martes, 23 de mayo de 2023

Pajarito Gómez

Pajarito Gómez (1965), del argentino Rodolfo Kuhn, es la muestra e historia de como se construye a un artista popular, para el caso es un cantante de nueva ola llamado como el título del filme, interpretado por Héctor Pellegrini; mediante métodos de marketing tras la imagen comercial, masiva y vendedora, exhibiendo todo el artificio de su construcción. Es una crítica y sátira de todo ello. En un momento Pajarito canta y se intercala su cantar con literales locos moviéndose en un asilo de desequilibrados. Por el final la gente baila la nueva ola en un funeral, mostrando contradicción del momento en que se hallan y fanatismo ciego, medio fuera de control, hasta que oímos un grito como de ¡basta!, de todo ello, de esa locura que engendran los ídolos. Pero mirando hacia atrás es como se hacen cosas para convertir a un simple mortal en éste ídolo que amaran las masas con pasión y desenfreno. Se ven estudios visionarios del futuro que vivimos hoy, sobre marketing y posicionamiento de figuras, así como hoy en día todo se estudia para generar mayores y mejores ventas. El gran Federico Luppi, recién en los 30s de edad, hace de analista y creador de imagen y perspectivas, parte del equipo que crea la imagen de Pajarito, que es el nuevo proyecto de una compañía de música, viendo al estudio en acción en todo momento. Si bien se exagera para entender todo el artificio que hay detrás de un ídolo, es osado a un punto lo que muestra, aunque puede como que fastidiar al intentar como abrirte los ojos a lo que es o hay detrás. Esto yace inmerso dentro de la pasión y la alegría juvenil. No obstante como se comporta ésta juventud es lo habitual, observándosele hiper entusiasta, fanática, ordinaria, propio de la masividad y la normalidad. Los jóvenes, así como con The Beatles o cualquier otro grupo musical o cantante de ésta clase (megapopular), entran en estado de locura, de excitación y entusiasmo con éstos personajes. La música y el cine (con los actores famosos) son muy populares y engendran pasiones en la multitudes. Pajarito Gómez, el protagonista, tiene una manera de ser muy dócil, todo lo acepta por la celebridad y el éxito, parece un hombre incluso totalmente vacío de personalidad, parece hecho de arcilla para modelar; él es una construcción total, como cuando buscan promocionar su imagen frente a la gente con respecto a los valores y a lo positivo -también están los que pintan de rebeldes y hasta de revolucionarios (pop)- con el regalo de una casa a su madre. Las guapas parejas incluso de aire liberal y otras muy sumisas son parte del engranaje que lo harán más vendedor y popular. Hasta la lucha por los ideales y causas como contra la discriminación racial suman como parte de la construcción de la celebridad del ídolo. Periodistas y paparazzis colaboran igualmente a visibilizar a la estrella y a que se enamoren de ella. Así vemos que, al saber que las empleadas gustan de la telenovelas, en el periódico venden folletines románticos con Pajarito de galán y con una negra como amante sufrida (impostada físicamente para más sátira de éste filme). Es decir, todos se benefician del asunto, hasta el público obtiene lo que quiere, aun cuando la crítica de ésta película es contundente. Sin embargo, sociológica y psicológicamente es algo que se puede leer de necesario. No obstante no se trata de un nuevo Carlos Gardel, para los argentinos en particular, siendo ésta una película argentina que habla con toda la humanidad. Pajarito no se ve un mal hombre pero es prácticamente una nada revestida de grandeza. Incluso la música se la escriben y componen, lo suyo solo es apenas una voz decente de un tipo de música que dicen tampoco es gran cosa, pero se ajusta a lo que todos quieren tras bambalinas, sí, ¡dinero! Puede sentirse un filme un poco rudo, pero claro y real también, aunque como sátira englobando todo esto puede tender a exagerar para dejar clara su crítica. No miente, pero pone la mira sobre los artificios, en el aparato o mecanismo, lo que no se ve, propone cierto desencanto. Hay un momento donde la propuesta parece romper un poco con lo que propone -esa cierta dureza satírica que tampoco significa humor vulgar, ya que el filme es de aspecto clásico- o busca una cierta justificación moral, una mujer simple llora al sentirse parte de la mentira (habiendo muchas cosas que se pierden también, ilustradas en la escena desde la sexualidad), así mismo Pajarito se siente mal, cerca yace una enorme fotografía que lo representa a él y a su éxito por donde sutilmente como parte del decorado pasa varias veces la cámara, como recordatorio tras la imagen del final del encuentro. Lo de los locos deambulando su retardo por el asilo tras el imponente -pero individualista, solitario- canto en el estadio no es muy sutil. Éste filme es a todas luces interesante, aunque not the cup of tea of everyone