lunes, 29 de abril de 2019

La Mula (The Mule)


American Sniper (2014) le bajaba puntos a Clint Eastwood, ya cansa además que siempre esté retratando nacionalismos y patriotismos de su país, un héroe americano más a su filmografía. Con The mule (2018) vuelve el Eastwood que se hace querer, el mismo de la maravillosa Gran Torino (2008), con el mismo guionista, dígase de paso, Nick Schenk.

Clint Eastwood interpreta a Earl Stone, un hombre que ha antepuesto el trabajo a su familia, con una hija (Alison Eastwood, su verdadera hija) y una ex esposa (Dianne Wiest) que no lo aguantan, que mantienen su distancia y siempre lo critican. Earl toda la vida ha sido un outsider, un solitario, un hombre de la carretera, alguien que ha vivido siempre su hedonismo, lo superficial, como horticultor y como viajante. Ha recorrido 41 estados americanos. Earl además es veterano de la guerra de Corea.

Earl una vez que está arruinado, por las ventas de internet, se vuelve una mula, lleva cantidad de droga en bolsos a través de los estados americanos. Lo único que tiene que hacer es llevar la droga en su camioneta sin que lo descubra la policía. Mientras Earl gana dinero empieza a gastarlo en todos sus seres queridos, vuelve a ganárselos, pero lo que su familia quiere en realidad no es dinero, sino que él esté presente con ellos. Eastwood pone de mensaje que la familia es primero que todo, antes de la fama, el trabajo, el éxito y el dinero.

Como en Heat (1995), aunque con distancia, Heat es un obra maestra, al igual que el diálogo entre De Niro y Pacino, entre policía y criminal, hay diálogos maravillosos entre Earl y el policía que ve casos como el suyo, el agente Colin Bates (Bradley Cooper), pero sin que Bates sepa que en realidad Earl es a quien busca, el Tata, la mula que tanta droga ha transportado.

En un momento un narco le dice a Earl: Estás con nosotros ahora porque te has equivocado mucho antes, al ver a Earl tan fresco y feliz en sus transportes. Earl responde: pero es el mejor sanguche de chancho del mundo. Es decir, hice lo que me dio la gana, no me importa lo que dices, repito que vale la pena. No obstante Earl si sabe que ha sido un pésimo padre y esposo, sabe de sus errores, tiene consciencia, humanidad, y trata de hacer ahora feliz a muchos, a sus compañeros veteranos y en especial, a su familia –nieta, hija y ex esposa-.

La mula es ligera, pero hábilmente comercial, es muy entretenida, de gran ritmo. Eastwood luce maestría en su dirección, sabe hacer buen cine comercial, cine hollywodeense de primera. Nick Schenk escribe en el estilo de Gran Torino, aunque sea un filme menor a ese. La mula no es una película ambiciosa, pero es una para querer a Eastwood, para disfrutar de la cinefilia.

Clint Eastwood ya no se luce con la violencia, pero sí con las mujeres, con las jóvenes y voluptuosas, con las despampanantes, pero aunque es pedestre con ellas deja espacio para ser caballero con las mujeres mayores, las llama bellas, les suelta piropos dulces y las respalda. Es un mujeriego con las jóvenes y con las mayores es amoroso.

En el filme Earl tiene 90 años, Eastwood tiene 88 años, es pasivo con la violencia, los narcos mexicanos representan la violencia, Earl no los enfrentará nunca, de ninguna manera, incluso medio que pasa por amigo de ellos, por extraño que suene –ya que son criminales consumados, duros, sin medias tintas, expuestos así, casi todos sin background en el filme, o lo mínimo: la pobreza extrema, el ser nadie, lo típico-. Estos lo comprenden, les parece gracioso, curioso, extraño, Earl es un personaje para ellos, no lo sienten un criminal, parece más una extravagancia, aunque entienden la razón, como la de la mayoría: el tener mucho dinero, simple y llano. El filme cuenta un hecho real, sacado de un artículo periodístico.

Eastwood se muestra buen actor. A su edad sabe expresarse bastante bien, ser gestual, y acomodar el cuerpo al requerimiento, que puede ser algo brusco, primitivo. Igual el reparto mexicano está notable, no tiene fisuras. Bradley Cooper también luce muy bien. Eastwood agrega algunas bromas sobre afroamericanos y mexicanos, pero todo ligero y con la confianza que lo caracteriza, sin tampoco sobrepasarse.

Otra broma recurrente es compararlo con James Stewart, con esa imagen impoluta y correcta que tenía, de americano modelo e identificador, y suena a lo que intenta hacer Earl -se le exige- al pasar del criticable outsider lobo solitario –el Eastwood violento de paso- a un hombre familiar -a un viejito, la realidad-, aunque a Earl Stone se le ve sonreír cuando está preso con sus flores, nuevamente solitario en su mundo, luego de jugársela y apostar por lo criminal -su opuesto- y ser un lobo solitario por última vez, aunque lo sea una y otra vez como una enfermedad o identidad prácticamente inamovible, pero habiendo cumplido con su familia en aquella despedida. De todas formas queda en el aire hasta el final un sutil chascarrillo: no puede con quien es. 

viernes, 26 de abril de 2019

Capharnaüm


Capharnaüm (2018), de Nadine Labaki, retrata la miseria de los habitantes de Beirut, Líbano. Zain es un niño de 12 años que pasa penurias porque sus padres son extremadamente pobres y están llenos de hijos; su familia hace mezclas con medicamentos y las vende a drogadictos.

Una de las hijas es deseada por un joven dueño de una tienda de alimentos y cuando llega su menstruación la hija le es entregada para el matrimonio. Zain que ama mucho a su pequeña hermana se arrebata y abandona el hogar, va a la calle y sobrevive como puede. Afuera, solo, conoce a una emigrante etíope y a su bebé; Zain cuida del niño a cambio de un hogar y trabajo.

Ésta es una película llena de problemas económicos, sociales, y muchos la han tachado de hacer una película de porno-miseria, pero es una realidad que ha conmovido a la directora como ella misma ha dicho, entonces depende de uno con que se queda, si con el sentimiento de necesidad de Zain y mucha gente libanesa que le salpica al mundo, o con una demostración demasiado lastimera y abusadora de precariedad.

Ciertamente que el filme llega hasta las últimas consecuencias en mostrar la pobreza de Zain que llega a estar preso y a demandar a sus padres por su nacimiento. Pero el filme tiene una buena escenificación y tiene sus momentos a rescatar aun así. Uno de ellos es cuando Zain conoce al hombre cucaracha, primo de Spider-Man, y se hace una similitud con el estado de Beirut. El hombre cucaracha es un viejo que fuma como loco. Se le ve todo un personaje.

Zain es un niño sobreviviente, un niño que logra arreglárselas para vivir aun a tan corta edad. El filme exagera cuando Zain va a vengar a su hermana tan ligeramente. La última parte ya es demasiado con un Zain llamando a la consciencia de todos por la pobreza que lo acosa y los padres que tiene y que la propician.

Capharnaüm (2018) no es Slumdog Millionaire (2008) donde se exagera el cine de la India con sus películas lacrimógenas e historias de miserias, en medio de un juego televisivo de preguntas y un rescate romántico, donde todo es hiperbólico adrede –hay hasta una escena donde por un autógrafo un niño se sumerge en excremento-, pero tiene algo de ella en ese sentido, donde tanta pobreza y a todas luces hace cierta mella en uno, toca algo de fibra.

La mirada desde el aire de las casas paupérrimas de Beirut es de una estética avasalladora, hay una geometría y simetría aun en la escasez material. Zain cuidando del bebé africano es toda una clase de neorrealismo, con una naturalidad desbordante. El pequeño bebé para la cámara hace cosas increíbles. Zain como lo cuida es imponente. Lo que vuelve a fallar es cuando Zain hace el trámite con el hombre del ojo azul y el otro marrón, nuevamente se tiende a lo más extremo, a lo más penoso.

Se pudo atemperar un poco el nivel de miseria, pero el filme busca que Zain declare la vida como horrible y culpe a sus padres que tienen hijos sin pensar en cómo mantenerlos o, por supuesto, en que consigan la felicidad. Ésta es una película que capta la atención, se deja ver bien, no es pesada, aun cuando tiende a mostrar la peor cara de Beirut, pero lo hace con ritmo, imaginación, estética y amabilidad hacia el espectador. No será un filme inmortal o memorable, una obra de arte o de culto, pero no es un mal filme.

jueves, 25 de abril de 2019

Barbara


Ésta película ganó un premio especial, premio a la poesía narrativa en Un certain regard 2017, pero se debe a que es una película muy de cine arte, que sigue un poco la estela de Ne change rien (2009), de Pedro Costa. Barbara remite, por el nombre también, a una cantante francesa, nacida Monique Andrée Serf, pero habla al mismo tiempo de la actriz que la interpreta, Jeanne Balibar, que hace de una actriz llamada Brigitte que hace una película sobre Monique Serf, ambas son cantantes y se fusionan. Balibar todo el tiempo está cantando, mientras entra y sale de la vida de Barbara, la cantante famosa gala, y es ella misma también, con mezcla de ficción y documental. Es una película muy marcada en cine arte, es una película típica de festival, no es en absoluto una película comercial o fácil de ver, de ahí que un premio de poesía narrativa le caiga tan lógico. Pero es una película amena, vemos a Balibar dar una gran actuación, es toda una diva, una mujer madura sexy, llena de melomanía y cinefilia. Un piano es sacado a un patio y Balibar sale y toca afuera, hay una clara composición artística, quiere ser una película cool, de cine arte cool, aun cuando sea difícil de ver para muchos porque no es convencional, su narrativa es muy libre y no parece tener rumbo claro, no hay conflicto, no hay desenlace feliz o trágico, es ver a Balibar fluir como actriz y cantante. También hay ficción, como una aventura sexual con un hombre ordinario, pero es mucho el ver estar haciendo una película, metacine. Brigitte luce tacos altos siempre, es sensual, es interesante. Toca donde sea, la vemos componer música y el rol de Barbara, con quien tiene vasos comunicantes profesionales. Mathieu Amalric no sólo dirige la película, también actúa, hace de cineasta, emula su profesión actual, pero se nota un personaje. Amalric estuvo casado con Balibar y tiene 2 hijos con ella, actualmente están divorciados, pero se siente la admiración que le dedica a ella, haciendo de fan suyo, mientras él consigue hacer cine de autor en toda gloria, o eso busca con esmero y amor. A ratos se nota un poco el querer hacer cine arte, es decir, ser arduo y estético, denotando algo un poco artificial, pero la simpatía que exuda el filme lo supera todo. Balibar se luce en grande, es imponente.

sábado, 20 de abril de 2019

Border (Gräns)


Ali Abbasi hace un filme con el folclore nórdico adaptando un cuento del sueco John Ajvide Lindqvist, el mismo escritor de la novela de vampiros Déjame entrar que Tomas Alfredson adaptó a la gran pantalla el 2008 y fue una maravilla. Abbasi ganó con Border el máximo premio de Un certain regard, Cannes 2018.

Border nos muestra la vida de Tina (Eva Melander), una mujer de apariencia gruesa, de aire primitivo y poco agraciada que es policía de aduana y que tiene un don especial, puede oler las emociones con lo que le es fácil arrestar a pedófilos, contrabandistas y cualquiera que se quiera pasar de listo en la aduana.

Tina se siente una freak por su apariencia poco común, a pesar de llevar una vida ordinaria y estable. Tiene una relación con un hombre normal, pero no están muy unidos. No obstante la existencia de Tina cambiará cuando conozca a Vore (Eero Milonoff), quien le revelará que ella es en realidad un troll y no un ser humano.

Tina se reconocerá al fin, en su casi extinta especie, sentirá la razón de su diferencia con los seres humanos y se liberará con alguien físicamente semejante a ella. Tendrá un romance con Vore, y sacará su lado más salvaje. Lo representa la escena de sexo, sus gruñidos y algo tan simple como comer insectos. En el camino habrá una pequeña trama de pedofilia, que sacará aún más de lo convencional su romance y apasionamiento. En esto veremos un poco de terror, teniendo en cuenta que el folclore nórdico y los troll lo tienen en una medida.

Habrá a su vez un macabro intercambio dentro de lo sobrenatural con la suma de la venganza. Todo lo que hacen muy interesante éste filme. Ésta propuesta tiene un aire seco y algo duro. Abbasi en su obra maneja muchas emociones como la depresión en la vida sosa y marginal y trabaja con la identidad. También el filme enfrenta al bien con el mal en la propia esencia, y aunque Tina es alguien compasiva y preocupada por los demás se influenciará de alguien como Vore que tiene crueldad y resentimiento en su haber.

Se dará un deseo de repetición de maldad o supervivencia a la vera de la extinción de los Trolls por lo que Vore es un tipo que hace el mal en favor de su especie, que habla del apocalipsis, y justifica a hombres como a los trolls que hacen de Tina no una freak sino alguien opuesto por naturaleza, alguien que debe hallarse para ser ella misma –dentro de la dualidad de lo común, terrenal, y lo extraordinario, buen cine de género-, con lo que el folclore nórdico y la película suena muy rico, algo perverso y terrorífico inteligentemente.

viernes, 19 de abril de 2019

Cold war (Zimna wojna)


Lo que ofrece el polaco Pawel Pawlikowski es una historia de amor, algo tan sencillo como eso, pero con el fondo de la post guerra mundial, la guerra fría y la ubicación en el socialismo partiendo de 1949 hasta los 60s, donde la pareja como polacos en tiempos socialistas deben adaptarse. Zula y Wiktor (Joanna Kulig y Tomasz Kot) son esa pareja. El filme tiene a Zula como aspirante a un grupo folclórico estatal y a Wiktor como uno de los seleccionadores. Ella con una gran personalidad, belleza y un pasado llamativo dejará prendado a Wiktor, a lo que se suma el talento de la joven muchacha que la hace más especial. Lo que nos mostrará Pawlikowski es lo tantos vuelcos que dará la relación, intensa, llena de amor, pero aun así siempre trunca, hasta ese final de aire ligero bajo decisiones importantes. Otra cosa que suma y mucho es que es un filme con mucha música. También tiene una gran edición, pasan mil cosas en poco tiempo. Los sucesos fluyen en tiempo perfecto, incluso más rápido. La relación da muchos momentos, tiene un lado cool, aun cuando en realidad es una historia triste, producto de la continua imposibilidad de estar tranquilos y juntos por largo tiempo. Es una historia con la que entretenerse, pero que meditándola genera desazón. Las peleas y rupturas no son expuestas en lo visual por largo tiempo, pero se les siente. No hay antipáticos aquí, pero si hay momentos de engreimiento, donde uno es más culpable que el otro, además el fondo social y político se inmiscuye en sus existencias. Lo hace sin grandilocuencia, pero en cada trámite se da poca información. No obstante se entiende bien en general. El fondo hace del filme algo más complejo, una relación muy difícil. El relato es bien nacionalista, aun cuando Francia también aparece. Cold war (2018) es una película con identidad, bien polaca -lo que la hace notable-, y a la vez universal.

sábado, 13 de abril de 2019

Boss Nigger


Blaxploitation de Jack Arnold, escrito por Fred Williamson quien es el protagonista, Boss Nigger, cazarecompensas que con su acompañante Amos (D'Urville Martin) llegan a un pueblo donde se hace del puesto de sheriff cuando todos temen y obedecen a un pistolero, Jed Clayton (William Smith), que Boss Nigger está persiguiendo. El filme tiene mucho de humor, pero tiene su lado serio, pero no es demasiado tampoco. Boss Nigger es una película de lucimiento, de dejar en gran estado a la gente de color, pero propone burlarse del racismo, haciendo ver a Boss Nigger más astuto que todos, a veces parece un poco abusivo y matón pero representa al héroe, al tipo guapo, el más despierto. Les pone el pie encima a los malvados o a quienes no lo aceptan como sheriff, que son la mayoría. No hay impresionantes escenas de acción, pero es un filme competente en ese rubro. Es un divertimento, pero no un gran western. Hay mucha picardía, incluso con una morena (una sexy Carmen Hayward). También hay sus muertes, no es que el filme tema matar a nadie, sea una película familiar del todo, es un filme con harta violencia. Boss Nigger (1975) es uno de los filmes capitales del blaxploitation. El alcalde lo interpreta R.G. Armstrong, un personaje vistoso, como el alcahuete de Jed Clayton, aunque el pistolero lo trata mal. Clayton es un malvado clásico, pero no tan llamativo, tiene músculos, se le ve tosco y cruel, pero visualmente le falta mítica. Boss Nigger pinta mucho a comedia, pero el héroe es atractivo para el espectador. La musiquilla que lo acompaña es verdaderamente mala al oído. Boss Nigger pone de cabeza este pueblo lleno de racismo, pero tampoco nada muy profundo, se lo toma bien ligero. Inclusive Boss parece comprender la situación bastante bien y no exaltarse ni asombrarse. No es ningún llamado a la consciencia, sino hedonismo de cine B.  

jueves, 11 de abril de 2019

The Baby

Ésta obra de culto de Ted Post puede parecer una película idiota en un inicio, pero tiene forma en cierta manera. Un joven de 20 años con grave retardo se comporta como un bebé y es tratado así por su familia, por su madre, Mrs. Wadsworth (Ruth Roman, que luce como una Elizabeth Taylor madura de mirada furiosa), y sus 2 bellas hermanas. Un día, una astuta asistenta social, Ann Gentry (Anjanette Comer), intenta ayudarlo, al creer que es el trato de la familia el que lo tiene así, a quien solo se le conoce como Baby. Pero el filme va un poco más allá y algo de terror propone, un poco de sinrazón especial también por el final, pero tener a un adulto comportarse como bebé lo tiene a montón de todas maneras. Es una propuesta con muy pocas escenas de terror; a la que sumamos algo de suspenso cuando emborrachan a la asistenta social y quieren deshacerse de ella. Ver cómo se comporta éste adulto como bebé realmente se percibe ridículo, no es una actuación muy plausible, pero en conjunto el filme es coherente, tiene sentido. No obstante no es gran cosa lo que aporta. Le falta fuerza como película de terror, y como drama no tiene seriedad suficiente. La familia de Baby sí es curiosa, como con las hijas, una le tiene cólera y lo maltrata, la otra se acuesta con él por las noches. Lo llamativo en general viene con la frase ir por lana y salir trasquilado, lo que ocurre en el desenlace. Pero es poco. Igualmente, como sea, es un filme de culto. Seguramente por la situación del adulto haciendo de bebé, pero lo mejor es la familia y la astucia de la asistenta.

domingo, 7 de abril de 2019

God Told Me To


Estamos ante una de las mejores películas de terror de Larry Cohen y una de las más interesantes del género, con una película intrincada y extravagante. Un detective de policía llamado Peter J. Nicholas (Tony Lo Bianco) investiga unos casos de tiroteos y masacres en New York por asesinos que dicen que Dios les ordenó matar, como gente imbuida en una epifanía religiosa, cuando no eran antes personas proclives a la violencia. Todo esto suena interesante de arranque pero la cosa irá creciendo, poniéndose más alucinante.

El detective es muy católico, pero lleva una vida contraria al dogma de su fe por una parte, tiene una amante y su esposa a la que tiene medio abandonada lo sabe, pero no lo deja, lo consiente. Con éste tipo de vida igual el detective siente mucho apego a la iglesia, por lo que al enterarse de que los asesinos dicen que Dios los ha mandado a perpetrar masacres está muy perturbado e interesado en resolver los casos. Pero efectivamente hay un dios tras todo pero no es lógicamente el típico, entrando a formularse un argumento bastante curioso.

La segunda parte da otro giro al filme, volviéndolo más imaginativo y estrafalario, pero aun así tiene sentido para el observador. Tiene escenas místicas de otro orden, habla de lo bíblico de forma pagana, dentro de un filme de reinvención teológica. No necesariamente nos refiere al demonio pero si a un dios con otras ideas. También el detective tiene un misterio con su adopción que pone al filme en una mayor perspectiva, pero aun así sigue manteniendo el encanto y cierta coherencia, cuando todo es muy radical y novedoso a un punto.

Esta propuesta tiene un muy buen argumento. Aunque encasillarse en el demonio puede ser un poco cuadriculado si coincide algo con el filme La Profecia (1976). El filme aunque habla de religión en realidad lo trastoca todo a ese respecto haciendo algo muy libre y cósmico. Todo el filme es muy estrambótico, pero a la vez muy humano, muy terrenal con el mal y la perversión humana en un dios, con el sentido de la venganza y de la crueldad como camino u opción.

La película puede simplificarse en el demonio y todo fácil para digerir, pero el filme da a pensar en algo más gaseoso y general, pero la última línea de diálogo señala que el camino de lo correcto, de la fe, está por encima de lo sobrenatural, y existe algo más, existe lo ideal, proponiendo a la fe en lo cristiano y su palabra como la mejor vía de humanidad, de estabilidad, por eso el detective se ciñe a esa línea, aunque con una sonrisa irónica. Ya no en el sentido inicial de los hombres dominados, sino como forma de libertad.

El detective tiene que conocerse, aun con ese final. En un momento se lo dicen, si sigues por ese sendero terminarás mal, pero el hombre tiene que indagar, como policía y persona, lo da a entender lo que le cuenta de los hijos su esposa a su amante, hay algo que debe cumplir. Toda esa fe suya tiene que ver igualmente, tanto icono religioso y música celestial a diestra y siniestra y las mencionadas confesiones de culpa. Todo lo que emparenta a la estupenda Teniente corrupto (1992), en forma clásica.

sábado, 6 de abril de 2019

It's Alive, It Lives Again y It's Alive III: Island of the Alive


It's Alive (1974)

Lo mejor de éste filme de Larry Cohen es el sentimiento que emana de los padres hacia su bebé monstruo, esa lucha entre entender que su bebé es su carne y sangre, su amado recién nacido, y un monstruo asesino, literalmente, pero que podemos conjugar e imaginar como que se trata de un asesino humano para pensarlo como idea general, ¿cómo enfrentarnos a esto? 

Pero es aún más complicado cuando entra a tallar lo sobrenatural, el bebé tiene garras y dientes afilados como una bestia y mata gente por instinto, no es que razone demasiado. No obstante el bebé reconoce a sus padres, y ahí el filme trasciende, se vuelve mejor de lo que uno esperaría de una película de terror común, porque matar a una criatura bruta, impersonal y sanguinaria es más sencillo de esperar, menos rico en matices y en alcances.

El filme propone en contraste como ve la policía al bebé monstruo, pensemos al mismo tiempo en un asesino en serie, viéndolo como una bestia lo quiere aniquilar sin piedad –como a los tantos muertos del monstruo-, es una amenaza implacable, algo salvaje e inmanejable para ellos, en cierta manera la policía es bastante dura en el filme. Llega un momento donde el padre demuestra que se le puede dominar de cierta manera, podría si fuera una persona ser simplemente arrestada e ir a prisión, pero éste literalmente es un monstruo, pero también un bebé, pero la policía está cerrada en el filme, no quiere darle oportunidad alguna.

El filme es sencillo, el bebé monstruo mata y se esconde, los padres sufren por él, la madre yace desequilibrada ahora por su existencia y devenir; el padre se vuelve egoísta y piensa en sí, en como lo ven todos, como el engendrador de una bestia asesina, tiene un estigma. Pero cuando el padre, Frank Davies (un genial John P. Ryan), le dispara a su hijo monstruo, él siente algo, lo oye llorar, lo ve indefenso y lastimado y el filme crece con el sentimiento. En adelante uno se preocupa por el bebé monstruo, aun cuando ha matado tan salvajemente, provocando de paso una buena película de terror, un buen entretenimiento.

It Lives Again (1978)

Como es lógico éste filme es inferior al anterior, a una película que ha sido buena y original, pero no es una película mala como la mayoría de secuelas de una buena película. Lo que sigue aquí es la historia de cómo intentar manejar a los bebés monstruos sin matarlos. Vuelve Frank Davis (John P. Ryan), intentando salvar al bebé de Jody y Eugene Scott (Kathleen Lloyd y Frederic Forrest); hay otro parto misterioso, como en la primera película, ésta vez no por qué cosa aparecerá y cómo, sino por cómo controlarlo sin que pueda matar. La solución es simple.

Frank Davis y otros activistas, llamémosles así, doctores -aquí hay muchos doctores-, buscan salvar a los bebés monstruos, mientras la ley con el detective de policía Perkins (nuevamente James Dixon) y la ayuda de otro padre con trágica historia, Mr. Mallory (John Marley), quieren matarlos a todos sin piedad. Éste filme de Larry Cohen es tranquilo en gran parte, las muertes demoran en aparecer, el filme prefiere regirse a formar su historia, basándose en lo bueno del pasado, el sentimiento de los padres por sus hijos, aun de ésta condición.

En ese intento por controlar y salvar a los bebés monstruos algo sale mal –como cabe esperar- y empieza otra vez el caos y la policía enardecida contra unos padres desesperados, angustiados y en una encrucijada, decidir cómo comportarse, frente a una bestia o frente a su hijo recién nacido. La respuesta llega finalmente sin tanto aspaviento, el filme tampoco quiere complicarse, se ve como entretenimiento más que todo, pero deja una sensación decente de que ha intentado un poco más, como en la primera película.

It's Alive III: Island of the Alive (1987)

Ésta película es más descocada que las anteriores, se muestra irreverente, los bebés monstruos son llevados a una isla, pero los van a buscar o se topan con ellos de casualidad. Los bebés monstruos abandonados en la isla en 5 años han crecido bastante, pero siguen con su instinto de matar. Luego se matizará con un viaje y un descubrimiento, pero antes serán como bestias camuflados y al acecho en la selva de la isla. Esa es su naturaleza, difícil aceptarlos por ésta causa, pero hay las dos posturas de siempre, los que quieren matarlos sin piedad, especialmente la policía, y los padres que sienten lastima y amor por ellos.

El filme tiene de protagonista a Michael Moriarty como el padre famoso de una de las bestias, la madre es la actriz Karen Black. Moriarty se hace el gracioso en varias oportunidades. Esta propuesta de Larry Cohen es algo más ligera que las anteriores en cuanto a tomarse en serio, pero tampoco deja de hacerlo del todo, pero tenemos a la Cuba de Fidel Castro, pandilleros y discotecas para ser más irreverentes y despreocupados que antes. Es el filme más endeble del grupo, pero aun así es entretenido, tiene su cuota de hedonismo.

Más que todo son tantas vicisitudes que pasan con rapidez las que entretienen, pero no trasciende en realidad como filme. El amor de padre es tratado muy superficialmente, pero está presente. La posible relación sexual entre Stephen Jarvis (Moriarty) y una mujer en el parque de diversiones habla de una enfermedad contagiosa y el repudio por miedo, pero señalándolo desde la procreación de bebés monstruos. El filme tiene escenas decentes de terror con las muertes, pero nada del otro mundo, cumplidoras solamente. El filme tiene varias aristas como el juicio de Jarvis por salvar a su recién nacido.