miércoles, 19 de enero de 2022

Amarcord


Se basa en un pueblito cualquiera italiano desde lo ficticio, pero en realidad representa a Rímini, ciudad donde nace el director del filme, Federico Fellini. Es una representación donde hay mucha predominancia del sexo, del deseo por las mujeres, a partir de los adolescentes en especial, encabezados por Titta (Bruno Zanin), aunque Zanin tenía ya 22 años por ese entonces. Se desean a muchas mujeres, hay hasta una loca ninfómana que supura vulgaridad e incomodidad (interpretada por Josiane Tanzilli). Fellini puede ser muy crudo y un poquito cruel con su ironía, pero éste filme tiene muy buena comedia en general, compartida con momentos dramáticos, dentro de un fuerte inicial costumbrismo. Presenciamos a una mujer que vende tabaco también deseada por todos, una gorda de tetas gigantescas, interpretada por Maria Antonietta Beluzzi. Ésta película está plagada de personajes memorables. Otro de ellos es Gradisca (Magali Noel), una cuarentona en el top de los anhelos sexuales de los hombres del pueblo, aun cuando teme quedar solterona y espera a un hombre ideal. Asistimos a una leyenda que más es sueño de ella donde tuvo relaciones con la realeza y de ahí le ponen sobre su ser un halo de mito erótico, de cierta elegancia propia de las estrellas de cine. Es una obra también muy cinéfila, los personajes van mucho a salas de cine a dejar volar la mente por sobre la normalidad de vivir en un lugar tan pequeño, porque éste filme es mucho sueño, ilusión, fantasía, derrotar el día a día, lo monótono, y se consigue fácil y elogiosamente, hay optimismo y vibras, aun en una época fascista (los 30s) de donde hay un sugerente gran despliegue violento tras un gramófono. Hay incluso su buena cuota de ironía sexual cuando unas mujeres honradas se sientan en sus bicicletas; la cámara pone el lente una a una sobre sus traseros voluminosos y de todo tipo poniéndose sobre sus asientos. Por otra parte también es un retrato familiar, en particular sobre la familia de Titta, que tiene el desparpajo, gracia e irreverencia tipo de The Simpsons, cero romanticismo, harto grito y bulla normalizada. El padre es un tipo que viene de abajo -y ha crecido, ha tenido éxito- y es honrado pero un cascarrabias con su familia. La esposa es noble, pero tampoco aguanta pulgas. Participa mucha broma intensa en la mesa familiar, punto "mágico" de reunión. El padre lo interpreta un perfecto Armando Brancia y la madre otra perfecta Pupella Maggio. Es un retrato poderoso el de ésta familia, llena de emociones que se perciben fuertes, duras y auténticas. Ésta es una de las obras magnas del cine italiano y del mítico Fellini, ganador por ella de un Oscar y de otros 3 más por otras películas suyas y hasta uno honorífico; Fellini tocó el cielo de lo popular desde el cine arte y el cine más personal y con personalidad, un triunfo en toda la palabra. El hermano flaco y loco en el árbol lanzando piedras es otro de esos momentos de gloria e inventiva de éste maestro italiano. El final en la fiesta al aire libre, típica italiana, de la celebración matrimonial, propio del carnaval y de la identificación, sentimiento y unión de todos los del pueblo es un alarde de simple talento autoral, de vitalidad, de fuerza, gracias a la dupla en el guion del mismo Fellini y ese genio que es Tonino Guerra.