martes, 5 de diciembre de 2023
Malqueridas
Malqueridas (2023) es un documental perteneciente a la chilena Tana Gilbert y es su debut en el largometraje. Ésta película se hizo merecedora del premio de la audiencia en el festival de cine de Valdivia 2023, como también ha sido galardonada en los festivales de Venecia y Mar del Plata 2023. Es una película estructurada a través de imágenes de teléfono celular, grabadas clandestinamente porque no están permitidos en la cárcel donde se hallan nuestras protagonistas, presas chilenas. El coguion y la edición igualmente le pertenecen a Tana Gilbert, proponiendo 2 voces en off que nos irán contando la vida de la cárcel por medio de 13 testimonios que han generado el guion de lo que vemos, con imágenes entregadas por una veintena de presas. La visibilidad tiene momentos de desenfoque, donde miramos como rayas o luces entremezcladas, la imagen a veces demora en ser nítida pero la humanidad, la verdad y el realismo que contienen es indiscutible, dentro de un filme que va por lo positivo, mostrando en especial la relación de las presas con sus hijos pequeños. Solo pueden tenerlos hasta los 2 años de nacidos, luego hay una separación que duele y observamos como ellas tratan de sobrellevar una relación de afectos y cuidados a la distancia, notándose una dura mutua ausencia en sus existencias. El documental no señala culpas ni menciona que delitos las han traído a todas ellas aquí. Se manifiesta que la criminalidad es una costumbre que va creciendo, salirse siempre con la suya y luego ir empeorando. También influyen las drogas, pero las mujeres que presenciamos no son señaladas aficionadas a éstas, lo han sido. Se ve que es un filme que busca la empatía con las presas, mostrando su lado más humano, más amable. Hay lesbianismo, pero más se habla de maternidad, cuidar de las más jóvenes. Puede que exista un cierto estado mixto, aunque ésta obra va por el camino de la maternidad en el afecto tradicional, aun cuando estar en la cárcel ya involucra un estado de excepcionalidad en todo sentido, de diferente adaptación. Las imágenes han sido mejoradas en la producción del filme, pero no dejan de ser muy austeras, pero que ofrecen una cierta mirada de privilegio para el espectador bajo un eje humanitario, de comprensión hacia su situación, estar privadas de la libertad, estar encerradas en lugares pobres y alejadas de sus familias, con la única posibilidad de relacionarse con mujeres, en un ambiente que lleva de elipsis cierta violencia intrínseca, cierta posibilidad de daño, cierto estado de peligro, pero Tana Gilbert muestra con ellas mucha camaradería, un vinculo emocional, harta amistad y protección mutua, aunque lo de madre e hija así mismo da a entender cierto estado de poder (no asumido directamente en pantalla). Se ve cantidad de llaneza, propia del estado de humildad económica en el que se hallan todas. Se exhiben imágenes que construyen o sugieren estados de ánimo, proveen de emociones, y definen el lugar, y eso habla -sin decirlo- de angustia, de miedo, de melancolía, de tener que buscar dentro de uno mucha fortaleza, como padecer fuertes lluvias y ver que el agua se empoza, ver que se mira por los barrotes o los cuartos apenas tienen cosas o yacen todas muy usadas. Escuchamos la descripción de como es la vida adentro, sin que suene tétrico o asome lo perverso. En éste particular universo se dan bailes, cumpleaños, risas, cariño, se las ingenian como pueden para tener momentos de alegría y relajo, hasta tratan de arreglarse físicamente un poco, son mujeres, son madres, son seres humanos, de eso va la propuesta, de sentir que son también proclives a sufrir y es particularmente difícil su situación, si bien no sabemos mucho de su pasado, de que las ha traído hasta acá, pero se puede captar que vienen de lugares pobres que llaman al crimen, que han alternado con malas compañías que generan pésimas decisiones y elecciones. Ésta propuesta es una mirada esencial, las mujeres a veces salen sólo en fotos, se sabe poco, pero lo más trascendental que se quiere dejar en el aire es que también son personas y no bestias salvajes como se puede esperar de muchos presos.