viernes, 20 de septiembre de 2019

Funeral siniestro


Ésta es la mejor película catalogada del colombiano Jairo Pinilla. En una primera parte una niña sufre de maltratos por una malvada madrastra que se queda a cuidarla en una finca en el campo. En la segunda parte la niña asiste al funeral de la madrasta en su misma casa. La primera parte muestra a una mujer mayor diabólica, practicante de brujería y hasta homicida. La segunda todo el odio que anidaba en la madrastra le crea enorme pavor a la niña que se queda sola a velarla. Pinilla en la parte del funeral hace uso del suspenso, ¿qué pasará?, te preguntas, pero Pinilla opta por lo básico, como refleja su cine, carente de mayor originalidad e imaginación, busca ser lo más correcto posible, y eso le juega bien en el aspecto técnico y estético, pero en la historia, en el atrevimiento, en la distinción, en la novedad el aporte es ínfimo, casi nulo, con lo que tenemos entre manos un filme medio soso. No obstante la niña protagonista actúa muy bien, y esto le da dimensión a la propuesta siendo ella lo más trascedente del filme, frente a padecer a la madrastra en dos ámbitos, tenerle miedo a razón de la violencia física y en la posibilidad de lo sobrenatural. El filme es súper simple, de narrativa escueta, centrado en un par de actos, otorgando prioridad al miedo como meollo del sufrimiento de la niña protagonista. Es una historia de abuso, ahí está el terror, es una película realista, con tintes de excepcionalidad imaginaria, en la brujería y en lo fantasmal. El filme decide ser sencillo, es cine austero, pero estético, bien narrado, con ritmo, pero exento de fiesta, de locura. Es un cine convencional, clásico, humilde, ligero, amable y formal. Tiene algo de gracia, aunque sea poco. No es una propuesta revolucionaria, ni muy original, pero Jairo Pinilla debuto con éste filme, consagrándose como pionero del cine de terror en Colombia. Tiene un aire leve a realismo social, con la ambición de dinero fácil como leitmotiv, pero con mayor amabilidad y soltura.