viernes, 27 de marzo de 2020

El Hoyo

El debut en largometraje de ficción de Galder Gaztelu Urrutia es un filme que para estimarlo antes uno debe tener estómago fuerte, tener libertad mental y curiosidad por que el cine te sorprenda. Es un filme que es desagradable con la comida, y le pide al espectador cierta resistencia visual. La comida es parte principal de la historia. En el filme vemos una cárcel con unos 250 niveles o celdas, a cierta hora baja una plataforma con comida, desde la primera celda superior hasta la última comerán todos de unas mismas comidas, es así que en cada celda comen y van dejando sobras para la siguiente celda y grupo de 2 presos. El filme pretende que la comida sea motivo para hablar de la naturaleza del ser humano, es un obra de cine social, también político, es una película que busca criticar nuestra falta de solidaridad con el prójimo, suponiendo que las celdas superiores son de mayor poder adquisitivo que las que recibirán los peores restos de comida. La propuesta parece proponer una solución sencilla, pero el ser humano retratado solo ve por si mismo, incluso escupe la comida, defeca sobre ella, pisotea la cena ajena. En el trayecto conocemos a un hombre sorprendido con el accionar de los otros presos, es un especie de mesías, aunque uno no tan místico, más que todo un buen hombre, una rareza en el mundo que vemos. Goreng (Iván Massagué) viene con un libro, es un hombre sencillo, pero sabio pensemos. La propuesta de Gaztelu es una película interesante, imaginativa, ingeniosa, pero no algo exagerado, tiene su cuota críptica, filosófica, rara, pero algo medido, es una propuesta que tiene cierta humildad, no es una película tan difícil de entender, tiene su buena parte de ser simple. Pero también luce original. Es una película que muestra terror con alucinaciones y algo de terror psicológico, con su añadido gore, y tiene de cine de acción aunque esto es lo menos logrado y más ordinario. La participación de Trimagasi (Zorion Eguileor) es súper rica en suspenso y perversidad, éste personaje aporta mucha arte al conjunto, es una actuación notable también. El filme tiene un final positivo, muy claro, recubierto de un aura de cosas simpáticas de ver como cine, en la elevación y el adiós, en la entrega por otros, en la exhibición de la muerte y en un nuevo génesis. Es un filme notable para el cine español.