domingo, 26 de marzo de 2023

Rimini

Rimini (2022) es una película con todas las características del cine y filmografía del austriaco Ulrich Seidl, que puede pecar reiteradamente de cine feo y sórdido y llevar cierta explicites sexual chocante, pero por lo mismo tiene de curioso o se distingue. Los austriacos parecen identificarse con éste tipo de cine y pues Seidl es la cara más visible del estilo o muestra. Rimini tiene una rubrica a ratos de mucha austeridad, sobre todo con los paisajes y lugares por donde transita su protagonista, Richie Bravo (Michael Thomas), mientras llevan cierta composición estética, y hay secuencias que significan cosas en esos paisajes, durante temporada baja en el balneario de Rimini, Italia, notándose los lugares desprovistos de gente, con nieve. Así observamos a un Richie que anda solo, a ratos parece acelerar el paso como fastidiado o molesto, a ratos bajo cierto aire sutil cómico. Richie es un cantante de restaurante o club, yace él muy venido a menos, es como un Elvis en su última etapa, gordo, panzón, otrora especie de sex symbol, ahora Richie solo puede enamorar a las ancianas que van a verlo y lo siguen como fans. Richie le canta al romance en medio de la decadencia (la suya sobre todo), es un perdedor, en todo sentido. Es como su apellido puede invocar, un Johnny Bravo -el dibujito- viejo y en la derrota, pero que no puede detenerse, pues está vivo. Richie quiere mantener su culto a sí mismo (o es lo único que conoce, su carrera de cantante), pero yace en el patetismo, si bien él se muestra fuerte, todavía es capaz de hacer maldades incluso (para obtener dinero, en contradictorio fin altruista y de redención familiar), aun cuando es seductor y amable con las viejitas (y fans) con las que se acuesta por dinero. No obstante las trata como putillas en la cama, en medio de la excitación o la búsqueda de placer. El filme, habitual en Seidl, puede ser desagradable de ver al mostrar a las viejitas sexualmente activas y candentes con Richie (que tampoco es un chiquillo, yace cerca de los 60s), en escenas poco cuidadas, más del tipo realistas o de realismo sucio, marca de la casa. Si quitáramos éstas escenas, que son varias, sería mucho más digerible el filme, pero perdería la propuesta, como dirían, la gracia, la distinción y seguramente tampoco sería Seidl, que a pesar de todo sigue fiel a sí mismo y a su cine, que tiene su público en España y seguro también en toda Europa. Fue presentado éste filme en la Berlinale 2022, compitió por el oso de oro, o sea, es cosa seria. Es una película que por momentos parece querer emular la comedia de Aki Kaurismaki, coger un poco de su esencia general, si bien Seidl nunca abandona sus constantes propias, su conocido estilo. Hay un momento atroz cuando hay una pequeña fiesta -con trago incluido- entre 2 viejitas y Richie en su cuarto, ya saben de que va la situación, y Richie se pone sincero, revelador, y cuenta una anécdota sórdida y corrupta, impensable, pero es un filme que quiere ser trasgresor, que es atrevido, aun cuando la explicites parece contenerse un poco, tampoco se trata de pornografía, se ve que hay actuación, algo de composición, en sus escenas sexuales, pero como van de feas y realistas, pues también no pueden evitar ser medio chocantes. El filme recuerda un poco a The Whale (2022), pero Aronofsky le pone toda la estética made in Hollywood y un poco menos de franqueza (el americano se pretende conmovedor y no cruel o efectista, lo que Seidl hace muy poco, pegarla a fin de cuentas de sensible, o no busca limpiarse, como ver a un viejo nazi sufriendo demencial senil llorando por una ausencia importante, haciendo en general más difícil la empatía, más real), pero hay varias semejanzas, como la historia de la hija abandonada, aquí con una austriaca joven de muy bella figura, interpretada por una novel Tessa Gottlicher, que hace de novia de un muchacho árabe anónimo para nosotros, que viene con su caravana de amigos. Michael Thomas hace bien su papel, suele cantar bastante y le pone una sólida imagen -muy visual- de feeling loser dentro del paquete del Johnny Bravo viejo y panzón. Esto se maneja bastante. Se trabaja con las rutinas, pero se exponen bien y jamás agotan. La película mantiene frescura como narrativa y buen ritmo.  

jueves, 23 de marzo de 2023

Pearl

Pearl (2022) es la segunda película estrenada de una trilogía que ha empezado el director americano Ti West con X (2022); con sólo 6 meses de diferencia de estreno, de marzo a setiembre. Pearl es una precuela de X. Pero Pearl se puede leer independientemente sin problemas; ambas en realidad manejan independencia, aparte de unificarlas en una trilogía donde la tercera película está por llegar. Lo que los une es Mia Goth con un nombre distinto (en X se le llama por su nombre de actriz porno, por su nombre de guerra, Maxine) y supone Pearl ser una vida o tiempo previos o, siendo detallista, de dos estados del futuro; también comparten la zona rural de contexto y 2 historias definitorias que se supone le pertenecen a la misma persona. X tenía una elección curiosa, Mia Goth hacia de la anciana loca del filme (bajo mucho maquillaje y prótesis que la hacían muy difícil, sino prácticamente imposible, de identificar); y de una joven aspirante a actriz seria, que en X hace pornografía creyendo que de ésta manera va a llegar al otro lado, a Hollywood. La elección de ese doble papel y con una anciana anónima al otro papel, en el mismo plano narrativo, puede parecer arbitraria y fútil, pero también es todo un shock, pensar en esas dos imágenes o personajes, que son en realidad la misma persona, que se desconocen y van a estrellarse una contra la otra, de cara en X sobre todo para el espectador, más que en el propio filme o en la narrativa. Se hace bastante interesante la interacción bajo ésta lectura o mirada, de cara al espectador y no frontalmente entre ellas (aunque tranquilamente X se puede ver sin notar éste doble papel; pero verlo agrega lecturas extras y riqueza narrativa). Analizar lo que sucede u observar la relación entre ellas -de ese mismo yo en juego, del conjunto que lo forma- resulta particularmente atractivo y creativo, como si Pearl además fuera de cierta manera una variación de la misma historia de X o viceversa, tal cual el juego de espejos entre la anciana demente y Maxine. En un momento en X la anciana demente se pone sensual o nostálgica con su joven yo -bajo una lectura al gusto del ingenio de Hitchcock, donde el público sabe qué pasa, mucho más que los propios personajes- y en muchos otros ratos la joven niega y reniega furiosa -hasta incluso hacia lo criminal- en lo que se convertirá (la derrota; y más, la vejez en esa derrota; la vejez en sí también de paso). La joven Pearl sueña con el cine, de la mano de un proyeccionista que él mismo se autodenomina de bohemio y quien le enseña a ella porno pionero, porno con aire clásico curiosamente, y la joven Pearl (Mia Goth) dice no gustarle, cuando el proyeccionista seductor y tramposo lo llama cine de lo real, como si éste fuera un gran cine. Ella le dice que no le gusta la realidad, y eso hace alusión notoria a su vida familiar y a su relación con el campo y con sus padres, alemanes. A través de su sufrida (algo que intenta ocultar) y estricta (hasta manipular odio) progenitora, la joven Pearl visualiza qué le va a pasar, qué se le viene encima. La joven Pearl está resentida con la vida que tiene -como su madre- y esto poco a poco la está envenenando y haciéndola más sociópata; esto se empieza a ver con su sadismo y goce hacia matar animales, un inicio recurrente en muchísimos criminales y asesinos reales. La madre en lugar de buscar sanarle o ayudarle, la trata con rudeza, cree que esto es innato en Pearl y más un secreto que ocultar (o para desmerecerle y dominarle), tal cual su propia vida y mantener ciertas apariencias. Esto significa en el fondo que todos quieren arrojar al padre cuadripléjico donde el cocodrilo, que por sutil (y no tan sutil) añadidura parece una simbólica "mascota". En un momento literalmente esto pasa por la cabeza de la joven Pearl, cuando lleva al padre al muelle de la laguna. La madre detesta su vida, está atrapada, pero se mantiene aun recia. No obstante llora en las noches y la joven Pearl le oye y esto hace que ella odie más la vida que se le viene. Encima tiene sueños de popularidad y fama como estrella de cine, tiene anhelos de grandeza, y lo que se avecina es una vida ordinaria, una vida sin lujos, una vida de campo, de rutinas, cuidando de esos animales que Pearl los tiene como público y les habla con amor, pero luego le invade la realidad que ella odia, la de su madre, y empieza a nacerle la psicopatía que terminará en lo que ya sabemos, en esa anciana monstruo, y en lo que puede ser esquizofrenia. Todo visto bien es terrorífico. Pero Ti West vuelve a ser creativo y hace también de Pearl una comedia de terror. X es mejor pero Pearl es también una buena película. La secuencia cuando la joven Pearl se autoanaliza y desnuda su alma es uno los momentos memorables del cine de terror y en general, con una Mia Goth en total estado de gracia, cuando la oímos en su monólogo extenso, con el fuera de campo de una oyente que suponemos aterrorizada, perpleja, desconcertada, lo que agrega mucha ironía y humor, aunque el monólogo es simplemente perfecto, un psicoanálisis minucioso de lo que está aconteciendo en el interior de Pearl, y de paso en una mente criminal en potencia, aunque ya ha dado varios pasos hacia ahí, ya tiene el pie dentro del barro, y pareciera que todo se fue al diablo (pero ojo, ésta es una precuela y viene X, aunque también notando que X es medio surrealista). La escena final, a lo La Matanza de Texas (1982), da a entender ello, con ese representativo chancho descompuesto lleno de moscas y gusanos en plena cena, un perturbador chancho descompuesto que nadie quiere echar a la basura, como si la vida de Pearl nunca hubiera podido tener solución (alternativas, paliativos, compensaciones; antes de volverla grotesca), aunque se sostiene de lo mental. La escena con el espantapájaros es otro momento de gloria de éste filme, que huele a sueños de necrofilia y delirio.  

lunes, 20 de marzo de 2023

Tár

El director americano Todd Field ha hecho una película muy contemporánea, éste filme en que además se encarga del guion habla de la Cancelación, esto es cuando alguien exitoso, famoso, popular o talentoso comete algo inmoral o sucio como persona y pasa a ser rechazado o marginado públicamente, pierde sus privilegios, es como pasar del tipo cool a la paria, a alguien con quien nadie se quiere relacionar ni trabajar más en un nivel grande, es decir se deja de lado su virtuosidad profesional. En éste filme la protagonista se llama Lydia Tár (una grandiosa y portentosa Cate Blanchett), es un personaje de ficción inventado por Field, una directora de orquesta y compositora, de música clásica, una americana que lidera la orquesta de la Filarmónica de Berlín. Tár es una mujer muy culta, y de mucha plata, es lesbiana, está casada con una mujer de su propia orquesta y ambas tienen una niña, una hija. Lydia tiene la vida perfecta y puede que caiga en creerse demasiado grande e infalible o demasiado todopoderosa, lo que la lleva a seducir aspirantes a su profesión o a quienes quieren ser parte importante de su orquesta, pero ella las tiene como aventuras sexuales solamente y luego a todas las desecha y hasta incluso las perjudica profesionalmente puesto que muy a menudo termina en malas relaciones con estas parejas casuales, pues la transacción que sus relaciones plantean no siempre rinden fruto como estas aspirantes esperan, no todas porque algunas si les va bien. Tár vive en un mundo de transacciones corruptas (así la define su mujer, diciéndole que solo conoce éste tipo de relaciones, hablando incluso de que entre ellas también hubo lo mismo, aunque bajo distinto lugar de poder, aprendió quizá de Sharon, interpretada por una excelente Nina Hoss), éxito profesional a cambio de sexo al gusto, como seguramente pasa en mucho ámbitos. Tár cree que el talento lo aguanta todo, que a alguien excepcional la moral le vale un pepino y el resto debe verlo así, no debe interesar en absoluto la ética o los valores o los ideales, es decir el talento vale por encima que la propia humanidad. En la orquesta hay un tipo mediocre que Tár quiere botarlo, quien tiene el beneficio de viejo lacayo fiel de un maestro de ella, y no se trata de aceptar mediocridad tampoco (aunque como no existe interés transaccional también va por ahí); en el mundo profesional de Tár esa gente que accede al apetito sexual de ella tienen también talento, pero quizá hay muchos talentosos optando al mismo lugar y en ese escalón de gloria que ofrece Tár el empujoncito final llega bajo aceptar una aventura sexual, algo muy identificable en las escalas de poder en el arte, cuando aun principiantes o debutantes aceptan pasar por parejas de gente top en el negocio. Tár sin duda es demasiado egocéntrica para su propio bien, aun cuando se comporta como buena madre con su tierna hija, un rayo de luz en su personalidad, aparte de su gran educación y excelsa cultura, mundo que Field retrata con mucha habilidad y valentía, pues lo muy culto no suele ser demasiado popular o comercial y éste filme también optaba por ganar Oscars y romperla en taquilla, cosa que no pasó. La primera hora, salvando ciertas diferencias, ésta película pareciera homenajear a Jeanne Dielman (1975), y quizá al lesbianismo y lo arty de Chantal Akerman, con como se expone la vida y profesión práctica de Tár; el filme no es super lento, pero tampoco es un as del ritmo en ésta primera hora. Field al final parece apiadarse de Lydia Tár y la gente que sufre de la cancelación, diciéndoles a los cancelados que hay que volver a nuestras raíces, a ver donde empezamos y hacia donde vamos, un reseteo digamos, un volver a nuestro origen humilde y anhelante, es decir a sentirnos en el lugar bajo de la cadena de poder, y parece que le pidiera al público que no tenga miedo de éste tipo de gente cancelada como Tár, y darles una nueva oportunidad, pero es ambiguo en su mensaje, juguetón inclusive en ello. Éste filme parece inspirado en alguien como Kevin Spacey, pero dentro de un mundo muchísimo más culto que el suyo. Field agrega un poco de pequeño terror psicológico, Tár dice que la gente inteligente tiene el oído fino, abanico de vanagloria personal aparte, y empieza a tener un poco de delirio, es también reflejo de su consciencia, Lydia Tár es una mala persona, le hace daño a la gente, aunque éstas tampoco son ángeles inocentes pues son gente sin moral pues aceptan y buscan estas transacciones sexuales que ofrece el filme. Tár curiosamente vomita cuando recurre a la prostitución, pero en cierta forma es justo esto lo que invocan sus transacciones, revestidas del refinamiento, pero nuevamente Field es astuto y pone a una aspirante y amante como una muchacha de aire punk y de aspecto desaliñado. Cuando Tár la sigue para devolverle algo -curiosamente tierno, un peluche, la contradicción de la no consciencia de la sordidez del acto de transacción- y se halla del otro lado con un lugar abandonado y de mal aspecto parece haberse metido en su propia mente (y en una videncia), que literal y simbólicamente le golpea. El mensaje es que se ha perdido totalmente la brújula (la corrupción anula el talento), tal cual le dice el sencillo, pero sabio vecino. 

Sputnik

Éste es el debut (el 2020) del ruso Egor Abramenko y está en proyecto su segundo largometraje. Es una película sci-fi y de terror. Tenemos muchas sorpresas en el filme y buen manejo del contexto histórico, mediados de los 80s, estando no muy lejos el fin de la URSS. El filme se contextualiza en la Unión Soviética, con la caída de una nave espacial rusa que yacía alrededor de la tierra y que trae un ente alienígena del espacio. Éste es un filme comercial (ruso), que tiene algunos momentos vacuos propios de ello, como momentos que lucen algo mecánicos, y momentos de show o de supuración de histrionismo, muy conocidos por el cine en general, pero es bastante interesante asumiendo la investigación sobre un astronauta ruso sobreviviente del colapso -que va desde el comienzo del metraje hasta el final- y con él se van deduciendo cosas, como a través de la medicina y la ciencia y eso va al servicio del terror. Es un filme estructuralmente fácil de seguir y entretener, el que es innegable que es notable, que tiene su curiosidad, inteligencia y cierta audacia. Cada hallazgo que describe al ente extraño del espacio es atractivo y bien fundamentado. En la trama tratan a los astronautas soviéticos como héroes, y al astronauta en cuarentena se le analiza en ésta obra desde cierta amoralidad que es parte importante y bien trabajada en la propuesta, no por una vía política sino humana. La protagonista o heroína, la Dra. Tatiana Klimova (Oksana Akinshina), tiene una historia de identificación con quien es el astronauta estudiado, Veshnyakov (Pyotr Fyodorov), quien es un tipo engreído y es visto como un galán de paso en repetidas ocasiones (esto es trabajado muy superficialmente, funcionalmente). La Dra. tiene carácter (el filme la describe más o menos así: la gente inteligente es profesional, pero no sigue ordenes, sino entendimientos) pero también muestra sensibilidad; un éxito la diversidad de emociones que proponen los personajes. El filme tiene gente que se descubre cínica y mentirosa sin caer en el cine rutinario, desde habernos engañado o convencido, o gente que cambia de actitud o maneja ambigüedad (excelente en particular el personaje de Yan y la actuación de Anton Vasilev), lo cual no es tan habitual de ver en el cine comercial. Los personajes se rigen mucho a ejercer novedad, es una película de novedades constantes, novedades sólidas, desde el cine de género, desde el entretenimiento sin complejos. El filme es claro, su inteligencia trabaja con la diafanidad, su novedad está al servicio del entretenimiento pero al mismo tiempo es interesante. Es un filme por momentos humilde, y en otros, mayormente, muy competente, tiene muy buenos efectos especiales, cómo maneja al ente extraterrestre es bastante loable. Éste parece un Gremlins más austero, pero se metamorfosea un poco o su cuerpo es plástico, cambia de volumen y su posición física ejerce notorio cambio estético, a ratos parece un animal salvaje, en otros un humanoide. La historia trabaja alrededor de la simbiosis y del parásito, todo lo explica muy bien; la trama y la doctora rusa protagonista yacen continuamente estudiando al ente, es como un relato dedicado a ello, siempre de la mano pensando-palpable en estar en un ambiente distinto, en la tierra, donde nos centramos en el ente raro y en su consistencia y violencia biológica, presenciamos una interacción humana-extraterrestre desde lo científico, pero al mismo tiempo hay buen terror, excelentes escenas de acción y de ciencia ficción, todo lo intelectual digamos está al servicio de lo visual y del hedonismo, es cine comercial y cine de género inteligente y sin ser oscuro o exquisito. Para los amantes de la inspiradora y magistral Alien (1979) va a ser tremendo goce éste filme, que tiene su propia personalidad y originalidad. 

viernes, 17 de marzo de 2023

Baxter, Vera Baxter

Es interesante ver escritores renombrados participar en el cine, como la directora de éste filme, la gran escritora francesa Marguerite Duras. Inició como escritora en los 40s y cuando decidió participar en el cine, a fines de los 50s, ya tenía cierta reputación en el arte, en la literatura. Su primera incursión en el cine fue como guionista y su primer guion fue su mayor éxito en el cine y punto importante de un dotado cineasta como Alain Resnais, con la película Hiroshima mon amour (1959), debut de Resnais en el largometraje. Mientras se adaptaban historias y libros suyos siguió ejerciendo como guionista y logró otro punto alto en cuanto a excelencia como guionista haciendo el guion de una novela del eternamente rebelde Jean Genet, con Mademoiselle (1966), de otro gran director, Tony Richardson. Un año después, 1967, pegaría el salto a la dirección de cine. Adaptaría sus propias novelas e ideas, o habrían historias que publicaría después como la de ésta película, Baxter, Vera Baxter (1977). Es notorio que Duras sería muy literaria en su cine. No obstante en el cine perpetraría su análisis intelectual sobre la femineidad, aquí pensándola desde el matrimonio y la infidelidad. Éste filme es muy humilde cinematográficamente, recurre a tomas básicas, funcionales, y escenarios igual de básicos, prácticamente se mueven los actores por una enorme casa en una villa, con tomas anexas medio tipo turísticas, de la zona. A ratos recorre los cuartos y los personajes siguen hablando, oímos sólo sus voces. Vera Baxter es interpretada por Claudine Gabay quien no desarrollaría una carrera nutrida como actriz. Claudine pone cara de meditativa bajando muchas veces la mirada, en una expresión recurrente. El filme tiene todo para convertirse en una película pornográfica, se percibe una atmósfera como a punto de explotar hacia allá, pero, claro, es un filme intelectual, de introspección personal, si bien sencillo finalmente, aunque sustancial. El filme versa mucho sobre el sexo, pero Vera es la mujer engañada constantemente por un marido millonario, un tipo rico, pero muy simplón, como se le describe, ya que nunca lo veremos, sólo a sus amantes. Lo que hace Mr. Baxter aparte de amasar dinero -mostrando que es su verdadero talento y un talento nada despreciable- es ser apostador y mujeriego. La propia esposa indica que éste hombre no es una luminaria ni alguien excepcional, pero tiene aun así imán para atraer el dinero. No se explica mucho de ello, como quien indica una burguesía vacía, una cierta sutil crítica social. Pero también Vera yace aburrida, agotada de su marido y su situación; lo de rentar la villa, que su marido desaparezca con una amante y llame más tarde por teléfono creyéndola (irónicamente) muerta es recurrente, tal cual una costumbre. Vera en efecto yace en la melancolía y en algún momento piensa en la muerte, pero como dice alguien con quien habla (Delphine Seyrig), la muerte es una salida muy fácil, no solo un alivio; o un exótico efecto placebo dentro de la misma recurrencia mecánica que sigue el ciclo del marido adultero que la mata a su mujer una y otra vez con sus actos, quien tiene tremenda insensibilidad, que raya en la desvergüenza absoluta, puesto quizá que siente que los ata el dinero o los hijos, por ello Vera no quiere alquilar la villa, duda mucho de hacerlo, simbolizando el fin, pero ya el marido de antemano la rentó sin avisarle. Propone seguir en lo mismo. No obstante el marido está consciente de que hace daño y por eso finalmente siempre llama temiendo lo peor, como quien se da cuenta que su mujer en realidad lo quiere de cierta manera o aun ella tiene consciencia. Es ahí que surge una jugada novelesca de Duras y aparece una apuesta, puede que una especie de compensación para su mujer, auto-inmoladora (de auto-castigo), deshacedora de culpas queriendo igualar el panorama; o simplemente se trate de un desliz de un tipo ya sin cuartel. Éste filme pudo ser la gran película pornográfica, producto finalmente de tener el porno una narrativa trascendental. Es un filme un poco exagerado, pero da pie a mucho diálogo y mucha cavilación con una estructura y explicación fácil de coger y entender. Se nota que hay su ingenio literario o de guion aquí y eso se debe a la esencia e inteligencia de Marguerite Duras. Lo malo es que todo el filme es acompañado por una música folclórica sudamericana perteneciente al compositor argentino-francés Carlos d'Alessio que va en loop durante una hora treinta minutos. Ésta música dicen los personajes que pertenece a una fiesta (de foráneos) cercana, que tampoco nunca veremos. Puede querer otorgársele con esto a la obra un cierto toque místico que proviene de la naturaleza (hacia esa gente que habla con el bosque y los animales, que dicen que Vera lleva en el fondo de sí propio de otra vida; o se esté hablando de un emparentamiento con un especie de concepto de tribu femenina), o estar invocando que afuera hay más que la soledad y la sensación de abandono de la casa de campo de Vera (una vida nueva, alegre, festiva), o lo que algunos pueden llegar a pensar que es (o en que se convierte), ruido. Una frase suena a bastante honesta, ésta manifiesta, pensando en la propia Duras, en su atractivo, y en que suele imbuir a su arte de su personalidad: Vera no es bella (físicamente), pero una vez que la conoces esto cambia, se vuelve bella (en todo sentido).  

domingo, 12 de marzo de 2023

Everything Everywhere All at Once

Ésta película es mi apuesta por que se lleve el Oscar 2023 a mejor película. Le pertenece a Daniel Kwan y Daniel Scheinert. Esto es hollywood por la puerta grande, el cine americano más popular y representativo en plena gloria. Es hedonismo a la vena, es felicidad en estado puro, es optimismo sacrílego. Es un filme que no teme ser ridículo, es abiertamente ridículo en muchísimos momentos, es en mucho una comedia sin vergüenza de serlo, siendo bastante tonta en bastantes ratos, pero mientras ocurre juega con la ternura y la inocencia en esa trasgresión, empatía colectiva pop marca de la casa, de Hollywood, si bien Hollywood es muchas cosas, o mejor dicho el cine americano es muchas cosas, es muy diverso y abarca prácticamente todo cuando se le expurga, hay para todos los gustos, pero el cine americano pop es el más masivo e internacional, el que está prácticamente en todas partes (como invoca el título de la película), el más dominante, y busca ser sobre todo entretenimiento, otorgar simple y llana e importante felicidad y en todo esto éste filme se arroba lucidez y coherencia, aun cuando intenta responder la complicada e imposible quizá pregunta del sentido de la vida o como dice el filme, ya llegará más adelante la respuesta, mostrándonos que siempre caeremos en ser diminutos y estúpidos frente al inconmensurable saber del universo, porque se clama que hay finalmente saber y no sinsentido, aun recurriendo a mucho de aquel. Ésta propuesta busca darnos opciones frente a la poderosa frustración existencial, el recurrente dolor y la "eterna" derrota, aludiendo incluso que la felicidad efectivamente es pasajera y vuelve muy seguido a no tener sentido la vida producto de que las frustraciones, el sufrimiento y las derrotas muchas veces llegan a ser demasiado. Es un filme que es plástico con el absurdo y la extravagancia, invoca el cine japonés más freak, o la originalidad y libertad del universo del anime, es como emular el mundo de los Power Rangers como hegemónico, es extremadamente abierto a caer en cierta idiotez, pero siempre termina  a fin de cuentas dentro de lo lógico y entendible y hasta incluso sabio de a pie, aun cuando trabaja con la ciencia ficción, con el multiverso propio de nuestra época (si bien se impone el comercial), porque todo tiene pasado y se puede rastrear, pero el multiverso está en toda fuerza pop en ésta contemporaneidad. No obstante los Daniel´s hacen lo que no logran los ubicuos superhéroes, arrasar en las premiaciones nacionales y tener grandes posibilidades de llevarse el anhelando Oscar de mejor película, aun cuando es una película que tiene mucha osadía para articular cantidad de ridículo abiertamente, con lo que muchos tipos serios y remilgados rehuirán identificarse por ello con ésta propuesta. Pudiera parecer un filme no muy serio para premiar pero sus continuos razonamientos muy inteligentes y prácticos o útiles y cercanos dentro de un paquete de original sci-fi y comedia boba y muy visual con mucho manejo de lo inicialmente absurdo la hacen la mejor opción a la hora del balance, pues es una fiesta del Hollywood más popular, un grito de identidad sobre el hacer entretenimiento mundial y es una obra con mucha originalidad, ese manejo del absurdo convertido luego en sabio de a pie no tiene pierde. Es dentro de todo un filme muy inteligente, mediante respuestas directas y claras, cuando en realidad está respondiendo a la imposible pregunta filosófica del sentido de la vida, de como tener amor por la existencia frente a revertir dolor y derrota, y aunque se preocupa por la diversidad sexual plantea como centro a la familia tradicional, justifica personalidades, da sentido a la bondad, y es como aparentar tontees y ser como el marido, realmente astuto y fuerte. Es también un viaje de vasta creatividad con su metaverso intenso, esperpéntico y rocambolesco, y su calidad de Matrix cómica. También hay que notar que tenemos a una familia asiático-americana que se maneja muy bien en el cosmopolitismo, con actores en estado perfecto, no temiendo el ridículo y mostrando empatía y buen dramatismo en otros ratos, proponiendo buena diversidad en sus performances. Muy bien Michelle Yeoh, Jamie Lee Curtis y todo el reparto. Lee Curtis hace por momentos de la némesis y es hilarante como una mujer mayor solterona de amplia panza que se encarga de cobrar/calibrar los impuestos -con condecoraciones de por medio que son muy parecidas a objetos sexuales, que luego incluso se explotarán así en la trasgresión-. Ésta comedia entre Yeoh-Curtis sucede cuando se mezclan dos diferentes planos y salta a la realidad el personaje de Lee Curtis tras Yeoh entrar en el multiverso a poco de introducirse literalmente a través del absurdo y lo proclamado de raro; cada golpe que recibe Lee Curtis y el gesto que coloca ante ésta locura de la cliente que hace Yeoh en lo real es medio subversivo y muy americano de paso. La interacción de ambas da mucho jugo, su celebridad no inhibe su sentido del humor. Así mismo entre Evelyn (Yeoh) y el marido fiel, noble y "debilucho" (Ke Huy Quan) hay tremenda interacción sensible; familiar y romántica al mismo tiempo. En cierto momento parecen escenificar In the mood for love (2000) aunque más light. Evelyn también parece de cierta manera homenajear la esencia de Grease (1978) con su casaca colorida que dice atrás punk. Es decir, lo familiar también puede ser punk. Tenemos en ésta película mucha acción, pero mucha parodia del kung fu volador que ha caracterizado a Yeoh. 

sábado, 11 de marzo de 2023

Mato Seco em Chamas

Mato seco em chamas (2022) la dirige los brasileños Adirley Queirós y Joana Pimenta. Es un filme que se pone de lado de la izquierda, es un retrato moderno de cine social. Proclama identificarse con la gente pobre y criminal de las Favelas. Es una docuficción. Los actores no profesionales medio que se interpretan a sí mismos. Tenemos a 2 medias hermanas de las que el filme en su aspecto documental llega a mencionar que tienen relación con detenciones en la zona sobre venta de drogas, pero en la trama en sí hay un aspecto más de ciencia ficción, a lo postapocalíptico propio del mundo de Mad Max, que pone a ambas a manejar extracción de petróleo y refinamiento para venta de gasolina, y la venta se hace mediante un grupo de moteros. Éstas medias hermanas son Léa y Chitara, a quienes se les reviste de poética y leyenda, poetizando la criminalidad, como un estado de gloria rebelde, y se le atribuye justicia social incluso, poniéndose de lado de los bad boys, desde mujeres bastante fuertes. Una (Léa) yace declarada lesbiana -con varias escenas de ese tipo- y contiene un enaltecimiento atípico, de esas presas homosexuales que se jactan de su rudeza y poder en prisión y de sus mujeres a esa vera; aquí la imagen de ello no es deplorable ni mucho menos dramática, sino es del tipo de una jactancia de barrio, los directores brasileños no temen poetizar cierta sordidez, presentando no obstante mucha diafanidad, mostrar realismo sucio. Léa es una mujer notoriamente ahombrada, harto rústica, muy primaria; Chitara es más articulada, menos barrio, menos lumpen, una morena de amplias piernas y cierta belleza. Léa se ve más propia del documental jugando a ser actriz, y Chitara más propia de la ficción que tenemos entre manos, así el filme oscila entre el realismo y hacia lo más cinematográfico o imaginativo. Mato seco em chamas tiene una producción de arte bastante austera (pero perfecta para recrear un mundo postapocalíptico de bajo presupuesto); a ratos no pasa nada. Es una obra arty, aunque se inspira en una película de mucha acción y mucha velocidad como el universo de Mad Max, incluso tiende estéticamente a los colores del fuego (que le habitan a la saga de George Miller). La propuesta también juega con éste literalmente, y da una visualidad y magnificencia y poder arrollador, cuando lanzan la gasolina y la prenden en total naturalidad sobre varias cosas. La ficción de Chitara es más convencional, pero la realidad social de Brasil y la postura política del filme le otorga originalidad y distinción al producto. Tenemos en la trama elecciones gubernamentales donde los pobres, y criminales, pero también algunos fieles evangelistas en sus características, hacen campaña; prometen la redención de los ex reos, de sus familiares golpeados por la marginación y la cadena baja social, de cara a la fiesta y sus mayores recursos que ofrece la campaña de los Bolsonaristas. Se puede observar a la policía brasileña en una camioneta como de ciencia ficción de bajo presupuesto (cine que le gusta a Queirós), igual a uno de vigilancia distópica; ellos mismos se definen con cánticos, en buena ley. Pero finalmente se opta por quemarles la camioneta, como quienes los manda al diablo pues son el enemigo, no viendo en toda la magnitud del concepto de lo que representan en la realidad sino que muchos solo piensan en lo negativo. Se ve arder a la camioneta, por buen tiempo, en una imponente fogata, proponiéndose el filme en la eterna gloria de la rebeldía y la revolución, manifestando un grito de guerra de los de abajo, liderados por los marginales, a los que se les quiere otorgar voz, aun en su violencia. No obstante el filme más es de conversaciones superfluas que de disparos, la criminalidad es más figurita, tenemos más una película de romantización, como con esa caravana de motos que van paseando por las calles llenas de polvo igual a si estuviéramos metidos en medio del desierto, dentro de un western, no solo en una humilde urbanidad, un lugar de favelas, de austeridad económica. Se va haciendo cada vez más grande la caravana y hay más de un paseo así, percibiendo que simplemente ruedan y ruedan, sintiendo el viento, si bien también es mostrar que estamos vivos, que existimos, más allá de los veredictos. La propuesta es semejante a oír (y retratar) la voz de los raperos afroamericanos, similar a cuando el mundo hip hop inspirado en el gángster negro le canta a su subcultura y barrio; Mato seco em chamas es la versión brasileña o nacional de todo ello pero de sí mismos, cogiendo su modernidad social, dentro también del legado histórico del cine social latinoamericano. 

miércoles, 8 de marzo de 2023

Huesera

Éste filme -coproducción con Perú, incluido en el pequeño reparto un actor peruano, Emilran Cossío- de la mexicana Michelle Garza Cervera puede leerse como simplemente la historia de una maldición (brujería) de origen desconocido que ataca a una mujer joven que desea tener un hijo y da a luz y termina ella siendo un peligro mortal para su propio bebé; la maldición o brujería quiere que se deshaga de él. Pero también es la historia de una crisis de identidad que genera desequilibrio mental en ésta misma mujer, en Valeria (Natalia Solián). La crisis la origina su inclinación sexual que ella intenta negar y no puede con ello, aun cuando yace desde hace poco tiempo casada y trata de olvidarse de ese pasado de rebeldía punk o de eterna libertad que se emparenta con su lesbianismo -todo muy cinematográfico- y se piensa bajo crítica como un pasado digamos que de inmadurez. Pero también Valeria como que es obligada por las convenciones de su familia y del mexicanismo típico, a casarse y ser madre, cosa que se ve le mortifica aunque guarda silencio con los demás y esto es reflejado en el filme con visiones/alucinaciones, desde aquella donde ve a una persona suicidarse, lanzarse de un alto piso, y continua cuando en otro momento éste mismo ente retorcido y quebrador de sus propios huesos entra en su hogar, o sea vemos literalmente que Valeria observa meterse la maldición en su casa. Valeria vuelve a buscar a su amante juvenil y tienen una nueva aventura, una mujer declarada homosexual, no como su tía (Mercedes Hernández) que disimula su verdadera sexualidad pero se le deja ver sutilmente. No obstante como Valeria misma dice, el problema al final no es su sexualidad, su elección entre su marido o su eterna amante lésbica, sino que su crisis/locura/maldición puede terminar en infanticidio, hacerle daño a su propio hijo. El resto gira alrededor de todo esto, y es un filme claro, sencillo, medio austero, pero también sustancial, interesante y bueno. Valeria misma se convierte en el monstruo de La Huesera (un osario humano, un cadáver con movimiento, una bruja), ve quebrar sus huesos. En una escena muy bien hecha y de paso muy significativa en el relato, al mismo tiempo que clásica de aquelarre, presenciamos una especie de orgía lésbica de hueseras y de ahí renacerá una mujer nueva, una que finalmente se aceptará a sí misma. Ésta propuesta recuerda un poco a la magistral Anticristo (2009); no es la misma historia, pero tienen varios elementos en común.

domingo, 5 de marzo de 2023

Saint Omer

Ganadora del Gran Premio del Jurado (segundo lugar) en el festival de cine de Venecia 2022. La francesa de ascendencia senegalés Alice Diop ha ganado con ésta su primera película de ficción, tras dedicarse al documental, no solo un importante premio en un festival A1, también ha sido celebrada en su país, ha ganado el César 2022, el premio de la Academia francesa, por primera película, y el importante premio nacional Jean Vigo 2022, que se otorga a primeras películas notables. Saint Omer (2022) se basa en un caso real donde en el 2016 la propia Diop pudo asistir al juicio, de una mujer francesa de origen senegalés que mató a su propia hija de 15 meses de nacida. Diop pone de observadora -como si fuera la misma Diop- a una catedrática y escritora llamada Rama (Kayije Kagame) que quiere escribir del caso de una mujer asesina de su bebé, de Laurence Coly (Guslagie Malanda) que justamente yace en juicio. Rama va a ser madre y tiene muchas dudas y miedos con convertirse en madre, y de alguna manera se identifica con Coly, aparte de compartir su nacionalidad y ascendencia. Ésta es una lectura muy actual, muy contemporánea, muy propia del reinante feminismo, ser madre es ahora visto como algo complicado, atrás ha quedado cierta romantización de serlo, de circunscripción de amor a prueba de todo y deber por sobre todo. Hoy en día las mujeres están al tanto de que es bastante arduo, exige sacrificios, ser madre. El filme de Diop utiliza de ejemplo la mitología griega sobre un monstruo formado de distintas bestias, lo que representa que una mujer está llena de su madre y estará llena de su bebé, esto es un argumento incluso científico en la propuesta, quizá también fue expuesto en el juicio real de la mujer asesina, como lo vemos en la recreación de éste en la exposición de la abogada defensora de Coly. Si bien el filme se pone en el lugar de las mujeres, ésta lectura científica de muchos elementos de una madre transportados hacia su hija, también puede leerse en el varón como con la mujer, con ambos padres, en cuanto influye la crianza, personalidad y comportamiento de estos en quienes somos, de aquello que Rama no quiera ser como su madre en muchos sentidos, bajo una relación expuesta en el filme con pequeños flashbacks y mucha elipsis, pero que puede intuirse en lo general de todo ser humano o completar la figura con la experiencia personal. Rama sufre con convertirse en madre cotejándose con la suya y hasta con Coly y así el universo femenino. El filme agrega más dentro de ésta interesante exposición científica -y se desliga en parte del varón- con la propia maternidad, en lo que agrega el bebé a ese monstruo mitológico con el que se describe a las mujeres. La propuesta también presenta un análisis social de la mujer negra, de origen africano, dentro de la cultura y sociedad europea en que crece, y es ahí que vemos que Coly sufre bastante, tiene dificultades en salir adelante, así mismo vemos una mala dependencia de un hombre blanco mayor, y hasta una mala relación en el interior de la sociedad francesa que le presenta ciertas desigualdades sutiles y prejuicios. En un momento del juicio se critica a Coly por querer identificarse con los filósofos blancos, surge una visión de cierto sufrimiento por una marginación no solo social, sino de libertad de identificación e intelectualidad, cosa que puede sonar simple o algo naif a éstas alturas, o quizá hasta un poco marketero en algunos, porque ésta intelectualidad no debería presentar estos prejuicios pues todos somos una sola humanidad. La película de Diop habla en general de la raza de color, su raza, e incluso de ella misma frente a la intelectualidad en general, donde vemos que ésta marginación mortifica a Rama también, haciéndola llorar y generar una emotividad con ciertos rasgos de profundidad y apertura íntima de honestidad valiosa dentro de cierta frontalidad o acto primario. Esto se dispara con la sonrisa ambigua que le lanza Coly a Rama al verla prestarle tanta atención. Coly menciona la brujería, pero yacen presentes alucinaciones, hay rasgos de cierta locura en ella, aparte del abandono y menosprecio social que siente vivir y cuenta ella y su abogada, y también de su egocentrismo y orgullo pues es una persona que se ve a sí misma como muy prometedora en lo intelectual, aun habiendo tenido que dejar la universidad y frente a profesores que no la respaldan. Diop opta por no ahondar en ésta locura, recurso manido en juicios y en crímenes, un salvoconducto medio fácil para homicidas, si bien la locura en realidad puede albergar muchísima complejidad. Diop mediante Rama y su cultura cinéfila recurre a la cineasta francesa Margarita Duras como inspiración intelectual y artística y aquí hasta conceptual para rescatar de la humillación a Coly y proponer una salvación medio imposible o kamikaze o no demasiado popular en la realidad, aunque con el uso de la celebrada obra Medea, viéndolo en pantalla con la magistral película de Pasolini, invocando un feminismo guerrillero, bastante fighter, pero que es imposible de aplaudir en totalidad pensando en esa sentencia lógica no mencionada en el filme de 20  años de prisión para la mujer y madre asesina de un bebé inocente. Finalmente nada la puede justificar, pero queda la lección de la necesidad de un mejoramiento en la sociedad, de cara a la mujer de color y que ayuda a la mirada general para comprender a todas las féminas pensando más bien en un balance entre lo moderno y lo clásico tal cual el uso de lo médico científico y La Quimera, ese monstruo mitológico al que recurre el filme.