De visionar linealmente la narración, ésta nos habla de la relación entre Alex y Marcus, Monica Bellucci y Vincent Cassel, que junto con un ex novio y amigo cercano de ambos llamado Pierre (Albert Dupontel) quedan para ir a una fiesta. En el lugar Marcus se pone eufórico, se droga y empieza a seducir mujeres, con lo que más tarde Alex se enoja y decide irse por su cuenta. Pronto sucede lo inevitable y como reza el título del filme, lo irreversible. Desde ese punto empieza una carrera arrebatada por encontrar al violador.
La historia arranca muy temprano el mismo día con el claro del sol en un parque, en un momento de la película se ve a Alex y Marcus jugando cariñosos y sexualmente en su cuarto, ambos están desnudos y hay mucho erotismo, las tomas son abiertas y dejan ver ambos cuerpos sin reticencias. Sin embargo la película empieza con un diálogo entre dos hombres metidos en un cuarto de mala facha en que uno revela asuntos incestuosos de índole personal, se manifiestan disquisiciones medio existenciales que son interrumpidas por un tumulto que se oye en plena calle que proviene de un bar homosexual de tendencia sadomasoquista llamado “el Rectum”, del que sacan un cadáver, arrestan a un hombre y se llevan herido a otro. Después surgen los giros de la cámara moviéndose en derredor que dan paso a los lapsos en el tiempo. Lo que sigue es algo caótico y poco claro visualmente por donde se ven recorrer pasadizos del recinto antes mencionado, en busca de un sujeto apodado “El Tenia” que es el presunto violador. Producto de esa búsqueda se da una gresca que permite escenas de grave violencia que son rotundas y dejan poco a la imaginación. También se pretende otra brutalidad más en la película. Y es que la cinta no escatima esfuerzos en ser contundente y clara, firme en sus postulados de herir sensibilidades y mostrar tanto como se pueda colocar en una toma de alto realismo.
La película corta los tiempos por donde cree justo, lo que deja la sensación de estar inacabados, pero pasan inmediatamente a otro período de cierta proximidad. Cada vez que el reloj se va hacia atrás se recorre una mirada que va desgranando la trama, lo que al final deja el panorama descubierto en un relato de suma sencillez. Se ve como discuten Alex y Pierre sobre su pasado amoroso en diferentes espacios, también la ruta que los lleva a una reunión de baile y alcohol. Se ve a Marcus y Pierre entrando a la fiesta, uno muy animado y el otro desganado. Luego deambulando por un lugar lleno de algarabía nocturna, para encontrar a Alex bailando sensualmente entre dos mujeres. En ese sentido se van dando los detalles mediante esa metodología inusual y creativa de retroceso temporal.
La película corta los tiempos por donde cree justo, lo que deja la sensación de estar inacabados, pero pasan inmediatamente a otro período de cierta proximidad. Cada vez que el reloj se va hacia atrás se recorre una mirada que va desgranando la trama, lo que al final deja el panorama descubierto en un relato de suma sencillez. Se ve como discuten Alex y Pierre sobre su pasado amoroso en diferentes espacios, también la ruta que los lleva a una reunión de baile y alcohol. Se ve a Marcus y Pierre entrando a la fiesta, uno muy animado y el otro desganado. Luego deambulando por un lugar lleno de algarabía nocturna, para encontrar a Alex bailando sensualmente entre dos mujeres. En ese sentido se van dando los detalles mediante esa metodología inusual y creativa de retroceso temporal.
La película tiene un toque personal que termina no haciendo que desestimemos la realización sino que obtiene el respaldo necesario para valorarla positivamente, a pesar de sus pocos escrúpulos y que a su vez resulta favorable para darle mayor resonancia al contenido. Pero también en algo llega a molestar no ganándose todo nuestro aprecio. Inicialmente toma un rato acostumbrarse a la técnica que ha escogido el filme, pero luego que se entiende la idea se sigue con atención por ese rompecabezas que va dando a conocer las correrías alocadas que se dan en el contexto. Definitivamente queda un aire de experimento y también la clara percepción de que el conjunto posee muchos errores. Es la forma que innova, aunque no llega a una atmósfera de perfección; está muy lejos de ello, pero se advierte el intento de perpetrarse con éxito trasgrediendo. No es una película de un fondo trascendente realmente, sin embargo ha tomado hechos crudos y los ha puesto en la gran pantalla, dándose por sí misma ese alcance que la narración no tiene y ese es un mérito del director que buscando su estilo ha creado una película en parte original usando el ensañamiento y el furor de un accionar humano deleznable y fuera de sí, que en las escenas de alto volumen de adrenalina y perjuicio se sobrellevan con cierta morbosidad y con el interés de lo poco visto que nos hace seguir observando con detenimiento el sufrimiento o la locura que irradia el odio, temas que por no comunes nos dejan con perplejidad, inquietud y un mal sabor, variando las emociones que se nos exaltan ante lo asombrosamente duro. Por todo ello la película sale ganando porque se queda en la memoria, si bien se mantiene distante de la esencia del arte, aunque tiene sus logros.