miércoles, 29 de diciembre de 2021

Don't Look Up y Silent Night

Son 2 películas apocalípticas, Don´t look up, del americano Adam Mckay, y Silent Night, de la británica Camille Griffin. Silent Night (2021) recién éste último fin de semana navideño estuvo estrenada comercialmente en España y fue recibida por el público español con cierto entusiasmo. Don´t look up (2021) se estrenó igualmente en ésta semana navideña, pero en netflix y a puertas de año nuevo lidera el ranking de las películas internacionalmente más vistas en ésta popular plataforma. 

Silent Night es una propuesta pequeña, no maravillosa, pero decente. En ella un grupo de amigos de infancia se reúnen familiarmente por navidad y empiezan las típicas peleas y sorpresas de toda cena de éstas fechas. Silent Night es una comedia de humor negro pero también una comedia de terror. El elemento de miedo del filme es que afuera de la casa un extraño gas está matando a la humanidad y el gobierno británico ha entregado pastillas para que la gente no sufra, y se suicide. Toda la cena no es nada del otro mundo, es lo que se suele ver, aunque con humor británico, y esencia europea, como con la mujer que pelea por el amigo enfrente del marido, en un tono no tan vulgar pero de subtexto liberal sexual. Los presentes en la cena son todos antipáticos, por más idealistas que se pongan, cunde no lo chusco, pero sí el engreimiento. El filme tiene un mensaje sencillo, pero bueno, sobre el sufrimiento, representando en un niño idealista, que entiende que el sufrimiento no lo puede detener y que hay que enfrentarlo, la muerte no es una opción para él, aun no habiendo futuro. El niño quiere luchar. El resto que representan al mundo son escapistas, no quieren sufrir, buscan la evasión. Éste niño la tiene difícil porque aun es pequeño y depende de sus padres. No obstante aun así intentará triunfar en su pensamiento poco popular. Todo el filme está plagado de idealismo, no todo es interesante, hay cliché, mientras el gobierno es prácticamente una nada para los presentes, seguramente hay una crítica al gobierno británico en su quehacer político de los últimos tiempos, pero lo más valioso es la individualidad de éste jovencito proponiendo pelear y no claudicar, incluso frente a lo que luce irremediable. Léase una lectura que se puede plegar a todo señalamiento del sufrimiento, tan común a la humanidad. 


Don´t look up como base le dice a casi a todo el mundo estúpido, porque no quieren ver, solucionar, razonar, luchar un cometa que va a acabar con el mundo en tan solo 6 meses. Éste filme es una sátira y una película muy frontal, no deja nada a medias, es todo y sin límites, esto le juega en contra, no sólo porque insulta a todo el mundo desde un pedestal -en realidad ecologista, sobre el cambio climático- sino que se extraña mayor intelecto para exponer y pensar algún tema, sobre todo importante. Subestima a la gente, lo dice todo por eso como para bruto y encima menospreciando literalmente, abundan las bromas directas sobre lo estúpida que es mucha gente. Se escuda en que está diciendo la verdad, entonces es correcto y elogiable lo que hace. Lo gracioso es que nadie se siente identificado con la estupidez, en realidad todos creen que son esa minoría que en un momento el hijo de la presidenta salida de la era Trump señala sin dar muchas pistas, como para que los más "astutos" se rían sin verse en el espejo. El filme se ríe de las redes sociales y un gran público con éste, cuando más bien deberían agradecer la oportunidad maravillosa de poder expresarse, aun cuando efectivamente hay de todo y hay que escoger la paja del trigo. Lo virtual efectivamente imita la vida. El filme también ríe bastante de la clase política, de la americana, una curiosidad, cuando siempre han solido salvar al mundo, pero son los residuos de haber vivido la era Trump y alinearse con el resto del mundo. Es verdad que las clases políticas se prestan para la sátira, pero tampoco esto apunta a producir soluciones. El filme es básico en su pedido, en un momento la ambición de mucho dinero destruye una salida fácil. En sí es un filme que puede estar pecando de simplista, igual de facilón como a quienes señala de brutos. El filme es atractivo, porque hay grandes actores, muy populares y talentosos. No lo hacen mal, desde luego, y hay líneas narrativas que no son necesariamente malas, hay alguna comedia franca rescatable, lo de la amante conductora de tv es dar en el clavo. Pero la superioridad, el menosprecio continuo, la historia como para bestias hacen que uno no se ría mucho o nada. McKay se la juega toda es cierto, es osado, tiene personalidad, pero eso tampoco necesariamente significa grandeza. La verdad que quiere movilizar el pensamiento debe tener su tino, debe tener su educación, debe tener cierto respeto. En un momento dicen que expliquen sin matemáticas; más claro, imposible, pero ya se siente todo alardeando (vacío). Si bien no es que uno alabe la filosofía mas oscura (y por lo general torpe en comunicación), pero tampoco el otro extremo. El filme se la pasa renegando de los estúpidos, que incluye cosas valiosas como las redes sociales, aun cuando es verdad la libertad requiere de responsabilidad y madurez y cantidad de gente no la tiene ni la valora. Justo ahí es otro punto, hay que valorar, agradecer, ser un poco humilde, y eso va para todos, hasta para genios y gente muy popular. Hacer algo contra el cambio climático es urgente, pero requiere otro tipo de "arreo", no tan vulgar, porque el trato es chusco, es como imitar el mismo método del que se quiere reír. No es necesario decir estúpido para explicar algo, tampoco la literalidad. Hay mejores formas. Hay chistes que no son graciosos. También, aunque un final más breve y más humilde, mejor final el de Melancholia (2011). 

domingo, 26 de diciembre de 2021

The Matrix Resurrections


Matrix Resurrections (2021), de Lana Wachowski, es la 4ta de Matrix tras 18 años de las 2 últimas, es sin duda un suceso, y ésta película no está gustando, no ha gustado, pero se nota que será una película de culto a la larga. Ésta no es una película perfecta, pero es más que decente, es una buena secuela. En ella te explican todo lo anterior, se alimenta mucho de su pasado, de su propio pasado, de las tres obras anteriores, pero luego agrega algunas nuevas ideas al concepto ya cimentado de Matrix. No es un aporte grande, pero suficiente como para entender su existencia como película, cosa que se discute en el filme, cuando Neo (el gran Keanu Reeves) se ha vuelto famoso y rico creando un videojuego que es la trilogía de Matrix. Como pertenecen a un estudio o productora de videojuegos analizan en metacine varias cosas con respecto a hacer una película. Debaten la razón de hacer una cuarta propuesta, ironizan mucho, rajan del hambre de dinero y superficialidad del cine más popular. Discuten que el cine es grande y Matrix dentro porque se hace uso de trascendencia, de filosofía, de sustancia y no solo de acción y espectáculo, lo cual ciertamente es discutible, el cine para entretener puro y duro también es noble y valioso, muchas veces necesitas de esa acción sin más, como de esas películas de terror sangrientas, y esa desconexión y super relajo. Pero obviamente el cine e incluimos el más popular, made in Hollywood, también requiere de la magia de la trascendencia, del cine popular con autoría, de riesgo y originalidad. El séptimo arte es un conjunto de muchas partes, buenas desde su lugar, es el canto de la diversidad, del eclecticismo cinéfilo. El filme juega un rato a la ironía, al metacine, a que Matrix es una película, videojuego o programa, es lo mismo, y su razón de ser, su valía. En otro momento se dice que el ser humano es muy loco, muy imaginativo y tiene hambre de ficción, tal cual la vida, la simulación, le aburre. El nuevo tema es hacer de la Matrix un mundo mejor para todos, Matrix 4 habla de convivencia, entre Anderson (lo real, Reeves) y Smith (lo virtual, ahora Jonathan Groff), volviendo al cauce clásico, a controlar la cabeza mecánica o el programa del mundo virtual, representado en el analista (Neil Patrick Harris), el que piensa, y ha aprendido a valorar a Neo, quien -ya más viejo y un hombre un poco cansado, aunque aun sabe kung fu, como él mismo dice- solo quiere rescatar a Trinity (Carrie Anne Moss), algo "pedestre" pero indiscutiblemente necesario como el amor. Neo es una leyenda, y puede que el nombre en la nueva Matrix se base sobre todo en su fama. No obstante Keanu Reeves actúa con semejante entrega, compromiso y nobleza que su personaje sin duda está en lo alto de cualquier cinefilia. Lo demás, la acción es para pasar el rato, aunque lo de los suicidios usando cuerpos como proyectiles tiene su novedad y gracia. Hay nuevos nombres que pueden no ser tan geniales, igual las anteriores Matrix también tenían un poco el mismo defecto, algo de sentir de relleno, pero finalmente cumplen su pequeña función. El nuevo Morpheus, su reconexión, conceptualización y renacimiento, y desvinculación del rostro de Laurence Fishburne, así como de Hugo Weaving (que igual son míticos), también tiene de notable, así como esa figura a través de la desintegración y aparición de átomos. Groff en particular está muy bien en su papel, maneja virtuoso la ironía y cierta vanidad -marcas de la casa, de Smith-. El resto del equipo no será en realidad tremendo aporte, pero hay un sentido, serán superficiales pero igual todo grano de arena contará al final. Las máquinas del mundo real también manejan su atractivo, aunque lo importante en realidad esté en el mundo fantástico de lo virtual, es decir el mundo como lo conocemos. Nota aparte es la pelea entre el nuevo Morpheus y Neo que está muy buena, con su toque a lo Dragon Ball y medio kung fu de los 70s, retro, con un Reeves que como todos manifiestan envejece bien (incluso hay una broma de ello).  

Drive my car


Ésta película se basa en un cuento de Haruki Murakami. Dirige el nipón Ryusuke Hamaguchi, director que ha sido la sensación del año 2021 para la cinefilia internacional, en especial para la cinefilia hardcore. Estuvo compitiendo en el festival de Cannes por la palma de oro 2021 y ganó mejor guion en el evento. Hamaguchi junto con Wheel of fortune and fantasy (2021) ha llegado al top máximo y se vislumbra que clasificará al Oscar 2022. Ésta película nos muestra a un director de teatro y reputado actor teatral, Yusuke (Hidetoshi Nishijima), y su gran amor por su mujer, Oto, pero que esconde algo sórdido, ella es promiscua y lo engaña continuamente, hasta tiene sexo en su propia casa, y él sabe. Esto es tratado de diversas formas, una de ellas es la principal, pasivamente, pero en la historia del sueño se dice claramente que ella en realidad esperaba una reacción, pero Yusuke por miedo a perderla nunca la enfrentó y se siente culpable por ello, siente que eso es parte del devenir de Oto. Oto tiene una cierta justificante, si bien la corrupción no se justifica nunca, no debe justificarse. En ésta película se mezcla la realidad y cotidianidad de los personajes con el teatro, con la obra en particular de El tío Vanya, de Antón Chejóv, y sucede que fuera de la ficción dentro de la ficción se repite la obra de Chejóv y se comunicaran entre sí, como intentado dar respuestas a la obra teatral, auscultando intelectualmente la temática de las ausencias o carencias y la sordidez empujada a esa vera o quizá ésta acaece medio accidentalmente, de manera inconsciente. Yusuke participa de la puesta de Chejóv y es asignado con un chofer, una muchacha llamada Misaki (Toko Miura), aquí surge otra línea narrativa que en buena parte es similar a lo que ha vivido y vive el patrón Yusuke. Lo de Misaki también guarda secretos muy íntimos y anida la culpa; se dicen que pudieron salvar a esa persona amada y conflictiva, la persona de sus vidas. Murakami suele utilizar el sexo con atrevimiento, con modernidad, y plasma una mirada occidental -incluyendo lo intelectual- donde se apuesta por cierta originalidad. De esto nace otra vertiente de análisis o de respuesta, la normalización de los sucesos, señalar una ordinariez de los hechos claves, de lo que hace Oto, donde se expresa no hay mayores explicaciones, donde todo dan a entender es secundario, y se ve con tranquilidad lo que en realidad no es así o no suele verse así. Yusuke se apoya en Misaki y entablan una amistad de duelo, de llevar una misión trunca, de completar el vacío y lo que dejaron de hacer, aquellas conversaciones difíciles, complejas, y que más que seguro incluían terapia. Notemos que la madre de Misaki incluso es media Norman Bates, un ataque y alarde de creatividad de Murakami. Entre Yusuke y Misaki hay una relación sofisticada, no implica sexo de ninguna forma, ni tampoco amor, su amistad es muy clásica nipona, analítica y mística a partes, muy educada y con distancia -no hay que olvidar que existe una relación laboral y una pirámide-, pero se hablan de manera autentica y sincera, conocen y piensan los más oscuros secretos mutuos, si bien el mal no proviene de ellos en realidad, ya que lo suyo fue cobardía y debilidad, y pasividad, dejar que las cosas pasen y les pasen por encima -aunque Misaki si se llegó a agotar-, no perversidad, aun cuando ahora son gente fuerte, seria, de carácter, pero aun nobles. Hay otra línea narrativa del filme también importante y de interrelación jugosa, con un muchacho y amante de Oto, Koji, que de lo existencial llega a la autodestrucción, el que va revelando secretos que van cambiando como él se ve frente a la historia y otros. Lo de la esposa muda sí luce intrascendente, se manifiesta ripio, aunque pinta de sensible y supuestamente profundo y hasta quiere ser curioso y en realidad no lo es. No obstante le agrega matices al conjunto, atempera lo sexual en la obra de Murakami. Hamaguchi es joven, tiene sólo 43 años, y se nota muy talentoso. Su debut en el cine fue un trabajo universitario, hizo una adaptación de Solaris (2007); por encima del resultado que fuera denota su ambición, ese gen de querer hacer algo distintivo e inmortal, actualmente más propio del ingenio que del presupuesto y es un éxito. 

jueves, 23 de diciembre de 2021

The hand of God


Al mirar ésta película salta una virtud que celebrar y algo que recriminar. La virtud es que el famoso director italiano Paolo Sorrentino es un creador nato, encargado así mismo del guion, cosa que es muy importante. Lo que hace en la presente película es por una parte fantástico, algo que requiere de un trabajo colosal, mucho dinero y un gran equipo de gente complementada al milímetro, todo al servicio de su visión personal, esto está claro como el agua, contándonos sobre él y lo que piensa realmente. Es concebir lo que hace la literatura, desde otra arte. No obstante es una construcción mucho más lejana del alcance de cualquier mortal. Realizar una película, y que sea buena encima, es algo grande. Lo recriminable es que aunque no es un filme industrial, sin alma, robótico o insípido, sí se percibe un tipo de método en su quehacer cinematográfico -más allá del obvio tecnicismo-, la autoconsciencia por momentos de estar haciendo algo para sacar una complicidad fácil, dando algo medio similar de mecánico, algo visto de lejos efectista, pero como camuflado en pseudo autenticidad. Esto se percibe a medias, entre propio, personal, y gancho vacío, dependiendo el lapso. Así se manifiestan algunos momentos logrados y otros deficientes, en un filme irregular, aunque no malo; a ratos luce simplón, a otros se da glorioso. Quizá de verdad, porque Sorrentino es libre como dicen sus personajes, también osado como pocos -y es cierto que maneja algo de incorreción política- y con base real como señalan otros, aunque suene a comercial barato de motivación y personalidad, desde un maestro notorio, algo cliché, un cineasta rebelde y outsider. Eso sí esos clavados que se mandan de la nada son hermosos. Magistral la escena con una seguidilla de hombres lanzándose al agua, en orden, con el fondo de una ciudad digno de premio de fotografía. Sorrentino nos habla de Nápoles; cómo con los mejores hijos nos hace amar su ciudad origen. Es una historia de crecimiento, con una gran tragedia a cuestas, es un filme donde se ama a la familia, un éxito en ese sentido. Es un filme también donde se adora a las mujeres, nuevamente un éxito y doble celebración. Todas las escenas de la tía Patrizia (una hermosa Luisa Ranieri) son obra maestra pura, absolutamente todas sus escenas son perfectas. Daba hasta para hacerle una película a ella sola, que como dice otra voz de la película, no es solo sexo, también drama para que todo brille. La apertura con las transparencia de sus sugerentes tetas es oro en estado puro, por "pedestre" que suene. Ésta propuesta consta de varias aventuras, de sucesos pintorescos, cargados de un espectáculo muy personal, se siente la presencia de Sorrentino, y es llamativo, pero no lo más llamativo; medio que se le otorga un giro o remate curioso a cada aventurilla; Sorrentino quiere poner su sello y lo consigue, sin duda, como cuando una bella y alta mujer del tipo de las modelos acompaña a un millonario y en la -casi- soledad y el silencio de su sensual e impactante caminar en la noche abandonada suelta un insulto de rechazo al protagonista, al joven Fabietto (Filippo Scotti), chico inocente, sensible y educado, que madurará con cada episodio, sobre todo con el drama capital que vivirá y llegará a escenificar intensamente. Sin embargo hay algunos momentos que huelen a fábrica rancia de autor, como con la escena sexual con la vieja. El filme en conjunto es como si estuviéramos dentro de una Big Fish (2003) a la italiana, trabajado en el realismo y la sexualidad. Es curioso que se mencione al mítico Fellini, del que todos dicen Sorrentino se inspira, pero no evita la incorreción hacia éste, poniendo en pantalla a un Fellini breve pero poco simpático. Plasma inspirarse a través de alguien más local, aunque finalmente todo apunta a la gran ciudad, a Roma, por más manoseo previo romántico. Maradona está presente como héroe en Nápoles y familiar, incluso milagro personal de por medio, se siente un pequeño homenaje, está bien tratado, sin exagerar, sin verlo por todas partes.

martes, 21 de diciembre de 2021

The Innocents


En Dreamcatcher (2003), de Lawrence Kasdan, la peor película que he visto en una sala de cine, un hombre con discapacidad se convierte en el héroe de la historia. Pero donde en la de Kasdan era algo apurado, como salido de la nada, con poca solidez, ridículo y en parte insulto al espectador aquí en la propuesta del noruego Eskil Vogt es un elogio a la inteligencia. Eskil vuelve a tener una persona con retardo como héroe, pero aquí el personaje va creciendo gradualmente, va ganándose poco a poco al público y a su entorno, llega a generar empatía y a construirse en una lograda resolución y notable evento sobrenatural de desenlace cocinado a fuego lento y en la sutilidad de efectos mínimos en un parque de juegos. Ésta chica con retardo no dejará de serlo, la figura seguirá ahí, sin que pierda realidad, la dureza de cierta imagen, pero mostrará que puede ganarse el amor de su hermana menor, inicialmente cruel, salvaje con ella. Todo irá de la mano de otra pequeña -morenita de bello y curioso rostro despigmentado- que la valorará, la comprenderá y le enseñará a su hermana menor a cumplir con su responsabilidad, y amar y respetar al prójimo y al desvalido, al que yace en desventaja, desde lo práctico, desde la propia experiencia, poniéndose en el lugar ajeno, desde el reflejo, del gemelo de su perversidad inicial. Es ahí donde el filme muestra a un niño malvado, hecho así por la violencia familiar, por la falta de paciencia y bondad de su madre. Éste niño yacerá lleno de ira, de resentimiento y buscará satisfacción en la venganza, sin por ello recurrir a la exageración gestual, sino más bien a la naturalidad expresiva, aunque con algún cliché de trance de por medio. Entonces entra a tallar lo excepcional, lo sobrenatural, el terror, éste niño tiene poderes, puede hipnotizar y manipular a su gusto a la gente, puede mover cosas, quebrar cosas con la mente. Cómo él se encarga del disparador de su personalidad y el origen de su odio, en la cocina, es una cachetada a la consciencia. Habrá una brutal elipsis con éste cuerpo. Es un filme sólido, con una muy buena historia entre manos, que maneja muy bien el terror clásico, argumentando. Muchas veces lo raro no es lo mejor, como pasa con ésta película, que a los niños los viste con el mundo adulto, sin generar incongruencia, los niños pueden tener maldad nos dice. Vogt no es un desconocido, es habitual guionista de las películas de su compatriota Joachim Trier. Ésta es una película sencilla, clara, pero muy bien ejecutada.

Las mejores películas del 2021


No tienen orden alguno entre sí.

  1. The disciple (Chaitanya Tamhane)
  2. The white tiger (Ramin Bahrani)
  3. A Sun (Chung Mong-hong)
  4. Another round (Thomas Vinterberg)
  5. Supongamos que New York es una ciudad (Martin Scorsese)
  6. The souvenir (Joanna Hogg)
  7. Never rarely sometimes always (Eliza Hittman)
  8. The father (Florian Zeller)
  9. The Mitchells vs the Machines (Michael Rianda y Jeff  Rowe)
  10. Soul of a beast (Lorenz Merz)
  11. La place d'une autre (Aurélia Georges)
  12. Espíritu Sagrado (Chema García Ibarra)
  13. Noche de fuego (Tatiana Huezo)
  14. Pig (Michael Sarnoski)
  15. Cry Macho (Clint Eastwood)
  16. Petite maman (Céline Sciamma)
  17. Titane (Julia Ducournau)
  18. Wheel of fortune and fantasy (Ryusuke Hamaguchi)
  19. Dune (Denis Villeneuve)
  20. Annette (Leos Carax)
  21. The First 54 Years (Avi Mograbi)
  22. A Night of Knowing Nothing (Payal Kapadia)
  23. Out of Sync (Juanjo Giménez)
  24. The Green Knight (David Lowery)
  25. Jesús López (Maximiliano Schonfeld)
  26. Nitram (Justin Kurzel)
  27. Wrath of man (Guy Ritchie)
  28. The power of the dog (Jane Campion)
  29. Drive my car (Ryusuke Hamaguchi)
  30. De todas las cosas que se han de saber (Sofia Velázquez, la mejor película peruana del 2021)

Top 6: mejor cine de terror del 2021

  1. Last night in Soho (Edgar Wright)
  2. The Innocents (Eskil Vogt)
  3. Mad God (Phil Tippett)
  4. Los huesos (Joaquin Cociña y Cristóbal León)
  5. Malignant (James Wan)
  6. Lamb (Valdimar Jóhannsson)

domingo, 19 de diciembre de 2021

The novice


Ganadora de mejor película en la competencia nacional, americana, y mejor actriz para la protagonista, Isabelle Fuhrman, en el festival de cine de Tribeca 2021. Es una de las 5 nominadas a mejor película en los Independent Spirit Awards 2022, premios que han vuelto al cauce eligiendo películas con un tope mucho menor al de las grandes producciones Hollywoodenses, distinguiéndose nuevamente de los Oscars. Es el debut en dirección de cine y guionista de la experimentada editora de sonido Lauren Hadaway. Es una película que tiene personalidad en su estética, tirando para colores azules, turquesas, compaginando con el frio de la zona. También trabaja bajo la estética de la tensión y el nervio, del sudor profuso y constante, del esfuerzo duro y parejo, que llega a sentirse de cercanía de crisis y quiebre, siempre al filo de caer, de explotar, de rendirnos al cansancio, así mismo de perder, de ser finalmente derrotados. La protagonista se llama Alex (Isabelle Fuhrman) y es novata en el equipo de remo de una Universidad, está en su primer año universitario, es una ganadora neta, una chica que ama esforzarse, más que talento es la motivación máxima en persona, casi como comercial de marca deportiva, como Nike, ropa que vemos que llega a usar. Alex quiere ser la mejor del equipo de remo, la vemos luchando dentro de un alto nivel. Ella no cree en los pronósticos -que le tiran para abajo como novata- ni siquiera en ganarse la amistad de sus compañeras, ella es competitiva a mil y quiere ser la número 1, hasta llega a la obsesión, a la fijación (casi) absoluta. El filme es éste retrato de esfuerzo extremo, de atleta excepcional, y lo hace muy bien. Tiene cierta redundancia, pero es sobre todo un éxito de pasión por el deporte, acometido desde la élite. Es un retrato deportivo muy crudo, muy real, muy rudo y duro, puede que un poco incómodo, tiene su impacto, aunque exhibido con mucho dramatismo, el sudor se siente, salpica fuera de la pantalla. Además hay romance lésbico, la chica protagonista es queer. Éste retrato romántico se siente parte solamente, no es lo más importante, pero está decentemente tratado; lo más grande aquí es el deporte y es otro logro del filme, la naturalidad de la elección sexual, aunque tiene un cierto tonteo del día a día en la relación. No obstante hasta se comparte habitación. Ésta propuesta puede sonar a critica hacia la obsesión (destructiva) dentro del deporte, pero al mismo tiempo es contundente con aquello de ten cuidado con lo que aspiras o asume la grandeza de tus sueños, que no va a ser fácil. Es un filme que se siente bastante indie, pero bien ejecutado. Puede quizá exagerar un poco y en algo redundar, pero está lleno de virtudes, un largo sostenimiento que habla de ingenio y solidez general.  

miércoles, 15 de diciembre de 2021

Junior


Justine es una muchachita de 13 años que es como un tipo más de una banda de adolescentes -un calzoncillo más, como se dice en jerga por acá-, no es una chiquilla guapa, tira a masculina, es tosca, algo cochinita, tiene acné y viste muy anti femenina. A Justine su amigos le dicen Junior. Ella entrará en una transformación, que recurre al terror y a la fantasía, un poco a lo desagradable, mientras recuerda levemente a La Mosca (1986), de David Cronenberg. Pero debajo de ésta recreación fantástica se oculta algo muy común y bastante real, el estar bastante consciente de ser mujer, a partir del deseo que éstas producen en los hombres. La dueña de éste corto de 22 minutos, la francesa Julia Ducournau que yace aquí en su debut, y hoy consagrada tiene 3 películas en su filmografía, incluida la presente, señala el machismo y la brutalidad de ver a todas las mujeres atractivas como putas, perras, así de seco. Claro, los que creen esto son niños o pequeños aun y tienden a la simplificación más primaria o poco meditativa, pero también copian a los adultos y cómo estos ven el mundo. Éste corto es también una denuncia, común y no menos importante. Pero al mismo tiempo, y está muy bien, Ducournau no quiere que una mujer evite ser atractiva, de esto el cariño y defensa de la hermana mayor coqueta y sensual, e inclusive de la enemigas de su edad con quien a Junior se le llega a identificar por una parte. Lo de putas sobra, nos dice el filme. Pero Ducournau piensa no solo en la belleza, sino que una mujer atractiva aun puede ser amiga, compañera, una fémina a tratar por igual, con relajo. Puede que el corto falle un poco al diferenciar entre feas y bonitas, ya que la belleza finalmente es subjetiva, sin ser ilusorio, no debería ser tan definitoria, pero su contextualización enfatiza en la figura previa de Junior, deja claro muchos descuidos de ella en su imagen. La figura es efectiva al uso y no insulta a nadie finalmente, aunque puede que le de demasiado valor a la belleza, pero es un tema propio de la edad también y una realidad planetaria, una afirmación de nuestra humanidad. Todo esto no suena especialmente creativo, artísticamente hablando; estar fuera de la crisálida puede ser un poco decepcionante, frente a un mundo mucho más creativo en el terror y la fantasía, pero el filme trata de pensar una temática en particular y le funciona, deja argumentos en el aire. No es un corto maravilloso, pero es decente. También se ve que en la maravillosa Raw (2016) perfeccionaría mucho éste corto, volvería a las mismas ideas de manera notoria e incluiría a la misma actriz, a Garance Marillier, acá debutando también. El rastro del corto llegará hasta Titane (2021), sólo que las ideas volaran tanto que dejará una lectura bastante novedosa, original, ultra moderna y un poco inclasificable. Raw será una consolidación maestra de sus ideas y Titane un juego de plasticidad sublime. Por todo esto hace de éste corto y debut, aunque de arte más pedestre, algo a aplaudir. 

lunes, 13 de diciembre de 2021

The power of the dog


The power of the dog (2021), de la neozelandesa Jane Campion, es una película imponente (sin que tampoco recurra a muchos elementos visuales), una de las sensaciones de la temporada previa a los Oscars 2022, producida por Netflix. Mereció mejor director en el festival de Venecia 2021. Es una obra notable, pero no una obra maestra, porque es demasiado clara, tanto que hasta casi te deja ciego, tiene partes subrayadas, deja todo muy a la vista, como para que no hagas ningún esfuerzo de comprensión; éste exceso de explicación hace que deje una cierta sensación de ociosidad en uno, le quita magia al juego con el cine. Se extraña un poco de sutileza, espolvorearla aquí y allá, esto la hubiera convertido en una obra perfecta. No obstante tenemos entre manos una gran historia, super interesante, además de original, es un western gay, un western sin disparar una sola bala, con una temática labrada en profundidad, con mucha sustancia. Es como la continuación de una Brokekack Mountain (2005) dentro de una versión perversa. Un hombre menciona constantemente a alguien muerto hace más de 20 años, quien le enseñó a ser quien es, a Bronco Henry. Phil (Benedict Cumberbatch) dice que apesta, pero le gusta ser así. Bronco Henry le enseñó un disfraz, que en un mundo como el que vive, un western, donde se remarca el machismo y la masculinidad y la bravura y la tosquedad lo empuja a ser agresivo. Phil yace enfundado en la ira, lleno de miedo. Ha decidido apestar, esto lo lleva a ser una mala persona, un peligro y una peste para una mujer en particular, la madre de Peter (Kodi Smit-McPhee), interpretada por Kirsten Dunst, Rose. Habrá que enfrentar esa amenaza, ese gen de desequilibrio emocional, de destrucción de la paz, victima del mundo también. Rose sufrirá y como dice la voz en off en la apertura, habrá una prioridad, eso hace del filme algo rico. Cumberbatch domina la pantalla, hasta muestra escenas sensuales, éste es el único lugar donde el filme de Campion deja de ser clásico, excesivamente clásico (hasta alejarse un poco de esa gloria de antaño). Es una propuesta que nunca es vulgar, dice las cosas con gran nivel y no es elitista. Una sutileza, una elipsis, es la primera experiencia sexual de Peter, donde Peter finalmente es como dice él mismo, es alguien duro, aunque le digan afeminado, fue quien encontró ahorcado a su padre. Dunst siempre tiene cara de ansiedad, se redunda en ello pero es vital. Otra elipsis, hay algunas, es la ausencia del hermano y marido, que no lo juzgan, pero tiene culpa. Phil trata mal a su hermano, pero en el fondo no puede ni quiere vivir sin éste. Es claro que por ello odia a Rose. Phil muestra matices, es tremendo personaje, domina la obra, llega a mostrar humanidad al verse como en un espejo, el mundo tiende a repetirse. No será un western por las balaceras, pero hay gente igual de dura, digna de esos contextos, sólo que más allá de las apariencias, de las primeras impresiones, inclusive de los lugares comunes y los menosprecios. Phil apesta, pero como dice el gobernador, es una suciedad bien ganada, al ser ganadero, y le es efectivo, aunque como dice un famoso microcuento, al levantarse el dinosaurio seguirá ahí, todos los dolorosos problemas existenciales. Phil es mala persona, se burla del alcoholismo y la autodestrucción por dar una mención, pero en ésta inteligente historia él es más que eso y eso es notable en un filme, tallada su persona minuciosamente eso sí. Es un western clásico en sentido de que se repele la debilidad, pero la pregunta salta a la vista, ¿a qué costo?, de ahí salen mil respuestas y un estudio glorioso, como varios eventos claves. 

domingo, 12 de diciembre de 2021

Las leyes de la frontera

 


Las leyes de la frontera (2021), del español Daniel Monzón (el director de Celda 211, 2009) nos exhibe a un muchacho de 17 años, apodado El Gafitas (Marcos Ruiz), que entra en una banda de muchachos criminales. Lo hace enamorado, atraído, por Tere (Begoña Vargas). El Gafitas era visto como un bobo, pero es con el acercamiento a ésta banda que el chico se avispa y hasta realiza actos reprobables. El escenario es franco, realista, los muchachos estos hasta roban con navajas y pistolas, ponen en peligro a la gente, venden drogas. Un filme no tiene que ser moral, pero ponerle inocencia o simpatía a un muchacho que se dedica a esto es un poco incongruente. No obstante El Zarco (Chechu Salgado), líder de la banda, y el nuevo inspector de policía dejan ver que El Gafitas en realidad no encaja con esto, no tiene la pasta de tipo duro, pero bien que se deja llevar, justificado por su atracción sexual a Tere -que tiene buenas escenas de éste tipo-. Es un filme que cumple con entretener, aunque no sobresale mucho. El final es soporífero pegándola de sensible, encima extenso. Las persecuciones con disparos se ven simples, pero al menos son decentes. Hay una buena relación cinematográfica entre Tere y Gafitas, mientras Tere es libre como el viento. El Zarco tiene su buena imagen, así mismo Gafitas, cada uno en su rol. Tiene una virtuosa ambientación a 1978 y la música tiene personalidad desde lo nacional que otorga un pequeño plus. Es un filme básico, ya visto, pero lo español le otorga cierta novedad, es hacer la versión patria de algo que le pertenece a todo el mundo, el trance a la adultez, salir de la inocencia, intentar ser "cool" de paso y tener sexo con una chica guapa con personalidad llamativa. Ciertamente le falta más acción; lo de la noche de baile a lo Travolta entre tragos o visitar a las prostitutas tiene su encanto frontal y poco más. No es tan memorable (un mínimo), pero tiene una cuota de entretenimiento. 

sábado, 11 de diciembre de 2021

Nitram


Nitram (2021) es una película que se despliega en la temática de la venganza y en la criminalidad, temas que domina el talentoso director australiano Justin Kurzel. Ésta venganza es contra algo gaseoso, la venganza es contra el mundo, contra nuestra vida y nuestras frustraciones y los tantos golpes y humillaciones de la existencia. El filme analiza el por qué de la masacre de Port Arthur, Tasmania, Australia. Al protagonista se le llama despectivamente Nitram (Caleb Landry Jones), es un chico con problemas de adaptación, extraño y quizá un poco loco, pero intenta ser algo decente, pero es el mundo y la gente que lo rodea que con tanto golpe lo empuja hacia abajo medio sin querer; la realidad es así de dura para todos, vivir es complicado y decepcionante muchas veces, hay que lidiar con esto para sobrevivir e intentar ser feliz, pero Nitram es visto como un retardado y cómo a veces se comporta de manera absurda y desequilibrara la caída le llama con fuerza. La historia también es como éste peso recae en especial en la madre (una estupenda Judy Davis), que comete el error de no tolerar ni comprender a su hijo complicado, cree incluso que se burla del dolor ajeno. Nitram es más cercano a su padre (un gordo y carismático Anthony LaPlagia), quien es dócil con él y lo trata con sensibilidad y mucha paciencia, paciencia de santo. No obstante el padre es un hombre muy frágil y hará que Nitram más bien pierda el equilibrio con su debilidad e hiper sensibilidad. Nitram en el fondo tiene buenos sentimientos, necesita rumbo y mentores más sabios. Pero Nitram yace un poco abandonado a su suerte, a sus defectos y a malas interrelaciones personales. No obstante conocerá a una mujer interesante, aunque un poco freak, interpretada por una virtuosa y mayor Essie Davis. Caleb Landry Jones ganó mejor actor en el festival de Cannes 2021 por ésta película y es muy merecido. Nitram en sus manos luce infantil, con continuos exabruptos y reacciones desconcertantes, pero no luce violento. En todo esto entra a tallar una denuncia, la facilidad y hasta la corrupción para conseguir armas para la época en Australia, mediados de los 90s, algo que se dice asoma nuevamente en la actualidad. La desadaptación de Nitram empieza a tomar peor forma cuando descubre las armas, su descontento existencial toma un hobby peligroso. El resto, entonces, es cuestión de tiempo, Kurzel no recrea mucho la masacre (evitando lo más fácil y llamativo), apenas lo mínimo y muy acomodado, porque ya dejó en claro lo que busca razonar, de dónde proviene, cómo llega a suceder, el incidente, todo el cúmulo de errores alrededor de Nitram y además deficiencias de la ley. Vemos como todo golpea a la madre en una toma super sugerente y poderosa, que concentra mucha tristeza silenciosa y puede que hasta culpa. Nitram es también una víctima del mundo. Reducir todo a la locura es no ver el panorama completo, no ir más allá de la superficie, de una parte del problema, mal llevada, incluso se ven médicos negligentes, como gente abusiva, soledad y malos guías. Es un filme notable para pensar en la criminalidad, en argumentar causas sólidas. De paso es atrapante.

miércoles, 8 de diciembre de 2021

The Card Counter


Dirige y escribe el guion Paul Schrader. Versa sobre un jugador y apostador de cartas, ex presidiario, llamado William Tell (Oscar Isaac). Es un antihéroe y un tipo un poco loco, como cuando cubre con sábanas las habitaciones que alquila. Pero finalmente es una buena persona, observando que intenta cuidar de Cirk (Tye Sheridan); se puede ver que es un personaje con matices, un buen personaje. Ésta obra toma el derrotero del juego de cartas, que involucra fuertes endeudamientos. En esto entra a tallar La Linda (Tiffany Haddish), aunque igual que William termina siendo una persona con humanidad. No conocía a Haddish y me ha dejado una grata sorpresa, físicamente es atractiva, una afroamericana grande, exuberante, luce llana pero tiene su cuota de sofisticación. La Linda es un personaje con calle, pero no cae en el lugar más simplista, aun cuando tiene un papel en el submundo y se presta para el entretenimiento. Es una propuesta visualmente austera en muchas partes, en su producción de arte, pero siempre es competente y tiene aun así nivel, como toda la obligada parafernalia que monta ir de viaje a competir en las cartas. William Tell es un nombre de leyenda; como Ana Bolena en Spencer (2021) Schrader seguramente le da similitudes a su criatura con el mito, pero creo que alcanza quedarse con ser un ex preso anónimo, con temor a ser descubierto, por un pasado que agrega solidez al protagonista, sobre las torturas militares en cárceles extrajudiciales. De esto último ingresa en el panorama y crea relación Cirk con nuestro antihéroe, de aquí nacerá el thriller. Es un filme de un par de caras, pasa de algo más simple como el juego de cartas a lo criminal y viceversa, ambas cosas dialogan entre sí. Tiene definitivamente un muy buen guion. Oscar Isaac está soberbio; en un momento dramático mediante un monólogo muestra maravillosamente el fastidio mental que le genera su pasado. Haddish también agrega personalidad y realismo, además de que no se ve una mujer muy común en el cine, y tiene talento, puede verse imponente y sensual y en otro momento romántica o sensible. Es un filme cool con naturalidad, como cuando vemos escribiendo a William mientras bebe whisky en su habitación. En manos menos duchas esto definitivamente hubiera naufragado, contiene muchos elementos para fallar, pero nunca lo hace. El juego de cartas agrega interés con muy buenas explicaciones, y nunca aburre cuando suele ser un juego con mucha pasividad. La austeridad general también está muy bien manejada, hay sequedad pero se siente parte del protagonista y la ciudad. 

lunes, 6 de diciembre de 2021

¡Al abordaje! (À l'abordage)


Éste filme francés aparece en el top 10, de lo mejor del año 2021, de la revista francesa Cahiers du cinéma. Es una película sencillita, simpática, básica, con todos los elementos para gustar a muchos, es fácil de generar empatía, sobre todo en quienes quieren valorar mucho más el respeto por las diferencias raciales, y ver una igualdad fuerte, aunque apuntando a enaltecer -a priorizar- a las minorías, como la gente de color en Francia. En éste filme 2 amigos de color, Félix y Chérif, se van de vacaciones a un pueblito francés. Ellos son los únicos hombres de color, pero el filme de Guillaume Brac no quiere colocar conflictos raciales ni esas cosas, sino ver todo muy tranquilo y sin mayor distinción, dentro de una obra típica de verano francés, propio de una comedia ligerita, cero rotura de cabeza, cero polémica, incluso propone inocencia dentro de un empaque super amable, que no teme ser un poquitín tonto. Es una propuesta sensible, donde Chérif un poco se menosprecia, se llama fracasado en el amor, en el arte de la seducción, se ve gordito y no se halla muy atractivo. Él llena sus carencias físicas con una personalidad bonachona y diligente, es así que conoce a una chica bonita, joven, con un niño pequeño, y lentamente se la gana, haciendo de niñera, pero de manera muy práctica y simple. La película tampoco complejiza ésta relación ni lo que hace Chérif para ganarse a la chica. Es un filme del tipo buena onda, feliz, los problemas de los protagonistas son intrascendentes, es el verano y las conquistas solamente (de paso, medio velado, se trata de un poco de sexo), desde algunas diferencias y algunas limitaciones, nada del otro mundo tampoco, estamos en el siglo XXI, hay bastante agua bajo el río. No hay mucho más, pero a veces es justo lo que buscamos, desconectar y ver algo bonito y ya. Félix es un poco más engreído que Chérif, lo suyo cae un poco en la vanidad, pero como se trata de enaltecerle, el desarrollo apunta a dejarlo triunfante, aunque ciertamente hay un poco de rechazo de valor, que dificulta para bien el retrato, lo vuelve más común y real en general, para todos, menos idealizado y paternal. Cuando se pone un poco de picardía a la chica de Félix el filme mejora un poco. La igualdad racial en una película viene mejor en la natural imperfección humana. No en el insulto ni la discriminación, sino en nuestra gama de emociones y complejidad. La chica de Chérif es prácticamente muda y la de Félix no ata ni desata mucho, parece tal cual sus pantaloncitos que traslucen su trasero, una chica para el verano, y así va el filme, finalmente de muy francés. No es una luminaria de película, aquí no hay demasiada trascendencia como propuesta, pero es agradable, bien hecho a esa vera. 

domingo, 5 de diciembre de 2021

Lamb


Ganadora del premio a la originalidad en Un Certan Regard, Cannes 2021. Debut del director islandés Valdimar Jóhannsson. Es una película que tiende a desconcertar, sobre todo al estar uno demasiado acostumbrado a esperar narrativas convencionales, o a buscar explicaciones claras. Pero el filme que vemos es de pocos detalles, pero los tiene, hay que afinar la vista y coger las pequeñas pistas. Ésta propuesta en realidad es más simple de lo que uno puede creer, simplemente hay que separar planos. El filme tiene un plano subjetivo, sin recurrir a la técnica cinematográfica de la toma de la cámara, sino notando que se hace uso de éste recurso literario. Una pista central yace en el cementerio, cuando descubrimos ahí el nombre del extraño bebé que cuidan. La trama trata como una pareja de esposos, Maria e Ingvar, Noomi Rapace y Hilmir Saer Gudnason respectivamente, adoptan a un animal como su hijo, y éste toma rasgos humanoides. Maria e Ingvar han perdido a su hija y el enorme dolor que sienten hace que ellos vean a Ada, como se llamaba, en una oveja que recogen y tratan como a un niña. La rutina es determinante, estos entran en un estado de depresión y silencio, para luego introducirse en un pequeño delirio. Ambos con una simple mirada cómplice se ponen de acuerdo, aceptan un cierto estado de locura, que no es más que llenar el inmenso dolor, una ausencia muy determinante, reemplazable tan solo con éste estado de delirio. Entonces cómplices, compañeros de viaje en el mismo vacío y pseudo salvación trastocan la realidad y lo que vemos es cómo ven el mundo, dentro de un plano subjetivo literario, es decir vemos a la oveja moviéndose como un niño. La fantasía se apodera de ellos, de la pantalla y engaña al espectador o lo hace participe de un lugar bastante emocional, medio escondido en aquella frialdad y soledad de la montaña. También de momentos extraños, pero igualmente tiernos. Es una declaración de paso de los derechos y la defensa y cuidado de los animales en general. Dígase una defensa sólida, porque del primer estado que se halla uno, de sentir cierto ridículo o tomadura de pelo, pasamos a sufrir temor y tensión por la seguridad de Ada, cuando llega el hermano de Ingvar,  Pétur (Bjron Hlynur Haraldsson), quien encima tiene pinta de criminal, de tipo duro, mediante una escena sencilla, pero muy sugerente. En ese momento Pétur no entra al juego, le parece que algo descabellado está sucediendo, pero como luego revela sentimientos hacia Maria es ponerse en el lugar del hueco que existe en la pérdida, entiende el estado que presencia. Nuevamente el filme nos engaña. Se cuela la fantasía que es como seguir la cuerda en realidad. Pronto todo deviene en tragedia. Presenciamos un plano fantástico en pantalla, pero lo que sucede en verdad es algo que se entiende perfectamente. Es un malentendido. Ese desenlace de relaciones es muy poderoso, cargado de sorpresas ¿Qué va a hacer Maria frente a un segundo despojo? Se tejen muchas probabilidades, el filme cambia varias veces de decisión en poco tiempo. Luego participamos de la explicación surreal (la venganza de las bestias y lo que puede ser tenido por terror), la fantasía que posiblemente sea la leyenda que se cuente en la zona de ahora y adelante, en que lo humanoide puede significar cierta dificultad de adaptación e identificación de la adopción en general. Es una historia muy escueta como para impresionar, pero es notable como se proyecta desde lo mínimo. Es un filme curioso, apreciable, no cabe duda. 

miércoles, 1 de diciembre de 2021

García


Ésta es la ópera prima del director colombiano José Luis Rugeles. El actor mexicano Damián Alcázar hace de un "típico" colombiano (entre comillas porque tira a personaje, hay cierta exageración, pero no le falta el habla por dar una mención), es un hombre híper correcto, un tipo casi santo, muy trabajador (como vigilante de una fábrica), pero un poco mediocre quizá, conformista, sus expectativas son muy humildes. A su mujer le promete una finca, a Amalia (Margarita Rosa de Francisco), pero la que le quiere comprar deja mucho que desear, hay mil cosas por arreglar. Amalia por todo esto vive odiando a su marido en secreto -no le dice mucho, pero para seria, siempre observadora- porque no le da la vida que ella quiere, sino una existencia de pobreza. García (Alcázar) adora a su mujer, y en un diálogo le llega a decir que le ha faltado comunicación y mucha más fe en él. Ésta lucha leitmotiv que va por debajo entre el odio de la mujer y el amor ciego del hombre dan para plasmar cierta perversidad en ésta comedia dramática con algunos toques de humor negro. García es un buen hombre y hasta metódico y bien ordenado. Ésta manera de ser le gana un amigo, cuando no tiene amigos, está muy enfrascado en su mujer. Éste amigo es Gómez (Fabio Restrepo), un tipo intenso, un poco loco y violento, pero finalmente noble. Entre Gómez y García habrán unas pequeñas aventuras de buddy movie con personajes opuestos y versando en la masculinidad hoy recriminable por el ubicuo feminismo; machista, del tipo macho man. El ambiente que retrata Rugeles es humilde, austero, campechano, un poquitín vulgar, realista, se percibe auténtico, pero curiosamente -y no es una critica negativa- no es una película de cine social, aun cuando se habla de aspiraciones, carencias y frustraciones, todas de Amalia que centra todo -apunta a disparar- hacia García. En la trama participamos de distintos delitos (con poco se hace mucho), que permiten su buen enredo y movimiento bien distribuido y bien resuelto, tanto como palpitamos suspenso y emoción, aunque es un poco endeble la actuación de los brasileños, que quedan en cierta superficialidad o nivel muy básico. El filme se pone del lado de los humildes sin notarse forzado, planteando una cierta cuota de aspereza, pegando de humano más que de "realista". El filme apoya la bondad, cree en la gente, aun cuando tiene perversidad, como con esa primera imagen de violación, pero lo hace sin ser sensiblero o tonto, con calle como se diría. Éste filme contiene buenas actuaciones y personajes, como de Fabio Restrepo y Margarita que esta fantástica, es una mujer guapa y hace muy bien de señora humilde, maravillosa en sus tacos altos amarillos. Otro personaje -y performance- notable es del supervisor (Victor Hugo Morant) con su historia a cuestas que complementa la idea del matrimonio que maneja con cierto sarcasmo la propuesta. 

martes, 30 de noviembre de 2021

Spencer


No es de las mejores películas del talentoso director chileno Pablo Larraín, pero aun así tiene algunas virtudes y deja un saldo pasable en cierta medida. En ésta película Kristen Stewart interpreta a Lady Di o Diana de Gales o como finalmente se reconocerá, como Diana Spencer, en una obra que es algo obvia y repetitiva, pero que a fin de cuentas funciona. También hay mucho llanto, tensión, melodrama y hasta casi una crisis mental, todo de la mano de Stewart que en mucho del filme actuará como si estuviera siempre sola, con sus frustraciones, penas, decepciones y hasta desesperación, esa que la lleva hasta querer medio como a suicidarse con una escalera vieja, en un momento bien artístico, bien escénico y detallista en efectos. Diana sufre por el amor no correspondido del Príncipe Carlos (el actor británico y desconocido, pero prometedor Jack Farthing, que trasmite cierta melancolía suave en un empaque de dignidad ante el sufrimiento secreto). Carlos ama a otra mujer, que llegamos a ver que le coquetea en una iglesia y Diana llega a presenciarlo, suele ser humillada así, esto se nos manifiesta como no queriendo ni pudiendo evitarse quizá. No obstante Carlos le dice que debe verse obligado a tener relaciones con ella como si fuera algo desagradable, todo en el tono de sutileza que también se maneja en el guion de Steven Knight que a ratos puede ser escandalosamente cursi o excesivamente llorón, muy delicado hasta la afectación, a través de una Diana que no puede ser mala nunca y que todo el mundo dice amarla, inclusive la realeza siente piedad y lastima hacia ella, que puede ser infantil y hasta darse el lujo de ser boba, ir a vomitar repetidas veces -y arrojarse humilde y débil al costado del inodoro- y hacer mil y un escenas como con esa maravilla del collar roto por sus manos en la sopa, que luce una escena incómoda y magistralmente tensa. Diana es comparada con Ana Bolena, y al inicio suena algo tonto, pero a medida que lo piensas -y lo ves- se hace una comparación muy precisa; comparten muchas semejanzas, pero siempre haciendo ver a Diana como alguien intachable, golpeada por el entorno que tampoco pretende dañarla ni tampoco Knight, quien es muy respetuoso o cuidadoso en su guion. Toca llagas, pero luego afloja y deja limpio y despejado el terreno, deja muy poca perversidad en el aire. Parece como que no existen culpables, es más como una mala jugada de la propia vida o el destino caótico y azaroso, dentro de esa responsabilidad que Diana parece no contener en un machaque de humildad y llaneza de la personalidad que nos muestran de ella, la princesa del pueblo, y la dueña de un apellido sin mucho abolengo, Spencer, como cuando terminan en KFC tras una escena sumamente ridícula, poco digna de un cine serio, pero que se entiende como más que un desliz una empatía para calichines (cinefilia para dummies). Diana (Stewart) se arrastra cayéndose por las paredes, huye rota y maltrecha, dolida, intenta escapar y no puede (cosa que está en varias partes simbolizado, como con las cortinas), se va desmoronando y reincorporando -y volviéndose a caer- hasta llegar a dar con el water. Todo esto es muy exagerado, muy notorio en querer sensibilizar de la manera más primaria y medio que funciona y no tanto, todo a media caña o en baja sintonía, sobre todo para la gente exigente. Hay varios momentos donde se trabaja con la humildad de Diana, que se confiesa al cocinero o a su asistente que la viste, interpretada por Sally Hawkins quien interactúa un poco en el filme con quien es en la vida real Stewart, con su lesbianismo y su dirección de cine en ciernes, un agregado quizá de Larraín, que tampoco desentona, pero pega un poco de cursi también. Es un filme sobre el sufrimiento, sobre no encajar, también sobre ser continuamente golpeado, humillado y sometido y encima retenido en el mismo sitio para seguir recibiendo más golpes, todo bajo ese protocolo aristocrático que hace complejo y arduo disfrutar de tanta opulencia, curiosamente tanto dinero notoriamente no satisface y todo por culpa de tantas restricciones (representadas muy bien en el glorioso personaje militar que hace el gran Timothy Spall, pero que guarda una sorpresa), donde un simple espantapájaros desarma tanta imposición y ¿por qué no?, medio que funciona, es creatividad. Mucho sufrimiento más bien adormece, la exageración te pone insensible, pero para ser justos algo sobrevive, no toda fragilidad sirve, pero queda. Ningún filme de Pablo Larraín es malo, pero el presente está lejos de ser notable; a ratos tanto lujo, y perfección en ese sentido, más bien parece de telefilme. 

domingo, 28 de noviembre de 2021

Ema


Ema (2019), del chileno Pablo Larraín, es una película cool y que por todas partes exuda y grita popularidad, también es una película con personalidad y que a un punto hace lo que le da la gana. Puede que sea algo efectista y algo notoria en su ansia de ser cool y quizá hasta cinefilia hardcore, pero es una excelente película, no cabe duda, y se disfruta un montón. Qué importa que se noten algunas costuras. En ella se baila y se canta reggaetón. En un momento se argumenta, se le critica a éste baile propio de una nueva época musical, con lo usual, con una exposición de enojo e intensa de alguien inteligente pero de expresión sencilla. Pero enseguida salta a la pantalla como un tiroteo verbal un monólogo poderoso que enaltece al reggaetón y lo fundamenta en un orgasmo y queda perfecto. El filme intenta coger la esencia de éste baile comercial y popular en su postulado máximo, el sexo, que deriva en sensualidad, erotismo de a pie y de paso la libertad del cuerpo. La protagonista es Ema (Mariana Di Girólamo, joven muy popular por un par de telenovelas chilenas) y ella tiene harto sexo en pantalla, con mujeres y hombres, es bisexual, sin tapujos, libre como el viento, pero en un empaque light, medio para la fotografía pero que se percibe simpático, que aprueba, aunque puede que un poco esté demás. Ella deja en claro su liberalidad sexual, se ven muchas escenas de éste tipo, cuidadas, no vulgares, pero sensuales, guapas, en especial con compañeras de baile, queda totalmente claro que esto es el reggaetón o se intenta decir que éste es su mundo y filosofía, simple y contundente, como el filme en cierta medida. El gran Gael García Bernal hace un papel como un tipo y marido tóxico, algo malvado; tóxico es la palabra de la nueva época, una palabra ubicua, de esa otra cara y lugar común o dominante que es el feminismo y la denuncia del patriarcado en nuestra actualidad. Me viene a la mente con ésta película dedicada al reggaetón un debate con el porno donde se podría decir que hay matices y muchas contradicciones por donde se vea, no se sabe definírsele del todo, sí repudiarlo o perdonarle la vida, llamarlo esclavitud y deterioro o liberación o simplemente derecho, así vamos pensando sin querer pensar tanto, es un filme básico en realidad pero bueno. Ema usa un lanzallamas, casi como una seña de su personalidad, como si fuera un cómic, epítome de lo cool, sin duda una gran idea, el fuego es algo muy visual y hermoso, así como el rocío de éste sobre un carro es impactante y efervescente, aquí bajo un plan que al final se desarma en la esencia general -en la temática simbolizante del reggaetón- o es que es sólo cumplir -y ya- con añadir una raya más al tigre de su definición de relajo sexual. Por pantalla pasan algunas luminarias chilenas, actores icónicos o populares chilenos, uno de ellos propio de un gran hit internacional (La Nana, 2009), es la actriz Catalina Saavedra, quien se manda un monólogo riquísimo que le da duro a la pareja protagonista y describe matices, con tremenda solvencia verbal e histriónica, como para darle más momentos así en otras películas. Aunque Mariana es la verdadera estrella de la película y lo hace muy bien, Gael siempre es competente y demuestra el porqué de tanto recorrido profesional y cierta fama. El mexicano sabe ser perverso, Larraín también es un maestro con esto, aunque éste talento a algunos no suele agradar, pero da en la llaga, tiene bastante poder escénico. Un estribillo de sarcasmo y herir al otro asoma en la voz repetitiva de Gastón (Gael) y esto aunque cruel moviliza el filme y a Ema curiosamente, la heroína. Al término del "ingenioso" plan surge un embrollo familiar, un lugar familiar caótico, muy contemporáneo, un poco freak, de muchos colores, pero todos, aunque algo avergonzados, felices. Por el final más parece cierre de comedia de enredos; se diluye un poco el reggaetón, pero como al comienzo -despacio, sólo baile primero, bajo un sol enorme y sugerente- es como subir y bajar los decibeles. 

sábado, 27 de noviembre de 2021

Last Night in Soho


Last night in Soho (2021), del británico Edgar Wright, es una película que opta por la franqueza de sus postulados y le queda tremenda película, así mostrándolo todo, explicando todo. Su primera mitad es un poco ambigua, y luego plasma una idea y gira alrededor de ella. Ésta idea es sobre cómo la prostitución termina destruyendo a una mujer, a sus sueños de ser una persona exitosa y famosa. Ésta historia es una historia común a muchas mujeres, es algo que todos escuchamos, sabemos, intuimos o percibimos. Edgar Wright ha hecho la película por antonomasia de ésta situación, de como una chica talentosa, pero igual a muchas, entra al negocio del entretenimiento y termina consumida por la maldad, la lujuria masculina y el aprovechamiento humano. Nuestra historia base se viste de terror bajo ésta temática, con fantasmas y persecuciones sobrenaturales a esa vera, bajo el concepto de la prostitución, que ocasiona un inevitable daño mental. En la ambigüedad tenemos una cara de la moneda, que será interna (en los 60s) y externa (en el presente), interpretada por Thomasin McKenzie, con ella tentamos a la herencia de la esquizofrenia y el golpe ruin del vacío y un Londres intimidante. Eloise (Thomasin) verá fantasmas, tendrá visiones y será como un espejo. El filme tiene 2 posibles caídas, o dos historias bien fusionadas, una con la madre y otra con el pasado en la prostitución, el filme trabaja con la memoria, con esos momentos que quedan detenidos en las cosas y en los lugares, porque por lo general esas historias que no se van son alimentadas con sucesos terribles. La otra cara la representa Sandie (la talentosa y en buenas manos deslumbrante Anya Taylor-Joy) que es de esas mujeres que dejan huella, que impactan e impresionan, no ya con su belleza simplemente, sino con virtudes, con una fuerte personalidad y habilidades para el hedonismo. En ese ámbito entra a tallar el galán y actor británico Matt Smith. El filme guarda una muy buena sorpresa cuando se revelan el porqué de los fantasmas, los hechos. Éste filme es magistral con el uso de la música, crea escenas -sin ser un musical- llenas de potentes y sugerentes bandas sonoras o canciones que construyen momentos y estados impresionantes, que emocionan, que son cine en estado puro, y enaltecen la experiencia de la sala de cine, no solo de manera sonora sino junto a lo visual. Wright tiene un talento muy especial con el uso de la música para crear escenas intensas y gloriosas. El momento en la escalera manipulando la inocencia muerta del pasado -donde habrá compasión y feminismo- es una de las grandes escenas del séptimo arte contemporáneo. Wright no teme mostrar su cinefilia cargada de música, ésta es abundante y, aun así, no falla. Los colores que dominan la pantalla también son hermosos, el juego de la luz a lo giallo o a lo Wong Kar Wai. Los 60s también se disfrutan en éste filme, y su contextualización es super básica pero harto práctica y llena de vida, la moda también en esta época tiene gran motricidad. Thomasin y Taylor Joy hacen una dupla perfecta, nunca mejor escogida. También notable la elección del actor joven Michael Ajao, muy bien incorporado, sin verse forzado, muy bien trabajado, de a pocos, con solidez, un galán de color de perfil bajo, sin querer imágenes fáciles de lo cool con él; yace muy lógico en la trama y por cómo es Eloise. Last night in Soho tiene terror bueno, y sobre todo bien argumentado, con una historia inteligente y de manera totalmente franca al final de la jornada (o, mejor dicho, a media película), y ni que decir de lo entretenida que es la película, Wright finalmente convence y entusiasma hasta al que no lo quiere por hiperinflación y alardes y hambre de cinéfilo pop. 

miércoles, 24 de noviembre de 2021

36 Mar del Plata: Jesús López


Jesús López (2021), del argentino Maximiliano Schonfeld, trata de la muerte de un joven llamado Jesús López que tenía de rebelde, algo de abusador, pero también era muy querido por sus amigos; fue un líder con algunas cosas dudosas o reprochables, muerto en un accidente. El filme se enfoca en como su primo, Abel, un chico un poco tímido y más perfil bajo discretamente trata de imitarlo, coger su aura de chico cool. Suele quedarse en casa de sus tíos, padres de Jesús, y como que empieza a llenar el vacío que ha quedado. Entre estos dos personajes hay una pequeña lucha abstracta de personalidades y aceptaciones y rechazos en la provincia de Entre Ríos, en zona rural argentina. El filme en la primera mitad de éste es convencional, pero aun así cautivante y entretenido, luego se torna un poco surreal y toma una forma más explícita con sus abstracciones sobre la usurpación de la personalidad. Abel mediante la simple magia del cine se convierte literalmente en Jesús (o éste se apodera del cuerpo que está invocándolo), hasta coge sus malas mañas. Mientras Abel es un chico más humilde, más del campo, Jesús es atrevido y más propenso a cruzar límites, de toda clase. Abel puede pasar por un poco tonto, Jesús es un muchacho más sensual. Con éstas diferencias el filme plantea su juego de roles, lo maneja de manera sutil -a pesar de su toque surreal-, nunca exagera, es todo propio del cine indie argentino si se le quiere llamar de alguna forma. Es un retrato muy cuidado, no lleva sobredimensión, pero todo luce propio de detalles. Es un filme sencillo finalmente, pero bueno, algo que se disfruta, y no requiere de golpes efectistas ni bajos. 

domingo, 21 de noviembre de 2021

7 Semana del cine: Un crimen común


Un crimen común (2020), del argentino Francisco Márquez, no es tanto una película de terror o es que es sumamente sutil trabajando el género. El filme es político, pero sin hacer una referencia directa a alguna dictadura en particular, sabiendo que en Argentina hubieron dictaduras, y desapariciones extrajudiciales. Con ésta base general trabaja el thriller, la película de terror tenue. Una mujer llamada Cecilia (la bella Elisa Carricajo) se despierta de madrugada porque tocan desesperadamente a su puerta, con temor mira por sus persianas y logra ver al hijo joven de su empleada del hogar. Pero ella se queda pasmada y no le abre la puerta, al poco rato llegan unos policías que lo persiguen, lo capturan, se lo llevan y más tarde aparece su cadáver sobre un río y se entera que el muchacho ha sido asesinado anónimamente. De esto saltan a la pantalla miles de emociones que se posan en la performance de Carricajo que asume valiente tremendo papel. Por ella pasan las resoluciones que tomamos frente a algo tan critico, devastador e intimidante como una dictadura. El filme es el viaje poderoso que tomará Cecilia hasta otorgarse finalmente el perdón. Llevará una cruz pesada antes que es todo el filme. Los pequeños momentos de "terror" o "sobrenaturales" no son más que en realidad la culpa, el cuchillo que corta la piel y nos desangra hasta consumirnos e intentar destruirnos. Nuestra mente puede ser un verdadero calvario; nuestras decisiones, erróneas; la vida es complicada y no tenemos todos los aciertos, no tenemos todas las respuestas, podemos no tener las acciones precisas, somos al final carne, simplemente seres humanos. Pero el problema se hace duro y mortificante cuando hay una vida de por medio, por todo es un filme crudo, si lo pensamos bien y no nos enfocamos en querer hallar el gran filme original de terror o el de los impactos abiertos y deslumbrantes. Éste es un filme pequeño, trabajado con esa sutilidad que puede torturar al amante intenso del género. Es un filme indie argentino digamos, donde Elisa fuma nerviosa y busca la ducha para apagar el implacable remordimiento, donde confesarse es un paso que se piensa miles de veces y donde los fantasmas nos persiguen porque buscan algún tipo de respuesta, esa que se negó bajo la lluvia. Notable observar el impacto del descubrimiento de Cecilia de reconocer al muchacho muerto en donde se le halló en medio de disturbios. Valioso aunque sencillo observar como se cierran muchos momentos de sufrimiento. Es un filme demasiado austero y sutil para ser una obra de arte, pero decente e interesante a cierto punto. 

7 Semana del cine: De todas las cosas que se han de saber


Ésta película peruana, película documental, de Sofía Velázquez, se presentó en la 7ma semana del cine de la Universidad de Lima que acaba de terminar hace unas horas, y es la única representante peruana en el actual festival de cine de Mar del Plata que va hasta el 28 de noviembre. Se encuentra en la competencia latinoamericana. Es una película austera en imágenes con historias sencillas pero que esconde bastantes ideas y creatividad. Es una obra en homenaje al poeta peruano máximo César Vallejo, grabada en su ciudad de nacimiento, Santiago de Chuco, La Libertad, con gente de éste lugar. La gente es humilde, como vendedores de la calle o un joven músico como guía en particular. La curiosidad del filme viene con las ideas debajo que dan profundidad a la austeridad visual. Tenemos representaciones de los poemas e historias que escribiera nuestro vate mayor, expuestos como si fueran historias reales del documental que observamos, interpretadas al parecer por aspirantes a actores de teatro, actores noveles o gente común no profesional con ésta aspiración. Por un momento nos engañan, pero pronto se nota que están interpretando la obra de Vallejo, como pasa en particular con el músico joven. Puede que lo real y la ficción estén mezclados. El filme parece tomar de base un filme como Mysterious Object at Noon (2000), debut de Apichatpong Weerasethakul y su mejor película, aunque poco conocida. El filme de Sofía también presta entrevistas hablando siempre de Vallejo y su obra, no solo cierta espontaneidad e historias, como en la obra de Apichatpong. Se busca trabajar con el arte (la literatura) y lo real (de las historias de Vallejo), como con el viejo que toca el campanario, ambas se retroalimentan. En el filme a un punto se trata de romper el límite entre lo imaginario y la vida misma. Ésta propuesta maneja un fuerte peruanismo, un lado muy autóctono, mezclado con nuestro criollismo y con una figura que todos aman y respetan, un verdadero artista, y una figura que enorgullece, como lo muestran los pobladores de Santiago de Chuco. Se percibe autenticidad en trabajar con una figura verdaderamente nacional. Puede que el filme peque a ratos de una aparente simplicidad, pero es el ingenio, lo que va detrás, cómo se trabaja de distintas maneras la obra de un personaje mítico lo que agiganta todo, aun tomando la idea de Apichatpong, un director que ha enaltecido a su país con su propio lenguaje, folclore, imaginario, mística e historias. Es una buena fuente o magma de inspiración, con un filme que ha sabido despegar por su parte y hacer algo atractivo y curioso a partes iguales. 

sábado, 13 de noviembre de 2021

The Green Knight


The green knight (2021), de David Lowery, es más una película de cine arte que una de aventuras o de acción, lo que si se apoya es sobre la fantasía, pero le alcanza a pensar cosas comunes, si bien existe cierta sofisticación en las temáticas realistas si se quiere. Pensemos que habla del matrimonio por conveniencia o por fachada, en una relación donde el marido es raro y ella quiere ejercer su sexualidad. En el filme ésta mujer bella y elegante en la piel de Alicia Vikander se tilda a sí misma de bruja y seduce hacia la infidelidad al protagonista, a Gawain (un sólido Dev Patel), a quien ridiculiza cuando vence su reticencia al sexo con ella, por lealtad, que luego se minimiza con el acto del marido que interpreta Joel Edgerton; todo esto es pedestre, algo vulgar, pero es el tipo de filme que opta Lowery, cine de autor hardcore se puede ver. Es un filme que busca destruir la idea del idealismo, de lo "perfecto". En la historia medieval de Gawain nos dicen éste cuento no es El rey Arturo, no es esa clase de historia, y se le prende en fuego de manera impactante y llamativa, el fuego siempre es deslumbrante. Gawain entra a un juego bastante simple, el caballero verde, un caballero de fantasía, reta a todos en una corte de guerreros y Gawain hambriento de popularidad y renombre acepta su reto absurdo (que de paso sirve de divertimento general). En ese momento el protagonista no nota quizá el absurdo de su acción (puede ser vista como una lectura contra el machismo), ciego por la fama, enarbolando el honor que luego se discute de banal. El caballero verde acepta que lo decapiten para que luego de un año pase lo mismo con Gawain; esto ha de suceder de manera pasiva, no mediante ninguna lucha, aunque igual se dice que el tal caballero verde es invencible y ciertamente lo es, porque vuelve a la vida, es como una planta que pierde simplemente algunas partes externas, curiosamente esto es su cabeza. Gawain es humano y sabemos qué pasará con él, pero parece que nadie lo nota (ni él). Gawain se convierte por obra y gracia de su acción (suicida) en una celebridad y encima asume poder (relegado) en la nobleza. No obstante pronto llegará la promesa, la otra parte del juego, y un filme más para pensar que para llenarse de actividad. No obstante la fantasía medieval está muy bien, presenciamos ladrones con cuchillos liderados por el talentoso, y atípico al tipo del actor popular, Barry Keoghan, una historia de fantasmas en una casa al lado de un lago y una auscultación matrimonial como salida de la mente de Ingmar Bergman más nuestra ineludible modernidad en el concepto de relación abierta. El filme de Lowery diserta sobre lo bueno y lo malo o la felicidad y la desgracia, cómo todo se termina pudriendo o mostrando un lado desagradable, que representa el color verde, más que la exuberante y hermosa naturaleza, es decir, todo se corrompe, se descompone finalmente, y nos dice que hay que lidiar con ésta realidad poco aceptada, poco comentada o racionalizada. Éste juego de decapitaciones es justamente esto, como del bien pasamos al sufrimiento y a la decepción. De éste filme se siente un poco como que nos estamos de repente quedando sin ideas o es que la presión de nuevas historias, nuevo cine, y nuestra ineludible modernidad, está provocando que pensemos en cosas que no solemos pensar; quizá surjan nuevos descubrimientos, lo inteligente en todo caso es que no nos arrastremos hacia el síndrome de la perdición, de la resignación, como muestra éste filme, aunque con una cierta ironía final. Puede ser también un llamado de madurez, todo desde una obra de entretenimiento. 

miércoles, 10 de noviembre de 2021

Out of Sync


Fuera de sincronización sería la traducción directa del inglés y es un título preciso, de eso trata la película que juega un poco a lo fantástico, pero tiene asidero real, puede verse desde un drama, que señala un tipo de defecto auditivo -inventado, fantástico- y/o un cierto problema mental. Pero donde ésta propuesta se maneja sin la tensión e inquietud propio del estado de locura, lo cual no es que sea malo o bueno, es al fin y al cabo una opción y depende del tratamiento. El filme debut del español Juanjo Giménez Peña se puede sentir emocional, retratando la dificultad de existir, pero finalmente se percibe positivo a pesar de todo, de tanto. Es una película sencilla y muy clara, fácil de entender, pero al mismo tiempo tiene ingenio, es hábil proponiendo con tan solo un pequeño cambio dentro del estado de normalidad o cotidianidad mucha plasticidad, surgen ideas de algo llano y da para hablar. El ingenio consta de que una mujer interpretada por Marta Nieto, una talentosa editora de sonido, escucha en su vida diaria el sonido después de que éste debe de oírse, éste pequeño cambio da para trastocar toda su existencia, que se alude a un mal hereditario y un pasado por descubrir; aunque con su rato bello en el recuerdo mágico del complicado parto, toda ésta parte es harto básica. En conjunto es un filme austero, con lo necesario simplemente, pero aun así es audaz y denota inteligencia. El filme no tiene mensaje abierto pero se entiende que alude que a pesar de todo la vida es bella, como ese momento de alegría con los tambores en la calle, es valorar lo aparentemente común, lo mismo que puede entenderse con ésta pandemia última. Hay que sobrevivir, reconstruirse, brillar luz interior si se quiere (como la protagonista, mujer también de pocas palabras, de miradas, a menudo tranquila), sin sonar excesivamente pasivo, tonto o masoquista, a pesar de tanto golpe, de mucha pena silenciosa, de mil y una decepción afectiva, carencia familiar, etc, a pesar de los muchos problemas, sin que se sienta la obra cargada o melodramática, todo expresado sutil y con recato, o dentro de una estructura narrativa más que decente, que irá desentrañándose como historia de vida mostrando muchas ausencias o cambios claves. Puede que por presentar novedad se caiga en cierta superficialidad (refiriéndome al asunto de la madre), aunque a razón de estar evitando la hipersensibilización, cosa que con tanto problema entre manos hubiera destruido su carácter fantástico, carácter que aliviana todo lo sensible y a la vez complejiza la obra entera sin ser ardua. También hubiera sido una obra de exceso melodramático con tanto golpe existencial y se hubiera creado demasiada ordinariez. El filme con su fuera de sincronización maneja entre 4 formas distintas, todas con su toque de ingenio y bien distribuidas, hasta ese cierre como último regalo de ingenio; simple, pero valioso, como si hubiéramos estado jugando audaces -sin ínfulas- al editor de sonido con la película, sin duda un homenaje a ésta importante labor cinematográfica. 

domingo, 7 de noviembre de 2021

A Night of Knowing Nothing


Presentada en la Quincena de los Realizadores, en el festival de Cannes 2021, perteneciente a la india Payal Kapadia, que debuta en el largo y el documental. El filme es una bitácora vivencial o diario intimo de una chica que solo conoceremos como L, y una voz en off leerá unas cosas que se encontraron de ésta muchacha anónima, halladas en una Universidad, donde justo estudió la directora; L suena a un alter ego de Kapadia, una voz coherente y decidida para hacer oír otras voces similares. L es una estudiante socialista de casta baja que se enamora de un joven de una casta superior mientras su Universidad es tomada por la ideología dominante, ideología que practica la discriminación a través de castas o capas sociales, esto impide que L se case con su amado, éste amado teme a su familia y a la propia familia de L, se habla de que lo pueden hasta matar. Ésta separación y pirámide de castas es muy fuerte en India, y son estudiantes como L los que luchan por derrumbarla, destruirla. La policía reprime ésta especie de pequeña revolución estudiantil, y hasta estudiantes de derecha entran a golpear a los muchachos socialistas usando máscaras y todo tipo de palos. Por el final vemos en un video de la cámara de vigilancia como los policías golpean estudiantes socialistas hacinados como animales desesperados contra una diminuta puerta tratando de escapar de las golpizas y arrestos. L, que supone la voz en off, habla poéticamente, también muy inteligente. En un momento se le siente melancólica, expresa sentir decepción de su pareja, y le hace un último llamado sutil (éste hombre se explica a través de lo que señala el título, recurre a lo onírico para comprender el mundo). El filme se basa en imágenes reales de fiestas y ceremonias típicas, folclóricas, indias, también de los mítines y huelgas estudiantiles que son muchos y con discursos y debates muy potentes y bien articulados. Los estudiantes también son vistos como una amenaza para la religión hindú y se les tacha de terroristas así como se les discrimina a los musulmanes en India desde el poder. En un momento Kapadia/L se detiene a reflexionar sobre el personal de la policía femenina y la lucha de clases y trae a la discusión palabras del mítico director italiano Pier Paolo Pasolini. Es un filme ensayo para pensar y como dice el ensayo es propio de la época, una época que clama por nuevos cambios sociales; más que la gente, se manifiesta, es el tiempo que se vive. Ésta propuesta está hecha a blanco y negro y mediante imágenes sencillas, pero es bastante competente y una obra de nivel. 

viernes, 5 de noviembre de 2021

The First 54 Years: An Abbreviated Manual for Military Occupation

 


Éste es un filme incomodo, algo exigente de ver, de esos que poco se difunden, es un documental poco original si se quiere también, pero bastante competente, deja en claro su punto, lo que quiere hacer notar y hacer pensar. El filme del cineasta y filósofo judío Avi Mograbi analiza como Israel tenía -y tiene en otro ámbito- sojuzgada e invadida Palestina, en la zona de la Franja de Gaza especialmente. Es raro ver a un judío ir contra su país, más allá de lo coherente que sea (o idealista), pero puede tratarse de defender al débil e ir contra el abuso, la violencia además, la muerte de paso y el continuo estado de tensión y guerra entre dos países que comparten territorio. Pero donde uno más poderoso hace lo que quiere con el otro, aun cuando Palestina es un hueso duro de roer, están llenos de dignidad y valentía y se defienden con fuerza, también propiciando violencia y muerte, aunque en menor medida, propio de que su poder es bastante inferior, es ahí que Israel teje y desteje más acciones. Lo que muestra el filme son 54 años de invasión y dominio de Palestina por Israel. Palestina es empujada a defender su territorio, y esto hace que aparezcan terroristas también. Así como todo israelí es un militar en potencia, la mayoría debe servir, antes de los 40, cuentan con todos, los palestinos simplemente se vuelven violentos, ser o no ser terrorista es lo de menos, es defenderse ante todo, hay mucho odio sembrado ahí. Mograbi sale intelectualizando el tema, simplemente sentado en una sala fumando y hablando directamente, pero con suma inteligencia, aunque le pone algo de ironía, que es lo de menos, la cosa va en serio. Su defensa puede ser vista como unilateral y polémica, pero sin duda tiene mucho de realidad y verdad, además muestra archivos, imágenes donde exhibe lo que se está hablando y son hechos que denotan autenticidad. El filme consta de entrevistas, ex soldados israelíes cuentan lo que han hecho en la Franja de Gaza, hay gente de diferentes décadas. Las  voces recolectadas son unánimes, Israel despliega fuerza, violencia y abuso sobre los palestinos. Se hace énfasis en el uso de palos de madera con los que se golpea hasta a niños de 8 años que son los que suelen tirar piedras a los soldados. Estos soldados israelíes deben dar el ejemplo frente a otros, temen la insurgencia, mostrar debilidad y no demoran en golpear a quienes los reten. Por el final la cosa se pone escabrosa, fea, las entrevistas se convierten en anónimas, se habla de asesinatos mandados y de arrasar con zonas de habitantes palestinos, destruirles las casas para borrar huellas, esto son solo 20 minutos, el resto es un análisis sesudo de como cree Mograbi piensa y se articula el ejército israelí en las zonas de conflicto con los palestinos. Todo es por defender a los colonos judíos y querer arrebatarles el territorio y botarlos del lugar a los palestinos. Éste deseo lleva a la policía de inteligencia israelí a hacer planes para humillar y destruir a su enemigos, a los palestinos; se ve hasta que por nada se meten en casas y despiertan y revisan hasta a los niños que miran sorprendidos. Los soldados israelíes comparten haberse llevado por su juventud, la extrema libertad de acción, el miedo a represalias ajenas a sus compatriotas y un nacionalismo exacerbado, todos han practicado algún tipo de abuso, violencia, incluso hasta intimidar a mujeres mayores como se ve en una fotografía emblemática. A la mayoría de soldados judíos que son entrevistados y dan sus confesiones de su servicio militar se les percibe cierto mea culpa, aunque minimizan su accionar deleznable por el orden de cierta guerra y de algo superior, una estructura ideológica con tentáculos en agentes especiales liderando un colectivo medio autómata, concientizado. Pero todos estos soldados declarando -que son muchos y están de principio a fin en el documental-  sienten que han sido los malos de la película, aunque mayormente aparecen tranquilos, solo uno que otro está nervioso o avergonzado. El filme maneja tres frentes, a Mograbi analizando como guía intelectual y reflexivo todo el panorama, punto por punto; a los soldados contando sus memorias, el trato que daban a los palestinos, la mayoría de soldados no son muy viejos; y con ellos imágenes de archivo de primera mano muy precisos y algunos soportes visuales explicativos como mapas. Es un filme que te dará mucha información, pero puede que alguien muy entendido no lo halle demasiado revelador, aunque oír las voces directas de los tantos soldados judíos es de suma relevancia, de que muchos no están de acuerdo con lo que viene haciendo su país. Mograbi es enfático, su análisis pone toda la carne en el asador, no le tiembla la mano para decir lo que piensa, aun yendo contra su nación.