sábado, 6 de enero de 2024

The Plot Against Harry

The plot against Harry (1970) del americano Michael Roemer, es una película indie y cuando la quiso estrenar nadie quiso distribuirla, la hallaban en parte defectuosa o, como comedia, poco interesante. Tuvieron que pasar 20 años para que la celebraran en los festivales en un acto de relanzamiento (descubrimiento). Roemer es judío y ésta película es de las más judías que existen, es una oda y un poco sátira de su propia idiosincrasia judía. Es una comedia mayormente muy sutil y a otros (menos) más abierta. Tiene de protagonista a Harry Plotnick (Martin Priest, en la gran película de su humilde carrera), un pequeño mafioso, o criminal de poca monta. Gana mucho dinero en su barrio con apuestas ilegales, controlando un cierto perímetro, pero la proliferación de afroamericanos y latinos le están quitando el territorio y el control de la zona. Esto no se imprime con violencia, simplemente hablan, se sugiere, es apropiarse, meterse a las calles, Roemer lo maneja muy bien. Aunque Harry tiene de judío clásico, un hombre de negocios inteligente y ambicioso, y llevaba éxito, tiene su dinero, como bien anuncia el título empieza a surgirle problema tras problema y en esto yace perder su negocio. Es cuestión de demografía, de quienes pueblan esos barrios donde antes ejercía Harry, es cuestión de identificación y colectividad, mayoría manda se diría, como a su vez tener más soldados. Harry trata de enmendarse, pasar por un hombre honesto y quiere entrar en el negocio de los restaurantes con su ex cuñado, pero la comunidad judía que pinta de idealista no va a permitir que ningún criminal por pequeño que fuera entre en sus filas. Es una cuestión de ética y moralidad, como de marcada espiritualidad judía. Harry tiene la apariencia de un hombre tranquilo y amable, algo tonto a ratos y se deja llevar un poco por los demás, quiere encajar, pero la trama del mundo no se lo permite y cae en problema tras problema. Tiene 2 hijas ya adultas aunque jóvenes que no conoce mucho y son típicas americanas, extrovertidas y algo inclasificables en su espontaneidad. Su ex esposa, si bien disimula algo, es de guardar las formas, toda una señora, no parece soportarlo mucho (seguramente porque Harry representa lo contrario a su total corrección y así son muchas mujeres). Harry tiene de inocente y quiere también ganarse a su ex mujer, volver con ella, pero Harry también posee sus abrigos de piel para regalárselos a las prostitutas, es también un gángster aunque discreto, tiene de joyita. Es un juego curioso entre la moral y un ambiente de efervescencia dentro de la pícara y algo extravagante New York, donde hay un cierto aire de trasgresión cool y una cierta campechanía algo lumpen o de barrio. Roemer maneja de maravillas el mundo de los barrios humildes newyorkinos, maneja bien el lenguaje de la calle y le otorga identidad indie al filme con ello, no es pues una película impoluta Hollywoodeense, pero está formalmente bien hecha, tiene nivel. Una de las hijas de Harry es modelo de ropa interior y se ha ganado el corazón del joven hijo de un millonario y en un momento estos terminan celebrando una fiesta temática en el subterráneo, puesto que nunca se habían subido a éste como clase privilegiada. Harry celebra éstas ocurrencias y cada una que le salta encima, aun cuando le persigue la mala suerte, hasta creer que va a morir y a esa vera piensa en dejar una mejor imagen suya. Las fiestas judías también están muy presentes, el ser un judío en toda regla, lo cual lo persigue como un especie de karma a un Harry que no sigue el patrón. Es una película que bromea con ser un judío correcto desde el opuesto, aun cuando Harry no parece en realidad una mala persona e incluso le fallan horriblemente gente a sus ordenes y no exuda violencia con estos. Harry conoce a la mafia italiana, trata con ellos, pero él les habla muy llanamente, muy simple, sin temor. Harry ha estado en la cárcel, pero es un tipo cool con ese universo, lo ve con normalidad, distinto a mucha gente judía. Los juicios lo ridiculizan, como si fuera un mequetrefe, insultan su orgullo y así todo es recurrente, esto es parte de satirizarlo como pequeño gángster, que ni él se ve así aunque trabaja ilegalmente y la elipsis apunta a que sus clientes son gente ambigua, cosa que finalmente lo mortificara para ser aceptado, aunque hay como un querer ser cool siempre y ese conocer bien de la calle se lo otorga. Existe un péndulo entre quedar como un idiota a ratos y el opuesto por hallarse competente en el mundo criminal. La comedia es sutil en buena medida, quizá por eso no lleve nunca popularidad, pero tiene atractivo, ingenio, sin ser tampoco revolucionaria, pero tiene su originalidad, sin duda capta la esencia del judío ambicioso, pero que como pesada carga individual es algo loser.