domingo, 20 de agosto de 2023

76 Festival de Locarno: Nuit Obscure - Au revoir ici, N'importe où

La traducción del título francés sería, Noche oscura, adiós aquí, no importa donde sea. La dirige el galo Sylvain George dedicado al cine documental y comprometido política y socialmente digamos que con el mundo. Pero éste filme más que político es humanitario, aun con esa última poesía del cierre del filme, muy sugerente, donde habla de que puede no ser fácil tratar con ellos, ya que la vida los ha hecho o pide que sean duros, ya que siempre han estado solos, tomándole la palabra a la simbólica declaración literaria. Pero lo que vemos son niños, adolescentes, jóvenes viviendo en las calles muy pobremente, en el enclave de Melilla, territorio español ubicado al norte de África, rodeado por Marruecos, de donde son todos estos chiquillos, sobreviviendo en las calles, muchachos árabes. Lo curioso es que casi no se menciona la religión, hay apenas un comentario de uno de ellos al respecto, cuando muchos asocian a los árabes con el fanatismo religioso, aunque se dice que en realidad el Corán no habla de seguir a la violencia, sino al amor entre seres humanos. El documental de Sylvain George muestra todo lo que suele representar la ficción sobre juventud abandonada, pero aquí tratamos con una cámara "invisible" que literalmente busca coger la realidad. Puede que algunos momentos sean parte de la noción de que algo los está observando y cree cierto estado de recreación, pero son pocos, se percibe más coger la realidad tal cual, se siente mucha naturalidad, mucho realismo, además que el filme no usa música de acompañamiento que suele ser vital para generar momentos o estados cinematográficos. El filme se percibe descarnado,  y aunque vemos mucha pobreza no asoma violencia ni corrupción moral. Estamos ante niños y jóvenes abandonados, comiendo de la basura, durmiendo envueltos en cartones, jugando con objetos que han recogido como patines o patinetas, drogándose, jugando a boxear o luchar, sueltos por infinidad de lugares en Melilla, metiéndose incluso a los lugares resguardados fronterizos, conviviendo con guardias y policías vigilantes de ellos. Estos muchachos sueñan con una vida mejor en Europa, quieren oportunidades que no ven en Marruecos. Uno señala que sabe que hay racismo contra ellos, que seguramente los van a golpear los guardias, que irán a reformatorios primero, pero luego se abrirá una vida mejor para ellos en Europa; ellos se oyen como jóvenes pobres más que como árabes. El filme muestra también caminatas introspectivas por la playa; jugando de noche solitarios en los parques de skaters. Risas, pequeños enojos, no vemos llanto; presenciamos jóvenes/niños muy fuertes, aun en sus situaciones, pero menores al fin y al cabo (que hay que resaltar), sencillos en todo, como es ésta propuesta, donde yacen montón de formas del abandono en la pobreza infantil y juvenil. Son 3 horas muy detalladas, expuestas en blanco y negro, con un Sylvan George que no se reviste de ningún alarde o lujo, pero que pone la cámara donde las papas queman, sin buscar el llanto fácil, pero mostrando la pobreza en todo apogeo. Es una propuesta exigente por el mismo quehacer sin demasiados adornos, aunque hecho por alguien profesional que tiene mucha experiencia en el documental, uno que tiene su impronta dentro del documental arty austero, pero bien filmado, con claridad y sencillez apabullante en cuanto a coger momentos de privilegio. Se permite algunos ratos de poesía autoral, pero más busca el realismo simple y el cine social frontal, sin mostrar, en el abandono, sordidez moral, aunque miramos que asoman drogas. Muestra temple en ellos, como el gesto auto-motivacional, de cierto reto, del muchacho frente al Arco del Triunfo de Paris.