viernes, 29 de octubre de 2021

Petite maman


Petite maman (2021), de la francesa Céline Sciamma, es una película que podría pasar por un simple ejercicio cinematográfico (algo intrascendente, un regodeo banal de la inteligencia), con sus mezclas de la identidad de personajes en lugares comunes, formando toda una estructura de relaciones complejas de identificar (quien es quien en cierto momento, quienes están interactuando), con su quehacer de intrincar lo que en realidad es bastante sencillo de contar y entender, una pequeña historia familiar. Pero éste filme no se siente vacío, cala, es una bonita historia, enfocado en el deseo de despedirse de un ser querido muerto antes de poder cumplirlo. Es ahí que aparece en la imaginación de una niña, para otros propio de una película de fantasía, una pequeña, la pequeña mamá, Marion (Gabrielle Sanz), un doble, una niña gemela, como amiga imaginaria y cierre emocional y existencial de Nelly (Joséphine Sanz). La propuesta trata del amor enorme por nuestra madre en distintas generaciones, huida del hogar o muerta por enfermedad, ese es el juego y la habilidad cinematográfica que muestra el guion y la dirección de Céline Sciamma que ciertamente tiene ingenio y competencia. Este "juego" o inventiva de identificación exigente es entretenido, exhala cierto placer cinéfilo, también porque tampoco está muy lejano entender la historia, ésta nueva forma (ardua) de contar lo cotidiano, lo que a todos nos toca el corazón. Otra cosa notable de ésta estructura compleja de contar es que está hecha de escenarios, personajes y contextos bien básicos. Punto nuevamente para la originalidad, ingenio por sobre inversión. El filme ya yendo al fondo es bueno, muestra sensibilidad, muestra momentos donde surge empatía y de manera artística. Nelly es una niña ideal, tranquila, siempre tierna y linda, puede que esto no sea tan atractivo para algunos, ya que cuidar y criar niños, nuestros niños, sin ayuda (como se ve en el filme), es realmente tremendo trabajo de paciencia y sabiduría hecha en el camino, de a pie, es cosa difícil. Sin embargo Nelly trasmite al mismo tiempo simpatía, aceptación, uno disfruta de presenciar un personaje inocente y sano en un ambiente que no es desagradable. No obstante sabemos que la madre sufre aunque "discretamente", sin que se confirme mucho de su situación, puede ser también la enfermedad de la depresión. Extraemos que Nelly aunque no se percibe directamente sufre un poco también al ver triste a su madre o quiere ayudarle, de esto la gran importancia de la despedida. Finalmente es más la amistad y complicidad que comparten la que trabaja Sciamma y le queda un filme bello así. Tanta elipsis y misterio hacen también que lo feo quede medio oculto, tenemos ante todo un filme luminoso, en medio de una época de rarezas y relatos oscuros.