viernes, 31 de julio de 2020
Terror en el espacio (Terrore nello spazio)
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miércoles, 29 de julio de 2020
6 mujeres para el asesino (6 donne per l'assassino)
En éste giallo perteneciente al maestro del terror Mario Bava nos interrogamos entretenidos por quien puede ser el asesino de las modelos de una casa de moda. El misterio está bien cimentado, luego bien explicado al resolverse, es coherente al 100%. Desde luego no faltan las grandes escenas de asesinato. El filme tiene muchos momentos de intrepidez, donde vemos que el asesino sin rostro se arriesga bastante en ejecutar sus homicidios y secuestros, con la policía pisándole siempre los talones. Ésta propuesta tiene poco más de una hora magistral, la parte más rica e interesante, la más gozosa; el desentrañamiento del misterio es bueno, pero menos atractivo. La parte de los asesinatos es excelente. También los escenarios son de primera. Una tormenta se presta para un ataque inesperado, gran arranque del filme. La policía siempre está interrogando, es un agente activo, aunque no tan fascinante, mientras el misterioso asesino se lleva todas las luces, es super potente en escena. El anonimato lo hace ver en toda gloria, pensando uno cuál puede ser el motivo de su accionar. No es un asesino sin motivos, es alguien con su background encima. La suya es una motivación sencilla, el filme hace sencillo lo que inicialmente parecía complicado. Las modelos son bellas, sin estar sexualizadas. Hay muchos sospechosos, lo que hace más arduo de hallar al asesino. Exhibe decente misterio, es una película con su buena investigación, habiendo harta acción.
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lunes, 27 de julio de 2020
Bahía de sangre (Ecologia del Delitto)
Bahía de sangre (1971) es una obra precursora del subgénero del slasher, una década atrás. Pero además es una muy buena película. Muy entretenida. Es un rompecabezas muy bien urdido. Tiene escenas magistrales en el género del terror. La escena del pulpo en movimiento sobre el cadáver es de antología, llena de arte. El director Mario Bava demuestra con ésta película que es uno de los pesos pesados del horror. El filme trata de una condesa dueña de una bahía en la que todos pelean por el control del lugar. El filme va explicando cada paso en que todo tiene gran lógica, jugando al asesinato, a la ambición y a la venganza. Tiene sus jóvenes veraneantes calientes castigados por su lascivia y su hedonismo. La escena con el machetazo sorpresivo también es tremendo alarde de talento y súper terror. Lo único que le quitaría es el final cómico, pero el resto es la gloria máxima. Al pensar en una película precursora uno pensaría en una película endeble, pero ésta tiene de todo, es notable. Tiene cantidad de muertes y muchas bastante potentes.
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jueves, 16 de julio de 2020
Días de otoño
Días de otoño (1963), es otra obra maestra absoluta de Roberto Gavaldón. El guión estuvo a cargo de Julio Alejandro, guionista de Viridiana (1961); junto a él el dramaturgo Emilio Carballido, quien fue el que se encargó con Gavaldón del guión de Macario (1960). Días de otoño es la adaptación de un cuento del alemán nacionalizado mexicano B. Traven, escritor de El Tesoro de Sierra Madre (1948) y Macario. B. Traven tenía talento, y no es muy conocido hoy en día porque era como Thomas Pynchon, no le gustaba ser identificado públicamente. Todo el peso del filme recae sobre Pina Pellicer que está en estado de gracia. También Ignacio López Tarso está magistral; Macario no es el único highlight de su carrera como actor. El filme trata sobre una mujer solitaria, que se relaciona con la gente de su trabajo, pero se mantiene hermética emocionalmente aun aparentando apertura hacia sus compañeras, es un ser sufrido internamente, esto la lleva hacia la locura. Ésta locura es el gen de maestría del filme, otorga mucha curiosidad, originalidad y novedad al relato. La mujer protagonista es Luisa (Pina), mujer que por presión social, por no quedarse como es vista, una mujer de provincia, del campo, del interior, una mujer tímida y retraída, o hasta antisocial, cuenta que tiene novio, luego que se va a casar en quince días, sorprendiendo a todos, incluído a su jefe, a Don Albino (López Tarso) que secretamente está enamorado de ella, aun cuando -viudo y con 2 hijos- suele ser difícil con la elección de pareja. Luisa además sufre de fantasías y vamos conociendo que tiene un problema mental. El filme en ello es muy delicado y sutil, no busca el extremismo, siempre maneja la locura con un pie en la normalidad y otro afuera. Luisa siempre se mantiene al pie del acantilado. Ella cree en ese novio, que es real inicialmente, pero ella sobredimensiona un pequeño affaire. Luego el filme nada entre mentira tras mentira, pero mezclada con racionalidad, argucia, inocencia, fantasía y locura. Luisa no es una mala persona, se ve plenamente que es alguien que sufre mucho, sus mentiras son de índole social y mental, más que de algo perverso, pero siempre el filme mantiene una cierta cercanía con lo escabroso, lo feo, pero como es un filme fino, elegante, clásico, no llega a lo burdo nunca, pero si se percibe extrañeza y un mundo corrupto de cierta manera. La secuencia cuando Luisa se da cuenta que no la vienen a recoger para llevarla a la iglesia y como ella sale a indagar es propia de una película de terror, toda una pesadilla, es impactante, es triste. Ésta secuencia es potente pero en todo cine clásico, de manera muy cuidada. Los niños corriendo detrás de una novia en shock o los cuchicheos de la gente perversa del vecindario que no la conocen son terribles aunque no parecen a simple vista. Pero el filme sigue subiendo la valla, se torna emocionante y tenso como Luisa se pone en pie y empieza a mentir, a tapar cada agujero. Encima Luisa sigue fantaseando, su locura sigue poniéndosela difícil. No obstante éste es un filme aunque trágico también de esperanza. Don Albino es un rayo de luz, las amigas también, aunque sabemos que cuando uno cae en desgracia las ratas salen a flote. Uno nunca sabe, y así es magistral el filme, uno no sabe qué vendrá después. El filme trabaja bastante la sorpresa, la maneja muchas veces como los más grandes, cuando por lo general todos fallan cuando pecan de intrépidos en exceso, pero éste filme es sólido de principio a fin, una maravilla, pero son de los que duelen.
miércoles, 15 de julio de 2020
Sombra verde
Ésta es una película convencional, pero buena película. Quizá no tan convencional para ser una película de 1954 donde todavía el cine iba por su primera mitad de existencia, pero aunque tiene algo de erotismo no es muy transgresora, es una propuesta aún inocente. No obstante es una oda a la amante, a la infidelidad, pero planteado como amor verdadero. Inicialmente se presenta como una película de aventuras, con un viaje informal a la selva, informal por el tipo de guía y no tener una ruta bien demarcada, pero el héroe en cuestión va en nombre de una empresa de medicamentos. El héroe se llama Federico (Ricardo Montalbán), hace de tipo seductor también. En ésta obra de Roberto Gavaldón el hombre es el ser dominante, el guapo del filme, aunque su compañera es una chica medio salvaje, sensual, muy libre y también engreída. Ella es Yáscara (Ariadne Welter). Ella es una mujer engreída por ser la niña de los ojos de su padre, Ignacio (Víctor Parra). Parra tiene un curioso parecido a Orson Welles e incluso se le recuerda por su interpretación y movimientos. En el filme, en la segunda parte, que es un melodrama, Ignacio se enfrenta a Federico por Yáscara, como padre sobreprotector, mediando un pasado oscuro, todo lo que suena a un punto intrépido ya que Ignacio está bien matizado, tiene de malo cómo de bueno. Toda ésta parte de la lucha con el padre es bastante interesante, ya que la primera no tiene cosas muy impresionantes. La parte de la aventura es sencilla, aunque bien hecha, pero es austera, falta espectáculo y más novedad. Éste es un filme simpático, sobre todo por su última media hora intensa. Ésta oda a la amante tiene profundidad y es muy ágil y entretenida de ver, el tiempo vuela, Gavaldón crea una película muy dinámica.
jueves, 9 de julio de 2020
Macario
Macario (1960), es la obra más popular de Roberto Gavaldón, la primera película mexicana en ser nominada a los Oscars. Es una película de fantasía y una muy buena película. En ella un hombre llamado Macario (un impagable Ignacio López Tarso), un campesino, suele morir de hambre todas las noches, al igual que sus 5 hijos. Ellos pelean por el plato de comida diario. Macario sueña con comerse sólo un guajolote, un pavo. Un día su mujer roba uno y se lo entrega. Macario no puede creer la felicidad que siente y corre al bosque a comérselo. En el bosque se le aparecen tres personajes pidiendo que Macario comparta el pavo. Macario los reconoce instantáneamente a cada uno, les habla de manera normal. Uno es el demonio, vestido de hacendado típico mexicano con espuelas doradas; otro es Dios, como un anciano noble y humilde; y por último la muerte, como un campesino igual que Macario. Ésta película tiene un retrato social, solo que destinada al entretenimiento, que es el que manda. También es una película pro-indígena, como vemos que se trata de reivindicarlos. Macario es la estrella. Pero se halla en la época virreinal, y depende mucho de los españoles y sus costumbres. Macario es un buen hombre, no es egoísta ni envidioso, tiene su pequeña ambición, pero no al nivel de los todopoderosos, aun cuando en el trayecto se le presenta la gran oportunidad de volverse rico. Macario sólo quiere aplacar su hambre acumulado y tener algunos pocos bienes. La influencia española está ahí, pero si bien Macario se ve atraído e introducido a este especie de mundo capitalista, no contamina su alma, mantiene su esencia. Macario ayuda a los españoles y a su gente, a millonarios y a pobres, por igual. No obstante es visto como un outsider en el mundo español, y castigado como brujo. El filme se mantiene fiel al entretenimiento, a la fantasía, todo está ajustado a esto, el resto es secundario. Éste filme trajo a mi mente Madeinusa (2006), el libro Pedro Páramo y la serie de tv. El narrador de cuentos, todas cosas que uno ama instantáneamente. Macario tiene una hermosa relación de pareja, la mujer de Macario (la bella Pina Pellicer) es una mujer muy real. Macario es justificado en el filme, cuando parece un tipo no tan noble por querer quedarse con el guajolote para él sólo, pero en sí es un acto moral, de ánimo, de motivación y realización existencial, y finalmente no puede evitar compartirlo. También, aunque luce humilde, muestra ser inteligente cuando se interrelaciona con los tres personajes sobrenaturales. Éste es un filme muy nacionalista mexicano en forma positiva.
Hecho en casa (Homemade)
La presente propuesta es una película ómnibus, con 17 cortos hechos por directores de distintas partes del mundo, que tienen en común hablar del confinamiento por el Covid 19 y expresarse técnicamente en esas condiciones, durante la pandemia. Empiezo con los que no me parecen buenos. El corto del galo Ladj Ly, porque no posee inventiva alguna; refleja algo social, pero de la manera más plana posible, y sin tocar ninguna fibra emocional. Técnicamente bien, solamente. El de Rungano Nyoni. Versa sobre un chatear en plan cool, actual y romántico, pero no tiene curiosidad alguna ni logra lo que se propone; se le percibe anodino al hueso, muy poca cosa en cuanto a la pandemia además. El de la india británica Gurinder Chadha, porque sólo es mostrar su vida diaria privilegiada al tuétano. El de Nadine Labaki y su esposo Khaled Mouzanar, porque es sólo filmar a su hijita actuando, monologando, fantaseando, que tiene de curioso ciertamente, pero también de incoherente y extraño. Y el peor de los 17 cortos, de la mexicana Natalia Beristáin, que es filmar también a su hijita, sin ningún tipo de aporte o creatividad; la pequeña se comporta sumamente infantil, como cualquier niñita, y no hace nada llamativo, es como ponerle la cámara a un niño de lo más común y silvestre. El nivel de ternura es mínimo como para celebrar siquiera por ello el filme. Los siguientes cortos me parecen interesantes, tienen virtudes, pero los hallo o fallidos, o tiene muchas fallas, o carecen de mi empatía de otra manera. El de la nipona Naomi Kawase. Versa sobre la paranoia de manera lírica, a su estilo cinematográfico de siempre. Se le percibe muy posera, muy arty sin mucha trascendencia, por más que como acostumbra cree su trascendencia hiperbólica. Al final aunque es un retrato tenso quiere ponerle un final positivo y feliz, tal cual refleja su cine, y queda algo medio incoherente, que no sabe definirse. No obstante su corto tiene inventiva, estética, nivel y es curioso. El de Maggie Gyllenhaal. Su corto es un sci-fi y luce atractivo y misterioso originalmente, pero luego el interés se pierde porque no tiene mucho de qué sostenerse, no posee una trama profunda y se vuelve repetitivo y muy simple. Su marido, Peter Sarsgaard, que es el único protagonista del corto, está muy bien, luce muy buen actor. El de Kristen Stewart. Su corto se ve bueno en cómo la actriz sostiene con muy poco implemento entero el filme. Muestra su habilidad histriónica con la cámara muy cerca suyo, casi no se ve contexto, solo apenas una habitación, yace con la cámara pegada al cuerpo prácticamente. Stewart se retrata a puertas de una crisis, pero de manera muy básica, tanto como arty y minimalista -pero con un guión que adolece de cierta ausencia que se hace sentir-, sostenida sólo por su performance que es bastante decente, pero no tan buena, tal cual ella como actriz.También luce demasiado arty, en sentido de la frase que dice mucho ruido para poca nuez. Es un lugar de lucimiento, pero carece de cierto toque para brillar en toda gloria. Es un corto simple al fin y al cabo. No obstante sorprende un poco su actuación. El de Pablo Larraín. Es un corto que se siente antipático inicialmente, que luego se torna cómico con harto sarcasmo, y tiene de bueno como de malo en cuanto a empatía, tal cual es visto Larraín. Tiene su toque perverso light y su suciedad sensual que lo hacen simpático a ratos y a otros molesto. El de Ana Lily Amirpour. El corto se la da de filosófico existencial, pero provoca cierta pereza mental, mucha tontería como para gastar ganas, pero por lo mismo tiene su profundidad. Lo muestra simple, pero efectivo en un paseo de bicicleta por Hollywood, mostrando una crítica suave a la humanidad, pero también defendiéndola; es como un jalón de orejas, un llamado a la conciencia para valorar el planeta, la cotidianidad, las "pequeñas" cosas, el arte. El del chileno Sebastián Lelio. Su corto luce inteligente, pero también algo ridículo; un musical suena curioso. Lelio dice cosas interesantes, como para pensarlas, dichas de manera clara. No obstante a ratos quiere ser distinto y tiene su gracia, pero también su toque kitsch. Es un llamado social y político. El de David Mackenzie. Inicialmente toca fibra, se presenta como el retrato de una adolescente marginada, crea atención, pero luego la pierde por completo, diluye su logro, pierde la brújula de como iba y se convierte en un corto anodino, que ya no importa mucho escuchar ni seguir. Los 5 mejores cortos, los más impresionantes, son los siguientes. El puesto 5 es del canadiense de origen chino Johnny Ma. Trasuda mucha autenticidad y sentimiento, también es un vehículo que luce útil, práctico, es similar a una carta (a una madre y al quiebre con la tradición dictatorial) que tiene una misión -ganársela-, además de que se presta como una buena historia, emotiva, bella, y también bajo un aspecto cool. El puesto 4 es del italiano Paolo Sorrentino. Es un corto que en muy poco tiempo alberga mucha historia, con pocas intervenciones se luce mayor, se nota el nivel del director. Es un tema recurrente en el director, y se nota su dominio y notoriedad. Es bastante irónico y simpático, tiene su pequeña trasgresión. Está hecho con adornos, con figuritas, una de la reina Isabel II y otra del Papa, que comparten un amor platónico. El puesto 3 es de Antonio Campos. Es una historia de terror. Aunque no es muy original, es algo visto por quien ama y conoce el género, es bastante atractivo aun así, está muy bien hecho. Tiene su inquietud y su pequeño misterio. Pone a Christopher Abbott de protagonista y no falla. El puesto 2 es de Rachel Morrison. Su corto es full sentimiento, es muy emotivo, pero positivo; tiene muy poco drama, aun retratando por una parte la muerte de un ser querido. El filme se basa en el amor de un padre a su hijo, en buscar su felicidad de niño, a través de las pequeñas grandes cosas de una infancia plenamente realizada, aún en medio de una pandemia. Morrison enumera el mundo fantástico de su hijo, un mundo ideal, lleno de novedades positivas y alegría. Es el manto protector del padre al hijo. Es un filme sumamente hermoso. Si el de Ma era bueno, éste es re-bueno. Pero pueden ser vistos como complemento el uno del otro. Sencillo, pero te cala hondo. El primer puesto es del alemán Sebastian Schipper. Su corto es un logro técnico, de efectos especiales, con recursos sencillos, y tiene originalidad y es cool; versa sobre la locura del encierro, pero guarda su parte de misterio.
lunes, 6 de julio de 2020
Él
Él (1953), de Luis Buñuel, es una de sus mejores películas. En ésta un hombre enferma de celos hasta perder la cordura. Ese hombre es Francisco (Arturo de Córdova, en toda maestría). Francisco se enamora de una mujer comprometida, de Gloria (Delia Garcés, en el papel ideal para ella), pero eso no lo limita en absoluto, y se la quita al amigo. Hasta la media hora de película Francisco parece el hombre perfecto, millonario, amigo de todos, un caballero, elegante, humilde y muy educado. La iglesia representada en un cura lo ama. Es una película que tiene a la iglesia como compañera. Francisco de pronto empieza a celar a su mujer, tiene ataques propiciados de la nada, todo empieza muy gracioso y lentamente se pone un poco triste, pero Buñuel mantiene alto el suspenso, como en una de las mejores películas de Hitchcock quien lo idolatraba. Es una película con toda la magia del cine clásico. Francisco ama y cela, no puede con su locura. A ratos es cariñoso, y enseguida se pone loco. Gloria es una mujer muy guapa, pero decente. No obstante el hombre no confía en ella. Lo curioso es que fue él quien hizo todo lo imaginable para que el amigo perdiera a Gloria -su karma-, quien se resistió aun sintiéndose atraída, pero Francisco insistió tanto que terminó casándose con ella, pero le quedó tremenda desconfianza hacia ella. El filme va presentando momentos gloriosos con la locura de Francisco, incluso deja una marca de identidad de todo esto, en un caminar zigzagueante. Hay una escena en que él planea matarla, entra con todos los implementos a su habitación, en más de una oportunidad la asusta. Buñuel tenía mucho sentido del humor y en la presente está magistral en ese aspecto. Todo combinado con excelente suspenso y un quehacer clásico elevado que pone el tono al filme. Él es una película que duele y divierte. Todos los sustos que genera Francisco son de antología, Gloria lo aguanta bastante, sufre, grita, lo hace huir, pero se mantiene a su lado dándole muchas oportunidades, que Francisco desecha por estar fuera de sí. Los celos parecen algo común, pero Buñuel se encarga de llevarlos hasta el paroxismo.
domingo, 5 de julio de 2020
La casa rosada
Ésta película tuvo su polémica, muchos sectores se fastidiaron con ella y quisieron censurarla, y es que es una película demasiado exagerada criticando al ejército peruano durante la época de terrorismo, ubicándonos en el epicentro, en Ayacucho. Palito Ortega Matute prácticamente hace un thriller de su denuncia, denuncia frontal, en toda intensidad. Visto como ficción uno puede entretenerse, pero la cosa va totalmente en serio. La casa rosada (2016) tiene muy buena estética, es un filme de nivel técnico bastante decente. La propuesta recuerda a La boca del lobo (1988). No obstante le queda chica en su anhelo de denuncia contra el ejército. Incluso Palito recrea su incidente central, hasta en más de una oportunidad. Sin embargo carece de la profundidad del retrato del ejército de Francisco Lombardi. En la casa rosada el ejército son el mal absoluto, son caricaturas. Todo lo que pasa el protagonista, un catedrático de filosofía (José Luis Adrianzen, un rostro nuevo, pero que lo hace bien), acusado inmediatamente de terrorismo, partiendo de que escuchaba las noticias (¡acusado por escuchar la radio!), cuando es intervenido por militares, le queda chico a un héroe de acción, aunque pasivo, cero reacción física contra alguien de su parte. El catedrático es medio contestón solamente, se mantiene sólido defendiéndose verbalmente, que hasta algo altanero se le ve, aunque tampoco hay que ser mezquino, llegamos a verlo sentir la pegada cuando un militar drogadicto lo persigue. En ese momento se arma una escena destacable, el filme tiene su buen suspenso, su cuota de notable tensión, crítica aparte de mostrar tan extremo el arresto, tipo El fugitivo, pero al límite de la ley, de lo extrajudicial. Así hay miles, miles de escenas extrajudiciales, de lo más extremas, que ni la mafia se le compara. Hay disparos a la cabeza sin chistar y más, que ni el exterminio nazi -como en el hueco cavado- tiene que envidiar. Pero dejando a un lado la denuncia hay varias escenas que destacan por su puesta en escena, como en las torturas. No obstante también hay muchas escenas manipuladoras, como con el robo de arroz a los soldados por los niños y el aplaque de su hambre, o el hallazgo del padre muerto; abunda la exposición de cadáveres y pasar cerca de todo muy lentamente. En ello intervienen niños para hacerlo aún más dramático. Los cuerpos tirados en el vehículo lucen terroríficos, pero la quema en los hornos tiene todo el semblante manipulador, no se escatima nada en el afán de señalar al ejército como un atroz criminal, que la presencia del terrorismo parece mero pretexto para su propósito. No hay respiro alguno en la crítica contra las Fuerzas Armadas. Al protagonista le pasa lo peor de lo peor, infinidad de veces, pero aun así siempre se salva. Tiene siempre muy mala suerte, para caer en el hoyo -siempre cae-, pero en el último segundo sobrevive. De todo esto sobresale la escena con los Sinchis, hasta la persecusión tan emotiva del ómnibus, que está en su punto, es emocionante.
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