viernes, 14 de enero de 2011

El Turista

El alemán Florian Henckel von Donnersmarck es el director y guionista en solitario de la maravillosa La vida de los otros (2006), una de las mejores películas del siglo XXI, con la que fue internacionalmente aplaudido y se hizo conocido. En ésta oportunidad nos trae una película de entretenimiento y acción titulada “El Turista”. Cuenta la historia de Elise (Angelina Jolie) que es una agente de la policía que se enamora del sujeto al que se le envió a seguir, el que le robó una enorme cantidad de dinero a la mafia y a quien la policía lo persigue queriendo atraparlo mientras los rufianes anhelan recuperar como sea lo perdido por lo que también quieren capturarlo.

El amante de Elise le envía un mensaje pidiéndole que busque a alguien parecido a él para que lo confundan con su persona y lo persigan en su lugar, para eso ella escoge a un turista norteamericano llamado Frank Tupelo (Johnny Depp) que es un hombre común, un profesor de matemática que ha viajado a conocer Venecia para olvidar un antiguo amor. Detrás de Elise está el jefe de la policía John Acheson (Paul Bettany) y también el jefe de la mafia Reginald Shaw (Steven Berkoff) a los que tiene que evitar. Elise tiene una relación amor –odio con la policía, ya que tiene que entregar a su amado y a la vez parece querer confundirlos para que siga inubicable.

El motivo de todo es la persecución de Alexander Pearce, el hombre que se robó 2 billones de dólares de un jefe de la mafia rusa y que debe 744 millones de libras esterlinas en impuestos, razón por la que el servicio de policía metropolitana londinense o Scotland Yard quiere arrestarlo. Él se ha hecho cirugía plástica y tiene otras características que lo hacen difícil de hallar. Solamente deja mensajes que Elise recoge y que por mandato de uno de ellos involucra a Frank que ahora corre peligro porque la mafia como la policía lo buscan.

Venecia y sus edificaciones rodeadas por agua son el fastuoso escenario donde se desarrollaran las persecuciones. Es parte de éste culto a la belleza y a la riqueza que profesa el cine hollywoodense y que idealiza la humanidad, de la que también son parte Jolie y Depp, dos de los actores más cotizados y seductores de la pantalla grande. Ambos desarrollaran un vínculo sentimental dotado de elegancia mientras son asediados por diestra y siniestra. La presente película es un remake de una cinta francesa, Anthony Zimmer (2005), que tiene a Angelina Jolie en el lugar que tuvo la también talentosa y hermosa Sophie Marceau.

De El Turista hay poco que decir, es tan efímera como una risa o un bostezo involuntario, de eso no cabe duda, aunque puede depender del espectador, el que quiera ver algo ligero con un atractivo paisaje de fondo y dos agraciadas estrellas de cine corriendo de un lado a otro cazados por el bien y el mal van a encontrar su cuota de entretenimiento, pero el que espera algo más, va a sentir que está viendo la tv. por cable que es donde va a encontrar su lugar finalmente ésta cinta dentro de no tan largo tiempo. Entonces, se puede esperar a que dentro de más o menos un año suceda o puede simplemente olvidarse de verla.

La seducción y las correrías son mesuradas, no son potentes ni soberbias, no poseen pasión ni demasiada imaginación pero si orden y donaire. Henckel von Donnersmarck cumple su cometido, hace una película de estilo comercial norteamericano como las que vienen haciendo hace unos años sus dos actores principales. Jolie viene de hacer Se busca (2008) y Agente Salt (2010), dos filmes de pura acción; y Depp, dos intentos fallidos de hacer un poco más que esto, Enemigo Público (2009) y Alicia en el país de las maravillas (2010).

Si algo hay que recordar es que Jolie al inicio de su carrera se consideraba una freak, y luego evolucionó en una mujer sensual, preciosa y atrayente; Depp ha hecho de extraño en múltiples ocasiones, aquí lo vemos siendo un galán, un cambio que lo empareja con su compañera. Finamente vestidos, en lugares frívolos, manejando yates, cenando en hoteles cinco estrellas, despertaran la lascivia naif, si cabe el término, y la admiración del hedonista, ejemplificados en ellos. A pesar de la abrumadora sencillez de la trama, sirve para lo que está hecha, para deleitarnos visualmente en la superficialidad y hacernos pasar un momento divertido y pasajero. Hay cine para todos los gustos.