domingo, 31 de octubre de 2021

Annette

 


Annette (2021), de Leos Carax, es un filme bastante triste, aun cuando no es que uno pueda ser ligero con el asesinato, que no puede tomarse sin importancia, pero la autocondena, la tragedia y la autodestrucción también existen, aparte de la perversidad de arrebatar una vida, encima de gente buena, por no controlar las pasiones internas, partiendo de algo banal como la competencia y ambición profesional, y otra velada en la infidelidad y cierto machismo, también por la corrupción, la apetencia incontrolable del deseo sexual y la sexualización continua de la mujer, incluyendo el maltrato hacia ellas, y para más inri ser un alcohólico, y no poder tener la consciencia en su sitio para frenar nuestro ímpetu, nuestra ira, nuestras frustraciones. Carax y los guionistas y compositores del filme la banda Sparks lucen super freaks en su historia, pero el cine también busca abarcarlo todo, y por qué no meterse en la existencia de un asesino, y darle matices, aun teniendo mucha oscuridad, en la piel del talentoso y arriesgado y todoterreno Adam Driver como Henry, un cómico que de arranque busca la polémica y poco a poco va hinchándose como un globo hasta reventar y destruir todo a su paso, incluido algo tan preciado y bello como un hijo, una bebé, Annette, que tiene la curiosidad de ser literalmente en pantalla una marioneta. Marion Cotillard es la musa, Ann, un ser de cierta inocencia, y aunque hay en ella un poco de culpa (un mínimo) es Henry el gestor de su destino finalmente, que va dejándose llevar por el mal, aun cuando tenía algo de buen padre, e inicialmente había un romance de cierta belleza con Ann, compartían hasta una canción de amor. La banda Sparks hace un musical interesante, pero a la vez incomodo, sus canciones son extrañas, no se puede evitar sentirse uno raro con su historia, cuesta tenerle empatía, punto que le otorga personalidad y riesgo a aplaudir, pero también le quita inevitablemente distancia. Es una obra super freak indiscutiblemente, la imagen del final de como se ve Driver es impactante, sumamente realista, es otra persona, atrás queda el ego inflado y el aire ganador de los movimientos boxísticos y el relajo combinado de los vicios aun en ciernes. Es un filme triste porque Annette, una bebé inocente, sufrirá mucho, aun cuando en parte hay que notarlo elípticamente. También es triste por el devenir de Henry, quien hace de Ann ese demonio de ultratumba que lo acompañará luego. Notable la emotividad que trasmite el actor por lo general cómico Simon Helberg, aunque Driver está gigantesco. Este es un filme propio de nuestra época, una donde se busca mucho inquietar, descolocar y hasta herir al espectador, pero el cine no deja de buscar novedad, de ser intenso, lo cual es algo a fin de cuentas positivo, la cosa sería reflexionar un poquito más en nuestras búsquedas, sin tampoco dejar de notar que las capas son más finas.