Ésta es
una película de acción muy buena. Pero hubiera sido perfecta sino fuera por la
introducción que se hace del amor de pareja que se exhibe muy propia de
telenovela, pretendiéndose poética, y hasta en la laguna parece comercial de
tv., si bien es importante porque el filme se solventa de ésta relación. Ésta
parte inicial notoriamente romántica luce muy endeble y no es tan breve, parece
de otra película. Incluso el protagonista peca mucho de híper sensible en esa
consonancia, no como un convicto, alguien que ha pasado las de Caín en la
cárcel. Sobre todo cuando su salida implica que seguirá por el camino criminal.
Pero después el filme otorga intrepidez en su acción, se pone realmente
memorable, sin exagerar la grandilocuencia. También con los pergaminos y
maestros que tiene, una novela de Jim Thompson, Walter hill como guionista y
Sam Peckinpah en la dirección, no había pierde. Ali MacGraw en sus 33 años se
luce muy bella, se diría que es irresistible para cualquiera, pero se le
percibe en buena parte frágil para el personaje que tiene y que se necesita
como soporte. De todas formas cumple, no malogra el filme. No es la elección
más idónea, pero da personalidad al conjunto, aun así. Ella no tiene una
carrera con muchas actuaciones; ésta debe ser la mejor que ha dado. La parte
del basurero es bastante emocionante, claro reel del mejor cine de acción. Muy
detallada. Cine puro y duro. Las tomas del recojo hasta el terral te ponen a
sentir un paso a paso de mucha potente tensión. Igualmente el desenlace a lo Unforgiven
(1992), con los 6 hombres contra uno es súper atractivo. Full adrenalina.
Produce escenas gloriosas. Doc McCoy (Steve McQueen) con su escopeta y su
revólver, dando la cara, en desventaja, a lo Django (1966), es oro puro.
Finalmente ahí lo vemos al protagonista en toda hazaña. La llegada de los
mafiosos sureños de aire clásico en el carro musculoso parece salida de una de
las mejores películas mexicanas de ajuste de cuentas. Posee una maravillosa
visualidad. Se ve super into the movie, en el contexto americano folk. Ben
Johnson como el capo y político corrupto, con una mirada filosa y a otros ratos
sutilmente pícara, muy sugerente, es tremendo acierto desde el principio hasta
el final. Es un formidable antagonista. Mención especial además de John Bryson
como el contador. Cuando dice que hay que dejar el cadáver en una zanja,
limpiando su rastro y la escena, suena a noir serio. Las persecuciones y
enfrentamientos con la policía también generan muy buena acción. Se nota una
fuerza policial muy poco inteligente, poco previsora, más funcional, como pasar
cerca de un ómnibus sin notarlo, o no poner barricadas en el pase a la
frontera. Pero puede verse como la película de otra época, más light en todo
sentido, más despreocupada. McQueen es sólido como antihéroe, de ladrón de
bancos. Trasmite mucha naturalidad. Tiene un toque de tipo duro muy conseguido,
sin necesitar de posturas intimidadoras, sino todo muy en su normal
expresividad, normal seriedad. Se le ve un hombre rústico, campechano, sin
llegar a ninguna cuota de vulgaridad. Es como que está en el medio de cierto
refinamiento y cierta llaneza. Se le ve un tipo común pero educado. Lo
interesante de él es que así puede concretar roles bastante verosímiles de tipo
duro. La vulgaridad viene con el compinche, Rudy Butler (Al Lettieri, tremendo
secundario) que tiene una sub-trama que inspira ese porno moderno con el
supuesto marido observando ser engañado en una faena sexual y esto se mantiene
en gran parte del filme con la ligera mujer muy bien interpretada por Sally
Struthers, a la que tratan como adolescente boba. Esto se observa perverso,
pero también irónico, como el sentido del humor de un cierto machismo. Pero el
filme se ubica en Texas y en estos relatos predomina el clásico duro rural. La
escena con el viejo cowboy de clase trabajadora pone el sentimiento en pantalla
y la humanidad existencial y de paso consolida sin disfuerzos al dúo. Hay un
fuera de campo sobre un coito por negocios que escenificarlo hubiera aumentado
el realismo y agregado sordidez al filme, pero ésta película es una obra de
cine cuidada y rehúye ello. El fastidio a esa vera se reduce en su efecto pero
es afín a ser usado repetidas veces para discutirlo, habiendo en el aire un
quehacer emotivo, lo cual es curioso en un filme de vaqueros. El robo del banco
es competente aunque no impresionante, luce un asalto sencillo/fácil, de
pueblito y entidad con mil descuidos de seguridad, pero es capital en la
historia, como implica el título. En adelante la propuesta –éste gran thriller
criminal- paga con creces su precio como una notable película. Se mantiene
hasta el final en gran nivel de acción. Lo que sigue es perfección pura.
McQueen representa al hombre que puede tener a cualquier mujer y al mismo
tiempo un tipo sin musculatura, pero capaz de enfrentar cualquier reto físico.
Cuando pasan por la máquina de basura es una representación inteligente de que
pueden con todo, aunque no es una lucha de aquellas como contra lo imposible
que se ve en la realidad más contemporánea del cine de acción, sino una
historia de pueblitos del sur, una historia campechana, que se palpa
sustancial, notablemente real.
lunes, 24 de febrero de 2025
The Getaway
Cristo se detuvo en Éboli
Cristo se
detuvo en Éboli (1979) adapta autobiografía del escritor italiano Carlo Levi
inspirado en la época que fue exiliado por antifascista a un pequeño pueblo de
Lucania, hoy llamada Basilicata. Dirige Francesco Rosi. A Carlo Levi lo
interpreta Gian Maria Volonté. Volonté le da enorme dimensión al protagonista
como un tipo empático con el entorno rural, con el campesinado, con la gente
humilde de Italia. En el pueblito con la autoridad estatal se dan
conversaciones sobre ser un caballero o pertenecer a las élites, y se hace
diferencia con la comunidad o el pueblo, pastores, campesinos, agricultores, a
los que directamente se les tilda de supersticiosos, y en efecto corroboramos
que muchos comentan de prácticas de esa índole. Muchas de las personas que vemos
se perciben como que no son actores, sino como que hacen de ellos mismos y le
dan mucho realismo al producto. El realismo del filme es muy bueno. Por las
casas de piedra blanca vemos chanchos enormes, cabras, montón de animales
pasean mostrando tremenda naturalidad. Así mismo muchas tomas muestran el
paisaje o ponen de fondo la infraestructura del pueblo y se ve como parte de
otro tiempo. El filme es de 1979 pero se siente tranquilamente como el año que
retrata, 1935. Levi (Volonté) tiene estudios de medicina, pero no ha realizado
prácticas y a pedido de la gente común, por la falta de doctores en la zona, al
saber de sus estudios lo persiguen para que cure a los enfermos. Esto y su
amabilidad y respeto hace que los humildes le estimen. Levi también defiende
sociopolíticamente a las clases bajas. Levi comparte camaradería con todo el pueblo, desde lo más alto
hasta lo más sencillo. En varias oportunidades se le observa cogiendo
contextos. Escucha de la guerra, participa del folclore. Hay momentos donde
éste conversa sobre sus filiaciones ideológicas. Vivir en una zona atrasada
digamos, o con pocos avances, muchas carencias, puede pasar como que no hay
demasiadas cosas que hacer (o contar), pero la propuesta de Rosi siempre
muestra quehaceres interesantes, aun cuando son los habituales de lo rural.
Muchas escenas son de enorme poder de realismo, como cuando los niños
mataperrean persiguiendo para lanzarle piedras al cura alcohólico del pueblo.
Levi, una mañana, duerme en un hueco dentro del cementerio, bromeando con
escapar de su exilio frente a un guardia que lo sigue. Hay hasta la adopción de
un perro. Irene Papas hace también un gran papel como la empleada de Levi,
provocando muchas excelentes escenas. Aunque Papas es griega parece una
italiana típica, de aquellas rústicas y muy campechanas. Lea Massari como la
hermana de Levi otorga además cierta sensualidad italiana o latina al ambiente,
aun en un breve rol. Desde que llega nuestro protagonista al pueblo hasta que
se va un año después el filme se muestra propio de un detallismo y poder
vivencial glorioso. Es un filme que hace sentir pocas dificultades
existenciales, aun cuando se yace en el exilio, vigilado de cierta manera, pero
la vida rural asoma muy tranquila, muy simple pero al mismo tiempo muy bella en
éste retrato. Le faltan cosas a la población, pero Levi con el grandioso
Volonté se muestra muy dócil frente al campo, se adapta con naturalidad, el
filme respira afecto con él, no asoma enojo o frustración de su parte frente a
su condición. El personaje siempre yace en calma, se le ve siempre en control,
siempre inteligente. Mucha gente propia de la ciudad seguramente se sentirían
abrumados o hasta aburridos en éste entorno, pero aquí se percibe verdadera adaptación,
aun cuando hay una presión que lo ha puesto en dicho lugar al protagonista,
pero también se percibe convicción, ser tal cual lo que pensamos. Esa
adaptación habla justamente de esto, de sentirse realmente identificado con la
gente humilde del campo y su manera de vivir. La autoridad del pueblo (Paolo
Bonacelli) tiene sus ideas propias de su clase, pero no obstante no parece mal
tipo. En éste lugar no existen diferencias indisolubles, tenemos comunicación,
no se exhiben enemigos o antagonistas terribles, hay la posibilidad de puentes,
pero apunta una carta de Levi que el gobierno de Roma o de Mussolini dictamina
una estructura y un sistema que fomenta las diferencias sociales. Es un filme
austero, pero de una austeridad narrativa que te atrapa, rica en naturalidad,
neorrealista. No es un filme de típica grandilocuencia, pero tampoco de
aquellos donde todo es anodino, vacío, insignificante. Donde no hallas nada,
donde no pasa nada, sino se respira vida, momentos, como cuando Levi cura a la
gente. Papas también transmite sensualidad desde lo llano. Ella parece estar
lista para una aventura sexual, una historia simple de puro y duro realismo
italiano. Es una historia rural que se destaca, de aquellas de las que no
esperas mucho y te terminan encantando.
domingo, 23 de febrero de 2025
Decision to leave
Juror No. 2
sábado, 22 de febrero de 2025
The seed of the sacred fig
The seed of the sacred fig (2024) de Mohammad Rasoulof es una película atractiva para conocer Irán, cómo es allá, y es curioso ver que la vida en Tehran, la capital del país, se parece bastante a cualquier otra ciudad del mundo. Pero no obstante es cierto que un gobierno teocrático que es quienes los rigen suena a cosa del pasado, a una forma de gobierno arcaica, y puede conminar a hacer sentir a sus ciudadanos dentro de un sistema rígido en cuanto a sus derechos civiles y comunes, y cómo se sabe por ser una república islámica, estar muy anclados a la religión que tiene poder y control sobre el país, las mujeres viven sojuzgadas por una forma de vida muy restrictiva, sobre todo si la comparamos con Occidente. La propuesta se contextualiza, y es además un drama político a esa verá, en las protestas del 2022-2023 de las mujeres por la igualdad de derechos, acusando de dictadura al gobierno. La película de Rasoulof utiliza material de archivo o documental sobre las protestas como pequeño complemento social-político. El filme se pone más interesante porque la familia protagonista está muy ligada a la república islámica, al gobierno teocrático, ya que el padre es un abogado que aspira a ser juez dentro de ésta forma de gobierno. Es investigador y pertenece a las cortes revolucionarias, pilar de la teocracia y dirigencia islámica de Irán. Imán (Missagh Zareh), inicialmente, parece sufrir con aceptar el dictamen de la pena de muerte que tiene que dar contra los enemigos de la teocracia, que incluye a los/las jovenes que protestan. Imán parece una buena persona, en un filme que se cocina bastante lento. Se da así mismo mucha presencia de la esposa, Najmeh (Soheila Golestani). Pero la percepción de cómo es irá mutando, siendo esto trabajado meticulosamente. Llegará hasta lucir como un especie de asesino en serie. El filme en última instancia se descubre como un thriller, como un lugar de entretenimiento o más ligero narrativamente cuando el escenario es una zona aislada, desértica y montañosa. Se pone cine de acción, pasando del drama familiar que es la mayor parte del relato. El disparador es el miedo que engendra en Imán ir preso. Es entonces que descubre su verdadera piel, sólo piensa en si mismo, bajo la devoción al gobierno. Anida en él una lucha que llega a la violencia literal. Es particular ésta confrontación, que rompe con toda natural lealtad y afectos, desde varias partes. De manera tangencial y gradual, hasta llenar el conocimiento, entendemos qué trabajo realiza Imán específicamente y por ahí va la crítica, señalando cierta perversidad y extremo cinismo. Es como si toda mujer en Irán le hiciera frente -como si se tratara de bandos opuestos- a todo hombre que defiende la teocracia, puesto que coarta su libertad y esto puede señalar amarlas o no realmente, en lugar de amarse a sí mismos -o cuidarse- por sobre ellas. Es el control y confort masculino frente al derecho moderno, si bien occidentalizarle por completo puede dar pie a que se caiga en el otro extremo, en la liberalidad, como cuando se dice que las muchachas en contra de la teocracia son las que están buscando salir desnudas a la calle que sirve como generalización sexual que es lo que teme el régimen, quienes lo apoyan y ampara su religión. Las hijas de Imán son parte de la modernidad, se identifican con las protestas. La madre es la bisagra entre los dos mundos. Apoyar a su marido y seguir éstas reglas rígidas islámicas que incluyen el futuro familiar o abrirse a la libertad e igualdad del mundo occidental. Hay muchos momentos donde Najmeh hace de fuerte soporte de Imán a quien inicialmente se le ve un poco pusilánime, lo ponen muy bondadoso, pero sus decisiones lo van transformando (o desnudando). Es una película que tiene una narrativa muy cuidada aunque austera. Se toma su tiempo en todo, hasta con detalles simples. Es de aquellas películas que se manejan muy expresivas en las emociones, que pueden pasar por algo efectistas o híper sensibilizadas. Se ve que sigue una forma de hacer cine propio, pegado a lo primario, desde coordenadas algo afectadas, no obstante queda como cine, no telenovela. Rasoulof quiere hacer arte, pone estética, pequeñas puestas de escena en detalles, como cuando Imán mira la ventana goteando por la lluvia y después observamos su reflejo en el vidrio que es donde se enfoca la cámara. Se implica un quehacer de paranoia, de miedo a los que protestan, cuando Imán circula en auto con tapabocas, pero le falta fuerza. Aún así el momento en la tienda del grifo salta a lo impremeditado y se sostiene muy bien dentro del cambio a lo tangible. Lo que viene después es un poco la historia de un asesino en serie que teme ser atrapado y tiene su genialidad (dentro de un gran giro), tal cuándo la hija se tapa con el plástico asemejándose a un cadáver.
A different man
Un hombre con neurofibromatosis pasa su existencia con mucho temor social, con común maltrato a su alrededor, está acostumbrado a ser rechazado y a producir, en muchos, burla. Su apariencia impacta, sale de lo cotidiano. Lo miran como un bicho raro. Como indica el título, es un hombre diferente. En una primera parte vemos a éste hombre interpretado por Sebastian Stan pasar un viacrucis. Lo vemos sumergido en un drama. Incluso del techo podrido por la humedad le cae encima un pedazo de material de construcción en la cara. El momento es breve, pero logra ser incómodo para el espectador, cuando lo oímos llorar a esa vera. Se nos ha presentado una vida de sufrimiento. Hasta aquí parece lo habitual o lo que muy fácilmente podemos imaginarnos o pensar todos. Edward (Stan) conoce a una mujer preciosa, Ingrid (Renate Reinsve), su nueva vecina, y queda súper prendado de ella, pero lo entiende un amor imposible. Él mismo se cohibe con ella, como con todo el mundo. Apenas habla. Es alguien introvertido. Ingrid se acerca bastante, pero en un momento de sensibilidad afectiva de Edward, lo rechaza por reflejo. De pronto el filme da un gigantesco vuelco y se convierte en otra película. Edward se cura como por arte de magia y ahora vemos la apariencia física de Stan donde dentro del personaje se siente (momentáneamente) un triunfador, que la cosa ahora será sencilla. Atrás queda todo el maquillaje y la prótesis para crear a éste hombre con neurofibromatosis, su rostro deforme. El filme tiene momentos políticamente incorrectos, o como dice Ingrid, aspirante a guionista (y con ella sale una profusa narrativa de metacine), momentos explotativos. Aquí se permiten un pequeño jalón de orejas a El hombre elefante (1980). No obstante, A different man (2024), la película de Aaron Schimberg, más bien nos muestra de ahora en adelante la normalidad que plantea un hombre que en la vida real sufre de neurofibromatosis (continuando el relato que no es documental), cómo se comporta frente a ser éste hombre diferente que es en la vida real, como si nos dijeran que lo que antes hemos visto fue imaginación, fantasía, como quien manifiesta que hemos estado participando de la interpretación de un actor con maquillaje y prótesis, y que puede que como parte del relato quizá nunca existió (nunca fue deforme, sino se sentía así, se auto-menospreciaba). Ésta es una lectura, como otra es cómo se comporta literalmente el nuevo Edward frente a Oswald (Adam Pearson), lleno de envidia, tal si hubiera perdido la oportunidad de ser otra persona a la que fue con su neurofibromatosis (y al mismo tiempo la historia/Ingrid/Aaron se hacen preguntas abiertas sobre por donde hacer la obra más interesante), de ser como es él, relajado, indiferente a la curiosidad, a la mala educación, perversidad o ansiedad de la humanidad, alguien que es único/diferente porque ha buscado convertirse paradójicamente en un hombre promedio o semejante a muchos, aún con una notoria deformidad. La justificación de que las búsquedas y percepciones difieren, que el mundo es un lugar de perspectivas. Ha concebido el mundo en base a su propia cabeza, y no al rechazo ajeno, y esto le ha traído finalmente aceptación general (que para muchos puede sonarles más surreal que el mismísimo rechazo y el sufrimiento; un cambio de la mirada del planeta). Ha hecho que lo vean como cualquier otro, que curiosamente es lo que no quiere nadie. Todos quieren ser o pretenden ser diferentes al común denominador, pero no se reconocen en el esfuerzo, en la dificultad, sino se ven en lo poético y bonito, en lo cool, y en lo reconfortante, cuando ser diferente implica a menudo algún tipo de carga de cierta manera, un lugar de confrontación, no de confort. Lo que más quiere Edward es lo que pudo ser y no fue él (Oswald). El amor siempre es inesperado, hallar esa persona especial va más allá de todo. Perderlo define perfectamente el trastorno de Edward. En lugar de ir por el camino de la pena, Edward indica curiosa admiración. Ese acto de violencia que sucede por el final y que parece descabellado es semejante a defenderse a sí mismo, a ese otro yo que no pudo ser. Esto más que literal expresa ser en extremo positivo frente al mundo. Se trata de firme autoestima (sin banalidad). Generar fuerza en el alma, así como cuando oímos cantar a Oswald. Se ve que físicamente le es complicado, que no va a tener buena voz y que no le es fácil pararse enfrente de la gente, pero igual lo hace, hasta con chispa. No mira alrededor, como si lo hace Edward buscando lo habitual. Es una película no solo enfocada en la neurofibromatosis, sino una reflexión para cualquiera, en un empaque original, llamativo.
jueves, 20 de febrero de 2025
The apprentice
La película de Ali Abbasi empieza con un Donald Trump (Sebastian Stan) entre los 24 y 28 años, durante 1969 y 1974 hasta que Richard Nixon dimite de presidente. A Trump se le ve yendo a un especie de restaurante-sala de recepciones lleno de billonarios. Enseguida se muestra su conocimiento y admiración por toda esa gente. Quiere ser a killer, un triunfador, un billonario a los que considera propios de una inteligencia excepcional. No obstante él aún es un perdedor, expresándolo en sus palabras. Su padre vive de alquileres, arrienda edificios. Pero está lleno de juicios. El joven Trump va a cobrar a los inquilinos y es tratado bastante mal. Se topa con un New York de espíritu lumpen. Pero se ve su carácter, sólo que no sabe como despegar. Su padre es un hombre que humilla a sus hijos. Son de esos padres que hacen que los hijos tengan baja autoestima y como que los guía hacia la frustración y la mediocridad con su manera de educarlos desmereciéndolos constantemente. Es así que Trump conoce al abogado Roy Cohn (Jeremy Strong) y éste prácticamente lo adopta semejante a un hijo, se convierte en su mentor, el guía que no tuvo Trump con su padre para encaminarlo hacia el triunfo profesional y ser ese billonario, ese hombre excepcional produciendo grandes cantidades de dinero, con el que siempre ha soñado ser. Cohn tiene de perverso, de avezado, es un tipo muy astuto, puede ser cruel, intimidante, no teme amenazar o chantajear a los poderosos para que hagan lo que desea. Logra sin dificultad que Trump despegue, a través de hacer que se apodere de la venia de su padre. Todo arranca cuando Cohn siente pena por él, al mismo tiempo que simpatía, y decide transformarlo. Durante la mitad de la película vemos como Cohn le adiestra en ser grande en los negocios. Le subsana todo lo que lleva mal. Además le hace parte de las relaciones sociales de su poderoso mundo. Cohn tiene tremenda escena donde se revela un gran secreto suyo, pero se ve venir desde temprano, yace impreso en cómo se ha mostrado con anterioridad, en la forma que se ha trabajado su personalidad con los demás. Esto implica pensar que es mucho más de lo que se puede pensar comunmente de una persona, sorprendiendo tanto para bien como para mal. Cohn, como Trump a su manera, rompen con los lugares comunes. Esta parte es escencia del relato. Ésta película es súper dinámica, súper entretenida, te atrapa por completo. En un momento se puede leer una lectura del hermano mayor de Trump como Fredo de El Padrino II (1974). Pero en otro momento la película bromea con hacer una referencia cliché a Jacqueline Kennedy. Ésta es una propuesta que denota estar contra Trump, pero está hecha de una manera que como película te seduce, te mantiene atento y entretenido, siempre interesado en saber más, y es un logro porque hacer una película a lo Pasolini, como implicando enojo o un fuerte rechazo y crítica es proclive de caer en excesos o desmerecimientos baratos que pueden matar la obra, pero Abbasi supera esto y hace un filme sólido, más allá de amar o no a Trump, o de entender que todo pasa por criticarlo y habrá una línea expositiva que va a recurrir a ponerlo hacia ahí en todo momento. Para ello recurre a cierta complementariedad de la imaginación anclada a alguna referencia. Se ve un Trump voluble que pasa de la culpa a disfrutar de su popularidad, sin miramientos, al poco de ser dramático (mientras se ironiza con el melodrama). Se diría que Trump no se rompe, sino él rompe gente. En un momento anuncia que no le gusta la política, menosprecia al político clásico, pero bromea que al quedarse en bancarrota se presentaría a la presidencia de EEUU. El filme explica de manera sencilla los trucos a los que recurre Cohn para sacar adelante los negocios de su pupilo. Ahí hay sutil crítica política, y cómo la astucia inquiere en hacer cosas que pueden ser inmorales o contraproducentes para otros, pero no habla de sensibilidades básicas, deja los idealismos afuera, sino de cosas que se necesitan para salir adelante y aunque está mal, inquiere en cierta lógica y necesidad, si dejamos las discusiones de lado. En un inicio de cierta manera el estado detiene el avance de Trump, y con Cohn éste luego se vuelve su propulsor. Esto es pieza clave de su triunfo. Cohn es un abogado de los más astutos, aunque criticables, polémicos, capaz de romper muchas reglas, son de los que pueden poner la moral afuera, en él es vencer siempre. Pero a pesar de todo Cohn es leal a sus amigos y según lo que argumenta éste filme es realmente alguien importante para quien llega Trump en convertirse. Demuestra ser tremendo amigo con él. También proclama amar con convicción a EEUU. Por el final puede que Abbasi exagere. Hace ver a Trump como el monstruo de Frankestein tras ser la creación de Cohn. A partir de la segunda mitad de la película -que se ubica en los 80s, en la llamada era Reagan- ya Trump vuela solo y se vuelve el triple de lo que ha aprendido en cuanto a no detenerse por nada, en sus ambiciones económicas. El filme se parece un poco al Saló (1975) de Pasolini porque puede que se llegue a exagerar la nota. Se llega a hacer notar abiertamente su rechazo. No obstante como cine, como película, se gana al espectador. Hacer éste tipo de biografías críticas es complejo, se suele fallar, pero Abbasi tiene talento como director. Ha asumido un enorme riesgo haciendo ésta película. No por repercusiones políticas sino como obra en sí. Pero lo ha logrado produciendo harto entretenimiento. Stan y Strong también son capitales puesto que llenan sus personajes por completo. Se visten de ellos y lo hacen sin necesitar kilos de máscara o prótesis. Lo consiguen con una imitación pegada a lo natural. Uno ve a Trump en los ademanes de Stan, en sus gestos corporales. Hay hasta una caída cómica en esa vena. Por el final, Abbasi, con el guion del periodista americano Gabriel Sherman, hasta deja ver bien a Cohn. Hace que sintamos cierta empatía en detrimento del otro. Lo de la torta con la bandera americana se siente bastante melodramático que uno puede pensar que ahí hay cierta ficción aderezada, aunque la vida muchas veces se presenta más cutre o más particular de lo que creemos. Puede que por una reacción natural de fragilidad ante la enfermedad pero no parece Cohn ese tipo de persona e igual se ve que siempre rompe el cliché. El momento de la torta como que sugiere que piensa: pobre América, qué he hecho, como las cosas han terminado así. Algunos discursos públicos populares de Trump los vemos previamente en la vida que describe la película.