Ésta película se basa en una novela de Stephen King y su hijo Joe Hill, la dirige el canadiense-americano Vincenzo Natali. Se ve en Netflix quien es la que la ha producido. In the tall grass (2019) versa sobre ser padre, uno réprobo hasta ser demoníaco, literalmente; el otro que intenta redimirse, subsanar sus culpas. En la trama hay una enorme roca a lo 2001 Odisea del espacio (1968) que es la que genera la dimensión de transformación del lugar, en éste caso de locura y anormalidad, alrededor de un extenso pastizal, donde crece la hierba en cantidad y de manera muy alta, más de la altura humana promedio americana. En éste pastizal pasaran mil cosas, por acá se desplazará toda la película. Entrará un grupo de gente -sólo 6 personas, incluido un niño, más un perro- y no podrán salir, incluso no pueden hallarse entre sí, estarán perdidos individualmente. El filme presenta dificultades que luego de la nada pasan a otros problemas, a otros momentos de extrañeza dentro del pastizal. Hay una acción que puede parecer un poco rara, pero en el filme lo explican perfectamente, cuando dejan caer a alguien. Se menciona que en el pastizal la gente es como la hierba, mueren -se marchitan- y vuelven a renacer, habiendo nuevas aventuras al respecto, macabras, con lo que se presenta cierta plasticidad para matar a los personajes. El filme de Natali tienes sus escenas de terror memorables, aunque sencillas. Anoto dos escenas en especial, una cuando aparece una especie de tribu de la hierba y cargan un cuerpo en un rito: y otro cuando se abre la tierra y se exhiben cadáveres putrefactos llamando a más muerte, lo que esconde la gran piedra, fuente del mal. La propuesta cuando dramatiza -en varias oportunidades- sobre temas familiares no se ve tan buena, pero mal que bien éste es un trasfondo sustancial, la obra toma forma con ello. El filme estéticamente es poderoso, las escenas son de alto impacto visual, salvo cuando se intenta ser muy original, como con el golpe de calor, se ve un poquito chusco, medio incongruente. No es una gran película, pero se deja ver, tiene su disfrute, sus virtudes.
sábado, 31 de octubre de 2020
jueves, 29 de octubre de 2020
Field Niggas
Ésta película se podría hacer acá en Perú y saldría algo igual de interesante, salvo por la brutalidad policial, aquí es corrupción, coima, en lugar de asesinato. El filme del americano Khalik Allah muestra un barrio marginal, lumpen, una esquina, un par de calles, en Harlem. Vemos mayormente afroamericanos, algunos pocos latinos, y uno a tres caucásicos. También vemos siempre rondando a la policía. La gente retratada se ve pobre y muchos tienen aspecto criminal o pandillero; se ven serios, algunos sobrados, otros desafiantes, algunos pocos melancólicos, muchos indiferentes a la cámara de Khalik. Algunos ríen y posan. Nadie habla, solo hacen gestos y miran fijamente a la lente. Escuchamos voces en off que son las entrevistas que ha hecho Khalik a los personajes documentados en su hábitat y costumbres, en quienes son tal cual. Muchos se drogan frente a la cámara. Hay mucha joyita presente. Alguna gente yace solo comiendo fast food, comen con hambre, con apremio, en su propio mundo. Se ve un caucásico de mendigo, medio perdido. Se ve gente también poco agraciada, como un hombre con cicatrices en un ojo. Se comenta la muerte de un afroamericano a manos de la policía el 2014, el mismo año que se ha filmado la película. Ésta muerte se menciona por la gente del lugar como injusta, dicen que el arresto fue por algo menor y la persona no estaba resistiéndose, se dice que se hallaba cooperando con los oficiales, y en cierto momento de fastidio lo estrangularon en busca de retenerlo y murió, lo mismo que hemos presenciado en la actualidad. Es la lucha que oscila entre lo delincuencial y el abuso y brutalidad policial. Una madre soltera joven se muestra cuidando a su pequeña hija, la niña aprende del entorno como en broma, hace señales con las manos como aquellas que hacen los mayores, para darse de cool o por pandilleros. Una bella chica latina esboza una sonrisa discreta a la cámara. Khalik, quien es fotógrafo también, enseña fotos a sus entrevistados de la realidad en que se mueven, como son ellos mismos. El filme es respetuoso con todos, pero pone el dedo en la llaga, quizá sin querer. En un momento Khalik dice que todos son uno solo, incluida la policía -a quienes también muestra sus fotos y también los documenta a pie mirando fijamente-; Khalik expresa sentirse parte de todos los presentes. Más allá de la esencia de lo lumpen puede que esa sea la razón de que todos cooperen con él en mostrarse en el documental como realmente son, como si no importara nada más que la personalidad y la irreverencia y osadía de mostrarse hasta criminal.
miércoles, 28 de octubre de 2020
Ficción Privada
domingo, 18 de octubre de 2020
Mes chers espions
Ésta película se podría pensar no es de las que se puedan hacer muchas veces, se agotaría el encanto del director que las haga. Pero, bueno, hay muchos cineastas que repiten la misma fórmula, y finalmente es cosa de cada uno, cinéfilos y autores. Es una película que está muy bien hecha realmente, y está formada por elementos bastante sencillos, como ponerse el director del filme, Vladimir León, a comer y a conversar con su hermano, actor y también director de cine, Pierre León. Mientras comparten un plato de comida y una botella de licor, a lo bien francés, van conversando sobre la temática de su filme. Debo decir que son gente culta e inteligente, sus diálogos representan esto muy bien, además son muy fluidos y se les ve muy relajados. Las conversaciones no son necesariamente plus ultra, pero son buenas, atraen, manejan muy bien el tema del filme. Este documental trata de una investigación familiar que ponen en práctica los hermanos León, que les intriga, notando que guarda secretismo y misterio de parte de hasta de su propia familia que no ha dejado mucho rastro, a raíz de la deportación de la madre de Vladimir y Pierre, cuando ella tenía tan solo 14 años, junto con la tía de ellos, producto de que sus padres, los abuelos, fueron acusados de hacer espionaje para la Unión Soviética en Francia. Éste hecho, la deportación a la URSS en 1948, hace que los hermanos León busquen comprobar si en efecto sus abuelos fueron espías o dobles agentes incluso. La madre del director llega a compartir su diario, pero aunque se habla de la deportación la causa no se profundiza en este diario, seguramente porque por ese entonces era solo una adolescente y más era la belleza y riqueza cultural de Francia lo que más le importaba. Los León ponen aderezo a su investigación, que yace siempre en la duda. Buscan pistas, aquí el documental y los autores se muestran ingeniosos, hay indicios interesantes, aunque también algo endebles, así va el filme, nada es contundente para afirmar un lado u otro, son posiciones distintas en juego y ya cada quien saca sus conclusiones últimas. Pero las pistas ciertamente son jugosas aun así. Es un filme curioso, atractivo, aun cuando requiere algo de paciencia y es un poco largo. Los León, porque el filme los tiene de guías a los dos, llegan a hacer una reunión íntima generando un pequeño debate entre amigos y pequeños intelectuales, la pregunta planteada en la reunión es ¿hay libertad hoy en día en Rusia, en la Rusia de Putin? (ésta pregunta se esclarece). Los León aunque son bien franceses, la verdad, cosa que está muy bien, perpetran moverse con agilidad en Rusia; hacen un viaje hasta allá y se citan con estudiosos y amigos de su familia. Ellos logran ser respetuosos con todas las ideas -cosa difícil en muchos-, aun cuando no son muy afines al comunismo, ni a la URSS ni a líderes como Stalin, porque sobre todo están en contra de cualquier tipo de limitación de los derechos y la libertad individual. Éste respeto mezcla amor y cierto rechazo por los abuelos. A la abuela la oímos hablar en un video casero grabado una década atrás, ahí ella mantiene todo ese garbo -aun en la vejez- de sus años como actriz. El diario de la madre narra penurias -en la URSS, como lo que cuentan los abuelos- y también un mundo de ilusión adolescente -la nostalgia por Francia-. El filme de Vladimir da para mucha conversación, dicho cómo virtud de un filme que nutre muy bien su temática y hace una obra notable e interesante por medio de cosas llanas. Desde luego para viajar se necesita plata, pero ante todo de voluntad, motivación, emprendimiento serio y, mucho, de audacia para generar tantos diálogos ricos, una investigación que manifiesta bastante atracción, que se da solvente, como también el saber contactarse con la gente idónea para nuestro proyecto, que genera atracción intelectual y entretiene sin ponerse esnob -aunque la guapa chica de lentecitos tenía su airecillo de chica profunda- o que la película se perciba como una sobredimensión de algo que parte de lo familiar e íntimo y de cierto dolor y fastidio que olvidar más que de algo muy memorable, pero que como ese muchachito de traje militar y esa bella pequeña actriz de esposa, personas aparentemente sencillas, puedas ser digno de la historia de una gran película y ¿por qué no de espionaje? La mejor basa de éste documental es estar en el punto de convertir lo "común" en algo llamativo -que tampoco es fácil-, hacer de todo lo que toca algo valioso.
martes, 13 de octubre de 2020
Dick Johnson is dead
domingo, 11 de octubre de 2020
El elemento enigmático
jueves, 8 de octubre de 2020
Los helechos
miércoles, 7 de octubre de 2020
My Mexican Bretzel
sábado, 3 de octubre de 2020
Special effects