viernes, 3 de junio de 2016

Sabogal

Una película que es muchas cosas, presentada como thriller judicial, que yo digo político, que en una porción grande es como un documental, pero de animación, realizado bajo la técnica de captura de movimiento, en la que es la primera película de éste tipo hecha en Colombia, y el primer largometraje de 3da2 Animation Studios, que dirige el director del estudio, Sergio Mejia, director de fotografía y animador, en co-dirección con Juan José Lozano, documentalista especializado en defensa de derechos humanos, de lo que se aprecia que han fusionado tranquilamente sus cualidades y talentos en la propuesta, viendo que como gran parte documental y centro de aventuras se trata de una denuncia basada en hechos reales,  implicando violencia de estado, durante el conflicto civil armado colombiano, a partir de 1999 hacia 10 años en adelante, señalando al gobierno de Álvaro Uribe, a grupos de autodefensa y al Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), pero perpetrándolo desde un protagonista ficticio, como lo es su personal experiencia (que involucra una femme fatale, explosiones y huidas audaces nocturnas), el abogado defensor de derechos humanos Fernando Sabogal, por quien denominamos al filme de thriller, que es lo que se diría que viene después de una gigantesca parte documental, de lo que por ello puede conseguir disgustos en los puristas de un lado y del otro, los que esperan un documental de denuncia, desde la típica mirada de la ONG y los defensores de derechos humanos, o los que quieren una buena aventura de ficción, en el que es un claro híbrido, que arranca a partir de la muerte real del humorista y periodista Jaime Garzón.  

El filme, que estuvo en el festival de cine de Annecy 2015, mezcla bastante intervención, pero por cortos periodos, de archivo histórico nacional, juicios, televisión periodística y personalidades e involucrados reales con la predominante animación digital, llegando hasta fabular interacción entre sí, logrando adherir plenamente la ficción a los hechos verdaderos, que es lo que más emociona, convertir el producto en una historia de entretenimiento, aunque no sea mucho en sí, más allá de la importancia de su aporte de consciencia y memoria; tal cual le pasa a lo surrealista, que no tienen demasiada fuerza, como sí le pasaba a Vals con Bashir (2008), que dicho por los realizadores, ha sido fuente de inspiración. Desdibuja, a un punto, los límites entre ficción y hechos reales, creando un cierto estándar visual, manipulando características, es decir, las personas reales en varios casos están llevadas a la estética de la animación, que no es muy glamorosa, digamos, exhibiendo mucho color blanco en los personajes (teniendo a lo real más en blanco y negro), y colores enteros dominantes alrededor. Sin embargo hay que declarar que Sabogal luce originalidad estética general (que se llega hasta plantear cierta variedad, habiendo un juego valioso, aunque fallido a ratos). Punto a favor de no contenerse solo en su aspecto documental, venciendo lo plano y más agotador, y atribuyéndose arte, aunque su cualidad de thriller tarde en encenderse, en invocar un sentido de placer, que, felizmente, se llega a dar.