martes, 23 de mayo de 2023

Pajarito Gómez

Pajarito Gómez (1965), del argentino Rodolfo Kuhn, es la muestra e historia de como se construye a un artista popular, para el caso es un cantante de nueva ola llamado como el título del filme, interpretado por Héctor Pellegrini; mediante métodos de marketing tras la imagen comercial, masiva y vendedora, exhibiendo todo el artificio de su construcción. Es una crítica y sátira de todo ello. En un momento Pajarito canta y se intercala su cantar con literales locos moviéndose en un asilo de desequilibrados. Por el final la gente baila la nueva ola en un funeral, mostrando contradicción del momento en que se hallan y fanatismo ciego, medio fuera de control, hasta que oímos un grito como de ¡basta!, de todo ello, de esa locura que engendran los ídolos. Pero mirando hacia atrás es como se hacen cosas para convertir a un simple mortal en éste ídolo que amaran las masas con pasión y desenfreno. Se ven estudios visionarios del futuro que vivimos hoy, sobre marketing y posicionamiento de figuras, así como hoy en día todo se estudia para generar mayores y mejores ventas. El gran Federico Luppi, recién en los 30s de edad, hace de analista y creador de imagen y perspectivas, parte del equipo que crea la imagen de Pajarito, que es el nuevo proyecto de una compañía de música, viendo al estudio en acción en todo momento. Si bien se exagera para entender todo el artificio que hay detrás de un ídolo, es osado a un punto lo que muestra, aunque puede como que fastidiar al intentar como abrirte los ojos a lo que es o hay detrás. Esto yace inmerso dentro de la pasión y la alegría juvenil. No obstante como se comporta ésta juventud es lo habitual, observándosele hiper entusiasta, fanática, ordinaria, propio de la masividad y la normalidad. Los jóvenes, así como con The Beatles o cualquier otro grupo musical o cantante de ésta clase (megapopular), entran en estado de locura, de excitación y entusiasmo con éstos personajes. La música y el cine (con los actores famosos) son muy populares y engendran pasiones en la multitudes. Pajarito Gómez, el protagonista, tiene una manera de ser muy dócil, todo lo acepta por la celebridad y el éxito, parece un hombre incluso totalmente vacío de personalidad, parece hecho de arcilla para modelar; él es una construcción total, como cuando buscan promocionar su imagen frente a la gente con respecto a los valores y a lo positivo -también están los que pintan de rebeldes y hasta de revolucionarios (pop)- con el regalo de una casa a su madre. Las guapas parejas incluso de aire liberal y otras muy sumisas son parte del engranaje que lo harán más vendedor y popular. Hasta la lucha por los ideales y causas como contra la discriminación racial suman como parte de la construcción de la celebridad del ídolo. Periodistas y paparazzis colaboran igualmente a visibilizar a la estrella y a que se enamoren de ella. Así vemos que, al saber que las empleadas gustan de la telenovelas, en el periódico venden folletines románticos con Pajarito de galán y con una negra como amante sufrida (impostada físicamente para más sátira de éste filme). Es decir, todos se benefician del asunto, hasta el público obtiene lo que quiere, aun cuando la crítica de ésta película es contundente. Sin embargo, sociológica y psicológicamente es algo que se puede leer de necesario. No obstante no se trata de un nuevo Carlos Gardel, para los argentinos en particular, siendo ésta una película argentina que habla con toda la humanidad. Pajarito no se ve un mal hombre pero es prácticamente una nada revestida de grandeza. Incluso la música se la escriben y componen, lo suyo solo es apenas una voz decente de un tipo de música que dicen tampoco es gran cosa, pero se ajusta a lo que todos quieren tras bambalinas, sí, ¡dinero! Puede sentirse un filme un poco rudo, pero claro y real también, aunque como sátira englobando todo esto puede tender a exagerar para dejar clara su crítica. No miente, pero pone la mira sobre los artificios, en el aparato o mecanismo, lo que no se ve, propone cierto desencanto. Hay un momento donde la propuesta parece romper un poco con lo que propone -esa cierta dureza satírica que tampoco significa humor vulgar, ya que el filme es de aspecto clásico- o busca una cierta justificación moral, una mujer simple llora al sentirse parte de la mentira (habiendo muchas cosas que se pierden también, ilustradas en la escena desde la sexualidad), así mismo Pajarito se siente mal, cerca yace una enorme fotografía que lo representa a él y a su éxito por donde sutilmente como parte del decorado pasa varias veces la cámara, como recordatorio tras la imagen del final del encuentro. Lo de los locos deambulando su retardo por el asilo tras el imponente -pero individualista, solitario- canto en el estadio no es muy sutil. Éste filme es a todas luces interesante, aunque not the cup of tea of everyone

lunes, 22 de mayo de 2023

Air

Air (2023), de Ben Affleck, es una buena película, pero una película extraña o particular, ¿por qué?, pues es porque los héroes del filme son literalmente capitalistas, empresarios, el equipo de marketing y análisis de Nike, incluso el dueño de la empresa de zapatillas es protagonista interpretado por el propio Affleck. El filme utiliza toda la clásica construcción del emprendedor o luchador, del héroe que busca triunfar frente a grandes dificultades, el que enfrenta un gran reto y se presenta como un underdog y busca conseguir un gran logro, incluso histórico, pero éste gran logro es que Michael Jordan firme con Nike y le hagan una zapatillas con su impronta y todos puedan hacer mucho... ¿qué cosa?, sí, ¡dinero!, así tal cual, de paso siendo la historia de la creación de regalías para los deportistas que firman con marcas deportivas, es decir, Matt Damon interpreta al analista de basquetbol de Nike, quien escoge con que basquetbolistas, Nike debe firmar para marketear con ellos sus productos, que fue el que facilitó la creación en EEUU de contratos empresariales con regalías para los deportistas, llegando a defender a los deportistas (basquetbolistas) frente incluso al marketeo universitario. El filme es tal cual expreso, pero todo es lógico, es real, pero es capitalismo, competencia empresarial y libre mercado a la vena y, claro, uno dirá, ¿por qué no?, el cine aborda todo tipo de temas y aquí aunque finalmente se trata del vil pero necesario dinero, no habla ni de corrupción ni de inmoralidad, sino simplemente de gente que quiere ser millonaria, exitosa o mucho más adinerados de lo que son y su competitividad los lleva a querer ser la empresa numero uno del negocio, para el caso, de las zapatillas deportivas. Pero pongámonos en contexto, para los 80s, Nike no era aun el monstruo que es hoy en día, en particular en el básquet, primero era Converse y segunda Adidas en la pirámide del negocio del básquet y el trato con deportistas y productos alrededor de la NBA. Nike quería ganarles, ampliar y ser el primero en el negocio de venta de zapatillas de baloncesto, es ahí que entra a tallar la historia de las famosas zapatillas -las Air Jordan- que representan a Michael Jordan y fueron un boom entre los jóvenes y un quehacer superventas (hasta hoy en día, donde el mismo Michael Jordan está super beneficiado y de paso los deportistas que siguieron su ejemplo), el mejor basquetbolista de la historia y uno de los mejores de todos los deportes en general, pero que por entonces aun jugaba en la Universidad y estaba por pasar a la NBA. Pero éste legendario analista que hace Damon, Sonny Vaccaro, que no era deportista pero sabia como nadie de basquetbol, vislumbró que Michael Jordan sería el mejor de todos los tiempos y quería convencerlo de firmar con Nike, cuando tenían menos presupuesto, menos posicionamiento y menos influencia que Converse y Adidas. El filme juega con el marketing -medio que lo homenajea de paso-, lo vemos en toda la contextualización de los 80s, con la música, la comida, las películas, etc, pero se enfoca en el ingenio del analista Vaccaro que quería hacer triunfar su mirada selectiva, su noción empresarial y sobre todo del deporte, como parte del equipo de Nike. El filme es super dinámico, lleno de entretenimiento de principio a fin, es un cine comercial, popular y amable de suma calidad, con autoría, audacia y genialidad, porque para contar éste tipo de historia capitalista hay que tener personalidad y mucho cerebro para que guste a ese público masivo y clasemediero que lo ve en todo el planeta. Que piensen que en efecto Vaccaro quiere triunfar (como cualquier hijo de vecino), quiere tener valía, hacer historia a su manera, y que el underdog Nike pueda lograr vencer a los titanes de Converse y Adidas -con menciones a su procedencia o autores que lleva de verdad, perspicacia, audacia e ironía y que sirven para cotejar la elección en competencia-. Es una película que humaniza a los grandes empresarios -a los llamados en general de monstruos capitalistas, podríamos decir- y al equipo de análisis y marketing de una empresa; si esto no es una genialidad entonces no sé. El dueño de Nike, que como todo el filme es real, Phil Knight, es de carne y hueso, y un tipo con quien Affleck ironiza un poco, quien es medio extravagante -con su budismo y menciones de autoayuda-; todo esto hace del equipo de Nike gente a poder apreciar, cuando parece no ser lo clásico que gente común va a voltear a aplaudir. En un momento Knight (Afleck actuando; e ironizando como director de cine) dice que a él sí lo recordaran en el futuro de la humanidad porque ha hecho algo muy importante, comparándose un poco con Michael Jordan, aludiendo el gran discurso que hace Vaccaro. Otro punto es que el americano ideal y la película celebran el talento, la gente -visionaria- apoya el talento, quieren que triunfe, porque todos ganan al mismo tiempo, la gente ayuda y gana al mismo tiempo con el talento, es decir Vaccaro celebra a Jordan y triunfa por negociar con él, todos ganan dinero, todos enaltecen así su propia genialidad, cuando Jordan como bien dice la madre es el protagonista, el que hará con su imagen que todos esos jóvenes compren zapatillas costosas, que esas zapatillas se vuelvan una mina de oro, que todos las quieran comprar para coger un poco la esencia de Michael Jordan y que reflejan la pasión y admiración humana por el deporte. Es de ésta manera que la elección, anhelo y perseverancia de Vaccaro plantean que se confirme como un gran analista aplaudiendo la grandeza del prometedor Michael Jordan. Su inteligencia está en escogerlo y en poder entablar un vínculo sólido con su madre -buscar convencerla, en la performance de Viola Davis- y luego a esa vera con el mítico Michael Jordan y a quien curiosamente no veremos nunca visualmente-frontalmente en la película, ya que los héroes del filme son otros, visibilizando y celebrando lo que no es habitual o de típico interés general, pero el arte es hacer prácticamente de cualquier cosa, como el carbón, diamantes.  

sábado, 20 de mayo de 2023

Skinamarink

Ésta película ha pasado por varias salas de distintos países, a todas ellas ha llegado sin mucha pompa, pero con convencidos de que estaban ante algo interesante, ha producido comentarios positivos. Es el debut del canadiense Kyle Edward Ball, y tiene una cierta impronta de cine experimental, sobre todo por el final. No obstante en sí es un filme sencillo, fácil de seguir, pero curioso. Estamos en una casa grande en la noche, dos niños se han quedado solos en la oscuridad, con algunas luces pequeñas o tenues solamente en algunos pasillos. Juegan en la sala con el tv encendido. No pueden dormir. En esa oscuridad el director apuesta por trabajar con los miedos de la infancia, frente a esa oscuridad, agregando que los padres parecen haber desaparecido. En realidad los padres como que van y vienen pero son entes que se pliegan al miedo también. En un momento el padre llama a la distancia a sus hijos o les da algunas ordenes, luego desaparece, como si fuera parte de una historia tipo A sangre fría de Capote y la inminencia del peligro rondara como rezago. La madre parece caer en algún tipo de posesión a lo El proyecto de la bruja de Blair (1999). El filme denota inspirarse en conjunto en Poltergeist (1982), con entes demoniacos rondando el interior de la casa. El uso constante del televisor y los juguetes como fuente de terror son clásicos de esa película a su vez. El televisor siempre está emitiendo cartoons antiguos (de dominio público). Los niños pocas veces muestran sus rostros, vemos sus piernas o partes del cuerpo en movimiento. Se trata de un niño y una niña, suponen 2 hermanos. La imagen tiene la tonalidad del visionado nocturno o de la cámara nocturna, tipo Paranormal activity (2007). La cámara muchas veces simplemente se pasea por la casa, por ángulos tétricos. Hay un par de jump scare. También hay sorpresas visuales implicando a demonios consiguiendo posesiones. El filme en mucho es el miedo que le produce la noche y la soledad a los niños, sin el cuidado de los padres, recorriendo su casa. Pero hay algunos otros efectos, sonoros, estéticos y tomas que producen la sensación de miedo, así mismo la luz perpetra flexibilidad y tensiones. Es un filme que a ratos luce bastante básico, se mira austero, se ve de bajo presupuesto, tal es el uso de una única locación, pero al mismo tiempo se percibe audacia y originalidad. El final lleva sólo dos líneas que pueden asustar un poco, es un buen remate, así como los demonios parecen decir que ya cumplieron con su misión y con el uso del cine experimental vemos como se enuncia su retirada y su nueva búsqueda. 

domingo, 14 de mayo de 2023

Los tallos amargos

Éste es uno de los más celebrados noir del cine argentino, perteneciente a Fernando Ayala. En ésta historia vemos cómo cambia una persona, como si entrara en un estado muy grande de tensión y cayera en una especie de demencia criminal, pero el protagonista en realidad no está loco, pues siempre está pensando en ocultar sus huellas, tapar cualquier cosa que lo incrimine en su asesinato. El panorama describe aún más cruel y perverso a Alfredo Gasper (Carlos Cores) pues asesina a una persona que supuestamente apreciaba mucho y éste así mismo supone le quería bastante, pero Gasper confunde existir en el mundo con el heroísmo y no obstante o quizá por ello –idealizarse demasiado, a la vera de la sombra del padre militar, habiendo una notable secuencia onírica y surrealista a ese respecto, autodescriptiva- termina siendo la peor imagen que puede tener un hombre, la de asesino a sangre fría y, encima, sin demasiada justificación, si bien por lo general matar nunca lleva una buena justificación. Gasper quiere servir al prójimo y a la humanidad, pero yace desengañado y decepcionado del periodismo (donde esperaba cumplir su sueño de trascendencia humanitaria); también de su situación económica en base a su profesión. Cuando conoce al barman de origen extranjero, de origen húngaro, Liudas (Vassili Lambrinos), cree abrírsele las puertas a ayudar al prójimo y ser esa persona especial que quiere ser, pensando en ayudar a la familia de Liudas y en especial a su hijo mayor, a Jarvis (Pablo Moret), pero Jarvis se vuelve una especie de fantasía o de mentira y esto desencadena la ira desenfrenada de Gasper, quien yace visualmente siempre sudando y nervioso y se le asume como en medio de cierta crisis, aunque nunca deja de ser astuto para no ser atrapado. En el filme se juega con las personalidades cambiantes o complejas (donde hay rasgos negativos). Liudas en cierto momento parece una mala persona y esto abre más las puertas de las sospechas no solo de Gasper sino de cualquiera. Plantea aprovecharse de la inocencia o idiotez de la gente común. Luego se justifica un poco, pues tiene algo más grande en que pensar, su familia, y así igualmente pasa con la prostituta, pero no deja de ser: El fin justifica los medios, y esto termina siendo deplorable, demasiado permisivo con ser una persona negativa o hacer el mal o corromperse. Liudas es un personaje con rasgos muy realistas, lo de la prostituta si bien hay romanticismo también hay una cuota de audacia y perversidad oculta. Ésta mujer está humanizada, tiene un cierto aire inocente encima o medio poético dramático, de redención; está lejos de ser la clásica femme fatale. Ella suena a historia hollywodeense. Liudas con ella, finalmente no. Éste filme también es muy clásico, es bueno, aunque puede ser un filme un poco abrumador ante cierta lentitud narrativa (demora un poco en descubrirse como noir, aunque hay inicialmente drama existencial), al ser muy detallista, pero esos detalles son piezas coherentes e interesantes al final del conteo conclusivo, todo esto hace del título un lugar muy bien explicado y con (doble) remate magnifico. Gasper es más del tipo pasional, emocional, y eso lo hace tan impredecible, tanto como un ser inquietante e inestable, aunque las apariencias engañan y él parece una buena persona, pero es como tener al mal tan cerca y uno no sabe de ello, lo cual hacen del relato de Ayala uno bastante interesante, no jugando del todo con lo habitual, pero que puede quizá confundir y ver en aquel tren cierta pena, aunque, sin duda, lleva de tragedia, pero también es indiscutible la maldad, la terrorífica falta de control y las terribles decisiones/acciones. También es un llamado de atención a no andar jugando con fuego, con la corrupción y la vida fácil, y un poco no ir tras los sueños que engañan a todos los hombres, de estar todos destinados a la trascendencia, sufrir por nuestra mundanidad (tema muy bien manejado en el cine argentino, opuesto al sueño americano, aunque el noir suele ser lugar de desgracias y desengaños). Para creer en las personas, parece decirnos el filme, hay que conocerlas bien, aunque a veces no llegamos a hacerlo del todo y puede aparecer, aunque sea inusual, gente como Gasper, un lobo con piel de oveja o un hombre que descarrió quizá su destino, su talento. Es bueno tener humildad, poseer agradecimiento por lo simple, aunque todos amamos la trascendencia, creemos demasiado en la excepcionalidad.

À vendredi, Robinson

Titulo basado en el conocido libro Robinson Crusoe, que parece aludir a la soledad y el aislamiento. La propuesta trata de cartas virtuales –recibidas los viernes, complementadas con el propio análisis de cada autor y luego el ajeno- entre el mítico Jean Luc Godard y el director iraní Ebrahim Golestan. Dirige la iraní Mitra Farahani. Farahani yace en persona hablando con Golestan, a quien conoce muy bien, han trabajado y trabajan juntos, como en la restauración y promoción del celebrado y legendario corto The house is black (1962), de Forugh Farrokhzad, quien muriera joven, en los tempranos 30.  The house is black muestra una comunidad de leprosos en Irán, es un retrato duro de ver, muy realista, pero que manifiesta humanidad, ya que la lepra está muy vinculada a la pobreza, y no solo es un retrato humanista, sino de cine social. Farahani también yace como voz en off; hace de pequeño tercer puntal en la propuesta hablando mucho de los pensamientos y vida de Beethoven. Godard yace con un camarógrafo en su casa, y así se mueve –en su cotidianidad; o como él diría, en la rutina- mientras va hablando. Godard es extremadamente pesimista, habla del suicidio y su disertación –que haría realidad un setiembre del 2022- es contundente, aun cuando hace del malo de la película, pues a nadie le gusta pegarla de pesimista u aplaudir pesimistas, ni criticar la existencia de manera tan apasionada, tan emotiva, pero también es porque Godard no gusta de su longevidad (tenía como 90 años), se siente ya muy cansado, como quien ya lo ganó y probó todo; ya tuvo hermosas mujeres llenas de personalidad también, cuando parece faltarle el amor, y vérsele solitario. No obstante se menciona que hoy en día tiene una compañera intelectual, pero a él siempre se le ve solo. Godard luce un poco freak, habla mucho de melancolía, de que el mundo no mejora a pesar de que muchos sufren (parafrasea a Canetti). Señala incluso la existencia de un Dios perverso desde la famosa pintura de Goya, de Saturno comiéndose a uno de sus hijos. Golestan es el total opuesto, un tipo lleno de optimismo. Tiene una esposa también que lo mantiene con los pies sobre la tierra, que lo hace humilde, pues está más preocupada de las cosas del hogar que cualquier acto de celebridad y trascendencia. Él dice que ella hace mucho ruido siempre, pero no duda en preguntarle qué opina de las cartas cripticas de Godard y a ella no parece importarle mucho. Golestan es sólido en su optimismo, aun cuando pasa los 90 años y, como es normal, se enferma por la edad en particular. Vive en Inglaterra desde mediados de los 70s y es un hombre que vive bien. Godard se ve sencillo económicamente (por decisión propia), incluso al final del filme vemos una especie de declaración de quien es actualmente, mostrándose, en la escena, rudo y campechano (aunque denota mucho ser bastante culto), al servirse detalladamente un trago y bebérselo frente a la cámara, cómo despedida, que confirma ya muy cansado y en parte gruñón, pues es un tipo difícil, complejo, no demasiado empático, pero siempre coherente consigo mismo. Golestan lo admira, admira su grandeza en el cine, que haya hecho del cine un lugar más bello y una fuente para pensar, sin ser complicado de seguir, pues su mejor cine no es complicado de entender. Godard ahora, el último Godard, es más complicado de comprender en el cine; se ve así en su filme Adiós al lenguaje (2014), y se le parecen sus cartas virtuales. Pero Golestan medio que le entiende, lo compara con el Finnegans Wake, expresando que para pensar y coger ese libro hay que ser poliglota y manejar muchas significaciones, mitología, latín, etc. Godard se ha vuelto más difícil de lo habitual, pero su genio es indiscutible. En la presente obra se le ve más humano, más emotivo, puede que todo hable de un ser muy sensible y por acá particularmente, aunque también inteligente. Golestan es más fácil de sobrellevar en todo sentido, y aunque práctico y a ratos fácil, es un contrincante decente para enfrentar a éste coloso del intelecto que es Godard, aun cuando yace en una etapa de terrible pesimismo existencial. El filme es interesante para cotejar los distintos estados de la edad, de la vejez, y las 2 caras del ser en general. Es el combate intelectual entre pesimismo vs optimismo y enfrentar el mundo; éste mundo que es como Godard dice, pero también como Golestan lo afronta. Frente a la pregunta, ¿cómo vivo entonces si el mundo es como menciona Godard?, Golestan alude la ópera La bohemia y ser millonario en espíritu, en ser fuerte y buscar esos rayos de luz como cuando Godard juega con un gato callejero. Godard es implacable, pero Golestan lo hace bastante bien, no hay una buena pelea sin un buen contrincante y aunque Golestan juega un poco a Rocky, está bastante decente. Godard dice que la gente se consuela con la mentira frente al desamor existencial y alude Johnny Guitar (1954), de Nicholas Ray, que observa en un proyector en su sala, pero vemos muchos huecos en lo práctico, en la vida, de Godard, como su soledad, su aislamiento, que alude muy bien el título. Ambos viven en lo que profesan, Golestan es un hombre feliz a pesar de que la vida suele ser difícil. Culpa él al cristianismo-catolicismo, al vampirismo y canibalismo de beber la sangre y comer la carne de Jesús. Pero aunque esto es en realidad un simbolismo, lo que ha dicho Jesús, un hombre que también fue un notable intelectual, un maestro, Golestan como que quiere justificar los cimientos del pesimismo europeo. Él es quien es igualmente, un hombre amante del mundo, y hoy en día tiene 100 años. Sin embargo aunque uno puede discutir cosas que dice Godard no deja de ser un hombre interesante y excepcional, produciendo un filme rico en debate e ideas, un buen choque intelectual. Uno ve cine para pensar el mundo, a la humanidad, como también para entretenerse, pues como dice Godard el cine no propone preguntas ni da respuestas, sino es más un juego de los distintos intelectos, y es escoger y pensar, recoger (tomar lo que nos hace mejores), filtrar (lo que no compartimos) y amar (ser feliz con el arte), y seguir avanzando. 

martes, 9 de mayo de 2023

El escapulario

Éste filme del mexicano Servando González entra en el género del terror y la fantasía. Es la historia de 4 hermanos y su madre en relación a un escapulario particular, éste escapulario hace que uno esté cuidado, protegido de todo mal, hasta lo fantástico, vence cualquier forma de peligro, incluso evita la muerte. Pero estos 4 hermanos siempre están tentando la muerte, yacen en perenne peligro. Es la época de la revolución mexicana y sus reminiscencias. Está contado linealmente, pero mezcla 5 historias de terror y fantasía, incluida la de la madre que es el eje que une como introducción, guía y colofón. Un cura, el Padre Andrés (Enrique Aguilar), va al lecho de muerte de una mujer mayor. Ella le habla de un escapulario mágico, sin decir que es mágico, sino aludiendo a Dios, pero de manera sobrenatural indirectamente. Es entonces que le empieza a contar de su hijos y su relación con el escapulario. Son historias muy interesantes, muy atrapantes, muy entretenidas y muy bien contadas, además maneja mucha arte con el uso del cine y las tomas y secuencias. Ahí tenemos varias escenas y secuencias muy artísticas y magistrales. Empiezo con una. Partimos de la imagen del plano medio de una hermosa mujer deseada por uno de los hijos, por Pedro (Enrique Lizalde). Se ven las delicadas manos femeninas que manipulan un rosario. Camina la chica bella, sonriente, el fondo yace desenfocado. Ella es el centro de toda atención. De repente la cámara se mueve con velocidad hacia un lado, como efecto para meter una nueva imagen (una nueva toma), hacia el organillero que sonríe cómplice (él avisa al galán, a Pedro, de la presencia de la dama deseada). Sube la toma hacia el reloj de la iglesia, aparece un zoom out y entra en la imagen el galán desde la esquina frontal. Mira a la mujer, hay un coqueteo, una mirada romántica. Se ve tras el zoom out a ella entrando a la panorámica, pasando. Él se halla enfrente de la toma mirando, ella se va, él camina y entra al cuadro un tipo al moverse el encuadre hacia la izquierda. Es un chismoso, que se gana con el pase. Se retira el galán, queda el mirón apoyado en el muro. Corte, cambio de toma, entra toma expresiva del mirón quejándose, contando el chisme, con gran expresión de sobreexcitación. Menciono otra gran secuencia artística, puro cine, del mismo relato de terror, el enamoramiento de un hombre humilde, pero valiente y bien parecido, y emprendedor, de una mujer muy bella, sofisticada, elegante y rica, vigilada por un tío buitre. Tenemos la cámara estática, una postura visual de privilegio, enfocada la cámara en mirar el fondo. El paisaje es una iglesia, a lo lejos. Entra “de pronto” –tras el sonido de las ruedas- en la mira de la cámara, desde el lateral, como pegado a la cámara, bastante cerca de la cámara, un carruaje. Queda colocado todo para el detalle de los pies que descienden del carro, es el tío criminal y la doncella deslumbrante. Es la mujer deseada y el que parece su marido, se comporta como tal, aunque el interés es otro, y él también. Empiezan a alejarse hacia el fondo donde está la iglesia, se van haciendo pequeños. La cámara nunca se mueve, todo es una hermosa secuencia especialmente acomodada de la llegada y entrada a la iglesia. Así mismo, de la misma manera, tenemos dos persecuciones maravillosas. Presenciamos el cambio (repetidas veces) del encuadre de un hombre y otro corriendo, uno siguiendo a otro que intenta escapar, asustado, nervioso, siguiendo el mismo fondo, así, uno detrás de otro, por los mismos lugares y prácticamente las mismas tomas de fondo que generan una gran percepción de continuidad, al tiempo que se maneja velocidad visual. Entonces vemos distancia, seguimiento de la misma persecución de atrás hacia adelante y entra un zoom out, salta la sorpresa, aparece -abrazándole- el tipo seguido, detenido con un filoso y gigante cuchillo de cocina en la toma, una toma frontal que ocupa casi todo el encuadre. El escapulario pasará de una mano a la otra como quien pasa la posta de una historia a otra, si bien yacen perfectamente fusionadas en conjunto, dentro de una unificación narrativa ejemplar, como quien puede leer por separado y al mismo tiempo todo en una sola historia. La otra persecución es la mejor (momento top del filme y del cine mexicano en general), la persecución del primer hermano, de Julián (Carlos Cardán), por los soldados con fusiles antiguos. Ésta es una clase maestra de séptimo arte. Los cambios de la toma y el ritmo excepcional que se maneja -en medio de los disparos y el zigzag- generan harto impacto y entusiasmo como relato. Lo que viene después, ese realismo -frialdad- de los fusiladores y ese aspecto mágico del escapulario y el ajusticiamiento extrajudicial es hedonismo al cuadrado. El preámbulo -las palabras del soldado y cuidador- antes de la huida también es magistral, emocionante, proponiendo un toque popular bastante bueno. Es así que surgen contraposiciones, contrastes de discursos. El filme está lleno de ellos, puntos de vista encontrados, y también mucha tensión, propio de la época revolucionaria, tan bien dibujada en aquellos ahorcados que penden de árboles en medio del campo. La historia de fantasmas con el viajero muerto encaminados a la farsa del tío es tremendo folclore mexicano y latino, un clásico. El escapulario le da vida a los muertos, vence las reglas naturales de la muerte. Es un amuleto para la suerte, una suerte real, tangible. Hay muchos momentos sólidos de terror, la historia del propio cura no se queda atrás, plasma muy bien el cuento tradicional y la leyenda.   

sábado, 6 de mayo de 2023

El rostro de la medusa

El rostro de la medusa (2022) es la primera película de ficción de la argentina Melisa Liebenthal tras su notable documental Las Lindas (2016). Es una película que es como la versión indie latina de la comedia Freaky Friday (2003), aunque aquí la nueva identidad física es anónima. Es una propuesta que es un poco oscura, con algunos pequeños toques de terror y hasta sci-fi, con esa mediciones por computadora o esa vigilancia nocturna. Es una película un poco (realmente) freaky. Más que entretenimiento se ve así, una película un poco rara. Tenemos una lectura sobre la identidad a través de nuestra apariencia física, en particular por nuestra cara, ya que la protagonista de éste filme, Marina (Rocio Stellato), de pronto un día inexplicablemente cambia de rostro. Antes tenía el de la propia directora, que vemos en fotografías o por redes sociales. En el filme los médicos atienden éste tipo de caso y le dan soluciones simples, como si no fuera nada extraño, como obviamente lo es. En sí la que sufre o se inquieta por ese cambio es la protagonista, el resto parece muy dispuesto a aceptar ésta transformación, como el novio, los padres o los compañeros de trabajo. La abuela hasta lo ironiza. El filme alterna con imágenes y secuencias de visitas al zoológico, como si la cámara fuera la propia Marina visitando a menudo el lugar, pero que no vemos nunca físicamente (visualmente) ahí. A los animales del zoológico se les ausculta y mucho, como parte de intelectualizar sobre lo que significa la identidad física. Ahí notamos que los animales tienen características de identidad, de reconocimiento o distinción, pero muchos otros -la mayoría- son como cortados por la misma tijera prácticamente, no hay mucha diferencia entre ellos, uno se puede confundir con otro fácilmente, si no hay un quehacer científico presente. Liebenthal pone en práctica su pequeña tesis, con la pérdida de su gato. Pero, claro, los seres humanos son distintos, aunque aplica no exagerar con esta noción, lo importante parece decir la obra es la personalidad y nuestro comportamiento. No obstante la identidad pública de Marina -frente al estado- presenta dificultades con el cambio de rostro. Oficialmente es ser otro. Y, medio como juego, entra en ello a tallar una cierta nueva identidad por descubrir, como que también nos reinventamos; así vemos que Marina va a la disco y termina con nueva pareja o, para el antiguo (el tipo familiar), un amante. Participamos de una escena cómica de encuentro sorpresa que termina con el trio afectivo disonante tomando el ascensor. El problema quizá se halla en que ésta comedia es muy seria para serlo, es decir para producir un ambiente de humor, y es en mucho una cierta rascada de cabeza, o genera cierto desconcierto, que lo señala también como un filme curioso. No es tampoco un trabajo intelectual exhaustivo, dentro de un tema bastante rico, es en muchos ratos light, pero freak al mismo tiempo. También se busca anexarlo al mundo de la directora, lucen como sus inquietudes personales, viendo que la familia real de la directora hace de su misma familia, se usa bastante material de identificación de la directora. Se siente como que Rocio Stellato es un instrumento del mundo íntimo de Liebenthal para ahondar en cuanto nos define nuestra apariencia física, y saltan pros y contra. Éste filme ganó (mejor director) en el festival de Mar del Plata 2022 y en la sección Forum -una de las más experimentales- de la Berlinale 2023. 

viernes, 5 de mayo de 2023

La parte del león

La parte del león (1978) es el debut de Adolfo Aristarain. Presenta a un protagonista que tiene de inspiración a Apenas un delincuente (1949). El protagonista de La parte del león se llama Bruno (Julio De Grazia) y manifiesta ciertos vasos comunicantes con el José Morán de Apenas un delincuente. Bruno quiere tener mucho dinero pero no le nace verdadera capacidad para engendrarlo, como Morán. Bruno se siente un tipo especial, no un tipo inútil o muy ordinario, no acepta que hay gente más capaz y más inteligente que él; es decir, gente que esté de alguna forma por encima de él. Aunque suene medio arbitrario, Bruno se siente el Número 1, el mejor de todos, y esto es natural, todo hombre se siente así de cierta manera, pero Bruno quiere poseer esa excepcionalidad que en realidad no le ha tocado y hasta es notorio. Un día ésta le llega de manera casual, impredecible. Roban un banco y en su techo esconden la cuantiosa suma de dinero, una bolsa con montón de billetes. Bruno oyó extraños ruidos nocturnos en el techo el mismo día del robo; lo asocia después al asunto en sí del robo, al tenerlo reciente y muy cercano, al oír a su casera comentarlo. Ésta es una notable audacia autoral y del noir en general. Finalmente así halla el dinero, su ilusión y sueño se ha cumplido, es real. Pero el problema es que la inutilidad de Bruno también es muy real, seguirá ahí presente. Decide buscar a un amigo para poder hacer efectivo el dinero ya que éste lleva la numeración publicada y no podrá usarse sin ser detectado, necesita de gente criminal que cambie el dinero, negociarlo. Mario (Arturo Maly) es ese amigo y cómplice que busca porque además tiene miedo. Mario es una buena persona. Tiene una pareja que interpreta Luisina Brando, como Luisa, quien es muy fiel a Mario, aun cuando parece que hace uso de su seducción con hombres con plata. Ese es otro problema de Bruno, y añadido al protagonista de Aristarain, que lo hace un poco distinto a Morán; Bruno es un tipo muy cobarde y puede ser una deplorable persona si yace en peligro, piensa sólo en él. Hay una escena importante del filme cuando su esposa lo confronta (una vez más) en un restaurante, y éste le habla de al fin poder cumplir con lo que tanto ha querido, tener dinero y, a esa vera, ser especial. Por otro lado tenemos al Nene (Julio Chávez, que contaba por entonces con 22 años), el líder criminal que robó el dinero y lo está buscando. Éste personaje fácilmente pone mítica en el cine argentino. Es un violador en potencia, aunque se pinta de seductor, cójase ésta denuncia involuntaria de cierta esencia. Entre Julio Chávez y Julio Di Grazia tenemos un buen choque de actores talentosos y ni que decir de Luisina Brando que por el final tiene una escena muy potente, una prodigiosa escena de confrontación. Luisina es bella, pero en ésta propuesta luce más pedestre, no sé si por pegarse más a su papel, pero no menos talentosa. De Grazia hace de un excelente cobarde que se descubre como tremenda rata. Su comportamiento cae en la peor decadencia. Éste es un gran personaje de Aristarain quien hace una aplaudible película, bien en toda la ley del noir, con marca argentina.