miércoles, 22 de septiembre de 2021

Indecent desires y cortos de Bertrand Mandico


Indecent desires

Éste filme es de sexploitation, dirigido por la americana Doris Wishman. Es un filme curioso, porque es muy sensual, hay mucho erotismo, hay hermosos y cuidados desnudos y mucho regodeo con la belleza femenina, pero tiene un 40% de narrativa y es creativa, es buena, aunque no explotada en mayor medida porque el filme es sobre todo de explotación sexual. La historia se cuenta con sencillez, austeridad, un tipo que se enamora en secreto de su bella vecina, una rubia que vive feliz consigo misma, y tiene novio, halla una muñeca que se parece a ésta vecina y en un vudú automático la muñeca representa físicamente al objeto de deseo, y éste hombre, éste "sutil" acosador y abusador, empieza a toquetear a la muñeca y surge la fantasía sexual, la vecina se excita, siente placer, y la vemos ser sexy y generar erotismo, a Ann (Sharon Kent). Pero también se siente una loca, como en una película de terror. Encima el vecino enamorado se enoja cuando Ann anda con su novio, se siente rechazado, aun cuando lo que hace Ann es de lo más normal, amar a su pareja, no conoce al otro. Éste vecino luce menos agraciado, tiene un halo a marginal, y tampoco parece lucir dotes de seductor. Entonces éste se enoja y va y maltrata a la muñeca, y Ann sufre las consecuencias, con lo que tenemos más buen cine de género y curiosamente -aunque en una abierta sexploitation- la defensa de las mujeres y el señalamiento del perjuicio masculino, dentro de un cierto feminismo. Es de hacer notar que éste filme es de 1968, 10 años antes de que el americano Frank De Felitta escribiera su famosa novela The entity (basado en un caso real ocurrido en 1974), y 14 antes del filme homónimo. 


Cortos de Bertrand Mandico

He visto varios cortos suyos y a mi ver destacan 4, en distinta medida, siempre acotando, porque todo no es igual. El mejor ha sido Souvenirs d'un montreur de seins (2014) y es una oda a los senos, que señalan como la carne, no el vegetal ni la fruta, que le admiten inteligencia y hasta tendencias homicidas. La actriz fetiche del francés Bertrand Mandico, la rumana Elina Lowensohn, va recitando, mientras impone cierto erotismo "frío", si cabe. Elina impone una postura de mujer fuerte, dominante. Juega con sus tetas, las jala, las aprieta. También sensualiza objetos fetiches, como un pie de yeso. La película es ella hablando, moviéndose en un espacio chico, paneando sus piernas en ropa sexy. Simple, pero bueno, efectivo. El segundo que más sobresale es Prehistoric Cabaret (2014). Aquí Elina es una maestra de ceremonias en un cabaret -o un club de desnudistas- donde empresarios y comensales la observan; anuncia algo excepcional y pronto saca un especie de extraño aparato orgánico que parece un consolador gigante o una manguera y se lo introduce en el trasero. Puede verse como una colonoscopia, tiene de ello, pero se percibe como algo erótico en realidad. Elina en su personaje expresa que es algo de otro mundo lo que está haciendo, que va a revolucionar al planeta con su invento. Mandico pone la figura algo extraña; por raro que suene el filme tiene un aire al mundo de Jim Henson. Entremezcla erotismo, ciencia y metacine si se quiere; el viaje erótico de Elina también quiere implicar el hedonismo que busca y siente por el cine el cinéfilo. Mandico pone harto de su personalidad en su corto. Elina luce una mujer ruda, pero también su extrema libertad como actriz y su culto como profesional la hacen verse deseable en el trayecto. El tercero a destacar es Boro in the box (2011). Lo malo de éste mediometraje, que dura 40 min., es que tiene un lado sucio que trata de ser discreto, pero se escurre, se entreluce, y éste da mala sensación, se percibe negativo. Más allá de esto vemos que Mandico como que corrige algunas cosas o es que el corto no es tan logrado, no está del todo cohesionado. Lo elogiable del corto es que es un homenaje honesto, a un punto, no por los sentimientos hacia el homenajeado que es obvio que existen (al haber una identificación notoria), sino porque trata de desnudar el alma de quien es el biopic (hecho cine fantástico), del cineasta polaco Walerian Borowczyk, y esto se logra conseguir en cierta forma, agregando originalidad, una originalidad no del todo bella, como es el estilo del galo. El corto es mucho la fusión de ambos, aunque prima la esencia de Mandico, claro. Por donde se le vea es un corto interesante, aunque no uno destinado a ser popular. Está plagado de detalles y simbolismos. El cuarto puesto es para Depressive Cop (2016). Éste es un corto que luce de bajo presupuesto, imperfecto, plagado de fallas, huecos, baja estética o cosas no tan logradas, pero trasuda originalidad y personalidad, y esto lo hace atractivo, salvable de la quema. En Islandia, la ciudad del frio, como podemos llamarla literariamente, se cuece un noir, con la plástica de los dobles, de una madre con su hija, o de unas posibles hermanas gemelas, una es vista como mala, otra como buena, la mala influencia a la buena, y también la lastima, aunque finge hipócritamente, pero sin tanto sentido, como que la cuida o que aun a pesar de todo le quiere, pero en secreto es su maltratadora; quizá se trate de un juego de complementos o posturas contrapuestas de uno mismo, lo malo o trasgresor golpeando nuestro lado más digerible. La mala gemela se siente victima además, porque es libre y lujuriosa. En el trayecto yace la fantasía, adorno o pretexto, un policía monstruoso. Las interpreta Elina Lowensohn.