sábado, 6 de abril de 2019

It's Alive, It Lives Again y It's Alive III: Island of the Alive


It's Alive (1974)

Lo mejor de éste filme de Larry Cohen es el sentimiento que emana de los padres hacia su bebé monstruo, esa lucha entre entender que su bebé es su carne y sangre, su amado recién nacido, y un monstruo asesino, literalmente, pero que podemos conjugar e imaginar como que se trata de un asesino humano para pensarlo como idea general, ¿cómo enfrentarnos a esto? 

Pero es aún más complicado cuando entra a tallar lo sobrenatural, el bebé tiene garras y dientes afilados como una bestia y mata gente por instinto, no es que razone demasiado. No obstante el bebé reconoce a sus padres, y ahí el filme trasciende, se vuelve mejor de lo que uno esperaría de una película de terror común, porque matar a una criatura bruta, impersonal y sanguinaria es más sencillo de esperar, menos rico en matices y en alcances.

El filme propone en contraste como ve la policía al bebé monstruo, pensemos al mismo tiempo en un asesino en serie, viéndolo como una bestia lo quiere aniquilar sin piedad –como a los tantos muertos del monstruo-, es una amenaza implacable, algo salvaje e inmanejable para ellos, en cierta manera la policía es bastante dura en el filme. Llega un momento donde el padre demuestra que se le puede dominar de cierta manera, podría si fuera una persona ser simplemente arrestada e ir a prisión, pero éste literalmente es un monstruo, pero también un bebé, pero la policía está cerrada en el filme, no quiere darle oportunidad alguna.

El filme es sencillo, el bebé monstruo mata y se esconde, los padres sufren por él, la madre yace desequilibrada ahora por su existencia y devenir; el padre se vuelve egoísta y piensa en sí, en como lo ven todos, como el engendrador de una bestia asesina, tiene un estigma. Pero cuando el padre, Frank Davies (un genial John P. Ryan), le dispara a su hijo monstruo, él siente algo, lo oye llorar, lo ve indefenso y lastimado y el filme crece con el sentimiento. En adelante uno se preocupa por el bebé monstruo, aun cuando ha matado tan salvajemente, provocando de paso una buena película de terror, un buen entretenimiento.

It Lives Again (1978)

Como es lógico éste filme es inferior al anterior, a una película que ha sido buena y original, pero no es una película mala como la mayoría de secuelas de una buena película. Lo que sigue aquí es la historia de cómo intentar manejar a los bebés monstruos sin matarlos. Vuelve Frank Davis (John P. Ryan), intentando salvar al bebé de Jody y Eugene Scott (Kathleen Lloyd y Frederic Forrest); hay otro parto misterioso, como en la primera película, ésta vez no por qué cosa aparecerá y cómo, sino por cómo controlarlo sin que pueda matar. La solución es simple.

Frank Davis y otros activistas, llamémosles así, doctores -aquí hay muchos doctores-, buscan salvar a los bebés monstruos, mientras la ley con el detective de policía Perkins (nuevamente James Dixon) y la ayuda de otro padre con trágica historia, Mr. Mallory (John Marley), quieren matarlos a todos sin piedad. Éste filme de Larry Cohen es tranquilo en gran parte, las muertes demoran en aparecer, el filme prefiere regirse a formar su historia, basándose en lo bueno del pasado, el sentimiento de los padres por sus hijos, aun de ésta condición.

En ese intento por controlar y salvar a los bebés monstruos algo sale mal –como cabe esperar- y empieza otra vez el caos y la policía enardecida contra unos padres desesperados, angustiados y en una encrucijada, decidir cómo comportarse, frente a una bestia o frente a su hijo recién nacido. La respuesta llega finalmente sin tanto aspaviento, el filme tampoco quiere complicarse, se ve como entretenimiento más que todo, pero deja una sensación decente de que ha intentado un poco más, como en la primera película.

It's Alive III: Island of the Alive (1987)

Ésta película es más descocada que las anteriores, se muestra irreverente, los bebés monstruos son llevados a una isla, pero los van a buscar o se topan con ellos de casualidad. Los bebés monstruos abandonados en la isla en 5 años han crecido bastante, pero siguen con su instinto de matar. Luego se matizará con un viaje y un descubrimiento, pero antes serán como bestias camuflados y al acecho en la selva de la isla. Esa es su naturaleza, difícil aceptarlos por ésta causa, pero hay las dos posturas de siempre, los que quieren matarlos sin piedad, especialmente la policía, y los padres que sienten lastima y amor por ellos.

El filme tiene de protagonista a Michael Moriarty como el padre famoso de una de las bestias, la madre es la actriz Karen Black. Moriarty se hace el gracioso en varias oportunidades. Esta propuesta de Larry Cohen es algo más ligera que las anteriores en cuanto a tomarse en serio, pero tampoco deja de hacerlo del todo, pero tenemos a la Cuba de Fidel Castro, pandilleros y discotecas para ser más irreverentes y despreocupados que antes. Es el filme más endeble del grupo, pero aun así es entretenido, tiene su cuota de hedonismo.

Más que todo son tantas vicisitudes que pasan con rapidez las que entretienen, pero no trasciende en realidad como filme. El amor de padre es tratado muy superficialmente, pero está presente. La posible relación sexual entre Stephen Jarvis (Moriarty) y una mujer en el parque de diversiones habla de una enfermedad contagiosa y el repudio por miedo, pero señalándolo desde la procreación de bebés monstruos. El filme tiene escenas decentes de terror con las muertes, pero nada del otro mundo, cumplidoras solamente. El filme tiene varias aristas como el juicio de Jarvis por salvar a su recién nacido.