lunes, 16 de agosto de 2021

74 Festival de Locarno: Luzifer


Éste es un filme de terror de explosión final, que va calentándose lentamente, que va preparando el desenlace. Compitió por el leopardo de oro 2021. Dirige el austriaco Peter Brunner. El actor alemán Franz Rogowski es Johannes, un muchacho con retardo que su madre, Maria (Susanne Jensen), lo tiene obsesionado con el demonio. Rogowski y Jensen están magníficos. Johannes y su madre por lo general andan solos, en medio de las montañas. Maria es una ex alcohólica que en su fijación suele confundir a Dios con su expareja difunta; no se sabe por ratos bien de quien habla, si de Dios o de su gran amor, padre de Johannes; la línea es bien delgada en ello. Maria tiene apetencias sexuales, pero trata de controlarse, de todas formas roza un poco a Johannes en el lado sexual, pero engañándolo. Johannes cría águilas, hacia ellas hay una cierta lucha de control, éstas aves medio salvajes lo hieren, pero él no se intimida. Johannes se martiriza un poco con objetos punzantes, como parte de su obsesión frente a hallar al demonio (ésta pregunta es recurrente, expuesta como un susurro macabro). Al demonio lo vemos representado en una típica serpiente (imaginaria) y sobre todo por una repetitiva cueva que llama al abismo, donde parecen oírse voces oscuras. El demonio siempre acecha en el ideario, la madre vive pensando y hablando de él. La vieja progenitora sufre internamente, Johannes paga los platos rotos, es como que yace acumulando veneno, en su mente con problemas. Johannes tiene también deseos sexuales, y los libera finalmente; por supuesto es limitado expresándolo, pero no es que sea mala persona, es la naturaleza y la falta de cierto aprendizaje psicológico. Maria lo tiene en estado algo salvaje, aunque suele manejarlo; Johannes ama a su madre, aunque ve el mundo distinto desde su retardo; en su condición es difícil juzgarlo cuando hace algo malo o perverso, encima la madre como que lo está maltratando sin querer. Hay en la trama el uso de drones, son vistos como enemigos, especie de monstruos, por Johannes. Puede parecer que su uso son un recurso económico, barato, pero su presencia tiene lógica, aluden a vecinos abusivos. Éste filme es producido por el austriaco y director de cine Ulrich Seidl y uno podría esperar de su influencia cinematográfica lo peor en brutalidad, en violencia visual, pero no es el caso, aunque realismo si hay. Ésta historia -basada en hechos reales, mezclados con ficción- exhibe una secuencia final ciertamente fuerte y extensa, impresiona un poco, pero me parece que es soportable. De todas maneras si eres sensible a imágenes descarnadas mejor no ver la conclusión del filme, que también produce pena. El terror en el filme es más propio de su fuerte anclaje con la realidad, se puede leer tranquilamente como un drama y tragedia. Es una película que siembra bastante, que prepara bastante el terreno, en ello es potente, al tiempo que se da perturbadora por ratos, como cuando le rezan a una escultura con imágenes distorsionadas.