sábado, 2 de agosto de 2025
La mujer insecto (Nippon konchuki)
El título del filme hace alusión a la difícil sobrevivencia económica de una mujer en un mundo regido por hombres. Ella es una mujer del campo que es embarazada a la fuerza, luego abandonada por éste que se convierte en su marido y expulsada del trabajo tras su amante ascender de puesto en una textilería. Es entonces que Tome, interpretada por Sachiko Hidari, en la performance más celebrada de su carrera, ganando un oso de plata por mejor actriz en la Berlinale, decide irse a la gran ciudad. El filme hace hincapié en que los hombres son abusivos y aprovechados en general, muchos ayudan a cambio de favores sexuales, aun cuando disimulan las formas y las amabilidades. Pero se ve también aunque a una mujer sola le es arduo sobrevivir en ésta época, partiendo de comienzos del siglo XX, que ella accede a esos abusos y aprovechamientos, se acopla sin reclamar demasiado -¿o a quien?- y es parte de ese mundo de corrupción ofrecido por el machismo y el poder. El título habla de la sobrevivencia de alguien muy pequeño frente a un universo enorme y a cierto punto donde hay que buscar doblegar el miedo de existir, salir a pelear como se puede y en eso entra a tallar muchas faltas a la ética y que nos rebota de cierta manera al avalar el abuso. Se dice que la prostitución es rentable, que fuera de ella te esperan como 6 trabajos y mucha explotación. No vemos violencia, sino una resignación interesada. Tome es el insecto que enfrenta la muerte frente a tanto depredador gigante, y en eso ella parte buscando alimentarse y vestirse, y un hogar donde vivir, pero poco a poco esto se vuelve en ambicionar más, a gustarle el dinero, y ella misma se convierte en un ente poderoso a un punto y abusivo igualmente. Empieza como housekeeping de un burdel oculto y termina engañada para que se prostituya (hay perversa ironía con la virginidad), pero rápidamente se adapta y se vuelve mano derecha de la dueña. Logra aprender y se saca de encima a su jefa, la reemplaza. No obstante se debe a un hombre de negocios que la manipula. Éste mal hombre no duda en seguir prostituyéndola de vez en cuando. Tome va a una iglesia nipona tradicional y contradictoriamente, cuna de algunos cínicos, de ahí es descubierta para la prostitución. La señalan como si llevara un karma, que anida en ella a ese respecto el castigo/pecado de la lujuria. Tome por momentos puede ser perversa de lo astuta y pícara que se presenta. En otros ratos se ve frágil y golpeada por su entorno, como si encima de su persona hubiera siempre alguien más frío y cruel corrompiéndola, síntoma de cierta esencia social. Tome le dice a una amiga suya del pasado que ve en ella ese mismo rasgo de facilidad para pecar de su propia personalidad y pronto hace que se prostituya hallándole clientes como su manager. Midori (Masumi Harukawa) tiene un novio que tiene un aspecto un poco de tipo idiota (bajo la imagen clásica de un leñador), de los que pintan de muy sensibles, pero no obstante permite que ella se prostituya de lo más tranquilo. Hasta ahí llega lo terribles que son en esencia muchos tipos con las mujeres. Midori es guapa y voluptuosa pero está realmente enamorada, pero como bien dice Tome, Midori es una chica de esencia fácil, lujuriosa. Es otra que se adapta sin problemas a la prostitución. El filme las hace ver simpáticas como personas, pero sin duda es de esa gente que rompe los modelos habituales y son fácilmente corruptas, pero no lo parecen a simple vista. El padre de Tome en el relato no es su padre real, es el tonto del pueblo, pero no obstante estos tontos pueden ser unos verdaderos bichos, como cuando "inocentemente" el padre le pide leche a Tome, que le deje besarle las tetas, y ella, que a mucha corrupción la ve de lo más normal, accede, hasta públicamente. Shohei Imamura si bien usa formas clásicas en su narrativa es bastante pesimista con la humanidad. Es el opuesto, igual de exagerado en otra dirección, que Yazujiro Ozu. Imamura hace ver normal adaptarse a la corrupción y éste es un retrato que no se siente sano, que descree de la humanidad, es un realismo parcial, pero él da a entender que es dominante, y se diría que si bien su mirada vale, falla un poco vista como normalizada o muy general, así como el idealismo puede ser ilusorio cuando se ve como si fuera lo único. Es una película a complementar con otros mundos, otra parte de nuestra idiosincrasia social y humana. El cine justamente es eso, no una mirada, sino muchas miradas, muchos estudios, muchas perspectivas, muchos universos. He ahí su riqueza, cotejar diferentes puntos de vista, diferentes ubicaciones, diversas contemplaciones, diferentes cines, lo cual es bueno, porque hace que uno no se canse, ni que el séptimo arte se agote o se pierda en el millón de repeticiones, si bien tampoco hay que plantear pseudo (forzada, vacía) originalidad, sino que el cine se sustente de verdad. El cine está para hacerte pensar, el arte real nunca existe para dejarse llevar, consuelo de tontos, si bien el entretenimiento puro y duro es para simplemente alegrarse/empatizar con lo casual o la intensidad. El cine como arte es comprensión, meditación, visión, y el trabajo nunca está dado completo, es un diálogo con el intelecto, nunca un dogma.
domingo, 29 de diciembre de 2024
Dahomey
Documental ganador del oso de oro del festival de Berlín 2024. Dirige la francesa descendiente de senegaleses Mati Diop. Una de las ideas originales del filme se llega a oír de boca de una de las estudiantes que exponen su propio pensamiento -como todos los presentes- en un debate público de una Universidad -lo de los debates es algo habitual de ver en el cine africano-, hacer que las 26 obras de arte devueltas por Francia a la República de Benín muestren su lado místico que a la oradora señalada le produce temor, porque empalma con las artes mágicas populares que se practican por lo bajo en Benín según se manifiesta. Diop hace que una de las obras devueltas, la Número 26, hable con una voz que suena un poco como la voz de un demonio o propia de una película de terror, si bien también suena en parte al tono de la pronunciación que coge al hablar el africano. Ésta obra -la 26 en particular que toma protagonismo algo arbitrario- y el documental en sí habla de identidad, de relacionarse con lo más autóctono de su país, de la mano del rechazo al colonialismo francés que sin duda ha dejado una fuerte huella multicultural en Benín. Diop mediante el debate de los estudiantes expone un sinfín de ideas de nacionalismo africano. Hay pensamientos inteligentes en el ambiente universitario, pero también se les sienten muy desafiantes, algunos pasan por altaneros, que puede confundirse con gente problemática y quizá hasta contraproducente. Se percibe mucho político en ciernes, mucho intelectual revolucionario -que hasta uno lo dice abiertamente-, y como es típico, mucho ánimo de hacerse notar, de llamar la atención y, por supuesto, ¿cómo?, discutiendo. Más que pelear, las ideas deben oírse constructivas, llevar empatía como planeta, aunque con convicción. Llaman insulto que hallan devuelto únicamente 26 de lo que consideran son 7000 obras de arte que se llevaron los franceses. Llaman a la actual gestión del presidente de Benín un lavado de cara de su familia, que adjudican culpa de los saqueos colonialistas galos. El debate se oye más 80% como conflicto que de diálogo, pero hay ideas notables aun así, algunas son informativas además. El ambiente se pone picante y de manera muy simple se dice bastante. Es un documental abiertamente político, más allá de algunos adornos cinematográficos valiosos y una buena estética y profesionalismo en la documentación del traslado de las piezas africanas desde Europa. Como fuente para valorar la propia cultura, pensando que apuntan a que su país evolucione -aunque más que criticar se trata de crear, porque ser negativo es propio de cualquiera, la sabiduría real está en pensar en soluciones-, tiene su fuerza, maneja intelectualidad a rescatar. Una persona inteligente, en el debate, señala una respuesta audaz, que la cultura es intangible, está como decir en el aire o la cotidianidad del país. Otro lo complementa que así todos pueden recibirla, pensando en superar la pobreza. Hay que trabajar con el alma, junto con las motivaciones, siempre en un ambiente positivo, no del enojo, el buen líder siempre tiene que tener nobleza, porque cuando llega el poder (o la celebridad) eso es lo que lo define. También Diop ha sabido dar más alcances alrededor del debate, en términos autorales. No se ha quedado ahí, pero el meollo de todo es lo que dicen los estudiantes, propulsores -como el título señala- de volver a la gloria del reino de Dahomey (ponerlo en la palestra), el pasado de Benín y de donde nacen las obras devueltas. Se exhibe un manejo interesante de hacer hablar a la propia cultura (con la obra Número 26) y a esa vera querer unificarla con el poblador de Benín, si bien el feedback proviene de los jóvenes intelectuales. La cámara más tarde pasea simplemente por las calles en busca de la cotidianidad del poblador de a pie. En la propuesta se dice que es momento de pasar la antorcha y se manifiesta que ya existe ésta gente. No se enfoca en las personas hoy en día importantes, los que vemos llegar al Museo africano, aun cuando todos ellos muestran caras amables a la cámara, mediando trajes pintorescos, ricos en matices. Es un documental potente porque todo es bastante claro, fácil de entender, y no obstante tiene arte.
jueves, 21 de diciembre de 2023
Unrest (Unrueh)
sábado, 16 de diciembre de 2023
Mal vivir
sábado, 6 de mayo de 2023
El rostro de la medusa
domingo, 30 de abril de 2023
20.000 especies de abejas
jueves, 17 de marzo de 2022
Camuflaje
Camuflaje (2022), del argentino Jonathan Perel, se presentó en la sección Forum de la Berlinale 2022. Es un documental que gira alrededor de un lugar llamado Campo de Mayo, un terreno que durante la dictadura de 1976 a 1983 fue un espacio donde se desapareció gente extrajudicialmente, fue un lugar de detención. El guía y también personaje es el escritor argentino Félix Bruzzone, quien además es el de la idea del filme y ha escrito un libro sobre el tema. Bruzzone entrevista gente que tiene que ver de alguna manera con Campo de Mayo. Ésta gente suele proponer en que se debería de convertir el lugar. El filme tiene cosas curiosas, como una mujer que enfrasca tierra de Campo de Mayo y la vende como recuerdo. La propuesta al final tiene una especie de competencia deportiva donde amateurs pasan por pruebas militares como diversión. Bruzzone luce extrañado con esto, levemente irónico, desentendido de ello, a él se le identifica más con un lugar de memoria, sobre todo cuando su madre fue desaparecida ahí. Los vecinos cuentan como es vivir próximos de Campo de Mayo. Bruzzone vive cerca y suele correr alrededor, corre para sanar. Es un filme sencillo, pero con su cuota de creatividad. Es un documental político. El documental trata de buscar personas con algo particular que contar de Campo de Mayo, y algunos saben bien del tema o mejor, saben de distintos temas, como que el lugar es rico en flora y fauna. Campo de mayo es abordado desde diversas aristas como un eje de atracciones, todos tienen su visión personal. Llega a ser particularmente atractivo a ratos, como cuando Bruzzone analiza los rieles del tren relacionado con ser runner.
jueves, 3 de marzo de 2022
Akyn (Poet)
Estuvo en la Berlinale 2022 en una sección discreta, pero distintiva. El director kasajo Darezhan Omirbayev tiene actualmente 63 años y 7 películas -incluida la presente- en su filmografía. No tiene muchos premios en su haber. Su debut en 1992 le dio un reconocimiento en el festival de Locarno y su tercera película ganó el máximo premio en Un Certain regard, Cannes 1998. No es muy conocido fuera de su país; su alcance como cineasta es muy reducido. Esto lo emparenta con la historia y personajes que ofrece su último filme, que se percibe íntimo, una declaración de personalidad y principios. En éste un poeta (Yerdos Kanaev) lucha por no claudicar ante sus circunstancias, es decir, que no tiene público y no le es fácil sobrevivir de su vocación por la literatura. El filme abre con el trabajo austero en una oficina, con ordenadores personales, donde un grupo de gente mayor -salvo el protagonista que es aun joven- discuten la realidad de ser poeta o artista en su país; mencionan que los poetas están desapareciendo y que cada vez es más difícil serlo. No solo lo harán muchas culturas, y lenguajes, sino el aprecio por la poesía que ellos argumentan y defienden; proclaman su importancia. El filme es una declaración de sobrevivencia y ética para y por el arte (refiriendo al más puro y auténtico), desde la poesía, pero que claramente interviene el cine también y el arte en éste. El filme también es un viaje en el tiempo; pone, a un lado y a otro, el pasado campestre y el presente tecnológico. El viaje al pasado lo hace a la vida de un guerrero kasajo convertido en poeta quien realmente existió, Makhambet Otemisuly. Ese trayecto empieza a inicios del siglo XIX y transcurre hasta hoy en día en como termina finalmente éste poeta tras enfrentar el olvido y la invisibilidad; gracias a su vez a la voz intergeneracional de unos pocos. Ésta invisibilidad es lo mismo que pasa nuestro actual poeta, de manera ruda y notoria, a veces Omirbayev pecando de muy poco sutil, como con las carencias y anhelos económicos, que van en el protagonista desde un auto moderno hasta unos simples zapatos de vestir, pero que luce muy lógico pensarlo. No obstante el filme le ofrece dinero aunque supone vender su arte al poder adquisitivo. Suena un poco romántico en la presencia moderna pensar en el arte verdadero por sobre rechazar el dinero; pero luce noble también aunque quizá inocente, como cuando el protagonista se llega a inspirar en un niño pequeño, pensando en dejar principios y un legado honesto. En Makhamet todo es muy potente, muy claro y no necesita de mucho para contener una figura fuerte (aunque se extraña más info de su vida, bastante simplificada; yace actuada por la misma familia del presente). Éste lucha contra el colonialismo ruso desde el nacionalismo y lo autóctono; se enfrenta a una fuerza y violencia mucho mayor que la que ofrece su pueblo y él (al imperialismo ruso); lo suyo es un acto de valentía kamikaze. También se justifica que la única salida sea convertirse de guerrero nómade en poeta. El nuevo y último poeta busca emular y guarecerse en ésta legendaria existencia y suena justo aunque propio de otro tiempo, ese mismo que yace invadido por la tecnología, que no es mala aunque se le puede percibir algo así, pero en realidad como explica la apertura, la interesante conversación en la oficina, cada nuevo tiempo y cambio exige un nuevo tipo de poeta guerrero. Su lucha es una lucha de siempre. Ser poeta, un poeta auténtico, es una notoria lucha, contra diferentes enemigos. Los de hoy son la invisibilidad y otro hacer valer la ética y esencia contra la necesidad de dinero; también de cierta forma contra el poder. En un momento todos miran extasiados algo, el poeta se acerca a ver que es eso que los tiene atónitos y deslumbrados, y se trata de una despampanante y sexy bella mujer kasaja, desnuda en pose sugerente pero no vulgar y sólo vestida con tacos altos, bien justificada ésta "extravagancia" en la historia, como decir que la vida tiene también ésta clase de felicidad, incluso para un director poco conocido, que dígase de paso es uno de los admiradores literales de esa fémina bella. En otro momento se hace alusión a la debilidad, esa que maneja El poder del perro (2021), de Jane Campion, como ruptura de la imagen del western tradicional; aquí como parte de la esencia poética de nuestro héroe moderno kasajo (pero supone una debilidad en busca de soluciones). El filme tiene una parte muy ingeniosa, con un lugar de venta de celulares o televisores de última tecnología, algo muy identificable en la actualidad; hace sentir en el espacio la obra 1984 de Orwell, algo de sci-fi con ser poeta. Los subsidios también son sugeridos, la ayuda de un mecenas del arte flota como fantasma detrás de la noticia de un televisor. Es un filme bastante austero en todo sentido, pero exuda una honestidad y un discurso sólido; Omirbayev sabe usar el lenguaje audiovisual para trasmitir el propio pensamiento, aunque con pocos recursos. Le falta montón de cosas, pero aun así es indiscutible su valor.
domingo, 27 de febrero de 2022
El sembrador de estrellas
Dirige el español Lois Patiño, es un corto de 25 minutos. Se ubica en Tokio, es un corto experimental. Se trabaja con las luces y la oscuridad literal de la ciudad. Tokio es una ciudad muy luminosa. Patiño manipula tanto las luces que hasta las vuelve un lienzo de dibujo, de pintura o diseño gráfico, es en mucho un juego con ordenador o de posproducción. Las luces parecen parte de una matemática digital; se difumina mucho lo concreto, se simplifica hasta lo esencial, incluso hacia lo indefinible. También posee un aire a sci-fi con sus luces de neón, sus paneles de publicidad luminosos y sus veloces trenes que parecen volar por rieles imaginarios o invisibles. Los edificios giran y se mezclan, hay un quehacer lúdico como parque de diversiones. Además 2 personas niponas -un hombre y una mujer, el hombre parece el maestro- conversan en voz en off; recurren a la literatura, pero sobre todo a la filosofía; lo que dicen se oye algo extraño, pero ese es el juego típico de lo que muchos llaman trascendencia y se gusta aplaudir, pero que agota un poco, extrañándose la inteligencia de la diafanidad, dentro del poder de lo real, de lo práctico, y recurrir menos a lo surreal. También se trata de fusionar lo místico con lo visual, pero pega más lo lúdico que ésta trascendencia, más allá del imperativo usual del cine arte. Es un corto visualmente notable, cómo se salta de lo grandilocuente a lo minimalista, cómo se reduce un edificio con muchos ascensores iluminados a meros puntitos que parecen estrellas. Las ventanas llenas de luz parecen convertirse en letras y movilizarse como tren infantil. Las pequeñas embarcaciones y un puente, el yacer rodeados de agua, todo dentro de la negra noche es esencial, onírico, un lugar que empieza a dejar de ser material lentamente hasta desaparecer, es convertir la ciudad en fantasía.
viernes, 5 de noviembre de 2021
The First 54 Years: An Abbreviated Manual for Military Occupation
Éste es un filme incomodo, algo exigente de ver, de esos que poco se difunden, es un documental poco original si se quiere también, pero bastante competente, deja en claro su punto, lo que quiere hacer notar y hacer pensar. El filme del cineasta y filósofo judío Avi Mograbi analiza como Israel tenía -y tiene en otro ámbito- sojuzgada e invadida Palestina, en la zona de la Franja de Gaza especialmente. Es raro ver a un judío ir contra su país, más allá de lo coherente que sea (o idealista), pero puede tratarse de defender al débil e ir contra el abuso, la violencia además, la muerte de paso y el continuo estado de tensión y guerra entre dos países que comparten territorio. Pero donde uno más poderoso hace lo que quiere con el otro, aun cuando Palestina es un hueso duro de roer, están llenos de dignidad y valentía y se defienden con fuerza, también propiciando violencia y muerte, aunque en menor medida, propio de que su poder es bastante inferior, es ahí que Israel teje y desteje más acciones. Lo que muestra el filme son 54 años de invasión y dominio de Palestina por Israel. Palestina es empujada a defender su territorio, y esto hace que aparezcan terroristas también. Así como todo israelí es un militar en potencia, la mayoría debe servir, antes de los 40, cuentan con todos, los palestinos simplemente se vuelven violentos, ser o no ser terrorista es lo de menos, es defenderse ante todo, hay mucho odio sembrado ahí. Mograbi sale intelectualizando el tema, simplemente sentado en una sala fumando y hablando directamente, pero con suma inteligencia, aunque le pone algo de ironía, que es lo de menos, la cosa va en serio. Su defensa puede ser vista como unilateral y polémica, pero sin duda tiene mucho de realidad y verdad, además muestra archivos, imágenes donde exhibe lo que se está hablando y son hechos que denotan autenticidad. El filme consta de entrevistas, ex soldados israelíes cuentan lo que han hecho en la Franja de Gaza, hay gente de diferentes décadas. Las voces recolectadas son unánimes, Israel despliega fuerza, violencia y abuso sobre los palestinos. Se hace énfasis en el uso de palos de madera con los que se golpea hasta a niños de 8 años que son los que suelen tirar piedras a los soldados. Estos soldados israelíes deben dar el ejemplo frente a otros, temen la insurgencia, mostrar debilidad y no demoran en golpear a quienes los reten. Por el final la cosa se pone escabrosa, fea, las entrevistas se convierten en anónimas, se habla de asesinatos mandados y de arrasar con zonas de habitantes palestinos, destruirles las casas para borrar huellas, esto son solo 20 minutos, el resto es un análisis sesudo de como cree Mograbi piensa y se articula el ejército israelí en las zonas de conflicto con los palestinos. Todo es por defender a los colonos judíos y querer arrebatarles el territorio y botarlos del lugar a los palestinos. Éste deseo lleva a la policía de inteligencia israelí a hacer planes para humillar y destruir a su enemigos, a los palestinos; se ve hasta que por nada se meten en casas y despiertan y revisan hasta a los niños que miran sorprendidos. Los soldados israelíes comparten haberse llevado por su juventud, la extrema libertad de acción, el miedo a represalias ajenas a sus compatriotas y un nacionalismo exacerbado, todos han practicado algún tipo de abuso, violencia, incluso hasta intimidar a mujeres mayores como se ve en una fotografía emblemática. A la mayoría de soldados judíos que son entrevistados y dan sus confesiones de su servicio militar se les percibe cierto mea culpa, aunque minimizan su accionar deleznable por el orden de cierta guerra y de algo superior, una estructura ideológica con tentáculos en agentes especiales liderando un colectivo medio autómata, concientizado. Pero todos estos soldados declarando -que son muchos y están de principio a fin en el documental- sienten que han sido los malos de la película, aunque mayormente aparecen tranquilos, solo uno que otro está nervioso o avergonzado. El filme maneja tres frentes, a Mograbi analizando como guía intelectual y reflexivo todo el panorama, punto por punto; a los soldados contando sus memorias, el trato que daban a los palestinos, la mayoría de soldados no son muy viejos; y con ellos imágenes de archivo de primera mano muy precisos y algunos soportes visuales explicativos como mapas. Es un filme que te dará mucha información, pero puede que alguien muy entendido no lo halle demasiado revelador, aunque oír las voces directas de los tantos soldados judíos es de suma relevancia, de que muchos no están de acuerdo con lo que viene haciendo su país. Mograbi es enfático, su análisis pone toda la carne en el asador, no le tiembla la mano para decir lo que piensa, aun yendo contra su nación.
sábado, 23 de octubre de 2021
Wheel of fortune and fantasy
Se tratan de 3 historias, dirigidas por el japonés Ryusuke Hamaguchi, presentadas en el festival de Berlín 2021 y ganadora del segundo lugar de la competencia principal. Son cuentos donde se habla muchísimo, pero de manera inteligente, atinada y empática. Es una película de tremenda austeridad, pero de buena factura y audaz por conseguir nivel con tan poco. Medio que se siente como propio de una telenovela sofisticada, aunque, claro, todo drama o problemática vivencial es también un poco telenovela. En la primera historia una chica moderna teje y desteja la madeja del amor con un prometido -que bascula de ex- sojuzgado por su atractivo y personalidad, lo manipula a su antojo, hasta que se hace el harakiri -con su infaltable melodrama- y le hace ver la realidad, prácticamente lo golpea con un maso, ya que la mujer además argumenta muy bien. Finalmente llega la humillación, inclusive autoinducida, pero curiosa y difícilmente todos quedan felices. Es un filme que toca mucho la sexualidad, muestra apertura mental y bastante modernidad, sin mostrar nada de nada explícito, todo son palabras, en medio de escenarios sencillos, y solo tomas necesarias. Los rostros a veces miran enfrente pero están como perdidos en sus sueños. El segundo relato es sobre una venganza, un chiquillo arruinado por su profesor le pide a su bella amante, una mujer mayor que él, que seduzca al profesor y le tienda una trampa. El profesor tal cual la mujer atractiva y difícil de la primera historia es otro as, muestra harta inteligencia -mediando un cierto porcentaje particular de inocencia- y seduce a la mujer intelectual y emocionalmente, por encima de lo sexual, de nuestra inevitable vulgaridad. La lectura del libro del maestro tiene un toque erótico (y es extensa). Pero el profesor es de otro planeta. El filme tiene un giro inesperado, un poco de ironía cruel. Como reza el título hace hincapié el azar y la fortuna. Es un juego donde uno no sabe quien va a ganar y el mal y el bien se confunden o se diluyen. El tercer cuento requiere de la fantasía, dos mujeres se encuentran en la calle y se hacen pasar por la historia inconclusa y/o existencial de la otra, produciendo un encuentro terapéutico y buena onda. Es llenar el hueco y paliar la derrota, mediante el poder de la palabra y la honestidad, ponerse en los zapatos ajenos. Son historias intimas, donde la gente se sincera y sana de alguna manera, aunque también hay historias inconclusas, pero con final elíptico, de lo cual podemos ver e imaginar que vendrá, algún tipo de satisfacción se vislumbra. Quizá sucede todo demasiado poéticamente o de forma perfecta, pero se trata de una película también. Aunque ésta propuesta se siente nipona también ostenta muy buena universalidad -ayudan escenarios neutrales si se quiere-, un halo muy humano, con su inteligencia y con su sofisticación, pero también con claridad y fuerza, con la ruptura hiper analizada y la reconciliación con uno mismo de la mano, aun en lo fantasma o en la fantasía. También se cuecen segundas venganzas y picardía. Hay su buena sensibilidad además.
lunes, 29 de marzo de 2021
Never rarely sometimes always
Ésta película es el viaje de una chica para hacerse un aborto en New York desde un pueblito de Pensilvania. Pero lo que habla en realidad ésta película de la americana Eliza Hittman es del continuo abuso masculino y el estigma de ser llamada puta por ejercer nuestra sexualidad; también de la incomodidad y peligro de ser todo el tiempo sexualizada y tratada como objeto de deseo, aun cuando la protagonista, Autumn (Sidney Flanigan), es una chiquilla, y no es alguien que busque ser sensual o erótica. El filme tiene tremendo arranque, apertura; sale Autumn, a lo abejita de Blind Melon, en un concurso de actuaciones del colegio, sale cantando; su canción menciona directamente un amor abusivo, a un novio que obliga a hacer cosas que no quiere a su pareja, un amor aprovechado y otro sumiso. Más adelante cuando se explica la razón del título, en un método de psicología, se menciona sin señalar a la persona exacta sobre alguien que gusta de maltratar hasta físicamente a una mujer. La apertura de éstas emociones conlleva una hermosa escena de cine, con suma delicadeza y precisión. En otro momento un chiquillo hace gestos obscenos a Autumn, busca humillarla de puta. Así van apareciendo muchos momentos donde la mujer es acosada, sexualizada, maltratada. Incluso lo que parece un simple flirteo o seducción tiene indicios de aprovechamiento y cierto maltrato, producto de la vulnerabilidad de la mujer y de las circunstancias. Autumn viaja a New York con su prima, Skylar (Talia Ryder); Skylar la apoya en todo el viaje y sus coyunturales difíciles emociones. El aborto es visto como un derecho femenino, en ello se ve mucha modernidad y naturalidad, aun cuando Autumn tiene un embarazo avanzado que la obliga a un método más complejo. El filme pasa por todos los momentos de rigor, los exámenes y pruebas, los trámites y entrevistas, es muy notable en esto, aun cuando puede pasar por formalismo como cine. Solo en un momento se ve a la iglesia incomodando, pero como algo sutil digamos, no algo lacrimógeno o exigente. Es un filme propio del año 2020, muy actual, que refleja perfectamente la época, las luchas femeninas tan en boga hoy en día, sin machacar, proponer violencia ni dividir, sino en pos de plena justicia. Fue merecedor del Gran Premio del Jurado en la Berlinale 2020. Es una obra realmente notable.
miércoles, 24 de marzo de 2021
Synonymes
Ganadora del oso de oro 2019. La dirige el israelí Nadav Lapid. Es una película que tiene una esencia homosexual por su recorrido, aun cuando el protagonista, Yoav, se siente atraído por mujeres, pero aunque no consuma sexo gay se le percibe atraído por otros tipos también. Hay una escena gay donde por dinero lo conducen a hacer movimientos de excitación para un video, que el protagonista acata dócil, aunque existe presión a su alrededor. Normalmente esto pasaría por algo sórdido, necesidad de hacer cosas desagradables por dinero, pero ese ámbito sórdido se percibe muy secundario. El filme intenta ser intrépido, se plasma en la cinefilia hardcore, hay desnudos masculinos frontales, su narrativa es de espíritu espontáneo, es un recorrido cargado de ocurrencia y personalidad. No es un gran filme definitivamente, pero tampoco es malo, tiene su curiosidad y originalidad. Tiene mucha comedia, pero esa de la que no es de muy fácil empatía, que pretende ser irreverente, sutil e inteligente a la la vez, pero no mucho logra ser efectiva, no produce demasiada complicidad, pero, claro, aquí, puede ser relativo. Es un filme que tiene a un protagonista que critica a Israel, a su país, que quiere desligarse de éste por otro país, Francia, que cree mejor para él, mejor en ideología y comportamiento. Hay hasta una declaración literal de como es la sociedad francesa, a esa vera. Por otra parte hay un personaje que es un israelí apasionado de su país, que es violento con quienes no comulgan ciegamente con éste. Yoav será amigo de éste personaje tan radical, sentirá cariño y atracción por él, aun cuando se pondrán a prueba mutuamente y en cierta manera son como el agua y el aceite. Con el amigo galo que le salva la vida, Emile, será un amor platónico, perfecto digamos, donde se proyectan esas amistades tan francesas. Es un filme afrancesado, pero también con su mezcla de origen, donde Israel siempre está ubicua. Es como uno arrastra el propio país a todas partes, ese que duele, fastidia y que también se ama con locura.