Basada en la figura del nacido coreano nacionalizado japonés
Masutatsu Oyama, legendario maestro de karate creador del estilo Kyokushinkai,
no es ningún biopic, es jugar con algunas referencias biográficas suyas, y
hacerlas participes de una trama más libre de una película de artes marciales
donde el karate es la estrella. También se basa en el manga de Ikki Kajiwara
por lo que se trasgrede mucho y se muestra una libertad que cae recurrentemente
en lo políticamente incorrecto. En un momento Oyama (Shin'ichi Chiba, o Sonny
Chiba) fuerza a una mujer sexualmente al creerla una prostituta vendiéndose a
los americanos. Lo paradójico que ella luego enseguida le cuenta su historia,
que es traductora de idiomas y su familia se ha sacrificado en la guerra, Oyama
le pide disculpas rogándole perdón y termina enamorándose perdidamente de él.
La primera película de la trilogía, Karate Bullfighter (1977), y toda la saga
es propia de su tiempo, como de sus pocos anhelos artísticos, de una libertad amoral
que será chocante y repudiada vista hoy en día. Y los filmes de la trilogía son
así, sobre todo el primero y dígase que es el mejor del grupo, ya que como
películas la cosa va decayendo.
Oyama es un tipo bruto, mal educado, vanidoso, conflictivo,
aunque también se da humilde por momentos y se enternece con la realidad del
que sufre, en esto hay mucha ligereza, no esperen mucho de la película a ese
respecto. El filme es muy directo, mírese que el personaje de Oyama irrumpe en
los dojos retando a los maestros y dándoles tremenda paliza, incluyendo a todos
los alumnos, proclamando que el karate se ha convertido en un baile y ha
perdido su veracidad, lo que él defiende, demuestra y promueve de la forma más
llana, humillando a los llamados bailarines karatecas, ganando todas las peleas
que propicia. No es una forma muy decente ni humana ni respetuosa de fomentar
su heroísmo ni su arte pero así lo presenta el director Kazuhiko Yamaguchi,
sino miren el arranque de Karate Bullfighter, en que Oyama se mete en el máximo
torneo nacional de karate asistiendo con un traje roto y sucio, y cuando gana
el trofeo lo arroja por una escalera y reniega del karate moderno o deportivo
por creerlo una danza y no un arte marcial contundente y realista. En sentido
ético el primer filme es harto criticable, pero como entretenimiento
rocambolesco y libre tiene mucha más gracia.
En karate bullfighter el director se da cuenta qué
comportamiento plasma el personaje Oyama y el maestro antagonista líder
promotor de eventos y escuelas no lo soporta, dice que no tiene dignidad su
karate ni su persona, sin embargo termina comportándose como un gángster y hace
todo por matar a Oyama, unos dirán que tiene justificación, Oyama es una
joyita. Karate Bullfighter asienta la leyenda de Mas Oyama cuando con sus
propias manos éste mata a un toro bravo suelto contra la gente, pone rígida la
palma de la mano y esta es como un cuchillo, la película y su leyenda histórica
tiene de fantástica, Oyama corta botellas con aquella palma, y hasta desmiembra
cuernos de toros. La lucha con el animal es una gozada.
El filme de Yamaguchi le da golpes morales a su héroe y hace
que se dé cuenta, entre comillas, que el karate está siendo usado como un arma creadora
de mucha violencia y de excesos, pero lo exhibe indirectamente como culpa,
salvando a Oyama de la quema, con un discípulo suyo descarriado que en medio de
todo adora a su maestro y este se enternece con él, lo mismo que sucede con un niño
y su madre de los que trata de conseguir perdón rechazando el karate (que
graciosamente terminan echándole porras a su arte y creando escenas
sentimentales). En ese lugar se esconde la lectura de la humanización del
criminal y de paso de Oyama, expresa que a pesar de todo debajo siempre hay un
ser humano, asunto que irónicamente no cuenta en los maestros rivales, y lo
peor que él los ha incitado brutamente. El filme no es una maravilla, tiene
defectos y puntos reprobables, pero Oyama es una leyenda. Se coge de la
omnipotente libertad del manga, y es una película sinvergüenza de artes
marciales. A ratos es toda una curiosidad, no es el típico héroe ni siquiera antihéroe
de los últimos años, y es una apología “clásica” al karate con contacto total y no al popular
kung fu.
Las 2 películas siguientes muestran un comportamiento algo
más sensato y sosegado –que antes- de Mas Oyama, no obstante sigue igual
retando a los grandes maestros y golpeando a todo el mundo en los dojos
haciendo ver que su karate es el verdadero y no el de otros; se hace
guardaespaldas de un gángster en la segunda, en Karate Bearfighter (1977), y no
se discute que trabaje con un criminal, solo que sea un subalterno de otra
persona. Como no deja de ser imprudente nunca –es casi un dios- le da una
golpiza hasta al mafioso, y se encariña con un imitador de él y su novia, y de
un niño e hijo de un alcohólico. Tampoco le teme a las armas de fuego, así con ellas también reparte golpe y sale
indemne. Su situación de héroe no presenta límite alguno, y lo vemos llegando a
enfrentar a un oso con sus puños y patadas. El oso se percibe como un disfraz
pero aun así se logra una escena a un punto decente. Los karatecas rivales le
dicen el karateca publicitario, por pelear con osos y toros. Pero Oyama va de
bruto y simple. Sonny Chiba lo encarna muy bien, tiene gestos un poco cómicos
sin querer, y se mueve con histrionismo, da sus gritos propios, a lo Bruce Lee,
y tiene facilidad para poner caras tristes y echarse de vez en cuando unas
lágrimas sin perder la figura de rudeza.
Karate for life (1977), las tres son de Kazuhiko Yamaguchi,
tiene una apertura de esas gloriosas, Mas Oyama, Sonny Chiba que pelea muy
bien, su karate es versátil, se enfrenta a 100 estudiantes de karate, y no sólo
eso, llenan el piso de aceite para que Oyama no pueda ponerse en pie, mientras
los estudiantes se ponen secos lo pies con algo como tierra. Tiene que vencer a
los 100 sin parar para ganarse el mérito de retar al maestro. Tampoco falta que
Oyama muestre nuevamente su sensibilidad y su lado de sentido de la justicia
con otros encariñamientos. Lo curioso de este filme es que el héroe participará
de combates de lucha libre profesional, con apuestas ilegales detrás y mafiosos
vengativos.