sábado, 4 de noviembre de 2023

Cuando acecha la maldad (When Evil Lurks)

Ésta es la ganadora del máximo premio de Sitges 2023, festival top de cine de género, de terror y cine fantástico, originario de España y que existe desde 1968. La película argentina When evil lurks (2023) es la primera película latinoamericana en ganar éste máximo premio. Esto habla del eclecticismo del cine argentino, que recibe incentivos/subvención del estado para proyectos nacionales, pero también en ello apuestan por cine de entretenimiento, como el presente de terror. El cine es interesante porque puede ser analítico de toda sociedad y de todas las aristas del mundo y la humanidad -es una fuente de intelectualidad- e igualmente un lugar de relajación mental, de goce puro y duro -de entretenimiento-, como así mismo en el trayecto suma identidad, identificación, humanismo, critica social o mirar en lo oscuro. Ambos lugares son importantes, cultural y artísticamente, para todo pueblo. Éste filme no tiene prácticamente de político, no abiertamente, no como prioridad, no directamente, cuando muchos suelen creer que todo el cine es político -también como para proclamar o hacer permisible nuestra búsqueda a esa vera, pero no todos anhelan plasmar una búsqueda política-, sino el peso del filme es mostrar cierto folclore de la maldad, una fuerza sobrenatural muy poderosa acechando nuestra cotidianidad, buscando destruir al hombre per se, y esto puede leerse como esa tendencia real a que el mundo sea tan deprimente o tan doloroso muchas veces, tan difícil para todos, puesto que de alguna manera todos los seres humanos tienen muchos momentos donde se sienten golpeados por la existencia, deprimidos o sufrientes, mezclado, lógicamente, con distintos momentos de felicidad o además pequeños placeres sanos, esos que edifican de cierta manera el alma, como lo es el propio cine. El mundo es un lugar de mucha frustración. Más que enseñarle o hablarle a un hombre o a un niño sobre el éxito, se trata de hablarle/enseñarle sobre la resiliencia y la tenacidad para conseguirlo, enseñarle a entender que se pierde pero luego vamos a ganar o a no dejar de luchar, puesto que el éxito viene tras mucho esfuerzo y derrota, intentar -y amar lo que hacemos, porque en realidad es el camino y no la meta lo más importante- hasta conseguir los anhelos personales. Éste es un filme de terror puro y duro en buena parte, pero tiene algunas grandes verdades detrás, es ver la perversidad en toda alevosía, pero con una historia llena de novedades macabras y escenas gore potentes, repletas de esa propia perversidad que se quiere señalar en el concepto tras un hombre con un demonio en el interior, de imagen transformada a lo putrefacto dentro de la obesidad severa, inflado de pus, como si llevara una enfermedad morbosa y algo al mismo tiempo por nacer. El director y guionista argentino Demián Rugna propone mucha curiosidad en el folclore del campo argentino. Ofrece un sinnúmero de fusiones de ideas clásicas en el género y detalles, desde sembrar literalmente el mal en una comunidad (a la Bestia), así como reglas curiosas como no usar la luz eléctrica para no atraerlo, el mal acabando primero con la naturaleza -bichos, roedores, plantas, ovejas, animales domésticos-, los niños (aun inconscientes) exhibiéndose próximos a la maldad o no intentar matar a los demonios directamente porque riegan como esporas su esencia, puesto que otra idea que fusiona es también la idea como de un virus, algo que se propaga y contamina todo alrededor y puede leerse también que habla de la corrupción en general, pecar y atraer a todos al barro, donde ni siquiera un niño con retardo se salva de ser demoniaco. Ésta es una película con escenas muy buenas de terror, muy potentes, no que se regodee en el sadismo, pero son impactantes, al mismo tiempo llenas de arte, como cuando un niño se come a su abuela y va sugiriéndolo con detalles sencillos y fáciles de entender, que hablan de creatividad (como conseguir la idea con efectos especiales inteligentes, no sólo costosos), porque lo simple puede ser creativo, la originalidad puede ser sencilla y/o clara. Es un filme que propone la maldad en toda libertad, como invoca el título, se asoma y si no la controlamos se apodera de todo y es una lectura general sobre la vida misma, como también de quien se termina autodestruyendo. Es como permitir el pecado, la tentación, y luego llega esa bola de nieve que destruye todo al hacerse indetenible y gigante. El filme presenta varios métodos de salvación pero por no pensar y no ser ordenado y metódico, teniendo a un protagonista (interpretado por Ezequiel Rodríguez) muy temperamental y hasta histérico en varios ratos, no controla su propia violencia, todo va al traste, aun cuando hay varios intentos pero que vuelven a redundar en no aprender de los errores o nuestras deficiencias, y es una sugerente lección de vida. Muchos pierden la paciencia o la estabilidad o hasta la compasión, entran en el espiral del desenfreno, también porque el demonio no solo hinca en los miedos de las personas sino en nuestra furia o enojo, donde más nos duele o más nos fastidia o hasta lo que parece imperdonable. De cierta manera recuerda a esa otra muy buena película argentina Relatos Salvajes (2014) donde se hacia un estudio del argentino promedio y cómo este ciudadano de a pie asumía los problemas o conflictos y en sí da para nuestra humanidad en general.