lunes, 28 de agosto de 2023
76 Festival de Locarno: Camping du lac
Ésta es la ópera prima de la francesa Éléonore Saintagnan quien dirige y escribe un guion muy personal. Nos ubica en Bretaña, Francia, actuando ella misma de alguien a la que se le malogra el auto y termina en un campamento galo en la campiña, lugar habitual de vacaciones de sus compatriotas. Éste filme dura apenas 65 minutos. Lo curioso es que el protagonista o guía es un especie de pez mágico y no como pudiera uno creer, la propia Éléonore, si bien todo es producto de su imaginación, sus lecturas personales y el misticismo que ha averiguado de la zona. Tratamos con una docuficción con un lado raro o fantástico que le ha agregado Éléonore a la gente del lugar donde algunos son ellos mismos y otros han dejado volar un poco su imaginación o han jugado a ser actores de ficción. Así tenemos un travesti haciendo de madre de un niño aun chico, viendo que ambos hacen cosas simples en su hogar mostrando la vida en el campo, sin avances tecnológicos al uso común. Éléonore utiliza un aparato de escucha para la ornitología, pero con el aparato va captando conversaciones cercanas también, como quien se llena de historias que luego iremos viendo. Es así que el campo invade la vida de la autora quien se vuelve luego una contadora de cuentos, de folclore local. Es importante la historia de un santo real, Corentin de Quimper, que deviene en la historia mitad literatura, mitad misticismo, sobre un pez que cumple milagros. Al lago del pez mágico no solo llega el estado preocupado, cazadores de recompensas, sino hay hasta celebraciones con inesperados fuegos artificiales. Al mismo tiempo vamos conociendo a la gente del lugar y van apareciendo personajes pintorescos, como un solitario americano entrado en años que parece imitar a los sureños tocando el banjo como bienvenida y del que obtendremos una historia emotiva. También veremos a una especie de groupie del pez mágico o la habitual loca de pueblo. Éléonore va como anotando un diario de vacaciones o días de campo mientras va relacionado Bretaña no con el famoso santo local sino con una pequeña característica de él -su amor por los animales-, como quien medio que tergiversa las cosas en pos de hacer algo distinto a un documental convencional, produciendo un trabajo que hace de lo cotidiano o simple un lugar de mayor extravagancia sin por ello perderse de tener su cuota de empatía campechana.
jueves, 24 de agosto de 2023
El tango del viudo y su espejo deformante
Éste filme le pertenece a Raúl Ruiz, el director chileno más celebrado por la cinefilia hardcore, un director más que popular de culto, como el peruano Armando Robles Godoy en el Perú. Raúl Ruiz filmó esto durante mediados de los 60s, pero es hasta el 2020 que su viuda la también cineasta Valeria Sarmiento lo terminó y exhibió, habiéndole faltado una difícil particularidad para finalizarlo, el audio se perdió y se recurrió a la lectura de labios y al doblaje en el presente para concretarlo, así como armar las piezas de un pequeño rompecabezas, un filme que se percibe que estaba todavía en prueba por el propio Ruiz, que denota ser incompleto y no haber alcanzado todo su verdadero potencial. No obstante es el segundo que presenta su viuda que hace de codirectora póstuma nuevamente. Es una película que todo el material grabado es propio de un cortometraje pero a casi media hora de acabar con todo lo grabado y narrado, el filme va hacia atrás, como si rebobináramos un VHS, pero sin habituales fallas técnicas en el visionado en retro. Es curioso ver que cuando llega al final parece surgir una nueva lectura central, como con aquel final con el rostro demoniaco, ¿hubo un crimen?, queda como noir. Igualmente el filme es un poco de terror o fantástico, cuando un profesor e intelectual conocido como Iriarte (Rubén Sotoconil) suele ver un fantasma. Éste surrealismo viene a molestarlo, a perturbarlo, vemos sus pies desnudos debajo de la cama, también presenciamos pelucas en movimiento, incluso Iriarte pare una peluca como si fuera un bebé. Iriarte dice estar enloqueciendo, pero no quiere ir al doctor. Él parece ser un intelectual burgués de izquierda, o de la clase media, puesto que vive con cierta austeridad, aunque le alcanza para destilar vinos en su hogar, que también se ven como brebajes propios de laboratorio de mad doctor. El sobrino parece medio cómplice de querer inquietarlo o le es a un punto indiferente su estado o sus alucinaciones. En un momento caen cosas del piso de arriba y se dice que es el apocalipsis. Hay un cierto estado de sorpresa constante, como queriendo mantener en vilo al espectador. Se manifiesta que Iriarte tuvo un matrimonio largo y extenuante, así mismo que apellida como el presidente Salvador Allende, de quien parecen ironizar un poco, aun cuando hablan los amigos de Iriarte, la gente más cercana a él, pero como en toda convivencia cercana, incluyendo la ideológica, uno puede no siempre pensar igual, toda demasiada cercanía engendra monstruos, como se puede leer también del matrimonio. Iriarte quizá yace con remordimientos, pero estoico enfrenta el presente, considera que debe hacer algún tipo de ofrenda para subsanar el mal que le gobierna. ¿Algo lo ha poseído?, uno puede hacerse preguntas, el filme es austero, pero denota debajo ingenio solo que en ciernes.
miércoles, 23 de agosto de 2023
A strange path (Estranho caminho)
Éste filme brasileño arrasó en el festival de Tribeca 2023, ganó mejor película internacional, mejor guion, mejor fotografía y mejor actor para Carlos Francisco quien hace del padre del protagonista. David (Lucas Limeira) es un joven cineasta que está promocionando una película suya experimental que es una película de terror también, pero lo que a él más le importa es conectar con su padre tras ya muchos años del divorcio de su madre y tiempo de no verlo. David es un joven bastante educado aunque sencillo y va en busca de su padre, una persona solitaria y de carácter fuerte pero no un mal hombre. Como suele pasar los papás suelen distanciarse muchas veces cuando hay rupturas matrimoniales; aquí se da la imagen clásica del hombre duro, pero David quiere recuperar el vinculo e insiste con él y éste finalmente lo recibe en su casa. No es un mal padre pero está acostumbrado a su soledad, con tan solo una vecina -mayor también- que hace de affaire relajado. Vemos la cotidianidad en la ciudad de su infancia. Va a la playa, pasea por la zona. La película de David la llegamos a ver, la coloca para visionarla en busca del entusiasmo del padre para que vea en quien se ha convertido. David no reclama nada, quiere simplemente el amor del padre. Muchos optan por ideas complicadas, pero el director Guto Parente se ha decidido por lo más simple, espolvoreando algunos pequeños detalles cómplices de este filme que también es de cine fantástico y un poquito de terror. En un momento se nota que a Guto no le hubiera sido difícil hacer uno que asuste. Estranho caminho luce como de bajo presupuesto o de cine independiente y éstas obras funcionan sobre todo por el ingenio. Lo tiene en una medida, por optar por una sencillez formal y amabilidad en su lograda empatía del amor de un hijo por su padre distanciado. La trama es un pequeño ajuste de cuentas contra una realidad que debió ser mejor tratada (aunque fue lo que suele ser), así vemos que Gerardo, el padre, ha escrito un libro con lo que David hubiera querido tener en su existencia. Al mismo tiempo es un pequeño llamado a todo papá, a ser mejor persona; a hallar no sacrificio, pero si una más resistente visión en cuanto a la lucha contra las normales desilusiones de la vida, ya que al fin y al cabo todos nos parecemos. El libro que escribe Gerardo es de autoayuda y tiene un cierto toque ñoño, aun cuando Gerardo puede generar momentos de alucinaciones siniestras. La originalidad de éste filme, configurado en la amabilidad, radica en manejar múltiples cosas con suavidad y mucha facilidad de identificación desde una obra de aquellas que tienen una cierta leve aura camuflada a cine de guerrilla y a outsider, como si alguien rudo se esforzara en hablar con mucha cortesía, como quien demuestra con su hacer que el mundo finalmente no lleva etiquetas o tiende a romper las reglas cuando ambiciona el arte.
martes, 22 de agosto de 2023
76 Festival de Locarno: Do Not Expect Too Much from the End of the World
El problema de hacer comedia muchas veces es creerte más inteligente que los demás y caer en el fastidio (o la mala broma) más que en algún tipo de relevante complicidad, aun cuando tampoco se trata de hacer comedias nacidas muertas, sin personalidad, sin verdadera inteligencia, sin ideas propias. Esto claro cuenta para todo el cine, pero en especial con la comedia donde hay que balancear la personalidad autoral con la empatía en particular ya que la comedia suele ser una búsqueda de popularidad, aunque si haces algo realmente personal es prácticamente imposible contentar a todo el mundo. El director del filme es el rumano Radu Jude y tiene de todo lo antes expuesto, desde una propuesta muy libre. Incluso en un momento se permite burlarse de los propios rumanos, señalando y mostrando una seguidilla de cruces producto del mal entendimiento de la conducción en unas pistas. Esto generará 10 minutos de ver pintorescas cruces. Por otro lado también se llamará imbécil a Nicolae Ceausescu y puede que no se esté mintiendo, pero parece aludir a que el socialismo no es malo sino que el socialismo de Ceausescu lo es, lo fue, y es de lo que se mofa o critica sin concesiones. Pero, claro, el pueblo rumano se ve bastante curado del comunismo para siempre. Por ahí hay un par de bromas con ello, como mostrar un libro de Karl Marx como adorno y la sorpresa de verlo por nuestra protagonista, Angela (Ilinca Manolache). Angela tiene unos treinta y pico de años y le gusta la música tipo hip hop, desde el idioma rumano. Es una chica notoriamente moderna, contemporánea, propia de su época. Trabaja como asistenta de producción de una empresa de marketing y su trabajo es buscar a alguien apropiado (o conveniente) para hablar en un comercial institucional sobre la seguridad interna de una empresa de capital austriaco-alemán. Angela para manejando su auto viajando en pos de los candidatos para el comercial y esto es el centro de lo que veremos por casi 3 horas de película. Además de esto la obra de Radu está combinada -sólo un poco- con Angela goes on (1981), película de su compatriota Lucian Bratu que muestra a una mujer taxista y su cotidianidad en su trabajo, como algo bastante amable de ver (digámosle inocuo), como quien tiene problemas menores, lejos de la política que se vivía con el dictador Ceausescu que gobernó hasta 1989, año en donde lo llegaron a ejecutar. La música incluso de la película de Bratu hace de opuesto a lo que está haciendo Radu Jude quien hace una comedia de las que se identifican con sectores mucho más artísticos, más pequeños, más intelectuales. La Angela de Radu también usa un filtro del celular convirtiéndose -pero notándose que es ella, en parte como un glitch- en un tipo pelado, cejón y de chivita, un sujeto vulgar y frontal que analiza la idiosincrasia rumana soltando comentarios a lo Borat (2006), como quien habla de autenticidad y compromiso con la gente de a pie con las maneras que estila, bajo la idea de total franqueza. Esa que no tiene el trabajo formal de Angela quien versa y todos alrededor dentro de cierto cinismo. No obstante Radu con sus criaturas deja en claro que para él absolutamente todos ejercen cierto marketing y política en sus quehaceres, arguyéndolo con ejemplos del cine. Llega hasta bromear mediante aplaudir al director de cine el alemán Uwe Boll quien dice que literalmente sube al ring a boxear con sus detractores (que suelen ser muchos). No se puede esperar que todas las bromas de Radu funcionen pero se ve que está haciendo claramente una obra muy suya. Igualmente con Boll nos está hablando de hacer lo propio, ser uno mismo, tener convicciones, a pesar de todo, cuando sobran los que nunca pretenden nada propio. Puede que Boll no sea una eminencia del cine, pero es fiel a sí mismo, y lo vemos trabajando un sci-fi de cine B sin tapujos. Participa también en la obra de Radu la célebre actriz alemana Nina Hoss como la supervisora y cliente perteneciente a la empresa austriaca, supervisora del comercial. Nina Hoss maneja tremenda naturalidad, hace completamente suyos los diálogos y otorga buenas secuencias, aun plagadas de ocurrencias, aunque la estrella aquí es la muy competente al uso Illinca, y Hoss tiene un pequeño papel solamente. Ilinca abre la propuesta con su descarnada desnudez, dejando la camiseta en su papel, en los pensamientos y el filo de Radu.
lunes, 21 de agosto de 2023
Buscando a Reynolds
Ésta es la ópera prima del documentalista argentino Nestor Frenkel. El filme medio que juega con la idea de si es verdad o no lo que vemos. O, a sorprender al espectador con una historia extraordinaria o bastante atípica; se trata de un grupo musical argentino experimental o avant garde (esto último para algunos países europeos y asiáticos) liderado por un baterista síndrome down llamado Miguel Tomasín. Miguel en un momento dice que el grupo no existe y esto permite movilizar varias ideas, incluso si en realidad ésta película nos está timando como lo hiciera por una parte Orson Welles con F for Fake (1973). Pero es solo una idea al vuelo, de muchas que se desprenden de ello como filosóficas u existenciales, y hasta por ahí más raras. El filme muestra a una banda que es terriblemente mala para el oído, y lo que hacen y como piensan lo solidifica. Pero algunos investigadores de apoyo que analizan la banda y hacen de complemento general en el documental muestran que ésta banda puede tener algo salvable y hasta razonable; como bien ejercemos algunos profesionales en esclarecer, acercar y engrandecer muchas artes. Los integrantes de Reynolds más allá de Tomasín son bastante particulares también, son de aquellos que ven el mundo de manera distinta y pueden caer fácilmente en el título de gente rara, pero parecen también auténticos en sus locuras, puesto que el grupo Reynolds es como arte conceptual buscando sorprenderte siempre, aun cuando suenan horrible, casi amateurs o propios de bandas de garage de pueblitos olvidados. Muy poca de su música se oye bien o lo que presenta Frenkel, pero ellos argumentan sus pensamientos y lucen menos bobos de lo que a primera vista parecen. Sin duda, son toda una curiosidad. Lo que salta a la vista es la pregunta de si están explotando a un chico sindrome down para hacer marketing y distinguirse, y el documental responde muy bien a esto, incluso sobre el marketing y la manipulación habitual de lo comercial o lo destinado a popularizarse ante el público (ésta respuesta cubriéndole la espalda a la producción musical o artística suena franca). No obstante Reynolds es un grupo underground, aunque también tocan para fiestas de chicos down. Esto hace que veas que el grupo busca ciertamente hacer algo que sale realmente fuera de lo común. Así mismo por una parte suena al concepto de arte moderno del célebre Marcel Duchamp, visto desde el arte absurdo o ridículo. El nombre de la banda Reynolds en efecto viene por el nombre del actor americano Burt Reynolds y tiene de arbitrario (de anécdota dadaísta o bufonesca), pero también se exhibe como un poco interesante (el simple nombre da para mucho). En sí ésta banda mezcla tocar y verse pésimo con tener originalidad, lo cual hace de éste filme formalmente sencillo y de bajo presupuesto sostenerse de una gran historia, que hace pensar en creatividad por sobre dinero, con la creatividad general que medio trata de dinamitar o va 50/50, yendo un poco por un camino no del todo empático sino medio caminando por la cuerda floja y aunque puede incomodar es un punto a favor de hacer algo especial. No es un cine que vaya a ser popular, pero al mismo tiempo busca acercar lo raro a una audiencia mayor, con ingenio sobre todo. El filme explica todo a la perfección y sin ser plano. Reynolds es una banda no solo curiosa sino interesante, a pesar de todo. Un poco Reynolds nada contra la corriente del éxito, como quien al mismo tiempo que busca un nicho (no del todo inventado) va como borrando sus huellas. Aun cuando se dice que en algunos lugares son como alimento gourmet no representan en nada lo popular y el filme así es toda una novedad que hasta dudas de si Frenkel nos está timando con un falso documental.
domingo, 20 de agosto de 2023
76 Festival de Locarno: Nuit Obscure - Au revoir ici, N'importe où
La traducción del título francés sería, Noche oscura, adiós aquí, no importa donde sea. La dirige el galo Sylvain George dedicado al cine documental y comprometido política y socialmente digamos que con el mundo. Pero éste filme más que político es humanitario, aun con esa última poesía del cierre del filme, muy sugerente, donde habla de que puede no ser fácil tratar con ellos, ya que la vida los ha hecho o pide que sean duros, ya que siempre han estado solos, tomándole la palabra a la simbólica declaración literaria. Pero lo que vemos son niños, adolescentes, jóvenes viviendo en las calles muy pobremente, en el enclave de Melilla, territorio español ubicado al norte de África, rodeado por Marruecos, de donde son todos estos chiquillos, sobreviviendo en las calles, muchachos árabes. Lo curioso es que casi no se menciona la religión, hay apenas un comentario de uno de ellos al respecto, cuando muchos asocian a los árabes con el fanatismo religioso, aunque se dice que en realidad el Corán no habla de seguir a la violencia, sino al amor entre seres humanos. El documental de Sylvain George muestra todo lo que suele representar la ficción sobre juventud abandonada, pero aquí tratamos con una cámara "invisible" que literalmente busca coger la realidad. Puede que algunos momentos sean parte de la noción de que algo los está observando y cree cierto estado de recreación, pero son pocos, se percibe más coger la realidad tal cual, se siente mucha naturalidad, mucho realismo, además que el filme no usa música de acompañamiento que suele ser vital para generar momentos o estados cinematográficos. El filme se percibe descarnado, y aunque vemos mucha pobreza no asoma violencia ni corrupción moral. Estamos ante niños y jóvenes abandonados, comiendo de la basura, durmiendo envueltos en cartones, jugando con objetos que han recogido como patines o patinetas, drogándose, jugando a boxear o luchar, sueltos por infinidad de lugares en Melilla, metiéndose incluso a los lugares resguardados fronterizos, conviviendo con guardias y policías vigilantes de ellos. Estos muchachos sueñan con una vida mejor en Europa, quieren oportunidades que no ven en Marruecos. Uno señala que sabe que hay racismo contra ellos, que seguramente los van a golpear los guardias, que irán a reformatorios primero, pero luego se abrirá una vida mejor para ellos en Europa; ellos se oyen como jóvenes pobres más que como árabes. El filme muestra también caminatas introspectivas por la playa; jugando de noche solitarios en los parques de skaters. Risas, pequeños enojos, no vemos llanto; presenciamos jóvenes/niños muy fuertes, aun en sus situaciones, pero menores al fin y al cabo (que hay que resaltar), sencillos en todo, como es ésta propuesta, donde yacen montón de formas del abandono en la pobreza infantil y juvenil. Son 3 horas muy detalladas, expuestas en blanco y negro, con un Sylvan George que no se reviste de ningún alarde o lujo, pero que pone la cámara donde las papas queman, sin buscar el llanto fácil, pero mostrando la pobreza en todo apogeo. Es una propuesta exigente por el mismo quehacer sin demasiados adornos, aunque hecho por alguien profesional que tiene mucha experiencia en el documental, uno que tiene su impronta dentro del documental arty austero, pero bien filmado, con claridad y sencillez apabullante en cuanto a coger momentos de privilegio. Se permite algunos ratos de poesía autoral, pero más busca el realismo simple y el cine social frontal, sin mostrar, en el abandono, sordidez moral, aunque miramos que asoman drogas. Muestra temple en ellos, como el gesto auto-motivacional, de cierto reto, del muchacho frente al Arco del Triunfo de Paris.
jueves, 17 de agosto de 2023
76 Festival de Locarno: Animal
Animal (2023) es una sorpresa, la obra de una gran autora, la griega Sofia Exarchou. Digo sorpresa porque es tremendo filme y solo el segundo de ésta directora (aun) no tan conocida. Es una película que posee muchísima intensidad. De principio a fin tenemos una propuesta potente, eléctrica, que no histérica, cargada de música, la música es parte de la directora y de la esencia de la protagonista, Kalia (Dimitra Vlagopoulou) y hasta de su compañera Eva en particular (Flomaria Papadaki). La película tiene una cierta aura autobiográfica o quien propone quizá imaginación, pero bastante de uno mismo, mucha personalidad propia, lo que además hace del filme una obra especial, aparte de tener un impresionante manejo de las emociones y los momentos para proponerlas sin caer en la excesiva fragilidad o vacuidad, o error recurrente de éste uso tan importante, una cierta falta de credibilidad ante querer abrir el alma, o temer hacerlo, y encima desde el cine artístico. La propuesta te hace sentir lo que siente Kalia, una mujer cansada de su vida, de ser animadora o anfitriona en un lugar de vacaciones para turistas en una isla griega, una de tantas islas; e iguales, se supone, idiosincrasias, teniendo en cuenta la dependencia de este país del turismo, su primer ingreso económico. Kalia está cansada de depender mucho de su sexualidad y de los hombres, casi como una historia velada de prostitución y cansancio y dolor existencial a esa vera. Kalia representa la idiosincrasia femenina en general, con respecto a ésta dependencia femenina muy palpable. El filme no busca lo fácil; hablar directamente de prostitución lo hubiera sido. Kalia no es una prostituta, pero se mueve alrededor de su sexualidad. Ella trabaja divirtiendo turistas, extranjeros, con bailes, canciones, juegos, en un lugar paradisiaco. Éste filme habla mucho de la diversidad europea, de alemanes, rusos, austriacos, que veremos interrelacionarse con Kalia y sus compañeras, contexto habitual en especial de los griegos y sus miles de islas turísticas. Kalia canta en ruso, en inglés; Eva en polaco. Muchos son hijos de inmigrantes, se habla de interculturalidad y esto también es un poco un cierto problema, aunque también como en los cantos poliglotas hay un interesante y rico cosmopolitismo. En todo caso ésta diversidad significa muchas cosas, no del todo expurgadas en la propuesta, más sutilmente deslizadas o asumidas como parte de la idiosincrasia general, que también puede verse humanitariamente como conflictivamente en otros países. Kalia hace de una canción su bandera, que habla de siempre andar de parranda, de fiesta, pero todo llega a agotar, aun cuando Kalia aprovecha su sexualidad, no solo para tener cosas materiales (honestamente) y un lugar en el mundo o poder mantener a su hija pequeña, sino por placer personal, ella es sexualmente activa, libre, dentro de la heterosexualidad, otro gran punto de un filme que muestra amistades gays pero no hace de ello el lugar ubicuo que puede llegar a serlo en lo arty. Kalia intenta no sentir éste cansancio, ésta pequeña depresión, lucha contra no desistir de vivir la vida cool que parece tener, esa que hace referencia muy sugerentemente a la mismísima Madonna. Pero ya ella quiere otra cosa, quiere algo más que aun no encuentra, que no está del todo claro, porque el filme ahí tampoco busca lo obvio (la sordidez), y hasta Kalia tiene una especie de pareja que se ve sensible y gracioso, pero también muy superficial, y quien más bien refuerza (sin saberlo) la vida que Kalia ya no quiere, asumirse en la sexualidad y la soledad desde los 16 (incluso puedes tener pareja y no sentirte acompañado), ese ver a la propia familia como animales (salvajes). Kalia quiere justamente otro nivel mental, una vida más calmada, menos "cool" dirían algunos. Lo interesante del filme es que no hay que ser viejo para sentir lo que siente Kalia; Eva también ha vivido mucho de lo mismo a temprana edad, un segundo ejemplo (quien ha venido a reemplazarla) y así sigue la cadena. Hay una metáfora de los peces, que interpreto como alimento carente de profundidad, salpicando (intensos) en el agua, en poco espacio, cuando el mundo es mucho más grande. Exarchou maneja originalidad, y no solo dentro de la temática de su país. No es sencillo buscar la normalidad o lo que creemos que es ésta en un mundo siempre complicado. El filme tiene mucha habilidad tratando con la sexualidad, muestra escenas fuertes, pero todas al servicio de algo mayor o del conjunto.
martes, 15 de agosto de 2023
Johnny 100 Pesos
Éste filme del chileno Gustavo Graef Marino es una de las películas más populares de los 90s del cine chileno, a 3 años del final del mandato de Pinochet y contextualizado a unos meses de ello, sobre una historia real chilena, sobre unos asaltantes que tomaron rehenes en un edificio en Santiago de Chile, con la particularidad que el hombre que da título a la propuesta tenía 18 años. Johnny es interpretado por el mexicano Armando Araiza, particularmente popular en Latinoamérica por la telenovela Quinceañera (1987-88). Araiza ya había trabajado en el cine, aunque en películas poco trascendentes. En Johnny 100 pesos (1993), el protagónico y la película más celebrada de su carrera en la gran pantalla, tenía tan solo 23 años de edad. Johnny es un muchacho bandolero, roba partes de auto, que con 4 tipos más ranqueados que él aunque aun de poca monta en el crimen roban un lugar clandestino de cambio de dólares con la fachada de un videoclub. Los asaltantes pasean por el lugar rodeados por pósters de películas, por bastante cinefilia, proponiendo mucha acción y tensión. Lucen a ratos histéricos, muy dramáticos, teatrales. El dueño del lugar lo interpreta un joven Luis Gnecco con 31 años de edad, recién comenzando su carrera en el cine. La bella mexicana Patricia Rivera pone la clásica sensualidad y erotismo del cine (característico de una época menos políticamente correcta) con su cuerpo voluptuoso y una buena actuación. Aunque el filme alude como guía a Araiza es un lugar para mostrar el talento de todos, como del chileno Aldo Parodi -que ya contaba con 40 años de edad-, como El loco, el asaltante más peligroso del grupo, el más inestable, impredecible y violento. Cuando narra de la cárcel se le percibe un tipo bien cimentado en lo lumpen. Es un filme propio del cine latinoamericano de los 90s, más explosivo y campechano que artístico, pero bueno. Está lleno de sorpresas. Se expone o explica quizá demasiado, pero es cine que busca ser comercial, amable, masivo, aunque con identidad nacional. Tiene una cierta participación política, que no pretende incomodar ni proponer ideologías; decentemente, al menos, contextualizada, y secundaria o a la vera de la acción. Aunque no son iguales me hizo pensar en la película peruana Reportaje a la muerte (1993), obras propias del cine latinoamericano de su época y que remite a rehenes, no obstante en la peruana son avezados criminales, presos, y también incluye la labor del periodismo.
lunes, 14 de agosto de 2023
76 Festival de Locarno: El auge del humano 3
Presentada a competencia por el leopardo de oro, recientemente, en el festival de Locarno 2023, perteneciente al argentino Eduardo Williams. Ésta, primera secuela (de mismo título), aunque marque el número 3 (pero en efecto, su tercer largometraje), repite la idea de su ópera prima, con nuevos países, ésta vez participan Sri Lanka, Perú y Taiwán. El filme se pone a deambular por estos lugares con un grupo de gente joven de estos países. Logra pasar de un lado a otro, va y viene, como si estos tres países o naciones fueran fronterizos o como si al final de una calle pasáramos de una ciudad de la selva peruana -en la realidad, rodeada de agua- a Taiwán -con impresionante naturalidad, sobre todo cuando tratamos con islas y archipiélagos; sumada a una buena técnica de edición y precisión- y así montón de veces. En el trayecto a ratos parece que estuviéramos viendo una película donde la gente se interpreta a sí misma, aunque ésta propuesta es un documental, pero de aquellos actuales muy libres. Tratamos con una docuficción. El filme tiene desde diálogos intrascendentes hasta algunos más elaborados, igual como si fuera "ficción" y habría una trama que seguir, pero no finalmente con ninguna gran atadura, y así se permite hasta ser onírico y surreal. En un momento los árboles giran y parece que nos metimos en un hoyo (medio sutil) a lo Alicia en el país de las maravillas, o nos metimos a una nueva dimensión, pero que tampoco deja su mismo formato ni su panorama, paisaje, general. La propuesta utiliza cámaras de tipo burbuja o de 360 grados, luego, lógicamente, va al salón de edición, y quedan ángulos bastante vistosos o incluso atípicos en pantalla. El filme maneja buena empatía mediante sus pequeñas historias o diálogos, y en ello experimenta una sutil libertad moderna. Pero no es estricto en la interrelación y se maneja cierto estado de relajo y espontaneidad que rompe un poco con los lugares comunes antes mencionados, aun cuando hay un guion detrás que mueve los hilos de lo cotidiano. En algunos ratos exhibe conversaciones o confesiones algo extrañas, pero esto trata de ser parte de ese ambiente ligero de yacer en medio de cierta fantasía, como si por otra parte estuviéramos un poco en otro planeta. Williams trabaja con lo conocido y algo lo vuelve audazmente una atmósfera como lo hiciera en sus propias reglas David Lynch o Albert Serra; lo hace con su cuota de personalidad. Esas levitaciones o fuegos en la mano hacen pensar en ese Bruno Dumont que mezclaba de pronto la magia o lo místico con el realismo. En otro momento uno imagina cierta inspiración en el cine naturalista en medio de la Amazonia a lo, su compatriota, Gustavo Fontán. Es un filme creativo en cierta manera, con un Williams que experimenta e intenta hacer algo nuevo, distinto, propio.
miércoles, 9 de agosto de 2023
Les sièges de l'Alcazar
Éste mediometraje de 52 minutos del francés Luc Moullet es sobre un critico de cine llamado Guy (Olivier Maltini) que va a un pequeño cine llamado Alcázar y lo vemos simplemente ser un critico, hacer su trabajo, ir al cine, escribir de cine, pero Moullet no solo es director de cine sino también critico de cine como muchos de sus legendarios compañeros de Cahiers du cinema -mucho más conocidos que él- y pues le pone varios detalles y momentos que solo alguien que sabe bien de la profesión puede tener bien en la mente, lo hace haciendo comedia ligera, comedia con inteligencia. Guy es critico de Cahiers y ama en particular el cine del italiano Vittorio Cottafavi, un director no demasiado celebrado, pero muy prolífico, hizo serios dramas de realismo italiano como también péplums. Guy sabe que Cottafavi no es muy popular y éste es su pequeño caballito de batalla, de identidad, incluso ha escrito un libro de él nos dice. Pasan mil cosas en la sala de exhibición, Moullet muestra mil piruetas de la existencia de un crítico de cine. Éstas pueden verse algo superficiales o hasta un poco tontas, pero son típicas, aun cuando hace comedia. Moullet también trabaja con lugares comunes de como suele pensar la critica, lo hace con cierta picardía y hasta discreta audacia. Así mismo muestra la labor con mucho conocimiento -incluso técnico- que llevan los dueños de las salas de barrio dedicados al cine de autor, pero donde hay cabida para hacer sudar a los clientes ya que es vital para hacer dinero a la vera de la venta de helados. Guy sabe bien de su oficio y aunque luce algo infantil la vive como diríamos, prácticamente pasa todo el tiempo en el Alcázar aunque con cierto desorden producto de muchas ocurrencias y vicisitudes que atraviesa. Moullet muestra muchas novedades desde la cotidianidad del cinéfilo hardcore y también del espectador sencillo, como niños que van solos, a jugar y fastidiar a la sala. El filme toca la vida sentimental del crítico. De lo que puede pasar por políticamente incorrecto -aunque se trata de una comedia y en éstas siempre hay irreverencia- unos son mostrados poco agraciados y solitarios, con humor ligero, sin poética redentora, otros como Guy tienen suerte con las compañeras de oficio. Dentro del cliché o entretenimiento del malvado y el héroe, sin alejarse tampoco de ser ambos de a pie. En esto aparece una fémina crítica de cine de otra reputada revista francesa, de Positif, y surgen ciertas rencillas habituales, en la lucha por ser percibidos como los críticos más interesantes. Jeanne gusta del célebre Antonioni. Jeanne llama cursi y demasiado ligero a Cottafavi, mientras Guy desde su bastión llama presuntuoso y efectista a Antonioni. Jeanne llama (graciosamente) fascista a Guy; le dice débil además. Se puede oír un comentario de Guy diciendo que John Wayne mataba indios en cantidad, pero era como matar simbólicamente comunistas. Esto por una parte suena un poco curioso porque es un filme de 1989 -el final del comunismo y de la guerra fría- pero lo de fascistas y comunistas (o caviares, aunque ésta última definición no se dice aquí) es una batalla verbal muy común -normalizada- hoy en día en el ámbito público y en redes sociales, en todas partes, y que incluye al cine, que un grupo de gente ve siempre político. Moullet maneja un ritmo muy rápido, pasan mil cosas y hay movimientos medio eléctricos. Hay que prestar atención, aunque como comedia lo hace bien, pero con arte. Es el escenario del crítico clásico y la celebración -con todo incluido- de la sala de cine.
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domingo, 6 de agosto de 2023
Intimidad de los parques
Intimidad de los parques (1965) es la tercera y última adaptación de obras de Julio Cortázar, por el también argentino Manuel Antin. Es una película de solo 3 personajes. Teresa (Dora Baret) y Héctor (Francisco Rabal) son pareja, pero en un viaje a Cuzco, Perú, Héctor lo invita a un amigo suyo a sus vacaciones, a Mario (Ricardo Blume), y en esos encuentros, por playas, museos, reuniones, visitas comunes, y el infaltable e impresionante Machu Picchu, Mario se enamora de Teresa, y Teresa lucha por no corresponder a su amor, sintiéndose muy atraída por Mario. Antin junto a 2 críticos de cine argentinos, Héctor Grossi y Raimundo Calcagno, se encargan del guion, adaptando los cuentos de Cortázar, Continuidad de los parques y El ídolo de las cícladas. Grossi ya había trabajado antes con Antin y también fue con una de Cortázar, mientras Calcagno había colaborado con el guion de nada menos que Apenas un delincuente (1949). Sumado a hacer una producción a lo nouvelle vague tenemos muchos elementos que hacen de la propuesta un filme interesante y el resultado es muy bueno. Es un filme que tiene un toque introspectivo marcado, con un Mario poético, de aire melancólico y culto, mientras el práctico Héctor vigila, desconfía, indaga, con miradas silenciosas pero después con preguntas. Por cierto momento todo es platónico, pero pronto el amor carcome a Mario y a Teresa. No obstante Teresa duda en dejar a Hector, y entra a tallar una estatua inca con la que surgen varias metáforas y hasta se plantea mitología. Cortázar parece que se enfadó con Antin pues éste escogió Perú (y América), mientras Cortázar quería Grecia (y Europa) como escenarios. Antin también con su decisión consiguió una coproducción entre Perú y Argentina. El filme utiliza costumbres y eventos famosos peruanos para mostrar ideas de sus personajes, hay una inteligente fusión ahí, como cuando Teresa camina por la multitud de la Procesión de El Señor de los Milagros, mostrando sus emociones encontradas en un paseo mítico, místico. El filme está envuelto en una gran psicológica, y tiene detalles muy ricos, como cuando se fusiona literalmente literatura -se va leyendo un libro- y la realidad de los personajes de la película. También la propuesta tiene gran manejo de la lógica y de la claridad, que incluso ésta yace un poco ausente en un más ambiguo Cortázar. Antin muestra mucha personalidad, como debe ser, puesto que el cine no imita la literatura sino juega con sus propias reglas, con su propia arte, adaptando o no literatura, así ésta sea de quien sea. Como suele ser es un grave error querer copiar y así anhelar la trascendencia de tu trabajo. Hector yace en un mar de psicología, mientras Mario y Teresa son entes existenciales de sufrimiento. Mario no por el amigo sino por la resistencia. La furia también empieza a sobrevolar. Ambos hombres están por perder al amor de su vida. Es una gran disyuntiva del amor. Hector posee el cuerpo pero lo importante es el alma, la mujer a amar eternamente siempre es más que carne.
sábado, 5 de agosto de 2023
Night of the Eagle (Burn, Witch, Burn!)
Éste filme tiene 3 guionistas bastante interesantes, uno es el popular escritor Richard Matheson; otro es Charles Beaumont quien murió joven, a los 38, pero fue un escritor que era admirado incluso por Matheson y se le recuerda por varios episodios escritos de la serie La Dimensión Desconocida; ambos han trabajado en películas de Roger Corman; y George Baxt, escritor de celebrados y originales noir. La dirige el británico Sidney Hayers. La propuesta es una obra maestra, aunque una película poco conocida. El filme nos pone a un catedrático que es muy racional, llamado Norman (Peter Wyngarde) quien descubre que su mujer practica la brujería, es decir, es una bruja, interpretada por Janet Blair, pero ella lo ama tanto que incluso quiso dar su vida cuando él enfermó mortalmente, y desde esa vez aprendió artes oscuras. Ella lo protege con magia, pero él cree que su esposa es supersticiosa y quiere quitarle esas ideas, pero pronto empieza a caer en la envidia ajena, en el mal, se suceden problemas serios. El hombre se mantiene firme en no creer, pues su vida está dedicada a la ciencia, pero poco a poco entenderá que se equivoca y que tiene que replantearse sus pensamientos. Los acontecimientos se ponen sabrosos cuando surge una verdadera mujer diabólica y lo reta a Norman, quien ha debilitado sin querer a su mujer, poniéndolos en peligro. El filme maneja con curiosidad la brujería, que proviene de Jamaica. La película es sólida mostrando la brujería y como se trata de rebatirle y como surge la maldad, con actos realmente perversos y bien escenificados, sugerentes, como la cojera en la manipulación voodoo. El título original del filme hace alusión a un águila y hay tremenda secuencia al respecto, que es una maravilla de recreación en todo sentido, sobre todo para efectos especiales que parecen más ingeniosos que costosos, en una época (1962) que no había uso de computadoras. El mal tiene varios trucos como el uso del hipnotismo para generar alucinaciones, expuesto de manera bastante macabra, ruin. La secuencia con el ómnibus, la casita de cartas envuelta en fuego, son escenarios oscuros que llevan muchas emociones, como plantearlo detrás de la ironía cruel o la ausencia existencial que son motivos trabajados profundamente. El momento de la playa solitaria mezclado con la cripta es propio de ejecuciones precisas, detallistas, de grata creatividad y enorme proyección. El final es redondo y perfecto. Ésta obra es una genialidad de una hora y media. El filme juega con lo esotérico y lo costumbrista con tremenda asertividad. La brujería se mezcla con nuestra cotidianidad, la propuesta proclama que esto es más habitual de lo que creemos, que lo practica gente común. La performance de Margaret Johnston es una obra maestra en sí. El sentimiento entre la pareja protagonista también está bastante logrado.
El techo de cristal
El techo de cristal (1971) de Eloy de la Iglesia es un buen giallo a la española, con la célebre Carmen Sevilla como Marta, una mujer que se queda sola en una casa alquilada de campo -su marido para de viaje de negocios- y empieza a volar su imaginación. Ella es aficionada a las novelas de suspenso y noir y al oír pasos de hombre arriba donde vive su vecina Julia (Patty Shepard), cuando su marido se supone también está afuera, cree que ella es una asesina junto a algún amante. El filme maneja varios sospechosos, gente que trabaja en la zona o hasta lo es el delivery del supermercado. Así mismo lo tenemos y mucho al casero y galán Ricardo (Dean Selmier), con el gusto por la alfarería y la escultura y andar siempre acalorado descubierto del pecho, cerca a un sugerente horno industrial y unos perros enjaulados satisfechos con el alimento. Marta teje buenas hipótesis. La propuesta juega bien a generar suspenso y muchas ideas de crimen, Marta no parece descabellada en sus elucubraciones, siempre hay pequeños indicios. La bella Carmen Sevilla también maneja cierto sutil erotismo, en sí el filme habla de machistas y seductores -algunos tipos tienen la propensión a sugerir violencia sexual- y mujeres vistas con deseo como Julia y Marta que andan solas con maridos ocupados. Es el deseo o la carne llamando al crimen, y al corrupto a deshacerse de la competencia. Por ratos se percibe que a Marta la vigilan y alguien le toma fotos en lugares muy privados. Todo el filme es la duda de si pasa realmente algo y está muy bien manejado para no agotar recursos y presentar novedad, aun cuando el mecanismo general es simple y la narrativa también, hasta el final donde une mil cabos, con coherencia aun así. Se manipula mucho el deseo. Una joven flaquita que lleva botellas de leche también se presta para los affaires. Un zapato sucio abandonado, una rata muerta, un cubo con soga como ducto de transporte, ruidos nocturnos, posibles envenenamientos, desconfianza constante y potente lascivia hacen del filme uno atractivo. La imaginación vuela ante el aburrimiento y la soledad, como también el pecado.
Design for Living
Design for living (1933), es una gran película y una que sorprende, incluso algo en el presente, si bien la modernidad se ha encargado de romper muchos límites. Ver ésta comedia del genio maestro Ernst Lubitsch, parte del Hollywood clásico, del Hollywood de los 30s y anexado los 40s, es observar que la comedia y éste tipo de filmes eran de otro nivel comparado a hoy en día, ¡qué película! El tema es sobre una mujer que no puede decidirse románticamente entre 2 hombres y quiere estar con ambos. Es un tema abordado con una elegancia digna de inteligencia superior, del gran cine imperecedero. El filme es osado en lo que propone pero lo hace con tanto tino y cuidado, pero asumiendo un tema picante, que es tremenda maravilla. Lo sexual está detrás tras bambalinas, lo que se toca es desde otro punto, pero se asume esto anterior por elipsis. Gilda (Miriam Hopkins) dice tenerse por una chica mala, aun cuando ayuda a 2 hombres a ser mejores en sus profesiones y vocaciones por el arte, mientras los 2 yacen enamorados de ella y viceversa. Uno lo interpreta el hiper famoso y galán Gary Cooper como George, un hombre más rustico que su otro competidor y mejor amigo, Thomas (Fredic March), un tipo más sofisticado, más refinado, aunque George muestra inteligencia, pero es más tosco, más directo. Thomas es aspirante a guionista de teatro, a dramaturgo, mientras George a pintor y retratista. Gilda trabaja en publicidad y es cuidada por el dueño de una agencia millonaria, por Max Plunkett (Edward Everett Horton), un hombre refinado, pero sencillo en el trato, que también la persigue románticamente. Gilda no quiere a Max, son sólo amigos, ella prefiere a tipos más seductores como George y Thomas, a quienes llega a comparar con sombreros de moda y ser ambos "necesarios" para su vida. Gilda es una aventurera, una mujer de vida intensa, que no es retratada como alguien vulgar, aun cuando engaña a uno con otro, y no quiere decidirse. En un inicio la opción es George, el tipo físicamente más atractivo y quien tiene una personalidad ligera y complaciente. Luego pasa a ser Thomas, el tipo bajito, inteligente y astuto, de amplia cultura. Lubitsch sortea cualquier censura con su finura, retratando al ser humano de a pie y su comportamiento más liberal y juvenil, más libre y atrevido, y a partir de una mujer, proponiendo un cierto feminismo con ella. Es una película que entretiene mucho, éste cine no solo es de sabiduría diáfana -para exponer- sino que es hedonismo para todo el planeta, es cine popular de autor en el más alto nivel. El filme tiene a Gilda yendo y viniendo en sus dudas, en su elección. En un momento Lubitsch pone al tanto al publico que le está hablando al hombre de a pie, pero con ingenio y arte. No obstante las cosas, tal cual como el golpe de George a Thomas, están ahí igualmente, debajo de la sofisticación general de como decirlo y exhibirlo, pero aun así en un empaque que es de dotada amabilidad de ver. La conclusión es atípica, pero fiel a lo expuesto, donde radica una manera de ver el mundo o una etapa de nuestras vidas, y aunque no es la proclama usual o lo más natural o lo más normal ahí yace la genialidad del filme, de enarbolar algo excepcional y poder de alguna manera sostenerlo o que sea digerible para muchos. Es una comedia y es notorio que quiere ser cómplice del público y creo que lo logra, sin que necesariamente tengas que verte reflejado o identificado o querer practicarlo. El filme cumple con creces con divertirte, Gilda proclama la fiesta y ser una chica mala, su par femenino de la llamada jerga masculina de ser un perro.
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