Un profesor de nombre Richard Dadier (Glenn Ford) llega a
una escuela que es una verdadera jungla donde los estudiantes son híper
rebeldes y hasta violentos y criminales. Dadier es recibido con una pelota de
béisbol que impacta contra la pizarra al cometer el “error” de dar la espalda,
cuando advierten entre ironía y verdad que no lo haga. Habrán actos extremos en
el colegio que sorprenden un poco para el año del filme, 1955.
Incluso un alumno intenta violar a una maestra (Margaret
Hayes). La mujer es guapa y sexy, que se oye decir que pudo ser su culpa por andar
provocativa. Un comentario machista que proviene de otra mujer, y no va a
mayores, cuando la verdad es que los alumnos de este colegio estatal se
comportan como animales salvajes, otros simplemente de manera infantil.
La película es bastante emocionante, además de que uno se
pregunta ¿cómo se resolverá la situación?, que yace desbordada y parece
imposible de vencer. Dadier intenta por varios métodos atraer respeto y atención,
como de uno de los líderes de la clase, Miller (Sidney Poitier), que se presenta
también rebelde y conflictivo. El filme se traslada en la mayor parte del
metraje al peor escenario y lo mejor es la expectativa de ver cómo se resuelve,
y lo hace inteligente y coherentemente. El filme es como atender un regodeo insoportable
en el infierno, produciéndose montón de intentos de salida.
El problema central es otro muchacho de la clase (Vic Morrow)
y la poderosa influencia que ejerce. Este personaje está creado como muy funcional,
no tiene background, y es un verdadero demonio. En cambio el personaje de Poitier
es complejo a un grado decente, se manifiesta con mucho mayor realismo. Este
filme es elemental, pero está bien realizado, existe mucha tensión e intensidad
y atrapa. Glenn Ford está también a la altura de su papel, ya que tiene que
pasar por mucho martirio.
Otro maestro, Jim Murdock (Louis Calhern), es el caustico
del grupo y crea curiosidad saber de él que uno hubiera querido ver su desenvolvimiento
en pleno, que queda como elipsis y comentarios al vuelo. El filme abre y cierra
con Rock Around the Clock, de Bill Haley y sus Cometas, la que fue la primera
canción de rock puesta en el cine e hizo de ella un hit.
El director de la película, Richard Brooks, es uno de los
grandes nombres del cine americano que cruza el cine clásico y llega a hacer
cine hasta los 80s, su película más famosa es Cat on a Hot Tin Roof (1958),
pero tiene varios títulos geniales como Sweet Bird of Youth (1962), A sangre
fría (1967) o la ambiciosa y épica Elmer Gantry (1960).