La propuesta de James Mangold de Wolverine es una película
crepuscular, como aquellos western donde ya el héroe y el oeste están viejos. Logan
(Hugh Jackman), Wolverine, es éste héroe apunto de apagarse, pero con mucha
pelea por dar como despedida. Logan tiene que salvar a una niña, Laura (Dafne
Keen), que tiene sus mismas habilidades y componentes corpóreos de combate,
aunque Logan no quiere, quiere simplemente morir. Logan carga un peso
existencial, está cansado de producir dolor a otros, aunque sean también
asesinos.
Charles (Patrick Stewart), su maestro, también está en su
última etapa, pero quiere que Logan se recupere emocionalmente y siga adelante,
para ello quiere que cumpla con llevar a la niña a la frontera, que es
perseguida por el gobierno –que se mueve por premisas sencillas- y su ejército
de mercenarios, a los que Logan hace picadillo en el acto provocando peleas y
muertes gore y mucho espectáculo y entretenimiento. Logan (2017) es un filme
muy violento y salvajemente explícito. Esto le da un plus. Los X-Men digamos
que dejan de ser infantiles, aunque tratar con una bella niña asesina y ladrona
tenga de naif.
El filme es muy básico, pero divertido. Logan primero yace
como chofer de limusina, adaptado a una vida humilde, que esconde en un hangar
a su maestro. A Charles le debe aplicar una medicina para que no genere un
sonido caótico, mientras Logan toma drogas para calmar su dolor existencial y
su cansancio. La idea del crepúsculo está muy trabajada, hasta lo obvio. Logan
muchas veces no tiene fuerza para moverse. La niña lo complementa en las
peleas.
Logan despacha con facilidad a los mercenarios, que no
representan reto alguno para él, pero siempre busca escapar, ya que
siguen llegando más y más soldados. Pero pronto aparece otro Wolverine, X-24, y
la pelea se iguala y se pone híper agresiva. Los combates, con cualquiera, son
sangrientos. X-24 hasta decapita a una persona y se ve muy real. Los efectos
especiales son de un alto nivel. También la velocidad de los combates/muertes resulta
virtuosa, se pueden ver los movimientos y ejecuciones sin problemas y mantienen la
intensidad.
Logan es una road movie, una persecución, y lo que va
pasando, la gente con la que se van encontrando, en realidad es irrelevante,
todo apunta a la exhibición violenta, grandilocuente pero fulminante, salvo con
X-24 donde las peleas son extensas y más brutales en cuanto a constancia de
daño. Logan es un filme de acción, más que uno existencial.
En Logan vemos -literalmente, además- Shane (1953), pero con cierta
distancia. Logan es el pistolero harto de matar que huye del pasado, que quiere
algún tipo de paz, pero el mal le persigue y debe defender a los indefensos, y de
paso enseñarle a un niño el camino.