jueves, 30 de junio de 2011
Biutiful
viernes, 24 de junio de 2011
En un mundo mejor
Christian se lleva mal con su padre al que culpa de desear que su madre muera ante tanta enfermedad y descomposición, además de que le prometió que ella se salvaría y como mente infantil le achaca la falta a la promesa. Por ello se muestra rebelde con un sentido de la justicia del ojo por ojo y la acción directa, su carácter influenciará en su amigo y le traerá dificultades. Elías vive el triste trance de la separación de sus padres, ambos son doctores, su progenitor de origen sueco es médico voluntario en África en un campo de refugiados donde vive su propio dilema frente al abuso de guerrilleros que cortan las vaginas de las mujeres embarazadas pertenecientes a otras etnias a las que maltratan ferozmente por considerarlas débiles, asunto en que gira la trama, la fuerza inclemente que se impone frente al indefenso e inseguro que generalmente se le asocia con los valores y la bondad, con la desprotección y la fragilidad.
lunes, 20 de junio de 2011
Canino (Kynodontas)
Pero todo ese exilio descabellado crea no solo una identidad insólita, fenómenos, conductas estrafalarias, sino que despierta por contradicción a lo que anhela el padre un deseo de escapar, un deseo de liberación, ya que la figura paterna es invasiva, tirana y limitadora, lo que genera que nazca el imperio de la individualidad, siguiendo, claro, las reglas que parecen lógicas no siéndolo, pero finalmente huyendo de todo lo extraño y opresivo. El claustro termina sofocando, cansando, el espíritu pide mucho más.
martes, 14 de junio de 2011
El hombre que mató a Liberty Valance
En el pueblo está naciendo el germen de la civilización, el periodista alcohólico pero de admirable voluntad de ejercer el llamado cuarto poder a favor de los demás, Dutton Peabody (Edmond O´Brien), aspira vencer a Valance que quiere seguir manteniendo al pueblo subyugado y atrasado, para eso se atreve a publicar en su diario contra los intereses del maleante, también arriesgando su propia salud. Doniphon es un héroe sin deseo de serlo y por otro Ransom solo quiere promulgar el desarrollo de normas que generen la evolución del pueblo, uno tiene la fuerza y el segundo la inteligencia, pero Valance juega con sus reglas y tiene todo a su gusto, lo que implica la necesaria participación de Doniphon en dar fin a los problemas. No obstante Ransom querrá valerse por sí mismo aunque al final dependa de su amigo.
Tenemos una trama muy bien desplegada, con una conformación entretenida como a su vez muy valorable artísticamente. También hay que hacer hincapié en las actuaciones, de élite, por las que cualquiera no podría más que gozar, sobre todo cuando el universo completo del filme es fácil de entender y sin pretensiones más que hacer un buen trabajo práctico y a esa vera deja una resonancia cinematográfica. De la mano del director John Ford, maestro del western, éste filme cumple con creces todas sus ambiciones y deja un producto inmortal, el mejor del género.
Wayne se administra perfecto en su elemento, en un género que le viene como anillo al dedo con una naturalidad que raya en la convicción y la seguridad, es decir el western más diáfano posible, con una actitud varonil, valiente, confiada, rural, sencilla y altanera. También Stewart logra la performance encomiable con un abogado débil técnicamente con las armas pero dispuesto a morir por sus convicciones, como en el enfrentamiento final con Valance, el tercer soporte principal dentro de las interpretaciones. Valance respira maldad e infringe abuso por sus poros en una teatralidad y sinvergüencería innata. Lee Marvin yace bendecido por los dioses, logra ganarse el cariño del espectador; cómo no alabar su manufactura histriónica, tan convincente, sin caer en el lugar común de la imposición de la caracterización del rival detestable a fuerza de forcejeo y arbitrariedad. El resto del casting logra cumplir solventemente y cada uno supera la meta logrando armar un pueblo lleno de personalidad. La presente realización es digna de aplausos, la que hay que catalogar de obra maestra, sin las reticencias de quien no está dispuesto a reconocer cuando está frente a lo grande.
jueves, 9 de junio de 2011
Incendies
lunes, 6 de junio de 2011
Rebelión Samurái
El argumento del filme en su primera parte, que es la más extensa, se vuelve detallista y pormenorizado, demasiado explícito, pero logra a pesar de su modo de explotación de múltiples conversaciones subyugarnos con su relato. El concepto se envuelve en un aire disciplinado y armonioso de lenta difusión con un toque muy japonés con respecto a las convenciones y formalidades propias de esa cultura. Es una realización muy clásica en su formato. El desarrollo no toma prisa sino más bien se dedica a exponer con morosidad y mucha calma relaciones interpersonales y diplomáticas, reuniones y diversos diálogos tanto familiares como bajo la posición del poder más alto en la zona que busca acarrear transformaciones, asumir decisiones y mantener el respeto por el orden establecido que se presenta autoritario y hasta abusivo. Se muestra la vida cotidiana e idas y venidas por ambas partes divergentes.
Pero, ¿cuál es la raíz del problema?, Ichi y Yogoro se enamoran perdidamente y tienen una hija; el padre de Yogoro, Isaburo, el famoso actor japonés Toshiro Mifune, orgulloso de su hijo le entrega el control de su familia, que ostenta sirvientes y áreas agrícolas, para eso Isaburo ve en el amor de su hijo su propia reivindicación, porque él no ama a su mujer, Suga, de irascible, acomodadizo e insensible carácter sino que se casó con ella por obligación propia de la forma de vida de la era, para obtener beneficios y alcurnia, lo cual lamenta encarecidamente como síntoma de derrota moral. Pero nada es para siempre y la quietud se quiebra, surge un dilema, se ha muerto el lord y su hijo ha heredado el rol vacante; lo primero que desea es tener a su madre a su diestra por lo que ve incongruente que la progenitora de un señor todopoderoso esté casada con un vasallo de su corte y quiere que lo abandone para que vaya con él.
Nuevamente los fríos asesores del daimyo intervienen y mediante subterfugios y tretas se llevan a Ichi, luego de una infructuosa negociación. Es el comienzo del clímax de la película. Se da rienda suelta a la acción esperada, Isaburo es un experto con la katana, ha practicado el arte de la guerra durante toda su existencia y junto con Tatewaki Asano son los más peligrosos samuráis de Japón, con éste suele filosofar mucho y compartir una cierta amistad que solamente se abstiene frente al deber. Dentro de la responsabilidad de Asano está ser el guardián que permite el pase hacia los dominios del lord por lo que es fácil deducir que sufrirán un choque.
La rebelión se da porque Isaburo y Togoro quieren de vuelta a Ichi y ella también quiere regresar con ellos, pero el lord no lo quiere de ese modo, por lo que el enfrentamiento tras la desobediencia e insurgencia es inminente. La película se arroga una bella y romántica historia de verdadera pasión, a prueba de cualquier intromisión o dificultad, y por otro lado está el honor y la defensa de los principios ante la injusticia, la arbitrariedad y la tiranía, y a su vez la valentía de combatir al enemigo cruel e implacable. Isaburo quiere que se conozca lo que los aqueja, no solo en el presente, hasta para futuras generaciones y, de darse la oportunidad, espera llegar hasta las peores consecuencias. Finalmente se ven combates fantásticos y artísticos, incluyendo la gran lucha entre los mejores samuráis.
El guion juega sus reglas personales con una conclusión
atípica que sorprende, la batalla final está llena de gloria y cierra una
revolución épica, de un único hombre, que siente al poner su vida a favor de
una causa noble, sea muriendo o venciendo, que ya ha encontrado la felicidad
que de joven esquivó por equivocación.