El tiempo está dosificado en partes equitativas y la media
docena de tramas tienen independencia aunque desprendiéndose de una de ellas, empero
todas llevan la característica principal que se mueven alrededor de ser vistas
como si fueran grabadas por los mismos personajes, los actores son contemporáneos
a los directores de los que además algunos actúan. El filme lleva un ímpetu rebelde,
moderno, desenfadado; las escenas son chocantes pegadas al gore pero no gratuito
sino en el momento culminante, juegan a sorprendernos y versan sobre puntos primarios
como fantasmas, lugares malditos, vampiros o serial killers, pero ostentando fusión
y creatividad, no son predecibles, siendo cuentos entretenidos, en el género -valga
la redundancia- de la eterna juventud, del goce más sensorial, el miedo al
servicio de las pasiones.
La calidad quiere ser precaria por decisión propia, sacándole
la vuelta a la misma realidad, se pliega a la sensación de espontaneidad que
domina el conjunto. La cámara se mueve mucho y hay que acostumbrarse, se apaga por
ratos, hay cortes visibles, va a negro, hay fallas visuales, copia la noción de
unos aficionados, pero entendiendo que proviene de una visión de perfecto
control y exhibición justificada, es
solo una técnica ya que denota en el fondo profesión, sonando audaz ya que se
desligan de errores al estar bajo el concepto de novatos; más cuando luce como
un filme que parece de bajo presupuesto, los efectos especiales no son
abundantes ni impresionantes pero se bastan muy bien en la imaginación puesta
en práctica, las locaciones son sencillas, hotelitos, un lugar turístico a
campo abierto, un bosque, los actores no son populares, son desconocidos y
algunos gestos están demás o pueden ser no tan logrados pero no desentonan
como para desmerecer el producto, eso sí presenta su cuota de desnudos
femeninos.
En corto tiempo se hace compacto cada relato, no falta
contexto aunque son finalmente simples, llegan a concebir personalidad llevando
vasos comunicantes generales a pesar de la libertad que han tenido en sus
respetivos espacios ya que difieren de si en cuanto a determinado aspecto de
horror si bien lo físico es de lo que van (muertes explicitas de quienes
descubren el mal), son un terror visceral, visual, y no presenta necesidad de
ideas sofisticadas, sino van directas a la yugular, no se guardan de
mostrar. Tiene de road movie, hay una infaltable noche de brujas, los
acontecimientos se dan bajo los rasgos de la edad y de la aventura, buscar
chicas, divertirse, viajar, veranear, acampar, es esencialmente próxima,
relajada, y de ahí cada fatalidad se hace como el castigo de cualquiera, al estar con la persona o en el lugar equivocado, aunque se difiere incluso
planificando el destino de otros, azar y karma se entremezclan. Cinco historias
siguen el desenlace fantástico, pero se circunscriben mayormente a lo ordinario en
apariencia, lo cotidiano se vuelve fatídico, habiendo solo una completamente
realista.
Un filme chico, que no ganará el cariño de la crítica ni es de
los que se premian con regularidad en festivales o en galas mundiales, lo mismo
que pasa en general con la comedia o la acción, pero que son tres grupos cinematográficos
a los cuales todos siempre volvemos, a esa
etapa más salvaje o más intima, y que es parte de ese espectador común que llevamos todos
en el interior, el que busca emociones fuertes,
sobresaltos básicos, sentimientos universales, en una propuesta que no tiene más ínfulas
que entretener, haciéndonos sentir que es verdaderamente infaltable de vez en cuando.