se inspiraba en obras extranjeras y no se asumía como terror solamente, tenía de comedia y en general no hay muchas películas argentinas de terror puro y duro en sus inicios, por mucho tiempo incluso. Durante gran parte de su desarrollo histórico eran mezcladas con comedia y se fijaban mucho en particular en Abbott y Costello que hicieron humor familiar de la mano de monstruos clásicos y célebres. El cine de terror argentino pasaba por el melodrama, la ciencia ficción o hasta el noir. No obstante aunque hay un llamado a la preservación de películas argentinas y no solo de terror, tiene sus hitos nacionales, sus obras gloriosas, que el documental irá enumerando y expurgando con la ayuda de montón de directores argentinos del género que son propios de nuestra actualidad, así como hablan especialistas en el rubro o conocedores del cine en general, como Fernando Martín Peña, sobre todo con la preservación del material fílmico y esa calidad de tener material rebuscado. El título de ésta propuesta viene porque muchas películas argentinas del género no se han conservado, se han perdido o quedan pedazos solamente, o recibieron poco aprecio en su época. Al cine de terror argentino le costó ser tomado en serio durante décadas, incluso por el INCAA, organismo del estado que regula y promueve el cine en toda Argentina. El INCAA actualmente subsidia también películas argentinas de terror. Pero esto ha venido a suceder en los últimos 15 años donde el cine argentino de terror pasa por cierto boom, de una gran proliferación de películas, aunque la mayoría van al video o son exportadas al extranjero. Ésta propuesta hace una síntesis de éste especie de boom cuantitativo, y muchas de las imágenes que se pueden ver de éstas obras -muchas de cine B- son bastante interesantes y llamativas, se ve al vuelo profesionalismo, buenos efectos especiales y harto ingenio. Se exhibe mucha pasión por el terror argentino de gente especializada, en un quehacer que ha ido evolucionando y provocando mayor aceptación en general, partiendo de muchas visiones en el tiempo, hasta ser reconocido tal cual lo que es, y en esto entra en acción opiniones de muchos entendidos nacionales, que obsequian su pasión definiendo su mirada, su perspectiva, su labor en particular y además dan una apreciación universal. El filme apunta a la diversidad de voces actuales que se ven identificadas con el festival Buenos Aires Rojo Sangre, festival argento especializado en terror que inicio en el año 2000. Entre los hitos que se presentan y auscultan, puesto que a pesar de no haber sido abundante por mucho tiempo tienen películas de alto nivel en el horror, tenemos El extraño caso del hombre y la bestia (1951), de Mario Soffici, que hacia algo ya muy propio. Así también tenemos a un actor famoso participe del género en Argentina, que señala una época de oro nacional para el cine en general, Narciso Ibañez Menta, con, en especial, Obras maestras del terror (1960), que dicen inspiraría nada más y nada menos que la respetada saga de Poe de Roger Corman. El cine más guerrillero de terror, el de bajo presupuesto y pocos escrúpulos tendría representantes míticos en Emilio Vieyra y Armando Bo, a los que el actual boom puede considerarlos padres de lo que ahora hacen ellos, pero el filme muestra como se van formando los cimientos de la actualidad con gente que luchó mucho por hacer cine de terror y los muestran revolucionarios de cierta manera para la cinefilia nacional, autores muchos de ellos malditos o no tan conocidos en toda magnitud, si bien éste filme es una celebración, una fiesta, por el género hecho en Argentina. La propuesta nos descubre verdaderos apasionados, como cineclubistas coleccionistas de rarezas, productores de culto y otros misteriosos, nuevas generaciones tomando la batuta, directores consolidados ya en sus pequeñas glorias, todos hablan y aplauden el terror, cuentan anécdotas, se ven directores legendarios dando o habiendo dado sus opiniones frescas, porque el terror amerita también libertad y trasgresión, como también se festeja la popularidad como la que genera Aterrados (2018) y esto porque beneficia a todos, se siente una comunidad que aplaude porque cada peldaño que gana uno lo agradecen todos. Muchos directores y público tienen de frikis, gente que vive realmente el cine de horror, que celebran las hazañas que yacen en concretar (y vivir) momentos de una de éstas películas. El filme apunta muchas películas de culto, generando empatía en todo verdadero fan del género -llegando a proponer identidad dentro del conjunto de un ecléctico cine argentino-, con imágenes que cogen destellos de suma creatividad, además de ratos descabellados y algunos hasta afilados. También muestra mucha gente como inspiración (y pasión) para el resto. 

Mal vivir

Mal vivir (2023), del portugués Joao Canijo ganó el premio del Jurado en la Berlinale 2023, la Berlinale de Carlo Chatrian; y representa a su país buscando ganar un cupo a mejor película extranjera en los próximos Oscars. Es un melodrama sobre un grupo de mujeres unidas por la sangre y la regencia de un hotel de lujo. El filme gira sobre una de las mujeres en especial, sobre Piedade (Anabela Moreira), una dama bella de mediana edad con problemas de adaptación social, que vive sufriendo mentalmente la vida por cierto desequilibrio, que la hace rechazar a su hija, a Salome (Madalena Almeida), que ha regresado porque su padre acaba de morir, con quien vivía separado éste de su madre. Se dan muchos momentos donde ambas buscan amarse como madre e hija cualquiera, pero la dificultad de una madre de tendencia solitaria hace que la joven le tenga cierto resentimiento y surjan fricciones, que el filme de Canijo plasma poéticamente, muy físicamente, de manera expresiva gestual, donde más bien cuando hablan empiezan inmediatamente las peleas, es entonces que el silencio se presenta sabio, pero no obstante necesitan dialogar forzosamente para hacerse entender, aunque el amor existe, pero la personalidad materna se explota como ardua de convencer, aunque Piedade suele ser amable. Su madre de Piedade, Sara (Rita Blanco), es dura con ella, por ahí viene su desajuste. Hay una escena donde Piedade se infantiliza con su progenitora y ésta más bien en lugar de sensibilizarse, la trata mal. No obstante la lente siempre se posa sobre Piedade. Pero aunque se le deja un poco de lado, salvo cuando menciona que suele hacer el papel de villana injustamente, la madre de Piedade se muestra también alguien complicada, solo que Piedade está a la vista de todos. En el grupo de féminas también yace la hermana de Piedade, Raquel (Cleia Almeida), que tiene una injerencia menor, con cierto libertinaje bisexual, dentro de un filme bastante moderno que no lo toma como generador de un problema importante, como a su vez podría serlo. Es una trama que se ubica en el hotel y de ahí no se mueve, tiene el estilo típico del cine portugués, de los que exudan el ritmo de los calmados, y en sí gira sobre problemas sencillos pero bastante emotivos. Es una obra que presenta muchos choques con Piedade, que hace del cuco pero en realidad es frágil frente a los demás. Como personaje tiene atractivo, pero se tiende un poco a sobredimensionársele, pero como tratamos con un melodrama todo queda en el lugar que le pertenece. Es una película que se posa en los espacios y se toma su tiempo, le saca el jugo al hotel. Es un trabajo que versa sobre la cotidianidad y así saltan los infaltables conflictos de interrelación familiar. Ésta propuesta fluye expresando que ser padre es más complicado de lo que parece. Incluso para madres como Sara que suelen considerarse muy autosuficientes, que son fuertes. También está no poder pasar de nosotros -de cierto ombliguismo- a los demás, incluso no siendo malas personas. 

jueves, 14 de diciembre de 2023

Zardoz


Zardoz (1974), del británico John Boorman es una película infravalorada, aunque una obra de culto por un pequeño público, pero es tremenda película, original y plenamente solvente. Es una propuesta que se anticipa de cierta manera a la mega popular Matrix (1999). Estamos en el año 2293, la tierra yace en el caos, en un ambiente salvaje, donde todo ha vuelto a especies de tribus. La elite intelectual vive en un espacio aparte pero ésta élite ha entrado también en cierta decadencia, el aburrimiento los consume y quieren volver a crear la tierra de antes, es decir ni una élite que pasen por dioses ni un mundo de bestias primitivas humanas donde reine la brutalidad, para ello hay un plan secreto con unos cuantos conspiradores contra ésta sociedad futurista directriz, y un clásico destino mesiánico por cumplirse. Ese mesías (manipulado) es Zed (Sean Connery), quien poco a poco irá engrandeciendo su figura, partiendo desde un salvaje hasta transformarse en alguien excepcional, aunque redoblará la apuesta del pasado primitivo del nuevo futuro, un futuro que buscará estar en el intermedio temporal donde mejor se hallan todos los seres humanos y es que el mundo es en mucho una continua repetición. Zardoz es Dios, un Dios nuevo para el mundo postapocalíptico donde nos hallaremos, pero éste Dios un día querrá convertirnos en Nietzsche y "matarlo" y ahí entra a tallar especialmente el célebre libro El mago de Oz. Boorman quien se encarga del guion muestra todo su amor por el arte y hace que esa novela infantil sea un tipo de biblia. El filme explica perfectamente todo, cosas más o cosas menos interesantes es ambientarnos en narrativa futurista de una nueva sociedad, gente que no puede morir y quiere morir y pegan el salto al vacío (que no lo es en realidad) aceptando la contradicción que en el fondo es sólo aceptar la naturaleza del hombre. El filme es descubrir que vivimos engañados, así misma Matrix, pero desde una lucha de clases digamos, que también se puede leer como el reino de los más inteligentes, pero, ¿qué pasa cuando llega el agotamiento?, ese que abre la puerta al deseo de corrupción, pues hay que reformularnos el panorama, buscar soluciones, y es entonces que el filme escoge el reseteo, porque como se dice, no se han hallado las grandes respuestas existenciales, quizá no existen en realidad, pero lo que sí se tiene claro es que ser Dios (o no creer en él) es complicado, y la inmortalidad y el nirvana pueden también cansar, ésta es la historia del hombre que tarde o temprano se agotará y como el cuento del burlador de la muerte castigado a vagar por el universo sin morir, todos finalmente necesitamos descansar, tan simple como eso, así dormimos y morimos cada noche y al día siguiente resucitamos, descubriendo nuestra naturaleza, que somos perecederos. En el trayecto Boorman pone la sensualidad en el deseo de querer poseer a la mujer difícil o inalcanzable, interpretada por la bella y muy europea Charlotte Rampling, muy bien escogida para representar el retorno del hedonismo y la sexualidad, otra naturaleza muy humana, como también la de procrear y formar una familia. Así mismo el empaque de sci-fi es bastante bueno. El filme maneja una impronta de cine independiente americano, de cierta austeridad, pero propio de una labor muy profesional. Ésta obra de Boorman es curiosa como ciencia ficción, de aquellas valiosas más de ideas originales, bien sustentadas, que de grandes presupuestos. Todo esto no requiere de que el futuro se parezca al futuro como dice Elon Musk, solo de razonar -como de pasar de un lado a otro del desierto donde se vive del cereal a una simple habitación clasemediera- y un par de pequeños detalles que juegan con lo medieval que tanto le gusta al director y que mejor arte que ponerle personalidad. Es harto atractivo ver como la lectura de El Mago de Oz se ha convertido en la base para una historia de ciencia ficción postapocalíptica, más la suma de un poco de ideas descabelladas atravesadas por el formalismo bíblico que trabaja de la mano con un quehacer político. Aunque el filme es notable leyéndose seriamente, sin mucho rollo tampoco, ésta obra tiene varios momentos de ironía, como clama el dios circense o anfitrión de ésta obra de teatro, como que Boorman no se toma demasiado en serio tampoco porque se trata igualmente de cine popular americano aun llevando su cuota filosófica. 

lunes, 11 de diciembre de 2023

Sobre todo de noche

Sobre todo de noche (2023) es el debut del español Victor Iriarte, programador y escritor además. Es un filme que abre señalando inspirarse en el chileno Roberto Bolaño, un especie de autor outsider, o alguien que le costo ser popular y esto llegó medio después de su temprana muerte, a los 50 años. La propuesta se divide en tres partes, la mejor es la primera, que juega -como anuncia- al terror y el noir. Se trata de que el estado y la iglesia confabulan para que sea fácil adoptar bebés de madres que no pueden sustentarlos económicamente, pero en la presente propuesta se deja ver que esto se hace dentro de cierto mecanismo oscuro, donde se intenta romper el vinculo con la madre natural o biológica, desaparecer su rastro. La primera parte es la búsqueda de Vera (Lola Dueñas), y la segunda es el encuentro con un hijo a punto de cumplir 18. La madre que adopta la interpreta Ana Torrent y es una buena madre. El filme en sí en la segunda y tercera parte no tiene conflictos, ambas madres se llevan muy bien y el hijo las acepta a las dos. Es una película que reflexiona sobre la adopción mostrando como se sienten a un lado y a otro, como logran concebirlo en sus mentes las madres. El filme tiene momentos artísticos, donde con algunos detalles trata de darse cierta identidad, pero en conjunto es tradicional y fácil de seguir. La segunda y tercera parte entra en cierto estilo que está en boga actualmente en el cine español, es decir manejar una cotidianidad donde prácticamente no pasa nada o nada importante. Hay un pequeño pico -engañoso, porque no germina, aunque pinta de arty light- hacia un especie de robo de archivos, pero, como tal cual muestra el filme, no despega nunca o no presenta mucho atractivo práctico, no tiene mayor injerencia en realidad, más allá de ser un poco poético y en sí el filme tiene bastantes destellos (muchos logrados) de éste tipo, poéticos. La voz en off de Torrent es muy ecuánime e interesante y siempre es muy próxima y sencilla. La primera parte maneja un estado de suspenso y angustia bastante efectivo. Es un filme con su cuota distintiva o creativa, esos señalamientos de los mapas que incluyen el decorado de los cuartos o esa preparación de tipo militar estratégico dibujada en el aire de la madre en son Vengadora Anónima, aunque se queda en puros deseos, lo cual también suena curioso, esperar algo y no verlo, como que el cine se vuelve impredecible, pero el resultado resulta demasiado básico. La cotidianidad que presenta la obra es analizar como asumen la adopción los tres puntales, madre biológica, madre adoptiva e hijo joven y aunque deja de ser un prometedor noir y película de terror tiene su cuota de oír algo que captura la atención, aunque es una cotidianidad demasiado calmada, en esa identidad que está pretendiendo una parte del cine español que anhela ser muy humano, muy amable, aun cuando anuncia todo lo contrario, mucha violencia, como quien quiere que tengas otro interés, te enamores de otro cine. No obstante si bien todo buen cinéfilo es -necesita ser- ecléctico, eternamente curioso y entusiasta e impredecible, el cine es un lugar para dialogar con la efervescencia de lo extraordinario en todo sentido, incluso para mostrar intelectualidad y profundidad. El estilo puede variar pero el cine está hecho para sorprender al espectador, así como decía Kafka: Un libro (una obra) tiene que ser un hacha que rompa el mar de hielo que llevamos dentro. Y pues con la cotidianidad más sosa y somnolienta no lo vas a lograr, aun cuando nos pretendamos el tipo arty más plus ultra. Y éste quehacer arty hablando del cine en general presenta distintas caras, algunas buenas, otras no. Éste filme no es malo, tiene una gran primera parte y las siguientes sostienen la idea o eje como si tuviéramos dos películas conectadas por una temática y una auscultación por un lado muy normal y otra salida de un adictivo thriller de Hitchcock. El resultado es irregular, la cara más intencionalmente común es débil, pero con su porción de atractivo aun así. El conjunto mantiene puntos de interés. Manuel Egozkue destaca como el chico adoptado, de la misma manera que las notables Torrent y Dueñas. Tiene un momento de baile a lo música electrónica que tiene gracia y personalidad con una performance invocando emociones encontradas. Lo de teñirse todos el pelo o ponerse peluca sin mayor motivo y usar 2 relojes en una muñeca tiene el efecto expresivo espejo de la nada absoluta, pero cuando quieres ser personal no todo será glorioso. Sin embargo se aprecia el intento de no temer fracasar o asumirlo (o querer ser uno mismo) que puede ser muy arduo de manejar, que bien recoge de Bolaño el filme. En un momento cuando el relato empieza a apagar su estrella con una cotidianidad que no aporta nada, como un otrora cierto cine indie latinoamericano, pone de pronto la imagen de un cadáver tendido en el suelo y puede sonar efectista, pero esto despierta la curiosidad, esperar lo inesperado y luego sostenerlo. 

viernes, 8 de diciembre de 2023

Barbie


Barbie (2023), de Greta Gerwig, ha sido un hit comercial (un hit económico, de público), además de una película muy alabada en su país y que estará en muchas listas americanas de lo mejor del año y más que seguramente será nominada en masa en los premios Oscars 2024. Es un filme que está lleno de ideas alrededor del feminismo y el llamado patriarcado, escrita por la misma Gerwig y su pareja de hace más de 10 años, el también director de cine Noah Baumbach. Es una obra que busca rendirse ante la popular muñeca producida por la empresa de fabricación de juguetes Mattel, pero lo hace con ingenio, aunque no todo acierta, puede subrayar muchos pensamientos, y en tantos de estos, éste bombardeo de audacia, hay una cierta falta de filtro, a ratos hace ausencia mucha contención o mayor meditación, porque puede uno sentir que suena a veces ridículo lo que se manifiesta, o esa facilidad expresiva puede ser atroz de oír, no todo toca el cielo y hay una mezcla donde entra de todo un poco, éxito -ideas notables- y vergüenza ajena -ante querer ser quizá empático o idealista, revelarse como una especie de voz revolucionaria o realmente franca-. El guion del dúo Gerwig-Baumbach aunque pone de lógica estrella a Barbie (Margot Robbie) también da cabida a Ken (Ryan Gosling) en su propio choque con el mundo, donde en el universo de Barbie representa al amigo enamorado y dejado de lado románticamente, incluso menospreciado en sus capacidades, hace de alguien un poco tonto, así como Barbie representa el estereotipo de la chica rubia sin atributos más que estar de moda, ser cool y lucir en todo superficial, si bien hay muchos tipos de Barbie, muchas de ellas capaces de las actividades más exigentes, pero la Barbie principal es una especie de cabecita hueca o calabacita, algunos la creen una bimbo, una chica brutita, fácil y sensual, como la Kelly Bundy (Christina Applegate) de la muy divertida serie Matrimonio con hijos (1987-1997). Pero Barbie descubrirá al pasar al mundo real que es capaz de reflexionar sobre quien puede ser, ser trascendental, más inteligente de lo que se espera de su atractivo físico y habituales anhelos existenciales, tras curiosamente darse cuenta de que existe la muerte o cosas desagradables (frustraciones) en el diario vivir. Barbie querrá ser más profunda, sin dejar de ser fácil de identificar, como la típica heroína salida de la universalidad o de lo ordinario. Ella irá en búsqueda de la niña que la tiene de muñeca, en que hay una cuota latina digamos, en un filme que maneja diversidad racial dentro de la unidad de ser norteamericano, como una presidenta barbie afroamericana o un mejor amigo competitivo y egocéntrico que tanto molesta a Ken, asiático. Barbie, más allá de tener que aguantar y salir a flote pero desde un cine amable, crece hallando frustraciones, y hasta se topa con cosas llamémosles oscuras, o propias del mundo real, donde suele asomar perversidad, corrupción, melancolía, situaciones y emociones poco ubicables en el mundo habitualmente perfecto, rosa, de Barbie. Esto es a raíz de que su dueña, de ella como juguete, yace pensando digámosle raro; así mismo Barbie puede terminar convirtiéndose en la Barbie freak, es decir marginal, la que no puede adaptarse al mundo ideal o de éxito. Barbie pasa al mundo real jugando un poquitito a Matrix (1999) pero a la inversa, como con esa playa -aludiéndose en cierta cuota al surfer californiano- que parece intencionalmente de cartón, saliendo un poco a lo Beau is afraid (2023) de un lugar kitsch, un espacio con una impronta y personalidad propia -con su toque interesante aunque rosa- que aporta la línea de barbie como juguete, aunque Matrix ya es, de lo tan popular, hasta un famoso meme. En el mundo real se indica que los dueños de Mattel o los que inventan estos juguetes son todos hombres, y ahí se critica que debe incluirse más a las mujeres, que eso sería lo más lógico. Así mismo se dice que mucha culpa de que las mujeres estén sojuzgadas digamos, entre comillas, es por esas mujeres que son muy celebratorias o dóciles con los hombres (o que dejan de lado su intelecto), tal si se dijera por una parte que las antipáticas o insoportables hacen más por las féminas en general. Se clama que ocurre por una cierta inocencia femenina (al estar uno ciego de amor) desde un filme que no ofende abiertamente, pero ésta Barbie quiere decir que no necesita de los hombres (Hello, Noah, where are you?) o ella se va a hacer cargo de todo. Aparece el espíritu femenino, una ancianita inventora de Barbie, que hace como de creadora a lo Blade Runner (1982), en que se interactúa sugiriéndose que Barbie como un tipo de replicante debe aprender a convertirse en un ser humano, hasta lo trascendente. En el mundo real mandan los hombres y en el de Barbie, ella. En el universo rosa los Ken yacen minimizados, son como mujeres floreros (sin la sexualización o erotismo de las féminas), son el clásico amigo confidente, únicamente compañero y subalterno. No se sabe si Baumbach como coguionista se siente identificado con esto, no le molesta o no se percato o no quiso hacerse problemas, o está más bien criticando o ironizando un poco, aunque la cosa parece va en serio. Éste Ken es visto propio del Glam Rock o los hombres frágiles, pero que tal como si se estuviera hablando de homosexuales deben aprender a quererse y no depender tanto de las Barbies, es decir, de las mujeres, expresando que deben aprender a volar solos, creer en ellos. Barbie vive en un mundo mágico, donde ella protagoniza a la chica popular dueña del planeta, es así que Ken, menospreciado, se transforma en el villano clásico de muchas propuestas americanas, como de películas familiares, así se puede apuntar Megamente (2010) o Los increíbles (2004). Ken conoce, se entusiasma, y trae el patriarcado a éste mundo de inocencia femenina, un patriarcado que se enfrenta al desnudo/trabajo de los lugares comunes para bien y para mal en tremenda lista que parece en muchos sentidos interminable. Se manifiesta que Barbie no es ninguna bimbo y más bien por el final asume su sexualidad y hasta la naturaleza de la maternidad, que es otra de sus luchas, abriendo la mirada un poco del feminismo acaparador que todo lo ve individualista, narcisista. 

jueves, 7 de diciembre de 2023

La bestia humana (La bete humaine)

La bestia humana (1938) es cine negro del francés Jean Renoir y es una de sus obras maestras, que adapta la obra de título homónimo de su famoso compatriota Émile Zola perteneciente a una saga suya (Los Rougon-Macquart). El filme se ambienta en el mundo de los ferrocarriles. Ésta propuesta abre con tremenda aclimatación y alarde de talento al mostrar como nuestro protagonista, Jacques Lantier (Jean Gabin), conduce un tren, visto muy acompañado del paisaje. La presente obra de Renoir nos pone en varios ángulos maestros y nos hace sentir que vamos dentro de éste vehículo. Lantier es un hombre ducho en la conducción ferroviaria, y es muy trabajador, pero esconde un instinto criminal, similar a si llevara un asesino en serie dentro suyo. Esto se asume como un tipo de enfermedad de locura, un impulso por encima de lo normal, se asemeja a presenciar el mal apoderándose de nuestras decisiones. Lantier habitualmente es amable, pero entra en algo parecido a un lapso epiléptico, un estado intermedio, o de transformación en un especie de Hyde, un ser primitivo. Trata de controlarlo o sobrellevarlo, pero él lleva una bestia dentro, como anuncia el título. Ésta es solo una parte de la maravilla de noir que es éste filme de Renoir y la historia de Zola. Tenemos a una mujer muy hermosa, la francesa Simone Simon, que es bastante liberal, aunque hay una historia de abuso en su vida con un padrino adinerado. Su marido, Roubaud (Fernand Ledoux), se entera de ésta infidelidad en medio de un estado continuo de abuso, enfurece y decide matar al hombre. Cuando sucede, hay un testigo, cómplice en el silencio, Lantier, quien se enamorará de la deliciosa Severine (Simone Simon) y en adelante vendrán varias tentaciones criminales para quedarse con la mujer, mientras Roubaud empieza a caer en la decadencia, el alcoholismo y las apuestas. La vida de Severine siempre pende de un hilo, hablándose así del latente feminicidio y el desajuste que pueden generar las pasiones sexuales. Gabin hace un trabajo notable viéndose en el cuerpo de un tipo humilde, pero con esa sombra en su psiquis. Roubaud hace bien de un hombre algo mayor sucumbiendo a su entorno. En medio de todo siempre está presente el interesante y visualmente atractivo mundo ferroviario, donde para siempre Lantier entre su grupo de compañeros, obreros, en el que destaca el fiel amigo Pecqueux (Julien Carette) quien es muy parecido a Lantier, aunque Lantier es secretamente un bicho raro. Roubaud es guardia de seguridad y cobrador en el tren donde trabaja Lantier y a menudo está uno acechante del otro. Roubaud pareciera el malo de la película, pero tiene matices, a ratos yace muy distraído de la vida, simplemente sobreviviéndole -sobre todo con un gran peso encima, poder ir a prisión- y en varios momentos corre peligro igualmente. Lantier no es ningún héroe como podría parecer inicialmente, con sus buenas maneras, y su toque romántico, tal fuera también un galán justiciero ejerciendo un cierto perverso libre albedrio, pero que carga una cruz kármica, hereditaria, como explica el filme en el inicio. Lantier es alguien ambiguo, difícil de definir, pero, recogiendo que lleva a ese Hyde en él, representa veladamente a un demonio impredecible, alguien oscuro, pero no el tipo tradicional. Todo éste estudio psicológico produce un gran protagonista, inclasificable. Así mismo son los personajes principales, llenos de dimensión y profundidad, desde lo campechano, lo que remite a bastante audacia e inteligencia del dúo Zola-Renoir. Viendo la proclividad criminal o la promiscuidad que trae problemas podríamos tachar a los personajes principales de malas personas, pero éste filme no busca los juicios simplistas, planos y fáciles, maniqueístas. Severine es víctima de objetivizar a la  mujer, convertirla sólo en un objeto sexual, incluso de manera corrupta tempranamente, pero también es una seductora, tentadora y algo manipuladora femme fatale, una mujer llena de deseos carnales, anhelos de aventuras y espontánea trasgresión, está llena de pretendientes, y en ello empuja al abismo a todos (no con la alevosía de la caricatura), pero es algo que se desprende sin satanizarla o atacarle abiertamente o quitarle toda simpatía, ella a su vez representa modernamente no solo satisfacción sino, por qué no, compenetración, si bien tiene criminalidad en la sangre, quien no es ninguna bruta pero puede ser inconsciente e impredecible. Así uno puede esperar lo peor de Roubaud y a ratos resulta muy pequeño, en algún momento incluso un idealista y hasta inesperadamente frágil; puede ser capaz de amar aunque presenta además vulgaridad. El nivel de creación de estos personajes, en un universo noir y de thriller, hablan de un grado de inventiva impresionante en Zola y excelentemente ejecutado, materializado, por Renoir, que aquí muestra que sus verdaderas obras maestras no son La gran ilusión (1937) o La regla del juego (1939), o por las que muchos van a quererle y admirarle más, sino las que proponen popularidad con alta maestría, películas como la presente, sus mejores noir, sus noir pioneros.  

martes, 5 de diciembre de 2023

Malqueridas

Malqueridas (2023) es un documental perteneciente a la chilena Tana Gilbert y es su debut en el largometraje. Ésta película se hizo merecedora del premio de la audiencia en el festival de cine de Valdivia 2023, como también ha sido galardonada en los festivales de Venecia y Mar del Plata 2023. Es una película estructurada a través de imágenes de teléfono celular, grabadas clandestinamente porque no están permitidos en la cárcel donde se hallan nuestras protagonistas, presas chilenas. El coguion y la edición igualmente le pertenecen a Tana Gilbert, proponiendo 2 voces en off que nos irán contando la vida de la cárcel por medio de 13 testimonios que han generado el guion de lo que vemos, con imágenes entregadas por una veintena de presas. La visibilidad tiene momentos de desenfoque, donde miramos como rayas o luces entremezcladas, la imagen a veces demora en ser nítida pero la humanidad, la verdad y el realismo que contienen es indiscutible, dentro de un filme que va por lo positivo, mostrando en especial la relación de las presas con sus hijos pequeños. Solo pueden tenerlos hasta los 2 años de nacidos, luego hay una separación que duele y observamos como ellas tratan de sobrellevar una relación de afectos y cuidados a la distancia, notándose una dura mutua ausencia en sus existencias. El documental no señala culpas ni menciona que delitos las han traído a todas ellas aquí. Se manifiesta que la criminalidad es una costumbre que va creciendo, salirse siempre con la suya y luego ir empeorando. También influyen las drogas, pero las mujeres que presenciamos no son señaladas aficionadas a éstas, lo han sido. Se ve que es un filme que busca la empatía con las presas, mostrando su lado más humano, más amable. Hay lesbianismo, pero más se habla de maternidad, cuidar de las más jóvenes. Puede que exista un cierto estado mixto, aunque ésta obra va por el camino de la maternidad en el afecto tradicional, aun cuando estar en la cárcel ya involucra un estado de excepcionalidad en todo sentido, de diferente adaptación. Las imágenes han sido mejoradas en la producción del filme, pero no dejan de ser muy austeras, pero que ofrecen una cierta mirada de privilegio para el espectador bajo un eje humanitario, de comprensión hacia su situación, estar privadas de la libertad, estar encerradas en lugares pobres y alejadas de sus familias, con la única posibilidad de relacionarse con mujeres, en un ambiente que lleva de elipsis cierta violencia intrínseca, cierta posibilidad de daño, cierto estado de peligro, pero Tana Gilbert muestra con ellas mucha camaradería, un vinculo emocional, harta amistad y protección mutua, aunque lo de madre e hija así mismo da a entender cierto estado de poder (no asumido directamente en pantalla). Se ve cantidad de llaneza, propia del estado de humildad económica en el que se hallan todas. Se exhiben imágenes que construyen o sugieren estados de ánimo, proveen de emociones, y definen el lugar, y eso habla -sin decirlo- de angustia, de miedo, de melancolía, de tener que buscar dentro de uno mucha fortaleza, como padecer fuertes lluvias y ver que el agua se empoza, ver que se mira por los barrotes o los cuartos apenas tienen cosas o yacen todas muy usadas. Escuchamos la descripción de como es la vida adentro, sin que suene tétrico o asome lo perverso. En éste particular universo se dan bailes, cumpleaños, risas, cariño, se las ingenian como pueden para tener momentos de alegría y relajo, hasta tratan de arreglarse físicamente un poco, son mujeres, son madres, son seres humanos, de eso va la propuesta, de sentir que son también proclives a sufrir y es particularmente difícil su situación, si bien no sabemos mucho de su pasado, de que las ha traído hasta acá, pero se puede captar que vienen de lugares pobres que llaman al crimen, que han alternado con malas compañías que generan pésimas decisiones y elecciones. Ésta propuesta es una mirada esencial, las mujeres a veces salen sólo en fotos, se sabe poco, pero lo más trascendental que se quiere dejar en el aire es que también son personas y no bestias salvajes como se puede esperar de muchos presos. 

lunes, 4 de diciembre de 2023

El sol del futuro (Il sol dell'avvenire)

Éste filme le pertenece al italiano Nanni Moretti, compitió por la palma de oro, Cannes 2023. Es una propuesta que abre con una pequeña operación de graffiti; en un muro se pone el título de ésta película. Así mismo se dice que el filme que está filmando el protagonista quien es un director de cine es una obra subversiva. Esto se manifiesta con ironía cuando personajes pasean contentos en scooters eléctricos, uno de ellos es el actor y director francés Mathieu Amalric que aquí hace de coproductor de la película ficticia de la trama (o de metacine). El otro es un director de cine llamado Giovanni, interpretado por el propio Moretti, que hace con El sol del futuro (2023) algo autobiográfico. La presente propuesta parece sencilla, pero es una obra bastante inteligente y tiene capas de lectura, es una mezcla entre el amor y la política, cosa que se confunden entre sí, son parte complementaria una de la otra en cierta manera, así el filme no solo es una historia que quiere ser romántica (o una comedia romántica) y por una parte familiar, siendo también un musical con homenaje a las canciones románticas italianas a través del tiempo, sino también es una historia que quiere reivindicar el socialismo, observando la política socialista como un lugar humanitario, un lugar para ayudar a la gente a vivir mejor o bien, un espacio en que se quiere al hombre humilde (de buen corazón, tranquilo), y en ese trayecto se desliga audazmente de la práctica comunista (autocriticándose) de la URSS y el imperio soviético que identifica Giovanni con Stalin quien no le agrada. Es así que Giovanni prefiere a su compatriota Antonio Gramsci, político, periodista y teórico del marxismo, quien murió en 1937 a los 46 años, a poco de que el fascismo de Mussolini lo pusiera por sus ideas políticas en la cárcel, de 1926 a 1934, para ser liberado por gracia presidencial del mismo Mussolini tras hallarse Gramsci muy enfermo. Giovanni pretende hacer cine político alabando el socialismo, su película remite al Partido Comunista Italiano, fundado por Antonio Gramsci en 1921, refundado en 1943 y desaparecido en 1991. En ésta película (dentro de la película) que filma Giovanni un circo húngaro de visita en Italia crea una relación entre Hungría y una pequeña sede del Partido Comunista Italiano en el contexto de 1956 donde una revolución del pueblo húngaro fue apagada brutalmente por la URSS, que tenía injerencia en el poder de ese país. El eje es a su vez una pequeña historia de amor -entre una secretaria y un líder sindical, interpretados por un carismático y suave Silvio Orlando, y por Barbora Bobulova como una mujer de carácter- que tiene que ver con enfrentar la propia ideología contra el sentido de sumisión a la ideología del partido, para dar paso a que, digamos, vuelva a nacer la utopía socialista que es lo que medio pretende Nanni Moretti, algo anacrónico (sobre todo si no lo ves complementario o en contraste) y nostálgico, sin tomar en cuenta tanta agua bajo el río, tantas lecciones aprendidas, si bien Moretti maneja sobresaliente el toque de comedia, de humanidad, de simpatía, de personalidad y de entretenimiento. A ratos muchos no comparten las ideas de Giovanni como cuando critica la violencia en el cine más contemporáneo -aludiendo incluso sutil y no tan sutilmente al thriller coreano, aunque suena algo curioso que no haga ninguna mención ni por asomo de Hong Sangsoo con quien puede sentir alguna empatía- y sale un pequeño estudio de ello, donde hay algunos críticos de cine que se sentirán representados por él (más allá de lo marxista), aun cuando hace salvedades con Taxi driver (1976) y Apocalipsis now (1979). Giovanni también tiene su propia historia. Moretti hace de una persona algo insoportable, alguien que tiene muchas ideas propias y quiere que la gente las acate de alguna manera, pero mucha gente no lo comprende, así mismo así se puede ver esa subversividad que clama El sol del futuro o resurrección socialista. De la misma manera Giovanni sufre por concretar su película, muy pocos la ven rentable y no quieren ser parte del proyecto. Giovanni es claramente alguien de otra época, por ello fácilmente sale la ironía de no entenderse con Netflix de quienes hace mofa con el estribillo de los 190 países (donde tiene visibilidad la plataforma), como señalando a un millonario jactándose de su fortuna de manera narcisista, superficial, el algoritmo dirían algunos. Tenemos también en la trama una historia de crisis matrimonial, que se asume ligeramente, como bien dice Giovanni éste en realidad es un filme político, pero la política en el pensamiento de Giovanni remite a lo más esencial (pero valioso), amar a los demás, no a la práctica de métodos técnicos de ningún tipo, es decir, hablamos simplemente románticamente o de manera idealista (como con esa marcha final de actores que no pertenecen a ningún star system, y uno puede no congeniar del todo con ésta ausencia, pero sí mucho con que se perciba que se trata de gente como uno finalmente, no de seres por encima de la humanidad). Es un filme que da a entender que a Giovanni (Moretti) le cuesta encajar en el mundo actualmente, sobre todo con el cine que hace, notando que el séptimo arte es parte importante para él, pero curiosamente lo hace muy bien con El sol del futuro (logra ser cine arte hardcore desde la claridad de postulados), que aunque es un filme algo discutible no deja de ser notable. Moretti hace de un tipo digamos insoportable, o así se presenta como parte de la trama, pero en realidad más cae simpático, aun cuando uno no comparta todas sus ideas. En un momento Moretti interrumpe a un joven italiano muy fijo en sus propias ideas políticas cuando ve una película (dentro de una película dentro de la película) con su novia en una sala de cine. Moretti aparece por detrás de la pareja de jóvenes cinéfilos, le señala a él que no hable de política (como quien le da una pequeña reprimenda a esos que critican todo el cine como si fuera una clase ideológica), le dice que no es tiempo para hablar de política sino para amar -que la bese- y se le prende el foco de porqué su matrimonio está en crisis y su esposa decepcionada de él (que parece buena persona, igual que ella, en la performance sencilla, pero agradable, bastante efectiva, de Margherita Buy), aun cuando agradar a las mujeres en relaciones serias nunca es fácil. Su trabajo en el cine y su gigantesco ego ha hecho que minimice la presencia y personalidad de su mujer que como actual feminismo es tiempo de esplendor para todas ellas, menos hombres y más mujeres, o mejor dicho, mejor expresado, más atención y más respeto con todas. 

sábado, 2 de diciembre de 2023

Pachacútec, la escuela improbable

Pachacútec, la escuela improbable (2023) es un mediometraje de 38 minutos, dirigido por el peruano Mariano Carranza. Nos habla del instituto de cocina Pachacútec ubicado en el distrito de Ventanilla, Callao, Perú, en un asentamiento humano. Es un instituto donde sólo ingresan 25 alumnos al año -postulan anualmente como 500- y está fundado desde el 2007 por el famoso chef peruano Gastón Acurio. Éste instituto no es costoso, su razón de ser es social, ayudar a desarrollar chefs de altas condiciones culinarias salidos de bajos recursos, es una oportunidad para promover el talento nacional en el arte de la gastronomía, ayudar también a que personas con alto potencial tengan oportunidades en la vida. Desde el 2007 hasta el presente son alrededor de 400 personas egresadas del instituto. El filme de Carranza producido por el propio Gastón Acurio es de muy buen acabado, no se ve plano y es bastante agradable de ver. Se mueve en base a 3 egresados de Pachacútec, 3 personas que han logrado destacar a raíz de éste proyecto social de alta cocina. Las personas escogidas son jóvenes y trasmiten muchísima empatía y simpatía, se expresan muy bien y exhiben sumo agradecimiento con el instituto, con el cual se identifican. Los 3 fueron al festival de San Sebastián 2023 a presentar la película exhibida en la sección de cine culinario del célebre evento. Uno es Gerson Atalaya, chef en el restaurante Kay, palabra que es el verbo Ser en quechua, restaurante ubicado en Luxemburgo, un pequeño país europeo entre Francia y Alemania, con una población que apenas pasa el medio millón de habitantes. Gerson explica que Kay y su trabajo consisten en preparar comida peruana con innovación y experimentación, es buscar ser creativo y personal si se quiere, con la cocina. Las personas escogidas han hallado un futuro en la gastronomía, muestran total plenitud en lo que hacen, es descubrir por completo nuestra vocación y pasión, por lo que Pachacútec no sólo les ha generado un buen sustento económico sino un sentido profundo a sus vidas. Todo esto es expuesto con mucha sencillez, con claridad, dejando ver que se les ha cambiado la existencia. Así en particular se ve la historia de Jhosmery Cáceres, una chica muy sensible, llora bastante ante cámaras, y se deja apreciar que es muy amable (la vemos comprar en un mercado con americanos medio parcos y ella no deja de ser una fuente de felicidad sin sentirse impostura), luce como una persona que se hace querer fácilmente. Labora en La Mar, en San Francisco, tiene el puesto de jefa de pastelería. La Mar es un restaurante de comida peruana, comida marina, perteneciente a Gastón Acurio. Jhosmery habla de tomar control de tu vida -como quien presenta angustia, quiere hallar un camino y lo ha encontrado- y lo emparenta con la cocina, con el trabajo con los dulces donde hay que ser preciso, muy práctico. El tercer egresado representante del éxito del instituto es Alan Larrea, quien se muestra como un chico humilde, relajado, pero educado. Remite a cabalidad al emprendedor y microempresario nacional, el que ha hallado su lugar en el mundo, el nicho perfecto para sí, que le llena la vida por completo. Es dueño de una cebichería ubicada en Jesús María, Lima, llamada Percado, y prepara comida peruana del mar con un cierto toque personal u original. Él menciona de la manera más campechana que por algunas innovaciones que hacia -leía o veía de cocina adicionalmente- le llamaban en el instituto, el Ferrán Adriá de Pachacútec. Comenta que rompió algunos clichés que cargaba con que se dedicara a cocinar -lo creía cosa de mujeres- donde la vida lo empujó hacia allá -ante una ausencia clave-, rumbo a ésta especie de epifanía o destino improbable. En ambientes dinámicos, pero con detalles, conocemos a fondo de ellos que trasmiten amor por la gastronomía peruana. 

jueves, 30 de noviembre de 2023

Bandidos en Milán (Banditi a Milano)

Bandidos en Milán (1968), del italiano Carlo Lizzani es una gran película de asaltantes de banco, basada en hechos reales, en asaltantes y asaltos célebres reales, con tremendo actor protagonista en Gian Maria Volonte quien hace de un ladrón y líder que se jacta de su perversidad, de ser criminal, y goza leyendo que lo creen un asaltante culto. El filme de Lizzani abre con una parte que luce a documental, que con actores recrea a modo de documental la idiosincrasia criminal de Milán, una de las ciudades más pobladas, más industriales y más modernas de Italia. Ésta parte documental es bastante realista, partiendo del modo de informe analítico criminal tal como mencionar que se queman vivas a mujeres -modelos principiantes, actrices noveles- como castigo a finalmente no aceptar ser prostitutas de alto vuelo, tras inicialmente ser engañadas. Se dice que antes había códigos criminales, que los criminales eran más elegantes y más conscientes o digamos que, dentro de su criminalidad, más justos, como si hablaran de la mafia. Se nota que éste filme le ha servido de inspiración a Francis Ford Coppola con su magnificente The Godfather (1972). Incluso se menciona con admiración a un sugerente Marlon Brando. Se deja ver, lo dice supuestamente un criminal ranqueado de antaño, que ahora la criminalidad se ha vuelto un lugar demasiado violento, bruto, salvaje, vulgar. La propuesta de Lizzani tiene además un arranque bastante caótico, super intenso, desenfrenado, donde una muchedumbre en plena calle quieren linchar a alguien y llega la policía y se lo lleva en auto. Luego de éste lapso hiper histérico, arrebatado, potente, entramos en un racconto y nos contaran sobre una banda de 4 asaltantes. Conoceremos profundamente quienes son los 4, su vida personal, y como con el liderazgo de Piero Cavallero (Volonte) montan incluso una fachada de una empresa. El racconto contará la cotidianidad y los trasfondos de quienes son los asaltantes. También veremos sus tácticas de robo, cómo se preparan. Lo curioso de ellos es que suelen robar 2 bancos muy próximamente en el tiempo, cada vez que salen a hacer su labor criminal, como para desorientar a su enemigo. La parte policial representa también efervescencia, bastante intensidad, un quehacer popular, muy campechano, muy italiano, con Tomas Milian como el jefe de policía a cargo de la investigación. Milian es otro actor famoso del spaghetti western, como Volonte; quien curiosamente paso del cine arte al cine de género con bastante solvencia, como decir de lo arty a lo popular (con talento, con trascendencia). El racconto pasará por una secuencia que es de las mejores persecuciones de robo que ha dado el cine y que por la fecha, finales de los 60s, muchos habrán tomado nota. La secuencia explicará perfectamente lo del momento clímax caótico del anhelo de linchamiento. Antes tendremos carros persiguiéndose (en pequeños Fiat), disparos por doquier. Cavallero, un tipo muy frío y cruel, un sujeto imprevisible, empezará a disparar intencionalmente contra la gente para generar desorden y pueda así deshacerse de la policía que le pisa los talones. Los agentes harán una gran persecución policial donde no darán ni un milímetro de ventaja y seguirán al pie del cañón a los bandidos que generan bajas en las fuerzas de la ley. El filme hará pequeñas presentaciones dinámicas de las victimas, serán entre 3 o 4, y cuando se topan con Cavallero, manejando y disparando desenfrenadamente, sabremos quienes son. El enardecimiento de la gente tendrá mucho sentido, también la imagen de odio que genera éste tipo de criminalidad al pueblo italiano y a la gente común en general. No son ningunos Robin Hood, aunque es por quien es Cavallero, porque los otros 3 no se le parecen en el grado de violencia e irreflexión vulgar que éste manifiesta y lidera abiertamente (aunque él se pretende de mayor inteligencia). Incluso hay un joven asaltante de 18 años (Ray Lovelock) quien en el momento donde las papas queman se quiebra y quiere renunciar. Cavallero, dentro de una gran interpretación de Volonte, representa también una imponente tenacidad, aunque lo hace dentro de la perversidad y es de temer, aunque lo haga con una sonrisa de jolgorio. El escenario apunta a la derrota, pero Cavallero no se doblega, llega hasta amenazar sutilmente a uno de su compañeros, se ve que ofrece una fuerte influencia, es un líder innato (aunque deleznable), todo un personaje, y Lizzani lo hace sin obviedad o cliché, aunque su imagen se le reconoce dentro del criminal medio loco, apasionado por lo que hace. Ahí se puede ver y referir querer ser de cierta manera excepcional o vivir una especie de vida fantástica, sueños que habitualmente la tv, el cine, las revistas, la literatura, etc o, aquí se menciona (a manera de crítica), los cómics, pueden generar, pero que esto no exista -estos sueños de excepcionalidad, no de crimen- sería temer al corrupto o perverso y no dar cabida al soñador o emprendedor positivo, que quiere rebatir la crueldad existencial de la normalidad del vivir. El filme no sataniza del todo a Cavallero, es como ver a alguien tal cual, en un momento ve a una joven mujer hermosa -de esas impresionantes italianas que parecen modelos- y trata de enamorarla con atenciones y no se le ve agresivo, sino hasta hay suave ironía, simpatía. Igual vemos que tiene familia y ahí se comporta muy amable y normalmente, es como que el robo lo energiza, saca lo peor de él, la ambición de tener mucho dinero fácil, la vida que no le es accesible por vía natural, como puede dejar ver que tiene familia que trabaja industrialmente. Muchas cosas pueden corromper a un hombre y también hay clases de gente y distinta personalidad y proclividad a cruzar límites, es como las drogas, unos las toman o prueban -los comunes-, otros -los realmente más audaces- no, otros no les destruye-no les pasa mucho, a demasiados sí. La parte documental no pretende ni por asomo ser periodística o plana o propia de un noticiero de domingo, sino tiene mucho cine, mucho dinamismo, mucha arte y hay momentos donde en el quehacer de mostrar policías y criminales, Lizzani, juega con su exposición analítica y muestra a una bella italiana (Carla Gravina), parte del imaginario nacional, llamando a la policía para que un agente haga de sueño húmedo y galán. Es una inserción curiosa-simpática, aunque no es muy extensa, hay otras así en ésta parte. 

martes, 28 de noviembre de 2023

Mad Love

Ésta película de 1995 le pertenece a la británica Antonia Bird quien realizó solo 4 películas para cine. La presente es parte de mi cinefilia temprana, de esas películas que vemos sin considerarnos en realidad cinéfilos o amantes del cine y se nos quedan por siempre en la memoria con cariño. Es una de las películas más románticas que recuerdo y que más me gustan, aunque no teme ser cursi y trabaja sin temor a mostrarse muy sensible, y desde luego en ello puede caer en algunos lugares comunes y momentos que la gente actualmente se niega a tomarlos por enternecedores y prefiere minimizarlos o desestimarlos, perteneciendo a tiempos habituales más duros y menos propensos a mostrar demasiada sensibilidad hacia éste tipo de películas, pero es un filme notable tal cual, sin temor al que dirán o que pretenda querer ser complejo por obligación o tenga que ser super original, pero en su estilo descolla empatía, humanidad y tiene personalidad y novedad desde lo próximo, lo identificable por muchos. No quiere ser romántico con comedia, con ironía, como se suele hacer hoy en día frente al desgaste del subgénero, sino se toma en serio ser romántico y para serlo, en verdad, se va a tender a caer en ser algo cursi, lo cual es normal, no andar temiendo no ser eternamente cool, asociando ser muy sensible con no andar en toda onda, como decir ser muy sensible se cae en ser tonto. Pero el chico del filme, Matt Leland (Chris O´Donnell), va hasta llorar frente a otros, quien siempre es muy correcto e inteligente, sin tampoco dejar de ser joven, ser un poco intrépido, un poco inconsciente, tirarse a la aventura, ser un poco rebelde, cometer errores, pero en general es un muchacho que se comporta bien, quien es alguien inteligente, maduro. La chica que ama hace de la chica que le falta control, contención, pero luego esto deviene en que tiene un problema psicológico y el asunto se trata bien en la trama. No se trata del aplauso tonto o banal de ser muy extrovertido y te llamen loquito suelto, pero te ven re-simpático, re-cool, un lugar cómodo, sino ella en realidad tiene un problema, que parte de la rebeldía juvenil habitual pero que esconde un razonamiento más serio, hay detalles que lo hacen menos superficial. Todo esto es tratado de manera sencilla y frontal, es un filme que todo lo asume con soltura pero no por ello se trabaja con lo vacío, sino se entienden cosas, se piensa el desequilibrio, pero se vive como un rato de aventura también, de un espacio de amor absoluto, un momento de mucha pasión y harto romanticismo. Drew Barrymore quien venía de trabajar de muy chica en el cine pega buen salto por la época al sex symbol juvenil con 20 años de edad, proveniente también de una familia de actores. En lo personal soy de los entusiastas, de la época, por su belleza y carisma. Drew Barrymore es Casey, representa la chica impactante y muy libre, pero esto no se exagera en una recepción de popularidad escolar, sino ella es una outsider, no la conocen muchos, no va por ahí el filme. Ésta propuesta acepta ser austera, no buscar muchos momentos gratuitos, aunque pinta de muy amable para el público, incluso estamos ubicados en Seattle, y nos hallamos justamente en los 90s y el filme en lugar de coger toda la movida grunge propia de su tiempo lo hace indirectamente, sin celebrar esa música abiertamente, si bien es claro que Casey recuerda mucho a Kurt Cobain, pero hasta Casey prefiere Chicago, un lugar anodino en comparación al grunge de Seattle de 1995, pero así mismo es la etapa en que el movimiento musical pierde su apogeo, un año después de la muerte de Cobain a los 27 años. O´Donnell tenía 25 años por entonces. Se enamoran en un concierto de grunge en una discoteca. Pero el filme no busca explotar directamente mucho el grunge, incluso no musicalmente, con la banda sonora, por eso la propuesta es menos gloriosa por no escogerle mucho más. Sin duda habrían tenido más repercusión como película si lo hubieran hecho, aunque Casey en su personalidad es el vivo reflejo de todo ello. No obstante se opta por algo más camuflado, menos explotativo, y también menos identificación, pero el filme como algunos hacen a veces no coge toda la idea, pero no deja uno de identificarse con aquello. El filme tiene momentos muy románticos, algunos surgen de ratos de debilidad emocional y se da refugiarse en el amor con transparencia. Es una película que no se adscribe al clásico rebeldismo sin causa, ni siquiera ella en realidad yace ahí. O´Donnell hace de un tipo siempre correcto, siempre maduro, aun con amigos más comunes, y lo hace bastante bien, le queda perfecto, es el chico que cualquier padre quisiera para su hija, pero curiosamente no todo se perpetra en esa dirección, pero son más cosas que salen de las manos de uno. Aunque Matt es pura bondad no fastidia en su calidad de muchacho ideal, cosa que no siempre funciona, esto puede pasar por anodino y no es así, porque no se ve como esa clase de gente que quiere pintar de gran persona, la cosa fluye, se ve natural. El filme gana con la mirada de alguien que no es de esos que se la saben todas, sino que parece un poco a la deriva, aun con inteligencia. Él es de los que no juzgan con ligereza. Toda esa construcción de personalidad es interesante, no representa el típico galán de las películas del cine americano de cierto nivel, y jamás se le siente telenovelero. La aventura en carro es emocionante de principio a fin, siempre desde la cercanía con el espectador. Toda la escena con el actor Liev Schreiber, de quien no sabemos nunca su nombre, es notable.