miércoles, 8 de noviembre de 2023

Anatomía de una caída (Anatomie d'une chute)

Ésta es la palma de oro 2023, premio de los más destacados en el ambiente de los festivales internacionales. Dirige la francesa Justine Triet y es una película madura, interesante, inteligente, de las que están dirigidas a un público serio si se quiere ver así. Es sobre un caso de posible homicidio, que debe decidirse mediante juicio, si fue un suicidio o un asesinato, mientras el panorama o background es de una crisis matrimonial, un tema fácil de identificar (o muy común en la vida real) pero no de los más populares de ver y he ahí cierta madurez en la elección -como de las formas escogidas- del tema, si bien contemporáneamente no es novedad hacer una película de éste tipo en Francia, ubicada en un juicio o alrededor de éste, y el filme aunque dura 2 horas y media no es tampoco lento, sino trata de ser atractivo para un público general, pero inteligente. Es una propuesta que quiere ser seria, no busca proclamar mucha empatía fácil, tanto que el veredicto de culpable o inocente quedará en realidad abierto para cada espectador. No obstante el final feliz, pensando en el niño, tanto como dándole la decisión y haciéndolo participe determinante. Pero el veredicto puede ir a un lado como a otro, tanto que la talentosa Sandra Huller con la personalidad que construye físicamente en Sandra Voyter -más lo que le da Triet-, la posible asesina, maneja diversas sugerencias y notable ambigüedad. Así cada quien juzgará si la alemana casada con francés Sandra Voyter mató o no a su macizo marido, golpeándolo en la cabeza con algún objeto y empujándolo drogado de un piso alto de su casa. Ésta se ubicará en la ciudad de Grenoble, en Los Alpes franceses de Auvergne-Rhone, en el sureste de Francia, donde cunde la nieve y el frío extremo, clima que resulta bastante sugerente con lo que estamos viendo y descubriendo. La vida conyugal de Sandra y Samuel (Samuel Theis) se verá expurgada, analizada milimétricamente, para descubrir si había motivo de un posible homicidio o sino de un suicido. Es así que la vida matrimonial va abriéndose al público, sacándose a la luz resentimientos y frustraciones de ambos. El juicio se hace de cara a su hijo pequeño Daniel, pero ya en edad de reconocer lo que está sucediendo -que incluso participa del juicio y lleva un tutor temporal para no verse manipulado- y de cierta manera lo pone a escoger entre su madre o su padre en una situación especialmente particular y difícil. El filme es un tira y afloja entre el abogado que defiende a Sandra, Vincent (Swann Arlaud), que maneja relajo y amistad con su defendida; y el que quiere culparla y a eso se aboca específicamente, simplemente ser un fiscal, pero de los capaces, muy incisivo y agudo (Antoine Reinartz). Se va observando que Sandra es una mujer criticable, refiriéndola como un poco egoísta, pero también habla de la competitividad en la época del feminismo, pero aquí la directora Justine Triet y coguionista con Arthur Harari no hacen intocable o impoluta a Sandra, aunque, claro está, ella es la protagonista y verla en la piel de la talentosa Sandra Huller le gana cierta empatía/simpatía, si bien Huller luce una persona sensible e inteligente, pero no de risa fácil o excesivamente afable, o de las que se las sabe todas, y su imperfección la humaniza y la hace real al mismo tiempo. En el panorama del filme se invierten los papeles habituales y es el hombre quien no puede despegar profesionalmente y quien incluso cuida del niño, pero también hay una impronta de culpa hacia él que saca ventaja de la situación, pero a su vez es un resentimiento entendible/humano ya que ha perjudica a su hijo. La presente propuesta abre con una fuerte interrupción con la música del rapero americano 50 Cent, oyendo por buen tiempo "P.I.M.P.", una sugerente canción en el ambiente de la trama y que se puede leer como clímax. Genera plenamente la idea de que existe una crisis matrimonial y una lucha de poder, donde Sandra viene dominando, forzando, la situación, incluso con su bisexualidad. Es una película interesante para no celebrar ciegamente el feminismo, sobre todo cuando hay gente frágil o débil envuelta y es que no todos los hombres son machistas. Así mismo se puede haber querido transportar un típico machista a la esencia de Sandra y leerse como una critica general donde estamos volteando la tortilla para enseñarle al otro. La canción que repite Vincent se siente más como una rabieta, un acto de rebeldía. Sandra en cambio va hasta los golpes, habiendo abuso físico de su parte. De cierta manera Sandra que tiene un carácter fuerte y hasta violento se ve frustrada por las convenciones sociales clásicas. Puede sentir que están como poniendo en duda ser ella, quien representa en buena parte sutilmente a la mujer liberal, independiente y exitosa que no está del todo cómoda con la vida familiar, aun amando a su hijo. Igualmente parece que nadie quiere ser padre o no asumir sacrificios, y esa puede ser una lectura general de hoy en día, como también para analizar el feminismo o hacer un balance. Una lectura más fácil, de tipo feminista, sería, que el marido es un tipo mediocre y eso lo tiene frustrado. Pero en un momento se señala un descarado hurto.