martes, 9 de enero de 2018

The Florida Project

Una madre joven llena de tatuajes y una actitud inmadura vive con su hija pequeña en un motel cerca de Disneyland. Halley (Bria Vinaite) es ésta madre y Moonee (Brooklynn Prince) es la hija. El director Sean Baker vuelve a retratar la parte fea y pobre de Estados Unidos, tomando de partida estados como California y Florida que tienen mucha belleza y son lugares de asiduo turismo, pero Baker muestra la cara más humilde o poco visitada en la actualidad de estos estados americanos, la que pasa necesidad y sobrevive como puede. Es curiosamente una mirada social de gente marginal, basada de forma importante en su economía.

El filme de Baker muestra gente que es a pesar de, gente con personalidad y actitud, muchas veces con cierta soberbia, su toque de vulgaridad y algo de criminalidad. Moonee es una niña alegre y traviesa de 6 años de edad, que juega y hace mataperradas con sus amigos del motel. No siempre son niños angelicales y tiernos, tienen su lado insoportable. En ello hay balance. Baker no apuesta por entero a ninguna cara, ni a lo sórdido ni a lo enternecedor, pero apunta más, desde luego, a la empatía infantil, al perdón que otorga la edad y la precariedad.

El administrador del motel lo interpreta el talentoso Willem Dafoe, es el que tiene el poder. No obstante, es justo y tiene sensibilidad. Se debe también al dinero, pero es colaborador y entiende a Halley. Baker suele ser muy cool en el sentido de trabajar con la onda tipo hip hop, es decir, juega con el delito, la insolencia, el libertinaje.

The Florida Project (2017) se alarga en la intrascendencia infantil, en las correrías de los niños. La joven madre interviene y le da un toque realista de vulgaridad mezclada con personalidad. No todo es negativo en ella, Baker nunca es total con sus personajes, más bien hasta es comprensivo con sus tantos defectos. Están para que los conozcan y los acepten, no para imponerles la autoridad, la vida ya los golpea bastante y llevan siempre las de perder, por lo que suelen ser rebeldes sinvergüenzas, gente fuerte con su propio código de vida marginal.

Finalmente es la realidad del mundo la que más los golpea, aunque tienen el cuero duro. Igualmente Baker no deja de hacerlos soñadores, nobles y sentimentales en alguna forma, tanto como sobrevivientes orgullosos. Les da momentos de placer en medio de todo, los hace siempre seguir adelante (la naturaleza humana). Moonee vive en un mundo de luz aun en el contexto de su existencia. Tiene ya desde temprano su personalidad. La propuesta es ver ese lado oculto, golpeado, al pie de la ilusión y la vida perfecta. Gran parte del metraje está en un solo lugar, ese motel barato al lado de Disneyland, mientras los niños yacen revoloteando.