martes, 14 de abril de 2020

La Bronca y Casos complejos

La bronca (2019), de los hermanos Vega; y Casos complejos (2018), de Omar Forero, son 2 buenas películas peruanas. Casos complejos es sobre la lucha contra la corrupción judicial, policial y contra la delincuencia, a manos de un fiscal intachable, que no dispara pero se mueve estratégicamente para llevar a la cárcel a todos los sicarios y extorsionadores de Trujillo, basado en bandas criminales y en un equipo de justicieros reales. En el filme de Forero seguimos a un muchacho delincuente (el prometedor Gonzalo Vargas), luego convertido en el pupilo callejero y asesino de un criminal adulto no tan mayor, ambos personajes muy bien trabajados, así bien criollos y contundentes. El fiscal tiene gracia, lleva ironía cada vez que suelta enojado una fiera lisura en el taxi de regreso a su casa cuando hace poco ha hecho presencia la corrupción y se le desestima por querer vencer a la delincuencia. El filme de Forero es un poco austero pero se pone bueno a medida que avanza el metraje. No hay mucha balacera, pero hay algo de acción decente entre crímenes y criminales. La bronca es sobre la relación de un padre (Rodrigo Palacios, que presenta una muy buena actuación) y su hijo joven a su cuidado de una antigua relación. El problema está en que el muchacho es problemático y no parece querer mucho a su padre, pero luego el padre quien graciosamente dice que su hijo es antipático y hasta quiere que se vaya de donde viven ahora, Cánada, demostrará que si lo quiere, pero a costa de hacer algo bastante extremo, cruel y hasta criminal. Es cuando explota el filme en su cotidianidad. El chiquillo es todo un personaje aunque no muy adaptado socialmente y sin ser extravagante. Esto se ve cada vez que quiere relacionarse con una mujer que le atrae. El padre es medio sabandija, pero no llega a ser completamente despreciable, pero hace de un tipo medio difícil también, aunque se la pega de amigo del pueblo. En la propuesta éste personaje se hace bastante interesante. Queda clarito cuando pierde los papeles ante el desprecio del intelectual amigo del padre de su esposa. En esto suena curioso que quiera poner un negocio de anticuchos. Es un tipo un poco ridículo también. El muchacho es algo violento, pero queda perfecto cuando no sabe manejar una situación clave. Rodrigo Sánchez Patiño como el amigo del padre también está muy bien. Casos complejos tiene una historia de andanzas con el muchacho delincuente, pero es algo raquítica. No obstante los sueños que tiene el chico con su padre alcohólico que hace Fernando Bacilio está bien manejado en pantalla como flaskback y es atractivo. La bronca tiene de cierta intrascendencia por buen tiempo, pero está llena de vitalidad, igualmente Casos complejos tiene vitalidad aun en su austeridad, como con el muerto que no suelta su vasito de raspadilla, y brota simple pero con su encanto humilde la sangre en escena colocada para la fotografía final. Son películas de directores que ya han demostrado talento, Forero con Chicama (2013), Los hermanos Vega con El Mudo (2013), y siguen generando interés y buen nivel.