domingo, 29 de agosto de 2021

25 Festival de Lima: A cop movie


Ésta propuesta es un hibrido entre documental e historia de ficción. Dirige el mexicano Alonso Ruizpalacios. En un inicio es un filme realmente sólido sobre el día a día de 2 policías, una mujer y un hombre. Estos 2 policías van contando cosas personales y los observamos en acción. Ella manifiesta haber enfrentado a un padre machista y no muy tirado a dar afecto. Ella logró ganárselo, nos cuenta, trasmitiendo mucha empatía y naturalidad, proponiendo igualdad de géneros, de oportunidades. Luego el filme tras las presentaciones de ambos nos pone una nueva faceta enfrente, estos 2 policías son pareja. Ésta película no luce extraordinaria pero va bien como documental, aun recordando la serie americana Cops, aunque más intima, más personal. Pero de repente se revela frontalmente que estos 2 policías en realidad son actores, interpretados por Raúl Briones y Mónica del Carmen. El filme intenta ser original y revela secretos de como estos actores han creado a sus personajes. Ellos hablan directamente. Toda esta parte a la larga funcionará como conjunto, pero inicialmente lo golpeará un poco negativamente, aun cuando la primera parte tenía de convencional. Ésta nueva parte o giro no será todo lo interesante que podemos creer porque se le percibirá un poco banal. Lo que sí queda claro es que como documental se estaba haciendo un gran trabajo de recreación y actuación, aunque desde luego tanta magia recopilando la verdad crea también cierta sospechosa. El filme regresará a la ficción o mejor dicho a la recreación de los actores de la realidad, es decir, estos 2 policías se basan en 2 oficiales reales que podremos ver en pantalla dando opiniones y contando un poco de ellos, de su situación y experiencia. En el filme veremos honestidad, aunque no es que te pongas de su lado, sino que dejan cosas que pensar. Es bastante curioso notar cuanto se parece la policía mexicana a la policía peruana. Los policías reales intrépidamente justificaran la corrupción de su profesión, y cómo no es la policía los únicos culpables de que exista. Lo que señalan en parte es cierto, tiene de verdad, pero tampoco significa que deba hacerse, que tengan carta abierta y que todo siga así. Otra cosa notable del recojo de la verdad, que veremos desde la ficción, es que al policía mexicano se le falta el respeto con suma facilidad. Se le compara con el policía americano y es abismal la diferencia, al americano lo respetan, si no hay consecuencias. Ese es otro punto, el oficial mexicano genera también desconfianza, que se traduce en temor, creen que puede convertirse en un criminal peligroso. También es de apuntar que para ser policía en México se expresa que solo se requiere de 6 meses de entrenamiento, y medio que el resto es sentirse en el cargo, en la figura. Por todo lo expresado es una obra con varios atributos, varias virtudes, como conjunto es un buen filme. En poder observar a un actor transformarse en un personaje de ficción es además atractivo, cómo brilla la magia del séptimo arte. Como documento sobre auscultar al policía latinoamericano presenta su peso, revela asuntos que deberían tener más atención de la que se ha normalizado y debería de cambiar.