La película del director chino Jia Zhangke es la declaración
de un aprecio por la cultura occidental, manteniendo el respeto por China. Tal
lo dice un dialogo de padre e hijo, en el ejemplo de la prohibición de tenencia
de armas en el propio país, en comparación de la permisividad de Australia. El
padre le grita al hijo, que en China uno implora por tener un arma, tiene sentido
tenerla ahí, pero en Australia para un chino es totalmente inútil dicha posesión.
Suena a un pequeño alegato de anhelos y situación analítica general del país. Entonces
se intenta sostener un balance entre el propio país y el de afuera, un lugar
intermedio entre la valoración y el sueño frente a las carencias y el de la abundante
y fácil posesión. Otra muestra de lo que significa China en su forma de poder
adquisitivo y, claro, el mundo, trabajo llano de sobrevivencia y negocios
propios y mucho dinero. En China colinda la pobreza con el enriquecimiento y el
lujo. No es que Zhangke nos complique el panorama.
Nuestra protagonista, Tao (Zhao Tao), es una mujer que la
pretenden dos hombres, uno será pobre y otro rico. Habrá un triángulo de
amistad que pronto el amor destruirá. El modo de vida contradictorio que
facilita el gobierno chino lo vivimos en el filme sin revuelo, aunque la
propuesta se mueve por los cauces sociales de un romance (y eso se extiende
hacia el futuro), lo que abunda en la telenovela, pero que en Zhangke tiene
fuerza cinematográfica, expuesto con sencillez, como quien además de demostrar
aprecio por la cultura occidental, lo hace por el cine comercial. La canción Go
West, de Pet Shop Boys, que se utiliza de símbolo ya lo dice todo a ese
respecto, que a su vez sirve de reflejo de regreso al estado feliz de la
juventud, a una época de mayor inocencia, por ello abre y cierra la película,
cuando ya han pasado tristezas, frustraciones, desilusiones.
El filme se ambienta en 3 tiempos, 1999, 2014 y 2025. Sigue a
Tao y a sus dos pretendientes en las 2 primeras partes, luego toma en la última
parte otra línea con el hijo de Tao crecido, a los 18 años. Con él interviene
la buena actriz y sesentona sexy Sylvia Chang. El hijo de Tao, Dollar, padece las consecuencias
negativas del pasado, dejando a Tao quien es una mujer muy simple el espacio
para seguir siéndolo, en un estado de felicidad naif. Dollar es sinónimo de
sufrimiento, aunque es vivaz como todo muchacho, agregándole sensibilidad. Tao
pasa por trances, pasa por tomar decisiones, desprendimientos, donde vuelve a aparecer
la condición económica, e igualmente en Dollar. En todo ellos hay soledad y
romance pasajero, sobre todo una lucha de amor por uno mismo.