La italiana Tizza Covi y el austriaco Rainer Frimmel
compiten en el Festival de Cine de Locarno 2012 con el filme Der glanz des tages, que traducido sería “El brillo
del día” o “El glamour de la jornada”. Revisando dentro de sus filmografías me topo con éste su único largometraje de ficción en que comparten autoría
(Frimmel tienen uno más), además de dos documentales. La Pivellina fue
propuesta por Austria como posible nominada al Oscar 2011 aunque no lo
consiguió. La Pivellina ha tenido amplia difusión en festivales y salas de cine del mundo.
Con un estilo próximo al naturalismo nos retrata el día a día de una
pareja de artistas de circo, de Patti y Walter, quienes llevan sus propios
nombres y están realmente involucrados con ese espectáculo. Junto a ellos yace un
vecino, de unos 14 años de edad, que es
parte de la caravana circense, a la que remite su unión, y base de fondo del
relato, el que se aboca al hallazgo de Patti de una niña de 3 años abandonada
en un parque, la pivellina, que quiere decir la pequeñita.
No se puede evitar notar la relación del filme con el neorrealismo
italiano, se muestra tal cual es la existencia de la gente que nos pone en
pantalla, de una economía bastante rudimentaria pero que no les impide exhibir
felicidad, tranquilidad y buenos sentimientos; se trata de esas personas que
luchan por sobrevivir sin pedir ayuda a nadie y que no se quejan de lo que
tienen que hacer, sino todo lo contrario. Entienden que la temporada del circo es
corta y difícil, cuatro meses al año nomás. Sienten afecto por ello. Su espectáculo con
cuchillos, los platos girando en el malabarismo, las ovejas funámbulas, los
leones entrando a la carpa o el payaso practicando gags de comedia bastan para
incorporarnos a una cosmovisión con apenas unos pocos minutos.
Se puede ver que son ellos mismos interpretándose, solo que con una
naturalidad y realismo que se parece a la de cualquier actor experimentado,
algo notable ya que están dentro de una película y se rigen a un guion, a una
elaboración creativa, y es que también son artistas. Sin embargo no se puede
evitar la sorpresa que engendra la niña Asia, la que titula el filme, ya que
demuestra una fabulosa disposición a convencernos de su papel, aunque claro se
dedica únicamente a ser ella; llora por un chupón, se ríe radiante y simpática pisando
el agua de la lluvia, come ávida su leche con galletas de vainilla, se
concentra con la amplitud de una deliciosa pizza, desconfía de su nueva familia
y tiene la entereza para no extrañar a su madre como se articula en algún
diálogo.
Todo el filme es exhibirnos la cotidianidad de su mundo, el entorno, sus
juegos, sus tareas, su compartir diario, y aun así no cansa ni se vuelve tan
simple como para descalificarse en la ausencia de una historia. Es la
curiosidad de la intrascendencia, bajo un nuevo elemento importante en función,
el cuidar de la chiquita y asumir el rol familiar pero que refleja una composición
artística, dentro de un contexto
especial como el circo, junto con el vinculo en que se ve a la periferia de Roma
en sus población más popular. La sencillez es notoria e incluso el trato
escénico es consciente del tiempo, los momentos están dosificados y
distribuidos de forma que generan atención y entretienen, hay mucha dulzura; un
pero sería que por el desenlace anticipan acciones, se vuelve el filme menos
espontaneo, pero se agradecen las explicaciones base -algunas visuales- sobre
los personajes, los amigos, su quehacer laboral o sobre su vivienda.
Nos hace pensar y compararlo con el séptimo arte que hacen los hermanos
Dardenne, exponentes de un cine social multi- premiado en festivales como con la
impresionante suma de dos palmas de oro en Cannes. Se puede intuir su
influencia en alguna cámara temblorosa o coincidir en el reflejo desfavorecido
de una parte menos conocida y poco tratada de la sociedad actual europea, pero
son distintos, aquí no hay un “indispensable” pesimismo ni un gran conflicto. El trato con la niña siempre es positivo y plagado de amor, de paciencia, de un
deseo gigante de adoptarla. Las personas son bondadosas, salvo en algún pequeño
maltrato a un perro. Tampoco sabemos del abandono de la madre de la niña ni si
volverá. No deja de ser solo una circunstancia que no se aborda directamente
como estado de reflexión, quizás esto puede desalentar un poco, pero queda un estado de poca intromisión
que también se valora. Trataremos de imaginar, disfrutaremos simplemente
del relato, siendo fácil de digerir y aunque puede ser visto como menor
no deja de ser una buena opción.