Película peruana que tiene el antecedente de que la primera es
la más taquillera de la historia de nuestro cine, y hay que decir que por lo
que se ve en el ambiente y la tanta publicidad va camino a reventar la taquilla
de nuevo. Donde pude
visionarla estaba repleto de gente en un lugar amplio y no paraban de reír a
cada rato en la sala, hasta con lo más mínimo. Pero ¿con qué se reían? Con una sarta
de chistes mayormente vulgares, sumamente directos, con hartas lisuras, y otros
en doble sentido e igual de ordinarios, que remiten a lo peor que tenemos en la
jerga, en lo llano o coloquial y en el lenguaje de la calle, ya que el barrio
que remite Cachín es uno de los más bajos que uno puede tener, una cara bastante pobre de
nuestra idiosincrasia criolla (y esto supera clases), fuera de retoques y mezclas de humanismo,
amistad, cierta nobleza y cariño que acompaña. Visto bien es el que no
mira atenuantes en el trato soez y excesivamente campechano, y es que a Asu
Mare 2 se le ha pasado la mano en su chabacanería; el barrio es el barrio,
aunque muchos ni saben realmente de lo que se trata porque solo ven el aspecto
más superficial, expropiado, llevadero y simpático, pura nomenclatura, viendo
que el que nos invoca ahora es repudiable,
aunque se pinte de broma y se esconda en la calidez del compañerismo más leal
que vive alegrías en el quehacer común de beber en grupo, jugar al fútbol,
hacerse bromas y compartir todo momento de recreación y de preocupación, porque
lo que significa, es aguantar cualquier cosa, cualquier desfachatez, incordio y
vergüenza dibujado de patota, tontees y confianza. Tampoco es que Cachín esté
loco, y rechace a los amigos por gusto, fuera del efectismo y del estereotipo
más facilista al que recurre como formato la película, el personaje de Cachín sabe
que lo pueden dejar bastante mal parado, que el comportamiento de sus amigos puede
ser muy burdo y sin límites de educación, pero claro, prima aceptarse,
reconocer la amistad y de dónde venimos, aunque sea contener todo lo malo
también de esa cultura de esquina, ese lado simpático que esconde lo lumpen,
aunque suene algo extremo.
Me acuerdo de Relatos Salvajes (2014) que tenía momentos
grotescos, de cierta catadura baja como defecar a vista del espectador en el parabrisas
de un carro, pero al final en general estaban revestidas las viñetas de un
formato que hacían a un buen punto distante y por encima a la realidad, la
temática recurría al extremo, al cuento, casi a la parodia, siendo lo que veíamos
mucho propio de una historia, habiendo trabajo estético y notoriamente ajustado
a la ficción, al juego, dentro de una ligereza que implicaba noción de fantasía,
de cine, mínima más no esquemática, y más desintoxicación por burla que sentido
identificador, pero en cambio a Asu Mare
2 uno lo siente tan cercano, tan de a pie a uno, tan representativo, apelando a
la empatía, a tocar la fibra emocional, al nacionalismo y a los sentimientos, pero
a través de lo más resina, que lo que dejamos de ejemplo, o de diversión, es
como un ataque a todo sentido real de civilización, promoviendo un criollismo
que nos hace un país tan subdesarrollado, tan difícil de sobrellevar. Ya no es
el pretexto de un día de furia para proponer violencia (recreativa) en la revancha,
sino la aclimatación realista, de piel, contundente, a una desagradable e
insoportable cara de nuestra peruanidad, de cómo movernos.
Todo está bajo elementos que van haciendo “llevadero” ese
comportamiento y vulgaridad, ahí bailan marinera, hacen nostalgia de los años
90, de las telenovelas, series y grupos musicales pop, de cierta ridiculez o huachafería
como le decimos nosotros, de valores de compañerismo, de tener personalidad, de
humildad, de romper con límites de clases. Y lo mejor de la propuesta, sacar
siempre un as bajo la manga, alguna novedad, habiendo una historia mucho más
nutrida, bastante la verdad, con respecto a la primera, si bien se toca en base
a lo conocido, al recurso y a lo mecánico, a la fórmula de llegar a la gente
con lo primario, apelando a una sensibilidad de método, es decir sumamente
fácil, una que se nota desde lejos su intención, y que es poco productiva como
narrativa, ya que Asu Mare 2 es sumamente elemental, aunque cuenta muchas
cosas. Hay muchos sketches, momentos, teniendo presente que pretende superar a su
antecesora, y uno espera la sorpresa, o los elementos de nuestra historia musical (más ñoña) como con Torbellino; o de televisión, con los mismos integrantes de Pataclaun
(uno como profesor de inglés en vídeo, otra como una esnob crítica de arte sin reales nociones, y los demás como sus
mismos personajes y de lugares más acomodados que el protagonista), con frases de
la caja boba como la mítica “que empiece la juerga” en un cameo de Julián Legaspi,
habiendo varios (el más notable con el taxista ininteligible y de mal aspecto en
Pietro Sibille), infinidad de nuestros lugares comunes dispuestos a la broma,
aunque hay momentos que son tan obvios, o tan artificiales para generar
compatibilidad que uno por ratos se llena de lo anodino o nulo, como con la
distinción económica de los padres de Emilia, luego bailarines populares olvidados
de sus prejuicios, para cerrar con el lema todos somos iguales, no a las
diferencias sociales, que es parte importante del conjunto, tanto como que
Cachín acepte de donde viene y con quienes comparte allá en su distrito, Mirones,
Cercado de Lima, una zona austera.
Un elemento importante es la participación de Christian
Meier, que se presta para todo, como un malvado que quiere quitarle a Carlos Alcántara
a su futura mujer, y desenmascararlo como un pobretón y acomplejado, cosas que Cachín
lógicamente llega a remontar. Meier se burla
de su propia figura de galán y de la música melosa que hizo. Su alabanza a sus
canciones y que le pongan Carreteras mojadas a cada rato como estribillo
ciertamente da risa, aunque un fuera mierda masivo sea tan penoso (creativamente)
como desquite en el cierre a su colaboración. Meier hace algo exagerado, un cliché, pero lo
interpreta realmente bien, que incluso uno esperaba que apareciera más en la
película. Y con él Rodrigo Sánchez Patiño, que es un gran secundario, como el
amigo fiel y chupamedias que dice la verdad y se queda fuera de lugar en la
actitud que debe enarbolar como sujeto servil; al final es un tipo bueno, con
un líder equivocado. Hacen una buena dupla de antagonistas. Después de Machín,
estos son lo mejor del filme. No obstante Alcántara no hace nada excepcional, pero se le perdona por el formato, y gracias a su naturalidad; solo hace comedia sin más, pero,
bueno, entretenida a un punto. Vuelve Emilia Drago, una chica simpática,
de bonita figura, y su carisma pega; y tiene mucha participación, aunque no sea tan exigente
en su performance, o no genere algo elaborado.
Asu Mare 2 es una mezcla de molestia, con muchas bromas patéticas,
muchas secas pero sin inteligencia, en un guion que uno se pregunta quien lo ha
escrito, porque recoge realmente al barrio, ese que fastidia y uno rechaza por
no tener ninguna contención, al esperar de éste lo peor, aunque se nos pinte
que también lo mejor, en una aceptación que vista bien a nadie con dos dedos de
frente y sobre todo educación le haría gracia y no por clasismo ni supina
marginación, que es como un pretexto del que todo tiene que aguantar. Presenta ratos de “y ahora que viene”, que sacan momentos uno tras otros, que es como un
cajón de sastre. Da todo en cuanto a su
esquema, simple, pero atreviéndose a mucho, y yo diría que se han pasado, pero tampoco
se le puede pedir peras al olmo, y qué se puede hacer si a la gente le gusta esto,
o hay que tragarse mucha mierda para ver sentimientos, y entretenerse, y si es
así pues cada quien recoja lo que busca, yo en lo personal puedo ser condescendiente
por una parte, y ver algunos destellos, personajes, y ocurrencias, pero el conjunto no es el más óptimo, dejando mucho que desear como
comedia, y sobre todo como ejemplo, si es que quieren éste tipo de criollismo
en sus hogares, y en mi valoración personal y bastante humilde, no es para entusiasmarse
con el filme, aunque no le niego que tiene su ratos, y que hay disgusto con cierto
gusto, pero a fin de cuentas reprueba a mi ver, aunque estoy convencido que
cada pueblo tiene lo que espera, y en ello Asu Mare 2 ha dejado la camiseta en la
cancha, el director Ricardo Maldonado, Tondero producciones, teniendo a muchos artistas nacionales involucrados, a los
más sonaditos, carismáticos y llamativos, en lo que ya no es la historia de Cachín, ni la de su
esposa, sino la de una idiosincrasia nacional, que en lo personal más que de
diferencias, deberíamos hablar de evolución, si bien hay un cine al cual se le
pide muy poco como sustancia, más allá de apariencias banales, o de mandar al
diablo la corrección para hacer algún producto masivo, pero menor como arte, si
es que se le invoca de alguna manera, que no sea simplemente entretener a boca
de jarro.