Ésta propuesta del argentino Santiago Mitre no tiene nada
que envidiar a una película de Hollywood, en la calidad visual y en la ambición
recreativa, para el caso una cumbre de presidentes en la cordillera de los Andes.
El guion corre a manos de Santiago Mitre y Mariano Llinás y se nota de éste último un
cierto espíritu indie, porque a pesar de que es una obra de alta estética su
historia tiene una parte de sugerencias y ausencias, ésta es la vida privada de
Hernán Blanco (Ricardo Darín), el presidente de Argentina. Blanco como señala
su hija que tiene una crisis, Marina (Dolores Fonzi), miente y es un ser
corrupto, y posiblemente un asesino que ha cometido un crimen perfecto, tal
cual veremos en su lado político, mostrando toda la putrefacción del poder, mediante la intervención del actor americano Christian Slater.
Por la trama circulan actores latinos muy talentosos y
reconocidos como los chilenos Paulina García y Alfredo Castro, el mexicano Daniel
Giménez Cacho y por Argentina además Erica Rivas. El filme tiene una parte convencional
que es la parte política, en sentido de la manera de narrarlo, en decirlo todo
y fácil, y mostrar lo que acostumbran hacer los políticos, ser corruptos y ambiciosos. No obstante no es muy común enfocarse en una cumbre de presidentes. También es un filme
entretenido, es un thriller al estilo Hitchcock, el que maneja su sabroso
suspenso.
La Cordilllera (2017) se mueve en dos líneas narrativas. Una
son las negociaciones por una alianza petrolera con personajes de Brasil,
México, EE.UU. y Argentina trabajados como fichas claves, que es una exposición correcta y aseada, pero no del todo original en sí, no hay mucho de especial en
ello, falta algo que te sorprenda por su atrevimiento o argumentación (que tampoco
quiere decir que seas pesado), es más bien lo típico, fuera de que reflejar lo
político de manera tan abierta no suele ser asociado con el entretenimiento ni
el buen ritmo. El contexto político que diseña Mitre luce perfecto y muy latino
para mostrar la otra línea narrativa, el secreto, el misterio, su apuesta por la novedad, sobre algo que está
en la psiquis de Marina. Darín suele ser muy carismático, y puede ser algo
complicado verlo como un tipo tan malvado, pero encaja preciso en el cinismo.
Otro actor destacado del reparto es Elena Anaya
como una entrevistadora, de aquí salen preguntas y respuestas muy bien pensadas
y especialmente enriquecidas que dan un toque de profundidad al filme. Lo mismo
pasa con el dialogo de Christian Slater y Ricardo Darín, fácilmente pudo ser ridículo,
un cliché sobre la política americana, pero lo manejan muy bien, en especial el
americano que en el momento es el que más
habla. La Cordillera es interesante, por ambiciosa, por querer ser un
cine imponente. Es un filme que genera atención, que es placentero de ver, aunque
lo que brinda argumentalmente es menos de lo que hubieras querido.