Luis Buñuel hace una película de aventuras, con un país
equis en América latina que está gobernando por militares y que un día prohíben
a los extranjeros extraer diamantes. Esto genera el choque entre los
extranjeros y el gobierno dictatorial. Así comienzan las persecuciones, se forma
un grupo que quiere escapar, se van rumbo a la selva del Brasil. Un extractor
de diamantes, Castin (Charles Vanel), quiere casarse con la prostituta local,
con Djin (Simone Signoret), ella lo considera viejo, pero por interés acepta.
De esto saldrá una pequeña aventura sorpresa más adelante, con francotirador
incluido. El héroe es un tipo corrupto en varios sentidos, un tipo violento con
las mujeres, Shark (Georges Marchal), un ladrón que simplemente sobrevive como
puede y se une al grupo de la fuga. Michel Piccoli es el padre Lizardi, un tipo
común, curiosamente una rara avis de Piccoli que en el cine hace de mucho
hombre extraño y extravagante. Junto a ellos la hija sordomuda de Castin (la
hermosa Michèle Girardon). El filme recuerda el cine de aventuras de John
Huston, pero con un toque de personalidad propia. Buñuel es más bruto para escenificar
los comportamientos. El filme es bastante práctico, tiene buen ritmo. Está
explicado con suma facilidad, pretende la movilidad. No hay grandes
protagonistas, están a media caña, les falta grandeza, por más que se intenta,
pero se distinguen, no son personajes planos. Las acciones son decentes e interesantes,
pero muchas muy simples, aunque es un filme que escapa del rótulo final de típico.
Shark es un tipo bastante rudo y aporta cierto realismo, aunque carece de
carisma. La mort en ce jardin (1956) es una película entretenida, pero no una
gran película. Esta propuesta es una mezcla mexicana con francesa. Un nado
entre europeo y latino. Sobresale la actuación de Piccoli.