viernes, 4 de mayo de 2018

La casa lobo


La película de los artistas plásticos chilenos Joaquín Cociña y Cristóbal León es toda una experiencia visual y narrativa. Las imágenes que crean son creativas y libres tanto como impresionantes, estéticas y profundas. Es la alteración de las formas, todo se transforma constantemente dentro de una casona chilena, refugio de una niña alemana llamada María. El filme nos da dos lecturas centrales, una trama contada como un cuento infantil y un hecho sórdido real por detrás. El hecho sórdido es la colonia alemana fundada en 1961 por un pederasta de larga data llamado Paul Schafer, lugar que siguió generando idénticas denuncias, la que además fue famosa por ser centro de torturas durante el gobierno de Pinochet.

El filme es uno de animación en stop motion, con la particularidad de que tiene muchos momentos terroríficos, perturbadores, como una voz en off perversa que invoca la del alemán posiblemente exnazi Paul Schafer en defensa de su colonia, llamada colonia dignidad. Otra voz en off es la voz de María que es más inocente y propia de un cuento para niños, pero también inquietante por lo que deja ver debajo en una voz pegada al tipo de una maestra de inicial.

Observamos la desintegración de figuras, cerditos con pies y manos, un niño llenándose de cucarachas, el rostro de un pequeño sangrando negro, montón de momentos extravagantes y originales, también imágenes extrañas y de miedo, siempre alrededor de niños y dentro de ésta casona refugio. María cuidaba de cerditos en la colonia y ahora tiene a dos a su cuidado en la casona y los ha llamado Ana y Pedro y se transforman en niños. El cuento de los 3 cerditos y el lobo feroz está como base en el filme, expresado muy libremente.

No puedes salir de la casa, dicen los niños que cuida María y suena terrorífico, cuando se han quedado sin alimentos y el lobo, que figura a Paul Schafer, está acechante afuera pretendiéndose un ser bueno, noble. Se siente el terror psicológico y ayuda la banda sonora. Este filme es un viaje de terror, algo de ironía y visualmente irrefutable. Es tremenda audacia tener la historia que lleva por debajo, el tono con el que se maneja, la narrativa de un cuento infantil, todos ingredientes que hacen de este filme algo memorable en latinoamérica. Recuerda al cine de Jan Svankmajer aunque marca más el terror.