viernes, 2 de abril de 2021

The assistant


Se inspira en el acosador sexual Harvey Weinstein, un poderoso y famoso productor de cine. Weinstein fue acusado el 2017, ésta película de la australiana Kitty Green es del 2019. Ésta propuesta bien vale verse y destacarse por una secuencia magistral -extensa- donde la asistente o secretaria protagonista, Jane (Julia Garner), al presenciar un notorio aprovechamiento sexual de su jefe, un productor de cine, de una muchacha nueva en la empresa -muy joven, algo inocente y afable y que parece modelo-, va a denunciarlo ante la compañía a donde un encargado de recursos humanos. Aquí se da un juego sutil de conversación, donde el tipo de recursos humanos parece no entenderla, hacerse el tonto, y lentamente, intercambio a intercambio, frente a la timidez y cierta cautela de la muchacha (idealista y altruista), se va mostrando lo rata que es éste lacayo -así como él hay muchos en la empresa, aunque éste luce como el peor-. El sarcástico y ruin hombre escuda al productor, con autosuficiencia y soberbia, e intimida a la muchacha sin perder las formas. Esto también sucede porque Jane es muy joven y llena de sueños de evolución de su carrera profesional en ésta empresa, y le falta carácter, producto también de su posición bastante subalterna. El jefe de ella la hace incluso llorar, la trata con violencia psicológica. Este rol -el de la joven- es muy claro en como las mujeres se ven maltratadas y vulnerables ante el dominio de un mundo masculino tan sexualizado. El filme pone a los trabajadores de la empresa a cubrirse las espaldas, sobre todo a los jefes, o a tratar de ganárselos como sea o no hacerse de luz en contra por ningún motivo (ahí vemos a los "amigos" dictando disculpas humillantes, encubriendo los abusos). Es la cultura del éxito, de la ambición profesional, a toda costa, que se pone en la palestra, saltando la ética, la moral y el respeto y cuidado por el prójimo que prácticamente no existe si hay que trepar en la empresa. Es la lastimosamente efectiva cultura del arribista y sobón convenido y ambicioso. El filme puede no ser sutil con ese final melancólico, de resignación, pesimista, en un quehacer sentimental y humilde, con las siluetas del sexo en la ventana, pero tiene sus cosas notables. El filme también ilustra el día a día de una secretaria o asistente, donde no es un retrato muy simpático, sino tenso, pesado y agotador y a esa vera se le retrata, de manera seca y apagada. También se ve cierto menosprecio por esta labor vista como muy subalterna, como la de un empleaducho. La pesadez de ponerse a limpiar asoma, cosas que hay que hacer para ganarse el piso, como se diría. Jane luce en buena parte invisible a otros en la empresa. Es el espíritu de Jeanne Dielman el que ronda, aunque no en su poderosa escala, aunque lo que más importa en esta propuesta es la depredación sexual, ésta denuncia.