domingo, 16 de noviembre de 2025

Repo Man


Pensaba que Repo Man (1984) era una película seria de ciencia ficción, género que puede ser bastante interesante intelectualmente. La ciencia formal implica imaginación también, no sólo matemática. La creatividad es la puerta de la inteligencia. Crear es pensar por uno mismo, aunque no es tan fácil ser original. Repo Man es una película de cine B, una película de medianoche digamos, un sci-fi de bajo presupuesto. Pero da en el clavo en todo, se zafa de ser del montón, una película de cine B más, de las tantas que hay y quieren distinguirse, aun cuando al director en su debut, el británico Alex Cox, se le nota que quiere ser irreverente, quiere ser cool y uno puede querer ser y no lograrlo, pero Alex Cox si lo consigue. Ha hecho una muy buena película en su tipo, impregnada de él, guionista en solitario. Ésta es una merecida película de culto. Alex Cox ama el punk, y quiere ser entretenido. El protagonista es justamente un joven punk, un pequeño criminal en potencia, Otto (Emilio Estevez, con 22 años de edad), quien entra a trabajar como agente de reposición de vehículos, un repo man, un tipo que recupera autos embargados que llevan un precio por su hallazgo y devolución. Otto halla un mentor en Bud (Harry Dean Stanton, con 58 años). Bud le dice, hay que parecer un detective, verse formal. Le expresa que todo Repo Man ama la intensidad, la aventura, de paso un poco el crimen, si bien se mueven dentro del límite. Lo que hace un Repo Man parece que fuera algo delictivo, pero es legal. Otto es punk, pero se le ve humilde frente a comportarse como un criminal. Es más un muchacho sólo un poco rebelde. Se puede decir que en realidad es un buen chico. Otto es bastante simple, puede ser tonto a ratos. Es típico de su edad. Se podría decir que ser punk en el filme es un estado de eterna juventud. Así llegamos a oír humor sobre formalizar una familia, una pareja o tener hijos, como quien se jubila, y dejar de lado la trasgresión o la incorreción. Suena Iggy Pop en el soundtrack. Vemos a los Repo Man en acción, en mucha acción de su labor. Son como un grupo de camaradas, pero hay fricciones también en los equipos y hay diversas agencias en competencia. Es una película que tiene actores curiosos en su reparto. El afroamericano Sy Richardson es un poco más del tipo de armas de tomar. No le espanta lo criminal, como cuando intercambia disparos contra una casa de donde no quieren que les quiten el auto. Hay en la película varias frases memorables o ideas que disparan momentos. Se dice -para sortear el miedo, para autoconvencerse del riesgo, andar de relajado- que nadie mata por un auto en EE.UU, como manifestando que es algo ordinario tener uno, hablando de los más básicos o tradicionales. Pero es una idea sarcástica puesta en el ambiente, porque hay tremendos bolondrones/quilombos por los autos. El filme se basa justamente en estos, en los autos, como si dijeras, el mejor amigo del hombre. Para eso Alex Cox hace una película brillante a esa vera, aun cuando pasa por simple, una película de entretenimiento puro y duro. Otro actor/actriz curioso/interesante es Richard Foronjy como Plettschner, un policía que se ve identificado con John Wayne y tiene un aire a Poncherello, si bien para eso están los personajes de los hermanos Rodríguez. El filme se ubica en Los Ángeles, por las calles más picantes de la ciudad. Los Repo Man se mueven como decir por los asuntos en conflicto del pueblo, de lo que puedes sentir un discreto aire social, como al vagabundo que le hacen puñito, aunque Cox ironiza en varias oportunidades sobre política y creencias religiosas. Aunque a los Repo Man puedes confundirlos con criminales o policías corruptos o tipos fuera del sistema (que algo leve llevan), son en realidad clase trabajadora y no sólo ello, están a pesar de todo llenos de optimismo, son gente de espíritu fuerte/joven y de ambiciones económicas, como todo buen gángster, en el mundo popular, dígase de paso. Los Repo Man está esperando el gran golpe de su vida. Pasa por la pantalla mucho latino y mucho afroamericano. Vemos mucho barrio. Ya desde su ópera prima se nota que a Cox le atrae lo latino. Se tiene mucha imagen de tipo duro, aunque al natural, sin rimbombancia. Cox maneja su cuota de humor negro e ironía en su propuesta y hasta de tontería juvenil. Tiene un lado sci-fi muy libre que es más juego que otra cosa, pero suelta varias ideas como lo conspiranoide, el ataque de extraterrestres, el peligro nuclear, los viajes en el tiempo, hasta tenemos una previsualización de Volver al futuro (1985). Así igualmente destaca Vonetta McGee con 39 años de edad, la parte romántica de la magistral El gran Silencio (1968). Vonetta tiene su gran momento en la sala de interrogación, el hospital. El filme tiene conversaciones del tipo de los locos que matan el rato entre bebidas (aquí quemando basura en un cilindro de metal, lo cual se podría leer de simbólico, aunque parece casual), pero como es un sci-fi se convierte en realidad. Es una película que entretiene bastante, está llena de buenos momentos, hay persecuciones en autos y su buen suspenso de cine B, cómo quien se vaporizará con la maletera del auto.