sábado, 6 de enero de 2018

A Quiet Dream

Una chica dueña de un bar comparte sus días con tres mejores amigos que a vista y conocimiento abierto suyo están enamorados de ella, tratan de tener una aventura con ella, buscan enamorarla en cuanto se descuida, pero aunque no los desestima de raíz, los defiende y anda con ellos para arriba y para abajo no acepta a ninguno. En el camino los pretendientes también se relacionan con otras mujeres, aunque por ahí le sacan a su amiga un beso o algún roce. Ésta es una amistad liberal, pero de poco aire sexual (por más que ellos quieran), la chica mantiene el desinterés en ellos, sólo los ve como amigos, aunque queridos. Aparte de ésta relación importante en el filme del chino Lu Zhang en ésta película coreana, semejante al cine indie americano, vemos intrascendencia y extravagancia por doquier.

Se le agrega al padre de la chica que está aparentemente desembarazado del mundo, no puede comunicarse, moverse y yace en silla de ruedas, que hacen ver como una carga para la chica protagonista, pero que a ratos habla mágicamente y se defiende. Es una propuesta muy sencilla, en blanco y negro, que es todo lo indie que puede querer ser, pero que aun así le fastidian los filmes que se realizan en tiempo real como ver a alguien comiendo fideos por una eternidad. El filme tiene humor negro y su lado melodramático, todo acomodado artísticamente como en una postal de cine rebelde y minoritario. Pero a pesar de que es extravagante y busca ser outsider, tiene un lado íntimo que se acerca al cine amable, además de su humor y relajo.

Es un filme que trata de ser inteligente y audaz y lo es a un punto, pero es algo intrascendente. La relación con la chica es lo mejor del filme, por su naturalidad, por solventar una relación de 4 personas, una mujer y tres hombres jóvenes, y no hacerlo vulgar, sino sorprendentemente hacerlo muy cotidiano y normal. Incluso la chica dice a secas, que ellos son sus hombres, y no se trata de dinero, ella es independiente y autosuficiente. Son ellos tres los que incluso son vistos como perdedores y ella con un gran corazón por aceptarlos y hasta soportar la presión de que la estén persiguiendo y “molestando”. Ella no es una mujer promiscua, aunque uno pudiera creerlo, permite algunas pequeñas cosas, pero no tiene sexo con ninguno, marca distancia en cuando a tener algo con ellos.

Cuando llega un tipo apuesto en moto a su bar ella sí queda flechada en el acto, pero es como algo curioso u ocurrente, más que formal o muy serio. En cierta manera este filme es como una comedia de situaciones, pero con un tono de cine indie, de cine discreto, donde hay sequedad, mucha calma y una irreverencia que pretende un humor refinado. Hay tonterías también, y momentos para la foto, como una seguidilla de rarezas tras otras, pero a ratos se le siente la dificultad de caer en la originalidad. No obstante es un filme simpático que sigue la estela del cine del hoy tan popular para la crítica de cine minoritario, Hong Sang-soo.