domingo, 31 de diciembre de 2017

Lady Macbeth

Esta película recorre la delgada línea entre el martirio, que otros nos propinen daño y uno lo reciba pasivamente, y convertirse en una despiadada y calculadora asesina en consecuencia. Ésta será la reacción de Katherine (Florence Pugh) cuando conozca a Sebastian (Cosmo Jarvis), cuando se enamore apasionadamente de él. Primero será vendida en matrimonio a un hombre que la rechazará sexualmente a pesar de ser una bella y dócil mujer. Su suegro la maltratará al mismo tiempo que su ausente marido. En ese escenario ella mutará, hasta observar la persona brutal en la que se convertirá.

La historia inicialmente resulta la lucha por la libertad y el feminismo del personaje para después convertirse en un ser repudiable. Es un retrato duro y potente de la mente criminal, que otorga pocas concesiones. Es ver como se pudre la mente, y se convierte la protagonista en alguien que ya no puede contenerse ni justificar su proceder. En esto el filme es valioso, porque no pretende un camino fácil. El filme se basa en la novela Lady Macbeth of Mtsensk, del ruso Nikolai Leskov. Ya el sobrenombre de Lady Macbeth lo dice todo, empieza con ideas que buscan redención y termina en la peor crueldad humana.

Esta propuesta tiene una fuerte carga sexual, escenas sensuales, intensas y muy provocativas, sin llegar a lo explícito. Más tarde llegará la corrupción y el deterioro. Está ubicada la trama en el siglo XIX en la Inglaterra rural. Lady Macbeth (2016), del inglés William Oldroyd, es un clásico pero contundente relato de una figura criminal, ese que trata de justificar su manera de ser aduciendo que es producto de su vida. No se niega que ella empieza sumisa y su esposo y suegro la humillan sin razón, constantemente, la tratan terriblemente. Pero en silencio algo cambia dentro de ella, de forma violenta, donde ella será siempre hermética. Sus acciones son extremas y llegará a perder la consciencia, si su fin así lo requiere.

El filme tiene elegancia, el filme trasuda belleza visual, aun tratándose del campo. También hay una relación con la sirvienta Anna (Naomi Ackie), quien sufre incluso más que la protagonista. Uno puede pensar que es algo racial, pero la película lo termina desmintiendo con otros personajes de color y sus relaciones y lugares sociales. Esto pasa a segundo plano, y más es el abuso hacia la condición de siervo, de empleado. Es el poder de la riqueza y en la posesión material incluye a las personas. Katherine romperá con todo, su libertad será absoluta, sus deseos terminaran equivaliendo y más, sobrepasando, su martirio.

Es un filme pasional en todo sentido, de amor y muerte (desnuda su esencia), pero sin llegar a la telenovela, lo criminal será oscuro y no superficial. El cambio de conducta será muy sutil, en todo esto yace lo mejor de la película. Katherine es un personaje muy rico, una fémina poderosa. Se le ama, se le odia, te conmueve, la repudias. La bella Florence Pugh tiene de vulgar como de refinada. Su mirada estática con su corsé  y vestido en forma de campana de la época victoriana, mirando de frente, lista para una fotografía, marca de la película, es enigmática y perturbadora. El filme es muy cinematográfico en su olor de antaño.

viernes, 29 de diciembre de 2017

Scary Mother

Ópera prima de Ana Urushadze, hija del director de cine georgiano Zaza Urushadze (Mandarinas, 2013). Ésta película está narrada de forma convencional, pero tiene una historia con varias rarezas, sobre todo en la protagonista, Manana (Nato Murvanidze), aunque, claro, como dice el título, es una madre que intimida y esto se debe a un toque de locura en ella, que implica la libertad intelectual de Manana, ya que quiere ser escritora, pero su familia, especialmente su esposo y su padre, no yacen muy contentos con el manuscrito de su libro ya que tiene mucho de autobiográfico y hasta lo consideran pornográfico.

La película de Ana Urushadze llega a explicar todo, en la voz de los personajes. Se entiende que Manana se está liberando del yugo de ser ama de casa, de un esposo que trata de controlarla siempre y de un padre que estuvo ausente en su vida prefiriendo su profesión. Ella, como dice la película, se ha convertido en un monstruo de libertad e imprevisibilidad, que tiene hasta de demente. Lo que ella quiere es publicar su libro como bandera de esta liberación familiar. 

El filme tiene a Manana haciendo cosas raras, como pretender una aventura con su editor y amigo Nukri, un anciano un poco lento y medio raro, que le ha preparado un cuarto con luz roja para que ahí permanezca hasta terminar el libro que él alaba como obra maestra. El marido, desde luego, está molesto, pero no puede contra la transformación, rebelión, de su mujer. El cuarto rojo simboliza la zona prohibida. Manana atraviesa un puente a cada rato para salir de su casa, éste es otro símbolo, entre ambas vidas, la pasiva (dominada) y la activa (libre), el puente es el tránsito de una vida a otra, el meollo de la narrativa.

Si el filme no se explicase uno pensaría seguramente que Manana es un personaje absurdo, porque tiene mucho de ridícula e infantil en sus acciones, en contraposición de su marido que es pura seguridad y normalidad, y sus tres hijos tranquilos y maduros. Manana es como que quiere ser freak a una edad avanzada, como que quiere ser una Gloria (2013), cuando antes ha sido prácticamente un muerto dentro de su familia, una persona sin identidad ni fuerza. Incluso Manana hace las cosas con cierta timidez, pero sin rendirse a sus nuevos anhelos.

Manana quiere desnudar su alma y en el trayecto señalar los puntos débiles de su familia, una forma de redimir su sojuzgamiento y tomar una pequeña venganza, humillar a su marido y a su padre, las figuras patriarcales, machistas, omnipotentes y dominantes de su existencia. Es una liberación que visualmente no es explosiva ni furiosa, pero busca lo mismo, con la locura y extrañeza de Manana, he ahí su originalidad como película, que finalmente opta por la convencionalidad y amabilidad al explicar punto por punto lo que hemos presenciando.

Three

La nueva película del maestro del cine de acción Johnnie To es una película que demora en proponer acción. Una hora de película tiene que pasar primero para contextualizar la trama, moviéndose alrededor de una neurocirujana, la Dra. Tong Qian (Wei Zhao), proponiendo una crisis profesional y emocional a la Doctora. Algunos pacientes y familiares le reclaman sus pérdidas, aunque ésta mujer hace su trabajo con pasión, bajo una ética irrompible, pero las cosas le salen a veces mal, y debe aceptar que su trabajo es así.

En la otra parte, la parte emocionante  y la que importa mucho más, tenemos a un criminal con una bala en el cerebro que se niega a operarse, mientras sus secuaces andan sueltos y prometen violencia. Más tarde irán en busca de su compañero. El criminal lo interpreta Wallace Chung, y es un criminal con aires de intelectual, suele dar citas célebres, pero esto en realidad más que darle identidad y carisma le hace ver efectista y petulante. Más pesa la audacia y la picardía que maneja como criminal, de estar atento para escapar, y de paso torturar psicológicamente al policía que le disparó, el inspector Ken (Louis Koo), que tiene miedo que lo vayan a delatar, porque disparo sobre el criminal desarmado.

El filme plantea una decisión moral, acabar con esta pandilla de criminales y erradicar la posible acusación o cumplir con su deber, cuidar y salvar la vida del criminal capturado. El filme demora en llegar a la potente balacera que plantea el rescate y el pedido de ajusticiamiento del inspector Ken, en la estela de High Noon (1952) y Rio Bravo (1959). La acción es expuesta en cámara lenta, luego también hay mucha emoción en la definición del filme. Pero antes la propuesta genera abulia, salvo que el espectador sea de los que disfruta de esas series sobre médicos que abundan en USA y le caiga como anillo al dedo todos los dilemas que pasa la doctora Tong en su especialidad profesional.

Los que admiramos a Johnnie To por su poderoso cine de acción sentimos esa primera hora. No obstante se desliga un poco de la espera del rescate o una posible fuga y ésto se presenta de “sorpresa”, aunque si seguimos al pie del cañón es justamente esperando acción. El filme pudo acortar su contextualización –detallada- y hubiera quedado mejor, pero la última media hora finalmente paga un poco la primera hora. Tanto la parte del hospital como la del criminal hablan de lo mismo, de la moral y la ética, pero aunque Johnnie To ha hecho ambos cines en su carrera, el To que uno quiere es el que hace con Koo y Chung, y le falta. 

lunes, 25 de diciembre de 2017

A Christmas Story

Se acerca la navidad y Ralphie (Peter Billingsley), un niño de 9 años, quiere un regalo especial, un rifle de aire comprimido del que se sabe hasta el modelo, pero sus padres dicen que puede herirse con el arma y todo parece que no se la darán. Ralphie de adulto va contando la historia y lo que pensaba por entonces en voz en off. En el filme de Bob Clark vemos como Ralphie trata por varios medios de convencer a sus padres. No es lo único del filme, la trama alberga toda la vida diaria de Ralphie, su hermano menor Randy, su viejo –que es como lo llama en su mente- interpretado por Darren McGavin y su madre (Melinda Dillon).

Ralphie es un niño común, muy astuto y despierto pero bondadoso y buen niño. En el trayecto a su escuela sufre de bullying por dos pequeños matones. El filme está contado con bromas inocentes en general pero potentes, sin medias tintas. Ésta propuesta es familiar, y carga mucha ternura. Es un filme que se mueve en base a la visión infantil del pequeño Ralphie, donde vemos inclusive sus fantasías y sueños. Es un filme carismático y que exuda nobleza.

El padre recibe de premio una lámpara en la forma de una pierna de mujer de cabaret y su esposa la detesta. Él quiere que todos sus vecinos la vean, ella desaparecerla. Es el último bastión de su libertad sexual, versus la vida casera. Pero lo feo que es como decoración es en realidad la lucha de una libertad entregada hasta el mínimo y la inocencia de la nostalgia de la galantería. Esto representa una de las mejores expresiones narrativas del filme.

El mundo infantil de Ralphie también está bien dibujado, pero es algo ñoño. No obstante el niño y su vida resultan dulces por su parte. Es como volver a esa etapa de felicidad, donde algo que anhelamos y parece intrascendente para muchos es el gran conflicto de nuestras vidas. El bullying está tratado con humor aunque se resuelve de forma más seria. El filme da mucho lugar a la vida cotidiana del niño y como filme familiar es lo más suave y clásico.

Los padres de Ralphie son muy amorosos y próximos a sus hijos, pero para nada se dan empalagosos ni sobreprotectores, también tienen su carácter, pero escuchan, comprenden y tienen de permisivos. Son padres que muestran equilibrio sin ser fantasiosos ni demasiado ideales. Ralphie es un niño sano con ellos, pero no deja de ser muy racional, sabe discernir. La interrelación con los padres es importante en la película, es un trabajo prominente, especial en el séptimo arte. El trato es constante y está lleno de sorpresas.

El carisma e idoneidad y el cariño que se gana el reparto es indiscutible, todos están perfectos y bien adaptados a la historia. A Christmas Story (1983) se contextualiza tiempo atrás, se circunscribe a una época mucho más clásica que los 80s no especificada, y a esto se le suma estar en algún pueblito típico de EE.UU. El filme es muy norteamericano, las figuras se comportan en el término medio y preciso. No hay personajes estrambóticos ni escandalosos ni efectistas, hay más bien gente promedio, es un filme suelto, que no fuerza nada.

La mejor broma que he visto en el filme es cuando vemos desde los ojos –literalmente- de Ralphie como es ir al centro comercial a pedirle el regalo navideño a Papa Noel, y terminar recibiendo una patada de la bota de un hombre harto de su trabajo. La navidad recorre todo el filme, y es poderosa como tema, exhibición y emociones. El filme es un cúmulo de experiencias memorables de orden común, clásicas para muchos, pero no menos cautivantes. Su identificación general, aunque sea de la sociedad americana, es muy notable. 

domingo, 24 de diciembre de 2017

Logan

La propuesta de James Mangold de Wolverine es una película crepuscular, como aquellos western donde ya el héroe y el oeste están viejos. Logan (Hugh Jackman), Wolverine, es éste héroe apunto de apagarse, pero con mucha pelea por dar como despedida. Logan tiene que salvar a una niña, Laura (Dafne Keen), que tiene sus mismas habilidades y componentes corpóreos de combate, aunque Logan no quiere, quiere simplemente morir. Logan carga un peso existencial, está cansado de producir dolor a otros, aunque sean también asesinos.

Charles (Patrick Stewart), su maestro, también está en su última etapa, pero quiere que Logan se recupere emocionalmente y siga adelante, para ello quiere que cumpla con llevar a la niña a la frontera, que es perseguida por el gobierno –que se mueve por premisas sencillas- y su ejército de mercenarios, a los que Logan hace picadillo en el acto provocando peleas y muertes gore y mucho espectáculo y entretenimiento. Logan (2017) es un filme muy violento y salvajemente explícito. Esto le da un plus. Los X-Men digamos que dejan de ser infantiles, aunque tratar con una bella niña asesina y ladrona tenga de naif.

El filme es muy básico, pero divertido. Logan primero yace como chofer de limusina, adaptado a una vida humilde, que esconde en un hangar a su maestro. A Charles le debe aplicar una medicina para que no genere un sonido caótico, mientras Logan toma drogas para calmar su dolor existencial y su cansancio. La idea del crepúsculo está muy trabajada, hasta lo obvio. Logan muchas veces no tiene fuerza para moverse. La niña lo complementa en las peleas.

Logan despacha con facilidad a los mercenarios, que no representan reto alguno para él, pero siempre busca escapar, ya que siguen llegando más y más soldados. Pero pronto aparece otro Wolverine, X-24, y la pelea se iguala y se pone híper agresiva. Los combates, con cualquiera, son sangrientos. X-24 hasta decapita a una persona y se ve muy real. Los efectos especiales son de un alto nivel. También la velocidad de los combates/muertes resulta virtuosa, se pueden ver los movimientos y ejecuciones sin problemas y mantienen la intensidad.

Logan es una road movie, una persecución, y lo que va pasando, la gente con la que se van encontrando, en realidad es irrelevante, todo apunta a la exhibición violenta, grandilocuente pero fulminante, salvo con X-24 donde las peleas son extensas y más brutales en cuanto a constancia de daño. Logan es un filme de acción, más que uno existencial.

En Logan vemos -literalmente, además- Shane (1953), pero con cierta distancia. Logan es el pistolero harto de matar que huye del pasado, que quiere algún tipo de paz, pero el mal le persigue y debe defender a los indefensos, y de paso enseñarle a un niño el camino. 

It Comes at Night

El director americano Trey Edward Shults empezó bien su carrera con Krisha (2015), su primer largometraje, una película donde una extensa familia se reúne por el día de acción de gracias y la protagonista, Krisha (Krisha Fairchild), asiste a la cena después de mucho tiempo lejos de todos ellos, cuando es vista como una mujer problemática, destructiva de relaciones y con problemas de drogas y alcohol. Pero ya vieja anhela una segunda oportunidad, se esfuerza. No obstante ésta le es esquiva frente al resentimiento y la identificación del estigma de su pasado y sus relaciones. Krisha mantiene el suspenso, entre caer al abismo o seguir estoica, ayudada por la banda sonora de película de terror, mientras se explaya en lo cotidiano, en la conversación y en lo mínimo, en lo sugerente, sacando de a pocos los trapos sucios de la interrelación familiar, para luego padecer lo aparentemente inevitable.

Su segunda película, It Comes at Night (2017), ya entra de lleno en el género, pero es una película que se cocina lento y guarda lo mejor –la explosión de sucesos- para el desenlace. Pero también el filme vale mucho por cómo va desarrollando tensión, desconfianza en el ambiente. El asunto central es el miedo a contagiarse de una enfermedad mortal de transmisión inmediata, por tocar e interactuar con alguien enfermo. En la película no se explican los antecedentes de la enfermedad, pero se siente bastante el caos que propaga en una zona rural americana.

La familia de Paul (Joel Edgerton), su esposa Sarah (Carmen Ejogo) y su hijo Travis (un muy talentoso Kelvin Harrison Jr.), andan con máscara antigás y guantes de hule cuando se topan con alguien. Ésta familia siente mucho temor de enfermar y se defienden con convicción, mantienen una distancia férrea y las armas cargadas frente a cualquiera que se les acerque. La propuesta de Edward Shults recuerda un poco a The Road (2009), aunque aquí el apocalipsis es elíptico y sólo queda imaginar qué está sucediendo. La soledad del campo ayuda en ese aspecto. El filme guarda mucho misterio. También la mayor parte del metraje se desarrolla en la casa rural de la familia de Paul.

Éste filme tiene el mismo estilo de Krisha, tener largos momentos de paz y que todo parece felicidad, pero con la sombra detrás de algún peso enorme y del posible inicio del terror en cualquier momento. La primera parte te tiene atento no sabiendo qué está sucediendo, dura buen tiempo ésta sensación de rareza, mucho cuidado y miedo. Algo asecha a ésta familia y uno no sabe que es, también el título es muy sugestivo. Pero la muerte es más un contagio, botar baba negra y llenarse de ampollas y pus.

El filme se las ingenia para dar una escena de lo más terrible, donde la sobrevivencia desesperada hace entrada imponente. Antes dos familias hacen amistad, habiendo asomos de drama en su interrelación. Paul es una persona muy ruda y sólo cree en la sobrevivencia y confianza de su familia. Pero le convencen en su lado humanitario y por la necesidad de comida y alberga a una familia de desconocidos con ellos. En ese lugar entra a tallar la estrategia de suspenso, expectativa y misterio de éste director. Pero el tiempo se expande y se expande, la falsa tranquilidad asoma y crece.

Pero la expectativa sigue intacta y latente, vamos presenciando pesadillas, las pesadillas de Travis (a su abuelo consumido por la enfermedad), quien es un chico curioso y sensible, que suele caminar –en búsqueda del horror- en la oscuridad con una lámpara a gas mirando qué está sucediendo en su casa, la que parece un fortín. Travis también es misterioso y parece impredecible; qué está pensando el chico, te preguntas a veces. Paul en cambio tiene una fijación, estar alerta siempre y proteger a su familia. Pronto todos serán puestos a prueba. 

sábado, 23 de diciembre de 2017

Raw (Grave)

Justine (Garance Marillier) acaba de ingresar a la Universidad de veterinaria, y está pasando por una novatada. Ella viene de una familia vegetariana, pero cuando pruebe el sabor y apetito por la carne, de la mano de su hermana mayor, Alexia (Ella Rumpf), que también está en la misma Universidad, descubrirá que es una antropófaga.

Este filme debut de la francesa Julia Ducournau tiene la genialidad de la sutileza, de los momentos artísticos y creativos en cada paso que irá dando Justine en su descubrimiento. Justine es virgen y a la vez novata en una Universidad donde es arrastrada en ropa interior a una fiesta y presenciamos toda la liberalidad y locura de la juventud moderna. Justine debe encajar en éste nuevo mundo que se le abre y para más difícil luchar contra su instinto de alimentación que la hace desesperarse. Todos son descubrimientos para ella, cuando su hermana Alexia es más rebelde, libre e inconsciente.

Hay una gran escena cuando se está depilando Justine, un dedo juega como tentación de su antropofagia. En la escena caemos en una especie de inocencia de todo el asunto. Así se maneja Ducournau, con un fuerte feminismo liberador y también con cierta ternura. Justine tiene mucho por controlar, pero igualmente cosas por liberarse y formar su personalidad. Otra escena con ella frente al espejo muestra su poder de sensualidad y su explosividad femenina.

En el filme Justine siente atracción por su compañero de habitación, un chico gay, Adrien (Rabah Nait Oufella), al que no se le esconde su inclinación sexual, se ve en pantalla mucho como la ejerce. No obstante hay espacio para la espontaneidad de la proximidad. Pero ésta relación es otro golpe emocional que llega al ataque físico. Mientras tanto la relación con su hermana tiene vaivenes y choques pero es sólida finalmente. Éste filme está cargado de grandiosas escenas, como de pequeños momentos gloriosos. Cada etapa de sufrimiento y ansiedad de Justine tiene originalidad y sustancia. Justine en un momento de dolor debajo de las sábanas parece un bebé a punto de nacer, cosa con la que jugará mucho el filme.

La protagonista tiene un lado freak que se amolda perfectamente a su hambre caníbal. Garance Marillier es una actriz maravillosa. Ducournau la llena de momentos expresivos. Todo el filme puede leerse como un canto de femineidad. Siempre es interesante, y el terror se maneja en base al progresivo descubrimiento, a la lucha por calmarse y controlar la situación y al supurar forzado de la antropofagia. Alexia tampoco ayuda mucho, se presta de inmadura. Es como un demonio incitando a su hermana menor a aceptar su lado caníbal. Hay una pelea entre hermanas que es también un momento de soberbia ejecución.

La novatada presiona y abusa de la paciencia de la protagonista, que es atacada por varios frentes quedando muchas veces a merced de tanta presión. El generar intencionalmente desagrado, incomodidad, asco o escozor de la mano de Justine está muy presente en el filme.  Es una gran historia con ratos intensos, donde la juventud es temible cuando se divierte. Justine en ese ambiente es una chica con su personalidad y fuerza pero nueva en el campo de estudio y en estado de crecer y conocerse más enfrentará pruebas enormes. Todo amplificado por la antropofagia, que es una mayor simbolización de su etapa de desarrollo. Ya lo dice el filme al final con un tono algo sarcástico a la par que se muestran heridas de horror y malas experiencias. Vas a tener que idear una forma de superarlo. Es decir, es problema tuyo, crecer y ser uno mismo es un problema personal.

viernes, 22 de diciembre de 2017

Brawl in Cell Block 99

La segunda película de S. Craig Zahler es pura diversión, su brutalidad es exagerada, en parte irreal y fantástica. Vince Vaughn en la segunda temporada de True Detective (2015) ya había demostrado ser un tipo rudo como el gánster Frank Semyon, pero en Brawl in Cell Block 99 (2017) su inspiración parece ser Charles Bronson, aunque Vince Vaughn como Bradley Thomas no solo pelea a puño limpio sino rompe huesos.

El filme tiene a Bradley tratando de resarcir su matrimonio, buscando tener un hijo, por lo que al querer tener mucho dinero se mete a la venta de drogas. Durante un negocio es atacado por sus indisciplinados compañeros y Bradley simplemente acaba con ellos. Es arrestado y enviado a la cárcel. El mafioso que controlaba a los indisciplinados matones pretende vengarse de Bradley, quien obligado debe cumplir una misión y pasar a la peor cárcel, donde le espera el jefe Warden Tuggs (Don Johnson). Para todo esto Bradley debe ponerse muy violento.

S. Craig Zahler hace una película con mucha acción y peleas imponentes. Bradley es un arma de combate cuerpo a cuerpo implacable. Los efectos especiales de algunas muertes en manos de Bradley lucen a leguas falsos, pero esto más bien genera una gran sensación de entretenimiento y placer. La brutalidad no escatima gore alguno ni tremenda sobredimensión estética. Tiene escenas muy extremas, sobre todo al final.

El halo de fantasía es a todas luces claro, y es una película muy emocionante cargada de adrenalina y potencia visual. Tanto Don Johnson como Vince Vaughn son dignos de antología, de novela gráfica, de cómic, de las mejores películas de medianoche. El final del filme es irreverencia pura, pero justificada, por más impactante que sea. Otro personaje maquiavélico es el de Udo Kier, como el intermediario del mafioso tras Bradley.

Bradley Thomas es un tipo meditativo y hermético, guarda sus sentimientos para sí, suele ser muy neuronal, inclusive para golpear salvajemente o matar a alguien. Lo hace por más paradójico que suene, o difícil de comprender, por fuerzas mayores. Tiene sus razones. Por su familia es capaz de matar a quien sea. Tendrá que lidiar con éstos mafiosos que lo manipulan y quieren castigarlo. Sólo al final vemos a Bradley abrirse al resto.

Lo de tratar con un tipo que entiende perfectamente lo que hace es atractivo, inquietante y también complicado de aceptar, cuando es alguien que ante una necesidad superior le pasará por encima a cualquiera. Lo dice el diálogo con un policía, usted tiene el raciocinio suficiente como para estar del otro lado de la mesa, es decir, defender la ley y a los indefensos. Pero Bradley es también un asesino nato, un tipo que busca el camino fácil del dinero. S. Craig Zahler es tremendo entertainer

jueves, 21 de diciembre de 2017

Good Time

El filme de Benny y Josh Safdie tiene una partida muy sencilla, dos hermanos, Nick (Benny Safdie) y Connie (Robert Pattinson), roban un banco, y en la fuga atrapan a Nick. Connie temiendo por la vida de su hermano que es retrasado debe buscar 10 mil dólares para pagarle a un abogado y lo saque de la cárcel. Pero esto, desde luego, no será cosa fácil. El filme es todas las correrías y desventuras que pasará Connie en busca del dinero.

Los hermanos Safdie tienen habilidad para retratar la calle, a la gente marginal y peligrosa, vagabundos, muchachos perdidos, delincuentes o pequeños comercializadores de droga y sus amigos yonquis. En Heaven Knows What (2014) ya veíamos todo ello, sumándole como eje una relación obsesiva, abusiva y traicionera entre una pareja de muchachos. Pero era principalmente la historia de Harley (Arielle Holmes) y los tumbos que daba en la calle, con gente lumpen como ella, como su amigo drug dealer Mike (Buddy Duress).

Good Time (2017) es ver a Robert Pattinson de uno de estos muchachos solitarios y vagos que se mete a cada rato en problemas. Su Connie a pesar de todo es inteligente, pero para lo corrupto. Sabe tratar con gente peligrosa. Él tiene pinta de tratable –de simpático para la audiencia- pero es también un criminal. Connie ama a su hermano y quiere protegerlo.

El filme es vertiginoso. Tiene también muchas sorpresas. Lo interesante de sus figuras es que tienen un lado sucio y violento y al mismo tiempo uno sensible o con habilidad social. Nunca sabes cómo van a reaccionar, a veces muy suavemente, en otros casos de la peor manera. Hay un buen manejo de la violencia. Connie se aprovecha de la gente, pero lo hace muy sutilmente. Es un embaucador, un seductor. La calle tiene matices en el mundo de los Safdie. No es todo sórdido. Tiene sus luces. Pero es ineludiblemente un mundo duro. La suerte no acompaña a Connie, que por más astuto que es salta de problema en problema. Al final la cosa es muy simple, pero la preocupación y el afecto es lo que moviliza al protagonista.

Los Safdie son buenos para retratar seres humanos, tampoco temen ser políticamente incorrectos e irónicos en el trayecto. El robo de Connie y Nick se hace con máscaras de rostros afroamericanos. Da a pensar que la corrupción y el crimen callejero no es potestad de un color de piel, que están los white trash, quienes en el robo recurren al estereotipo. Robert Pattinson es perfectamente creíble en su papel de chico marginal y delincuencial, y no necesita exagerar, no necesita verse agresivo o vulgar. Good Time es una propuesta que es dulce en el fango e impredecible, ataca cuando menos te lo esperas. 

Las mejores películas del 2017

La primera es la mejor película del 2017. El resto no tiene orden alguno.

      1.       Stories Our Cinema Did (Not) Tell (Fernanda Pessoa)
2.       Graduación (Cristian Mungiu)
3.       The Autopsy of Jane Doe (André Øvredal)
4.       The Love Witch (Anna Biller)
5.       The Fixer (Adrian Sitaru)
6.       Niñato (Adrián Orr)
7.       Sieranevada (Cristi Puiu)
8.       Atomic Blonde (David Leitch)
9.       Dunkirk (Christopher Nolan)
10.   Certain Women (Kelly Reichardt)
11.   Estiu 1993 (Carla Simón)
12.   Dragonfly Eyes (Xu Bing)
13.   A Ghost Story (David Lowery)
14.   L'amant d'un jour (Philippe Garrel)
15.   Alanis (Anahí Berneri)
16.   El otro lado de la esperanza (Aki Kaurismaki)
17.   Baronesa (Juliana Antunes)
18.  Raw (Julia Ducournau)
19.   Good Time (hermanos Safdie)
20.   Brawl in Cell Block 99 (S. Craig Zahler)
21.  Logan (James Mangold)
22.  Silencio (Martin Scorsese)
23.  Call me by your name (Luca Guadagnino)

domingo, 17 de diciembre de 2017

Blade Runner 2049

Trabajar alrededor de una película tan aplaudida siempre es un riesgo, más allá de la expectativa que genera. La mayoría falla. Pero Blade Runner 2049 (2017) sale victoriosa. No es una película espectacular, pero es una buena secuela. El director Denis Villeneuve junto a los guionistas Hampton Fancher –guionista de la primera Blade Runner- y Michael Green hacen una historia que respeta la original y la complementa muy bien. Incluso Deckard obtiene más respeto que el que tuvo Han Solo en Star Wars: Episodio VII - El despertar de la fuerza (2015), pensando en las actuaciones más populares y admiradas de Harrison Ford.

Ryan Gosling es K, un blade runner que caza replicantes antiguos, pero pronto él renegará de su trabajo cuando se dé cuenta que él también ansía ser muy humano y que los replicantes, seres que ansían la libertad, atrapados bajo el yugo humano, merecen una mejor existencia. El cambio llega cuando los replicantes ya no son construidos, sino pueden reproducirse por ellos mismos, éste cambio hace que se trate de buscar eliminar al primer replicante nacido. K es enviado por su jefe de la policía (Robin Wright, que hace un personaje sólido, que sólo cumple con su trabajo y el que cree su deber) a desaparecer todo rastro del mesiánico replicante.

El filme de Villeneuve tiene una narrativa lenta, vemos como es la vida de K por buen tiempo, K tiene una pareja virtual, un holograma, en la actriz Ana de Armas. Ella trae un sentir de melancolía, aunque ella es una mujer muy sensible, una mujer que solo busca la felicidad de K. La vida de K está dedicada al trabajo, cazar, pelear y matar replicantes viejos, y volver a su casa y tener una vida sin intensidad, apagada. Pero K en silencio guarda un secreto. Quiere ser también humano, aunque siente amor por Joi (Ana de Armas), que es un dispositivo de manufactura, que lo compras. No obstante se alimenta de las experiencias a su alrededor.  

Esta propuesta no contiene mucha acción, pero es interesante, mantiene la atención por su historia. Todo gira alrededor de un descubrimiento obvio, no del todo corroborado. En esto el filme tiene coherencia, y va alimentando su narrativa. Va otorgando más y más forma, aunque lo conozcamos de manera directa y fácil. Esto no está mal, simplemente es una forma de aparente cine amable, de dar arranque a todo lo que vendrá, que es bastante.

Esta obviedad solo es una parte porque las formas son lentas y la película evita el espectáculo en la mayoría de su metraje, que sólo se presenta por espacios muy cortos y sobre todo al final, con la replicante ultra moderna asesina Luv (Sylvia Hoeks), que aunque es de movimientos veloces y gesticulación normal y muestra una cruel inteligencia en sus diálogos recuerda a la máquina femenina de Terminator 3: Rise of the Machines (2003).

Blade Runner 2049 le da mucha cabida a los personajes femeninos, que están muy bien trabajados y presentan variedad, a un lado sensibilidad y al otro mucha fortaleza, aunque es K el protagonista. Dave Bautista tiene un papel pequeño como el replicante Sapper, pero siempre está en ascenso, mejorando, y no le falta una buena performance y es para tenerlo presente. También nada más memorable que entrar en el pasado de la mano de los hologramas que muestran a Sinatra y a Elvis cantando en un abandonado enorme casino y que en ese mismo lugar el blade runner clásico y el nuevo se tomen unos whiskies al conocerse. 

sábado, 9 de diciembre de 2017

El ornitólogo (O Ornitólogo)

Muchos pueden pensar que el lugar natural de la homosexualidad frente a la religión o la iglesia sea el de la confrontación ante la no aceptación de su inclinación sexual. Pero el ser humano es un ser complejo y la homosexualidad también puede rendirle devoción a la fe a Dios y para la presente película en especial a los santos.

El portugués Joao Pedro Rodrigues hace uso de San Sebastián, un icono del cristianismo convertido en icono gay por el arte, en la forma de su muerte, amarrado en taparrabos sucumbiendo a las flechas, la que recrea Rodrigues, pone a su protagonista, un ornitólogo, Fernando (Paul Hamy), a puertas de morir, bajo la curiosidad de caer por las manos de 2 jóvenes turistas católicas chinas que dicen estar malditas y el bosque ocultar algo siniestro.

Fernando, un ornitólogo en vigilancia de un tipo especial de cigüeña, sufre un accidente en kayak y es recogido por éstas 2 chinas locas. Fernando escapa y se mete sin mapa en el bosque y en ese lugar empieza su peregrinaje, su trascendencia, su camino místico. Rodrigues hace su propia recreación e inoculación artística –al estilo de San Sebastián- con la figura de San Antonio de Padua, el santo más famoso de Portugal. Pero lo hace de la forma más extravagante. Fernando terminará aceptando que es un San Antonio de Padua moderno, perseguido por el espíritu santo (una paloma) y fusionado con el mismo Joao Pedro Rodrigues.

En el camino tras el erotismo de la forma que es apresado Fernando a un árbol por las chinas pasa a ver como un pastor sordomudo bebe de las ubres de una oveja, esto tiene de homoerotismo, la imagen parece una alegoría visual de un fellatio. Pronto con el pastor llamado Jesús –nombre que en la película es una clara irreverencia- se bañan desnudos en el río y terminan teniendo un encuentro sexual. Pero Rodrigues salvo estos momentos directos y llenos de su propia sexualidad prefiere la aventura y no sólo quedarse con una tendencia sexual, que queda, desde luego, impregnada en toda la historia, pero pretende ir más allá, y entra a tallar lo rocambolesco y el cine arte, buscando concebir una historia y una mítica por medio de lo trasgresor sobre San Antonio de Padua. 

Fernando se topa con una banda de violentos muchachos alcoholizados que visten de carnaval, confundiéndose como si fueran una tribu, jugando, tomando y peleando con cuchillos, que me recuerda a la fantástica Kill List (2011). Esta banda hace ritos paganos. Desligándose de esa figura Rodrigues hace que Fernando se esconda y tema toparse con ellos (hasta ser orinado encima). Más tarde Fernando sanando sus culpas regresará a la vida a uno de estos muchachos carnavalescos, como a quien cura del pecado, y se irán como pareja, en una canción que hace lucha contra la soledad, que llama a la confraternidad. Rodrigues aplica en ello su sentido del humor y su infaltable toque absurdo e irreverente. El filme es entretenimiento. 

Cavalo Dinheiro

El portugués Pedro Costa indaga en la memoria de Ventura, su legendario personaje y también historia real. Costa suele hacer docuficción, y eso es la presente, presenciamos como revisa sus constantes, y en ella entra a tallar el barrio de Fontainhas, en Lisboa, y los inmigrantes caboverdianos que viven ahí, y en especial Ventura.

Ventura se debate entre el presente y el pasado, dice tener 19 años y se retrotrae a la Revolución de los Claveles, acaecida en 1974, y que dio libertad a todas las colonias portuguesas y derrotó a la dictadura en Portugal. Ventura yace medio loco, y parece estar en un hospital psiquiátrico, quizá a ratos una cárcel. Puede ser también  la representación visual de su mente. Ventura tiene un lado oscuro, peleó con un hombre con cuchillos, y pudo haberlo matado, y esto lo persigue. Igualmente lo hace una mujer, Vitalina, que habla por todas las mujeres caboverdianas, las mujeres que han sufrido hombres como Ventura.

El filme de Pedro Costa tiene escenas memorables, de arranque observamos aparecer a Ventura por pasadizos que lo llevan a su pasado. En una escena conversa con Vitalina y los vemos como enmarcados en la noche con tan solo unas luces de fondo, la cámara estática. En el filme podemos oír al grupo caboverdiano Os Tubaroes, suena “Alto Cutelo” con imágenes de caboverdianos instalados en Portugal, dedicado a Fontainhas. Cavalo Dinheiro (2014) es un canto a los inmigrantes en general, aunque se enfoca en los caboverdianos. Fotografías del danés Jacob Riis inmigrado a USA, sobre inmigrantes pobres en New York, abren la película.

Ventura se topa con sus fantasmas, y hasta visita la antigua fábrica ahora abandonada donde fue un obrero constructor. En este lugar Ventura arrastra un teléfono roto y canta muy sencillamente. Ventura es perseguido por los militares de la Revolución de los Claveles, parece que se le culpa de inacción y haber preferido una vida aparte de la revolución, aunque Ventura pertenece al pueblo y a la vida humilde. Hay una larga escena en un ascensor con un soldado haciendo de estatua humana mientras le cuestiona una voz en off. Cavalo Dinheiro es el nombre de su caballo y se puede interpretar como la simbología de algo que se le escurrió entre las manos, una quimera de prosperidad.