domingo, 11 de octubre de 2020

El elemento enigmático

 

                                                                                                                                                 
Me considero inclasificable para ver películas, cualquier tipo de filme me puede sorprender si tiene de especial, aun cuando puede tener cosas que no me suelen gustar o incluso no es la clase de película que me suele entusiasmar por lo general. Mantengo la mente abierta siempre y mis consideraciones habituales no son inamovibles frente a una película que lo amerite, que se lo gane. Éste mediometraje del argentino Alejandro Fadel dicen que es una propuesta de las que hay que dejarse llevar sin entenderla, que es sensorial y no para verla racionalmente y así no es como suelo apreciar el cine, para mi un filme debe entenderse siempre, algo al menos, los filmes están para sentirse pero entendiéndolos, procesándolos, están hechos para analizarse y desde ahí sentir emociones y fascinaciones. Éste filme es un spin-off de Muere monstruo muere (2018), un apéndice. Como dice el título del mediometraje parece la conclusión o explicación hecha filme de la parte oscura -enigmática- de Muere monstruo muere. Pero nuevamente el filme se queda por una parte en el misterio, es como una repetición de esa obra. Hay algunos diálogos sobre la libertad, el concepto, el entendimiento y lo abstracto, los diálogos son más abiertos que antes. No veo que el filme tenga mucho de una comedia, como sarcásticamente ha dicho Fadel que tiene el mediometraje. La música que acompaña se hace notar de manera bastante efectiva. Los sonidos acústicos, ambientales, aportan su buen toque de suspenso, terror, fermenta expectativa. El toque sonoro hace potente vivir éste sci-fi, mientras las imágenes se detienen, recorren, la cordillera nevada, el poderoso paraje de hielo. Éste mediometraje es de bajo presupuesto, por ello es muy importante el sonido. Los tres motociclistas protagonistas deambulan por la nieve aportando sencillez visual, al mismo tiempo juegan al sci-fi como si fueran extraterrestres, es una licencia austera de la imaginación para entrar en lo lúdico de la propuesta. En el filme se halla un cadáver mutilado bañado en sangre sobre la blanca nevada. Si conjugamos libertad, sangre y aliens puede verse como el estudio exógeno de nuestro comportamiento irracional y violento. También podría ser la influencia de estos aliens sobre nuestra violencia e irracionalidad. En los diálogos no obstante aunque no es una comedia se percibe algo de ironía, uno de los personajes que habla -se comunican mediante subtítulos- se siente fastidiado con la intelectualidad del compañero; cuando la abstracción llega a la teología el fastidio es una pequeña explosión de humor, como quien dice no me fastidies con tu película, con tus complicaciones constantes. Pero siempre es interesante que haya originalidad y novedad -lo clásico, claro, es lo clásico, lo mejor de lo mejor-, y ante todo autenticidad, que el filme tenga algún tipo de coherencia, que haya seriedad y profundidad -salvo sea realmente de humor, y para ello también hay que tener talento especial, el humor no es para todos tampoco-, que el filme pretenda ser bueno de verdad, que no sea efectista, impostor ni forzado. Ésta obra se mantiene fiel a las complicaciones, el mensaje es ese, mantenerse fiel a uno, a nuestra filosofía, a nuestro lenguaje, a nuestra literatura, a nuestra visualidad, como morir en la nieve, morir siendo de otro planeta, que también puede leerse como algo pesimista con las acciones de la humanidad, como con su corrupción. La cordillera, la nieve que lo envuelve todo imponente, como que te hipnotiza, sumada la música de acompañamiento, crea un ambiente, la naturaleza por encima de todo, esto es lo sensorial, el sentir de lo extraño, pero resulta un poco redundante. No obstante se percibe una aclimatación completa, plena, virtud de lo elemental para hacer cine. Ver a estos astronautas motoristas pasear por el inclemente frío, por las condiciones más adversas tiene sus varias lecturas, es una exploración a lo oscuro, al corazón de las tinieblas, a nuestra brutalidad. A su vez hay una lectura ideológica, hacer películas, hacer arte, escribir de cine también puede ser arte, es una lucha, una resistencia, por ser uno mismo.